A veces, nos hacemos ideas
preconcebidas porque es lo que esperamos realmente que pase, debido a malas
experiencias anteriores y demás. Determinada persona nos falla en algo, porque
suele ser su comportamiento habitual, y ya, al siguiente más mínimo tropiezo,
vamos a por él sin piedad, sin importarnos ni analizar realmente lo que pasó en
realidad. Y en esto del fútbol, especialmente, pasa mucho. Si las cosas se desarrollan bajo el guión que nos hemos creado en nuestra propia conciencia, nos enfadamos de nuevo, nos cargamos de razón, y soltamos nuestra buena ración de improperios sin ton ni son. Sin embargo, si sucede algo imprevisto, aunque nos pueda beneficiar y todo a pesar de nuestro negativo pensamiento, parece que nos jode, aunque el gran beneficiado sea nuestro propio club, y somos incapaces de dar nuestro brazo a torcer. Mal asunto cuando las cosas andan así, y no somos capaces de rectificar realidades desvirtuadas.
Por ejemplo, tenemos una idea preconcebida de
tal o cual jugador, que ya no le pasamos ni una, y no dejamos de analizarle-martirizarle con lupa, y ya
nadie nos saca de esa linde, le hemos cogido manía y fuera. Por supuesto, esto
es también extensible a la forma de jugar de tal equipo, o la de plantear los
encuentros de cual entrenador.
Les pongo dos ejemplos tras el
partido de ayer. “Molina es un paquete”. Pues sí. Seguramente lo es. Ya os he
contado en infinidad de ocasiones que es un esperpéntico defensor, y que, su
banda, a veces, parece la calle Preciados en el entrañable puente de los
paletos este que se nos aproxima a la voz de ya. Todo eso es cierto. Pero ayer
no lo fue, y es injusto no analizar su partido como merece. Dio un gran pase de
gol a Baena, y estuvo incisivo y trabajador durante toda la noche, y, desde
luego, ni mucho menos fue el culpable de la derrota de ayer, más bien al
contrario. Realizó un partido bastante más que potable.
Esto mismo se puede decir del
Cholo, y sus planteamientos “cagones”. Pues sí, es verdad. En excesivas
ocasiones ese pasito para atrás que tanto le gusta dar nos ha costado puntos,
partidos y disgustos. Pero hombre, decir que Simeone fue ayer cagón cuando en
la segunda parte estaban, a la vez, sobre el terreno de juego, tíos como
Almada, Julián Álvarez, Griezmann y Sorloth, sumando los dos laterales que
fueron prácticamente extremos, y habiendo tenido en el campo a otros pibes como Nico,
Baena y el propio Cardoso, qué quieren que les diga, un menda que emplea estos
recursos durante un partido, será muchas cosas, pero, ayer en concreto, de
reservón nada, monada. Otra cosa es que dichos recursos son lo que son. Y aquí,
precisamente, es dónde debe de empezar a tomar nota desde ya el bueno de Mateu
Alemany.
Un último apunte sobre estos
pensamientos “preconcebidos” que tenemos todos. Flick (probablemente, el
entrenador más ofensivo que pisa ahora mismo un terreno de juego, y con mucha
diferencia) en el tramo final del encuentro, quitó a Yamine Yamal (jugador
supuestamente franquicia, aunque en justicia el franquicia es Pedri) y sacó a
Christensen, defensa central. Nadie ha dicho ni mu al respecto.
Sin embargo, si a Don Diego
Pablo, jugando en el Metropolitano frente al propio Barcelona, con 2-1 en el
marcador, quita a Julián por sacar a Le Normand, los suicidios (empezando por
mi mismo, probablemente) serían colectivos. Y es que, en demasiadas ocasiones,
solo vemos lo que queremos ver, y esto siempre genera injusticias.
Independientemente del resultado,
a mi ayer me pareció un gran partido del fútbol, los míos lo dieron todo en el
campo, soportaron el vendaval blaugrana como pudieron como le pasa al más
pintado cuando ese equipo se pone por detrás en el marcador, y embotellaron al
final al rival, que acabó pidiendo la hora como el que más, encerrado en su
área. Y no. Yo a los míos no les pido más que eso: personalidad, carácter y
valentía. Luego ya calidad no depende ni de ellos, ni del propio entrenador.
Tiene la que hay, y punto. Para lo bueno, y para lo menos bueno.
