28 de octubre de 2025

Betis 0 - Atleti 2. Simbiosis total (Hermanos Raso dedicated).

 

¿Vosotros pensáis que los bufanderos descerebrados podemos tener tal simbiosis con un equipo de fútbol, hasta el punto de que, según te levantes, sabes positivamente si va a ganar, en este caso, por ejemplo, el Atleti (oséase, del único equipo medio decente que se puede ser hoy en día, vamos)? Pues ayer fue lo que, al menos, me pasó a mi, que de bufandero tengo bastante, de descerebrado, más, y de Atlético, ni os cuento.

 

Que yo amanezca un lunes de buen humor es más difícil de que veamos, hayamos visto o en un futuro contemplemos a Almada, Julián Álvarez y Baena jugar un partido los tres a la vez durante 90 minutos consecutivos. Lo que es imposible, es imposible, y no se puede remediar.

 

Sin embargo, oigan, ayer me levanté de un sorprendente buen humor. Trabajé de lo lindo, sí, pero es de esos días que todo va rodado, y de cine. Y por esos mismos condicionantes, estaba convencido de que el Atleti iba a conseguir ayer, ¡al fin!, esa ansiada primera victoria fuera de casa  que tanto andábamos ya ansiando.

 

El rival era propicio, y ojo, matizo. No quiero decir que fuese un mal equipo, ni mucho menos. Pero no es de los que sale precisamente con el cuchillo entre los dientes, y eso nos favorecía. Aparte, campo inmensamente grande (me da más sensación de amplitud que el mismísimo Camp Nou, y, ya puestos, muy de agradecer que hayan desaparecido las pistas de Atletismo, al menos, para los encuentros de fútbol, ojalá y hace mil años también hubiesen estado así, cuando estuve presente en la Final de Copa frente al Valencia, la Final del “Radomir, te quiero” – por decir algo positivo de dicha jornada-), uno de nuestros rivales fetiches, día raro ese de jugar un lunes (y el Atleti, las rarezas, las domina a la perfección), quieras que no, al Betis, aparte, se le nota que no termina de jugar como en su casa, por muchas casi 60.000 almas que les anden apoyando (impresionante entradón para ser la fecha que era, honor a los desplazados, ya de paso)… Nada podía fallar.

 

El encuentro comenzó con el minuto de silencio en memoria de Sandra Peña, una niña de tan solo 14 años víctima del dichoso acoso escolar, y que es para que se le caiga la cara de vergüenza a más de uno y más de dos tras haber permitido que sucediese noticia tan espantosa, y que la denuncia previa no haya servido como muchas otras cosas en este Santo País: absolutamente para nada. Por lo tanto, no se me ocurre un acto de mayor envergadura y sensibilidad para respetar el minuto de silencio entero, y no como suelen hacer los arbitruchos en cuestión, cortarlos cuando a ellos les place, como ayer volvió a pasar. Ni para eso valen, hay que joderse.

 

Deportivamente hablando, a fe que la cosa empezó pintiparada. Es verdad que no vestíamos de rojiblanco, pero he de reconocerles que esa equipación azul  mezcladita con el rojo, sencillamente, me encanta (en realidad cualquier trapejo que lleve nuestro glorioso escudo me termina volviendo loco, pero ese es otro cantar). El Atleti salió en plan soberano (como siempre sale, también es cierto) decidido, y a por todas,  y a los 3 minutos, un colosal Giuliano durante todo el encuentro, se aprovecha de un rebote tras un fallo en el despeje de Bellerín,  para rematar con su pierna izquierda, y de volea, ajustando el balón al palo de la portería de Pau López sin remisión posible. Dicen los entendidos que esa es su pierna mala, y yo me pregunto, ¿No será la buena, coña? 0-1 en el tanteador.

