¡Qué partidazo tan extraordinario disfrutamos el pasado sábado!
Fútbol en su más puro estado. Todo un duelo de contrastes en sus correspondientes estilos de
juego. Un Barcelona que es un auténtico torbellino con esa capacidad ofensiva
que tiene, que se lanza a tu cuello, que te intenta ahogar sin cesar, frente a
un Atleti que ya está más que acostumbrado a este tipo de encuentros en los que
predomina la supervivencia, pero que el que termina degollando es él en realidad. Y
sí, nos salió muy bien el pasado sábado, como nos pudo no haber salido tan
bien, ojo, pero fuimos mortales en dónde había que serlo, que es en las áreas,
y aprovechamos el terrible riesgo que corre el Barcelona con ese tipo de juego,
aunque en realidad arriesgamos los dos. Me explico.
El Atleti arriesgó mucho,
especialmente en la primera parte, en la que nos fuimos perdiendo solo de uno,
cuando, mínimo, nos podíamos haber llevado un par de ellos más. La presión del
Barcelona sobre nuestros jugadores era tan brutal, que apenas fuimos capaces de
hilvanar jugada alguna. Y ahí arriesgamos, porque como no hicimos frente a esa
presión con otra parecida nuestra, bien nos pudimos ir bastante más disgustados
al descanso. El vendaval blaugrana pronto comenzó. Raphinha fue una pesadilla
constante en nuestra banda izquierda. Gavi era un pitbull rabioso que mordía a
todo individuo gris que tuviese enfrente, mientras que Pedri dio una clase
magistral de lo que es un centrocampista técnico, con una visión de juego
extraordinaria, y, al mismo tiempo, asumiendo también el roll de
todocampista sin parar. Raphinha tuvo dos ocasiones, Lewandowski otra, el primer cuarto
de hora fue un quiero pero no puedo constante de un Atleti que aguantó el chaparrón
blaugrana como buenamente pudo.
Pasado ese cuarto de hora
inicial, al menos logramos pasar del centro del campo y empezar a tener alguna
posesión que otra con algo de sentido, pero el ataque azulgrana seguía siendo
demoledor. Gavi falló un cabezazo de forma incomprensible cuando estaba más
solo que Cerezo pidiendo un vaso de agua mineral. Y lo que tenía que llegar
llegó, y, además, por el mejor jugador local, y con diferencia, el brutal
Pedri, en una arrancada de las suyas, combinando con Gavi, éste al intentar el
control le salió una pared con algo de suerte pero efectiva, al fin y al cabo,
el canario se adentró en el área y batió con suma tranquilidad al bueno de
Oblak. 1-0 incontestable, y tocaría remar, y mucho, para intentar siquiera
empatar dicho encuentro. El Barsa dio una lección de velocidad en la
circulación de balón, intensidad y derroche de fútbol ofensivo durante todo
esta primorosa primera parte, pero el Atleti logró no irse del partido, no se
desgastó tanto como nuestro rival, y bien que lo aprovechó en el segundo periodo.
Y es que eso: es muy bonito el fútbol ofensivo, pero lo es más vencer.
La segunda parte, al ir por
detrás en el marcador, el Atleti tuvo que salir, como es lógico, con otra
predisposición más valiente y decidida para conseguir el empate. Pero, por su
parte, el Barsa seguía creando muchísimo peligro, sabedor que si se ponía con
el 2-0 en el marcador, ese partido ya no se le iba a escapar. Fermín la tuvo
nada más comenzar el segundo periodo. Para colmo de males, se nos lesiona un
imperial toda la noche Giménez, y en su lugar sale Witsel, cuando todos
pedíamos a gritos a Le Normand. La primera acción del belga fue una falta
al borde del área sobre Lewandoski, que éste remato sobre ¡Cubarsí!
Casi a los 15 minutos, Pedri
Potter saca de nuevo su varita mágica y le pone una asistencia celestial sobre
Raphinha, pero este, con todo a su favor, mandó su vaselina al larguero de la
meta defendida por el pobre Oblak, a lo cual, el Atleti respondió con una
excelente contra por la banda izquierda, el pase hacia el área lo despeja
Casadó, que cede una dejada pintiparada para Rodri de Paul, que venía desde
atrás, y con un disparo perfectamente colocado al palo derecho, puso el ansiado
empate en el marcador (un golazo como otro cualquiera, vamos).
A partir de ahí, el Barsa se enrabietó de nuevo, y volvió a generar peligro prácticamente constante de cara a nuestra portería. Mientras los Cholo-cambios empiezan a entrar en el terreno de juego, entre ellos, dos hombres que serían finalmente decisivos en el tramo final del encuentro, Molina y Sorloth.
Lewandowski esta vez falló
faltando un cuarto de hora una clamorosa que debió de rematar finalmente Ferrán
(aunque estaba en fuera de juego, parece ser). El partido se empieza a
convertir en un toma-daca total, y responde Pablo Barrios en otra ocasión pintiparada
para poner el 1-2 en el tanteador, pero respondió con una gran intervención balonmanística con el pie Iñaki Peña (Pableras, ese balón hay que rematarlo de toda la vida cruzado, y no
al palo del portero, hombre de Dios).