La primera parte tuvo el guión
esperado y que, sorprendentemente, se anda repitiendo desde la llegada de Flick
al Barcelona. El Atleti sale pletórico, exultante, dominante, presionante y con
decisión. Como si no le asustase nada el envite ni con quién se enfrentan
realmente. Y eso que, los planes del Cholo se le empezaron a estropear a los 5
minutos de partido, cuando, en un balón disputado por alto de Cardoso, este se
resintió de su lesión, y aunque posteriormente intentó continuar sobre el
terreno de juego, al final se tuvo que rendir y dejar su puesto a un Koke, que
jamás logró pillar el tiempo del encuentro.
A mi me aseguraron en su día que
este muchacho se le fichó lesionado del Betis, y que, por más que se le está
intentando recuperar, no termina de cuajar el tema. Dios quiera y que me
equivoque, pero se le está poniendo al mozo una cara de Vitolo preocupante.
Dicho esto, me resulta bastante aún más decepcionante que hoy en día, y con los medios
médicos que hay, nos puedan continuar metiendo pufos así. De confirmarse dicha
circunstancia, deberían de rodar alguna que otra cabeza.
El Atleti tenía claro cómo atacar
al sistema del Barcelona: balón cruzado cambiando de orientación el juego hacia
el virtuoso Baena, que, hoy por hoy, es nuestro jugador más desequilibrante y
auténtica franquicia que tenemos, máxime el rendimiento de otros compañeros
suyos en la jornada de ayer.
Asi pues, a los 20, llegó el primer
tanto, en un gran pase en largo cruzado de Molina sobre, de nuevo, el desmarque de
Baena, majestuosa conducción del balón del almeriense en velocidad, y magistral
definición del tanto ante la salida de Joan García, con un "tac" selecto y sublime. 0-1, y era el broche más
que justo a lo bien que estaba jugando el equipo.
Pero, y como pasó también en
anteriores ocasiones, el Barcelona parece enloquecer ante tal adversidad, y se
convierte en un torbellino de fútbol que no sabemos cómo contener. Lamine se
agiganta, Pedri está en todas partes, y Raphinha se convierte, una vez más, en
nuestra peor pesadilla. Si encima, su pareja de baile, que esta ocasión era el
desecho este del Lenglet, en vez de intentar encimar al jugador, se aleja más
de él, para qué os quiero contar. Y no. La culpa no de Oblak en salirle a tapar el uno contra uno. La culpa es precisamente del que no lo ha hecho, como ya os he relatado antes. Empate en el marcador, y el infierno no ha
hecho sino comenzar.
Nos costó superar dicha
situación, pero, a la media hora de juego, dimos de nuevo señales de vida, en
otro mano a mano de Baena, aprovechándose de un regalito en forma de espantoso
despeje de Cubarsí, pero no logró deshacerse de la salida de Joan García en
esta ocasión.
4 minutos más tarde, llegó la
acción del quizás riguroso penalti de Pableras sobre Dani Olmo, que el bueno
de Lewandowski decidió mandar el balón a Polonia (la suya, la del más al norte)
ante el estupor de propios y extraños.
En el 38, llegó una de las
mejores paradas que yo he contemplado a un portero en mi vida, en un remate a
bocajarro del propio Lewandoski de cabeza, haciendo que el balón, encima,
botara previamente, y que Jan sacó con una mano imperial que nadie más que Dios, y él, supieron
como logró atajar dicho remate.
Y el primer tiempo acabó con una
amarilla de Gerard Martín sobre Giulano, en casi la única acción que le vimos
ofensivamente al argentino (para bien, claro está). ¿Conclusión? Partido disputado de poder a
poder, con alternancias en el desarrollo del mismo, en el que el Barsa
demuestra su músculo, sí, pero el Atleti también, reitero, teniendo en cuenta
los recursos empleados, por el uno, y por el otro.
La Segunda parte estuvo mucho más
igualada, si cabe, con los dos equipos presionando como posesos por cada balón que
rondaba el centro del campo, lo cual, lógicamente, dio lugar a bastantes
imprecisiones en ambas escuadras.
En el minuto 52, se vio el único
aderezo posible de jugador desequilibrante que tuvo Julián Álvarez, en un balón
imposible que intentó picar de vaselina ante la atenta mirada de Joan García,
que terminó atajando el balón sin mayores complicaciones. Mucho efectista, nada efectivo.
Un minuto más tarde, perdonó
Raphinha el tanto en un balón que le puso casi para empujar Lamine, pero su remate salió
cruzado en exceso. En el 54, esta vez, oportunidad para nosotros, en una gran
asistencia de Julián sobre Giuliano, éste pensó una cosa, ejecutó otra, y al
final, ni centro, ni remate, ni nada, cuando lo tenía todo para haber creado
algo mucho más productivo.