 

Y ya saben lo que pasa. Uno se alegra de tal circunstancia y tal, pero como nos suele remontar hasta el Talavera de la Reina, pues piano, piano, no se termine jodiendo la cosa. El Atleti, tras el tanto, se mantuvo más o menos firme en su vocación atacante, y a los 14 minutos, el infatigable Nico González remató cruzado con su zurda, y el guardameta verdiblanco respondió con una gran intervención.

 

El partido continuo con un toma y daca por ambas partes, pero, sin embargo, quién tuvo el segundo tanto hecho fue Julián Álvarez, tras una (otra) gran jugada individual de Simeone Junior, que le dejo un gol prácticamente a placer, pero que la quiso ajustar tanto el bueno del Juli que terminó echando el balón fuera rozando el palo. No tuvo su noche Don Julián, todo hay que decirlo.

 

Mientras tanto, el Betis comenzó a dominar más el juego, sí, pero con escasa claridad de ideas y con una lentitud y previsibilidad en su juego sencillamente desesperante. Así que, al borde del descanso, a Don Alex Baena, en una brillante internada en el área, recortó a su defensor y cruzó su remate a la escuadra contraria. Si es un golazo lleno de clase, distinción, elegancia y precisión, se dice, y no pasa nada. 0-2, y al descanso, con una buena sonrisa en nuestros rojiblancos rostros.

 

La segunda parte fue otro cantar. Por parte bética, Yellowstone Pelegrini sacó al terreno a Lo Celso, y los puntos atacantes locales subieron bastante.

Por nuestra parte, y tras una buena ocasión inicial prácticamente calcada a la que tuvo con el segundo gol rojiblanco el mismo Baena, decidió, sin embargo, que meter un segundo gol similar era un abuso, y buscó un pase inverosímil sobre Julián Álvarez, que, lógicamente, el argentino no pudo controlar. Por cierto, ¿No tuvieron ustedes la impresión de que el césped se encontraba excesivamente pesado, y que, en ocasiones, parecía desprender como pequeños torbellinos de arena? Desde luego, no me parecieron las condiciones ideales para desplegar un fútbol mucho más fluido, rápido y vertical, ni para unos, ni para nosotros.

 

Empezó a aparecer de nuestra parte la inmensa figura de Oblak, el cual, una vez más, sostuvo al equipo con sus intervenciones y seguridad, salvo en una salida posterior que tuvo, un tanto vendimiadora.

 

A los siete minutos de este segundo periodo, Barrios se fue de todo verdiblanco viviente, pero quiso entrar finalmente por dónde no podía hacerlo, y perdió otra buena acción de crear peligro, pero de verdad. Claro que, para peligro, fue la lesión del propio Pableras en la siguiente acción. No sé, pero cada vez que este chico se lesiona, un mes no se lo quita ni el tato (o el Teto, o el Beto, o el Neto, o quién sea), y es una pena, porque es uno de mis jugadores favoritos, y con diferencia. Esa conducción de balón que tiene, esa clarividencia que posee a la hora de ver el fútbol, es digno de elegidos. Le vamos a echar mucho de menos. Pero mucho.

 

Su puesto lo ocupó Gallagher, el cual parecía que iba a comenzar de manera tan desalentadora como lo hizo en Londres, aunque, afortunadamente, el inglés se fue entonando con el paso de los minutos y al final aportó oxígeno y piernas, que no fue poca cosa, vistas las circunstancias de que al Atleti se le iba quedando esa doble cara pero en su lado más oscuro esta vez,  llena de impresiones, displicencia y maltrato al balón que, por desgracia, también nos tiene acostumbrados cuando, especialmente, va en ventaja en el marcador.

 

En el 57, fantástico lanzamiento de Abde en una falta que se estrelló en el larguero. Y  en el 60, una vez más, empezó el cachondeo habitual de los cambios. Que quite a Julián por sacar al noruego invisible me desespera, si bien reconozco que ayer nuestro jugador franquicia no tenía su día. Por otra parte, que quite a Baena, precisamente cuando lo que más va necesitando en más minutos de competición y de acoplamiento con sus compañeros, me parece sencillamente demencial. Y que haga dichas sustituciones, como siempre, a la vez, no tengo palabras (sacó a Griezmann en su lugar, que bueno, al menos, su paseíto por la noche sevillana, dárselo, se lo dio).