El Barsa también movió su
coctelera, y Olmo pudo ponerles en ventaja de nuevo, en un remate cruzado que
se le marchó finalmente fuera (por cierto que, hablando de Olmo, ya me
explicará alguien cómo puede jugar un tipo que, parece ser, no está inscrito como
jugador blaugrana, ¿Se encuentra presente algún experto en la sala?). El Barcelona se lanzó ya de
forma alocada al ataque, y como el Atleti tuviese la tranquilidad de saber leer
esa presión tan adelantada del equipo blaugrana, se podía llevar el partido en
un zarpazo, ya que nuestro poderío físico era imponente frente al desgaste del
rival. En este tramo final apareció Oblak (muy inseguro en el juego aéreo,
completamente decisivo bajo los palos), salvando un mano a mano de Raphinha
tras otra mágica asistencia del Pedri Potter en su mejor versión.
Casi de forma consecutiva, se
vuelve a lucir Oblak de nuevo, esta vez frente al mismísimo Pedri. Cuando Jan
está así, es prácticamente imbatible, está claro. Entramos ya en el descuento,
los dos rivales intentan golpearse sin piedad, hasta que en el 96, pasó esto
que les voy a relatar ahora. En pie todo el mundo, por favor. Se avecina clase
magistral de fútbol.
El Atleti recupera el balón en su
campo, y deja que conduzca finalmente la contra Don Rodrigo De Paul. El argentino, ve el
desmarque de un jugador colchonero, completamente solo, por su banda izquierda,
mientras que, detrás de él, Molina pone el turbo y pasa como exhalación
recorriéndose todo el campo de forma fulgurante, sin que ningún jugador
blaugrana pueda siquiera acompañarle. De Paul amaga el pase para la izquierda,
mientras espera que le doble el supersónico Nahuel, y, en el momento preciso y
con el toque sutil justo, le pone el balón de la forma ideal que lo necesitaba
Molina, con una precisión suiza, con la velocidad justa. El lateral sigue su
conducción a toda velocidad, se acerca a las proximidades del área, pone un
centro preciso sobre Sorloth, y el noruego, al primer toque, de forma violenta,
mete el balón en la portería blaugrana. Una jugada emocionante, lección
magistral de fútbol en toda ella dónde las haya, y en la quedaron por los
suelos hasta 4 jugadores blaugranas. Una puta maravilla. Para la historia, sin duda alguna.
Y se pueden sacar muchas
conclusiones. En mi humilde opinión, el Barsa pecó en exceso de fogoso, picó en el
anzuelo que le preparó el Cholo, y la muchachada leyó la lectura final del
partido a la perfección. Otra lectura es que si eres capaz de generar hasta
10-12 ocasiones algunas muy claras de gol, y solo consigues 1 tanto, si el
rival es poderoso, como somos nosotros en la actualidad, lo normal es que
acabes lamentándote de ello y el Atleti te machaque al final. Otra fenomenal
noticia es tener a toda nuestra plantilla a nuestra disposición, que nos sirve
para que nuestros jugadores que andan en el banquillo, salgan como motos y
superen a nuestro rival por superioridad física. Y ojalá y no me equivoque,
pero creo que a nuestros rivales les va a costar un riñón y parte del otro
sacarnos ya de esta posición.
El Atleti generalmente se
descuelga rápido de los puestos principales de cabeza en liga, y eso nos hace dejarnos
llevar, en ocasiones, de forma miserable por el campeonato nacional liguero.
Pero ojo, que cuando estamos enganchados, ya es otra canción. Y el Atleti está
ahora mismo con sus dos manos impregnadas de Loctite, y no les va a resultar fácil que nos saquen ya de
ahí ya nadie. Así que pues … ¡CHOLÍDERES!
ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea. Le reclamaron una mano de Giuliano dentro del área que le dio el balón en la misma pero estaba ya casi en la línea de fondo, con lo que no tuvo la misma influencia alguna en el juego, así que acertó al no pitar el penal. Por todo lo demás, sin complicaciones. Los 2 equipos se dedicaron a lo suyo, y esa es la situación ideal para que haya un buen arbitraje.
EL CRACK DEL PARTIDO:
De Paul pasó de jugar una primera
parte bastante mediocre (como la de todo el resto de sus compañeros, conste en
Acta) a disputar otra solemne, pero hoy el premio se lo voy a a dar al ínclito
Sorloth, porque, y no solo por el gol, todo lo que hizo en lo que disputó del
encuentro lo realizó estupendamente bien, y eso que su mejor marcador fue
precisamente el árbitro, que no entendió en ningún momento que si disputan el balón un grandullón y un pequeñajo, lo normal es que este último acabe por el
suelo, y no es obligatorio señalar precisamente falta, ya que, de hecho, no
hubo ninguna, por mucho que friese al bueno de Sorloth a las mismas.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Cómo tuvo que estar Antoine para
que Don Diego Pablo, en un encuentro así, le sustituyese sin dudarlo estando en
el partido con empate en el tanteador. Mejor dejémoslo estar.
Ratito va, ratito viene, pelito va, pelito viene … Ju Ju ….
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-1 GRADO).
Otorgamos la máxima subida posible al Termómetro, y lo
dejamos en un esperanzador gradito negativo solo, es decir, 3 gradazos más de
rigor. Vamosssss …
Pues este cuento se acabó. Aprovecho ya para desear a todos
una muy Feliz Rojiblanca Navidad. Pasadlo bien, portaros mejor, y ya os contaré
mis aventuras y desventuras por tierras malagueñas, ya que si Dios no lo impide
estaré presente en nuestro próximo partido Copero por excelencia … Hoy viajamos juntos otra vez, enamorados del
Atleti …