En el 61, otra jugada clave para
nuestros intereses, en forma de nueva lesión, esta vez de Baena. Y esta,
desgraciadamente, sí que sí, no es una baja cualquiera, ni mucho menos.
Aprovechó para quitar también a Giuliano y sacar a Sorloth.
Justo a continuación, el 2-1 de
Dani Olmo, en un pase que logró filtrar Lewandowski cuando le estaban encimando
Giménez y Lenglet al unísono. Sinceramente, dicha acción no sé si dice mucho
del polaco, o muy poquito de nuestros centrales.
El resto de la segunda parte fue
un monólogo del Atleti, que dominó casi por completo al Barcelona, pero que no
tuvo la claridad de ideas necesaria para poder siquiera empatar el encuentro.
En el 75, el Cholo sustituyó a
Koke (que estaba mal y completamente sobrepasado, bien es cierto) por
Griezmann, y el francés se dedicó a pasearse de nuevo, enfangar nuestro juego y
privarnos de segundas oportunidades por la subnormalidad profunda que le ha
dado ahora por vivir en fuera de juego permanente. ¿Qué más se puede pedir a un jugador?
De vergüenza ajena.
Y, aún así, Almada, en el 80,
tuvo el empate, esta vez sí que sí, en una brillante acción inicial individual,
que se terminó llenando de balón, y cuando remató a puerta vacía, su disparo se
le marchó lastimosamente muy desviado sobre la portería del guardameta
blaugrana.
El Barcelona, como ya comenté,
acabó embotellado en su área, y esto produjo finalmente el tercer tanto en el
marcador a su favor, debido a que el Atleti andaba volcado ya sobre la portería blaugrana, obra de Ferrán, ese jugador que permanentemente anda reclamando algo
al mundo ¿?
Así que, todos esos comentarios
posteriores que he escuchado de grandes sabios contertulios radiofónicos,
diciendo que si el Atleti se había echado para atrás, de que si el Cholo
patatín, y patatán, oigan, que si lo de siempre, todo esto que les estoy intentando relatar a mi no me
lo parece ni de cachondeo, vamos. Lo que pasa es que somos muy proactivos a
pensar siempre lo que nos interesa, para cargarnos de razón en nuestros
argumentos, y no dudo que en muchas ocasiones pueden que la lleven (o la
llevemos), pero ayer … No. Ayer, decididamente, no fue así, y es faltar a la
realidad. Esa realidad desvirtuada.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea.
Ya sé que me vais a dar palos
hasta en el DNI, pero el penalti de Barrios me pareció penalti, la entrada de
Gerard Martín sobre Giuliano era amarilla, y no roja, y no tuvo mayor
trascendencia alguna en el resultado final, así que buen arbitraje el suyo. A
llorar, a la llorería.
EL
CRACK DEL PARTIDO:
Gran partido de Molina (y no, no
ando dándole al pimple en estos mismos momentos) pero el mejor fue Don Alex
Baena, y con diferencia. Más nos vale que su lesión no sea nada al final …
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Muy decepcionante Giuliano y
especialmente Julián Álvarez. Actitud les sobra, y lo sé, pero aptitud, ayer,
les faltó, y mucha. Y Simeone Junior está en época de crecimiento, pero Julián,
no. Ahora mismo le anda pasando como un avión Baena por encima. O el Cholo deja
de hacerle currar de esa manera, corriendo de un lado a otro como un pollo sin
cabeza detrás del balón, o no preveo nada bueno en el horizonte. Vive en un
estado de ansiedad permanente, y así es imposible. Y lo vengo advirtiendo ya
jornadas atrás. Luego está la colección de despojos que tenemos, claro. Los
Sorloth, el Griezmann de hoy en día, el señor Lenglet, y Gallagher, que se está
uniendo también al Club peligrosamente. Pues a pesar de todos estos condicionantes, hicimos buen partido
y todo. Que sí, que el Cholo … Venga, va …
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (0 GRADOS).
Hablando de realidades
desvirtuadas, el Termómetro es el Rey de la sinrazón posible, por lo que
consideraba que estos 3 puntos eran de obligado cumplimiento, y ha decidido
bajar, con excelente criterio, como no podía ser de otra manera, los 3 grados
positivos que teníamos, y dejarlo en cero patatero. No queremos ni olvido, ni
perdón.
Y el próximo finde, otro partido
fuera, y complicado, por más que este año el Bilbao parece más el Barakaldo que
otra cosa. Otra derrota consecutiva fuera de casa volverían a disparar alarmas
que estaban apagadas en estos últimos 6 partidos anteriores. Cuidado, pues …”Solo hay un Atleti, y es el de Madrid” …
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