Esto ya es un tema perdido, no va a cambiar y no hay nada que yo pueda hacer al respecto, más que resignarme y joderme. Al menos, ayer no sirvieron para que palmaran el partido, aunque si por casualidad se equivocan los béticos y meten una, una sola ocasión de las que tuvieron, ya les anticipo que hubiésemos sido carne de cañón.

 

Menos mal que la defensa va subiendo enteros por momentos, gracias especialmente al regreso de nuestro Comandante Giménez, que está jugando estupendamente bien, y que, aparte, ha hecho subir de nivel a Le Normand, el cual ayer también estuvo hecho un coloso. Llorente, por su parte, se apañó bien en su banda, y el pobre Hancko, al que siempre le toca bailar con la más fea (en este caso, Antony, que no hizo nada de nada gracias al trabajo del eslovaco más la enorme ayuda que recibió en su marca por parte de Nico González, el argentino estuvo colosal en tareas defensivas), mantuvieron los ímpetus verdiblancos más o menos a raya.


Así que, con más ruido que nueces por parte local, logramos aguantar el tipo y acabar con la portería a cero, porque, lo de intentar atacar por nuestra parte, obviamente, tras los cambios realizados, naranjas de la china. Y es que no se puede pretender ampliar una ventaja en el tanteador cuando dejas al equipo con diez caprichosamente, tras las nulas aportaciones que realiza el noruego invisible.

 

Da igual. No se me jodió el día al final, me acosté más contento que el Señor Cerezo en una barra libre de Gin-Tonics, y rematé un día sencillamente perfecto en todos los sentidos. Simbiosis Rojiblanca total.

 

Árbitro: Munuera X.

Pasó desapercibido, que es la mejor señal para un árbitro, aunque, en una acción aislada de Nico González, si hubiese sido un Soto Grande de la vida (un hijo de puta, vamos), le hubiese expulsado por segunda amarilla sin perdón alguno, aunque le hubiese sacado la primera justo en la acción anterior.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Destaquemos  cómo  disfrutamos cuando está en el campo de Don Josema Giménez, que defiende y hace defender, gran trabajo del sacrificado para la causa Nico, Baena estuvo en plan diferencial mientras le dejó el entrenador, pero el crack del partido hay que dárselo a Simeone Junior, el cual, en la primera parte, no es que estuviese corriendo sin parar, sino más bien hasta esprintado todo el rato, que ya es decir, y ojo, con sentido, con cabeza y con un entusiasmo sencillamente entusiasmante, valga la rebuznancia. Y recuerda lo que te he dicho antes, Giuliano: a ver si la zurda va a ser la tuya de verdad …

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Del noruego invisible ya no comento nada tampoco. Espero que algún día le de por despertar de su estado constante de hibernación en su mundo de salmones, icebers e iglús. De los Cholocambios tampoco quiero ya ensañarme en exceso, ¿Qué me queda? Pues la lesión de Pableras, y crucemos los dedos, aunque me da que es de este tipo de excelentes peloteros, los cuales, sin embargo, tienden en demasiado número de veces de tener lesiones musculares de aquí para allá.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (0 GRADOS).

¡Albricias! ¡Subida de 3 gradazos de golpe! Y es que, un día impoluto, debería de ser premiado con su correspondiente broche de oro rojiblanco, por todo lo cual ya ni siquiera andamos en grados negativos. Qué bello es vivir.

 

 

EL MADRILEÑO.

Os reconozco que cada día que pasa estoy más enganchado de nuevo a ver al Madrileño, no lo puedo evitar. Esa sensación de ver fútbol sin más presiones mediáticas que el de disfrutar de 11 tíos de rojiblanco jugando al fútbol frente a cualquier rival, sin mayores pretensiones que hacer disfrutar disfrutando al mismo tiempo, todo ello impregnado con ese olor a césped recién cortado que tanto me encandila, me tiene sencillamente embelesado, así que, el domingo pasado, aunque no fui a Alcalá por tema de la hora y demás, disfruté de otro gran partido de fútbol disputado entre nuestro filial y el Europa, escuadra que venía en primera posición en la tabla.

 

Le voy pillando poco a poco el tranquillo de cómo le gusta jugar al equipo de nuestro Niño. Buena colocación en el campo, presión inteligente sobre el terreno de juego, en ataque siempre buscando las alas, y elaborando el juego con toda la paciencia del mundo, y con el balón en nuestro poder como protagonista. Y de momento, a fe que lo andan consiguiendo, que se han puesto nada más y nada nuevo que líderes de su grupo, que no es moco de pavo. No sé si subirán o no, pero saben lo que hacen, cómo lo ejecutan, creen todos ellos a pies puntillas en su entrenador, y están con él a muerte. Es algo que se palpa en el ambiente, en el caso que le hacen, en cómo le saludan cada vez que son sustituidos por otro compañero suyo. La figura de Torres en este Club es inmensamente grande.

 

El partido fue la mar de entretenido de ver, con ritmo, variantes en el juego, y con 2 equipos que demostraron el por qué andan donde andan. Parecía al principio mejor plantado el Europa, y cuando el Madrileño se volcaba, sus contras, si bien no lograban culminarse, si que amenazaban mucho peligro en cada una que tuvieron.

 

Los barceloneses a la media hora probaron lo que vale nuestro más que prometedor guardameta Esquivel, que tuvo que estirarse hasta el infinito para poder despejar un balón, y su rechace posterior no acertó a cabecear Alex Cano en nuestra portería.

 

Sin embargo, en el 37 de juego apareció de nuevo el que, para mi, está siendo el jugador que más me está gustando esta temporada en el Madrileño, que no es otro que Iker Luque. El otro día le leí en una entrevista que le fichamos tras meternos 4 chicharritos en un partido contra nosotros, cuando jugaba en las filas del Rayito. He hicimos de puta madre, añado. El chaval es una rata de barrio cualquiera, y lleva ese fútbol canchero en las venas. Fútbol de regatear, irse, encarar, habilidad, remate y velocidad. Todo lo que tiene él. Y gol, claro, como el que consiguió en el  minuto 37 de juego tras internarse en el área después de burlar a 2 contrarios casi de forma consecutiva, y batir sin remisión a la portería visitante.

 

El Europa se volcó al ataque aún más, y Esquivel volvió a demostrar su sangre fría y excelente colocación, tras un remate a la media vuelta de un delantero visitante que llevaba muchísimo peligro.

 

Al final cazamos a los azules en otra gran contra definida a la perfección por Arnau, otro de esos jugadores que andaba perdido en una liga extranjera por ahí y que ha decidido probar suerte con nosotros, y de momento, gran impresión la que me anda demostrando en chaval en la otra banda. Añadan que tenemos un central que parece la Estatua de la Libertad de lo que impone (Puric), la magia de Rayanne y el buen trabajo colectivo de todo el mundo, y se transforma en un equipo valiente, atrevido, con cabeza y con mucha calidad.

 

Se que el ascenso es tarea ardua difícil, y, sinceramente, no me preocupa en exceso dicha circunstancia. Me conformo con seguir disfrutando de ellos y no perder la ilusión. Y lo que tenga que llegar, llegará.



Nada más. El sábado jugamos frente al Sevilla, que siempre, mal que bien que estén, son rival a tener en cuenta. Y aprovecho estas últimas líneas de mi crónica para dedicarles esta misma a los tres Hermanos Raso (Pablo, Fernando y Javi), que fueron más que justamente homenajeados tras cumplir 25 años al pie del cañón en la grada colchonera. Cada uno es como es. Con Pablo el ingenio y la diversión siempre está garantizada (el hombre con el que quedaba en "La Previa", que era un bar que estaba cerca de "El Previo", pero al cual denominaba cariñosamente "El OBK", cuánta chusma hay en esta vida, madre). Don Tete, sin embargo, es puro corazón borboteante colchonero por los cuatro costados. De hecho, me cuentan mis informantes que se llevó un inmenso disgusto porque no le entregase el regalo nuestro gran Capitán Koke, faro auténtico que alimenta su inspiración colchonera por los cuatro costados ("Quién es ese hombreeee"). Por último, Don Javier nos aporta el punto siempre necesario crítico y arrollante de personalidad, y se mostró entusiasmado ante el ágape y esos platos rebosantes de mortadela con que invitaron en tan glorioso acto, todo un manjar prohibido para él. 

Dicho todo esto, lo importante es que a los tres les envuelve un sentimiento Colchonero sin parangón: son Atléticos por los cuatro costados, y, cada uno a su manera, lo defendieron, lo defienden y lo defenderán hasta el último amanecer Rojiblanco que haya en la vida. Y yo me siento un auténtico privilegiado al sentirme un Hermano más de ellos. Ya saben, Caballeros del Honor Rojiblanco: se les quiere, y se les quiere bien … Vuestras rayas son, Rojiblancas que lleváis en el corazón” …



16 de octubre de 2025

Celta 1 - Atleti 1. Vuelta a las andadas.

 


Sé que los entrenadores espían a sus rivales, vigilan sus movimientos en las previas, les estudian tácticamente, analizan sus puntos fuertes y sus débiles. Seguramente, puedan hasta informes detallados a nivel individual de cada jugador. Pues bien. Hace tiempo, en alguna crónica ya pasada, lancé un pensamiento que tengo en mi mente, y es el siguiente: ¿Se estudia también el trato con el árbitro?

 

Lo sabemos todos, los colegiados son personas, y como tal, tienen su propia personalidad y características técnicas. Los hay más dialogantes, los hay que no pasan ni una. Unos permiten más el juego, otros pitan hasta cuando una mosca se posa sobre un jugador. Con  algunos puedes hablar, otros ni siquiera mirarles. En definitiva, salvo 3-4 excepciones (e igual me sobra alguno y todo), unos son unos hijos de puta, otros son bastardos hijos de Satanás, y el de ayer, por ejemplo, es sencillamente el Anti-Cristo, la auténtica reencarnación del fantasma de Guruceta. Más adelante les diré por qué empiezo con este rollo, pero sigo pensando lo mismo que indiqué en su día: hay que conocer bien al árbitro que te va a pitar, dar instrucciones muy precisas a los jugadores, y si, aún así, estos no hacen ni puto caso, pues eso: a la puta grada.

 

El primer tiempo se desarrolló yo diría que de forma tranquila y controlada por parte del Atlético ante un rival que dejaba a sus espaldas muchas debilidades defensivas. Eso sí, el primer susto lo dio el Celta, en ese escombro de jugador que es el tal Borja Iglesias ese. Su remate de cabeza salió lamiendo el palo.

 

En la siguiente acción, y como suele marcar nuestro guión de fuera de casa, nos pusimos ya por delante en el marcador, en una buena contra lanzada por Antoine hacia el espacio de Barrios, este se interna solo en el área, y su pase de la muerte (que no iba muy allá hacia Julián Álvarez, todo sea dicho de paso), un tal Carl Starfelt se lo metió en propia meta al intentar despejar el mismo. Y ya saben que uno se alegra, si, pero sin especiales euforias, que, desgraciadamente, todo nuestro devenir en los partidos fuera del Metropolitano se andan repitiendo los hechos con una irritante perversidad.

 

La cosa continuó con otro fallido remate de cabeza del “hombre del pintauñas” por parte celeste, el enésimo remate  que cruza en exceso Giuliano tras buena acción individual en el área por parte colchonera, otra buena ocasión de Hancko, que sigue siendo nuestro mejor central desperdiciado en la banda izquierda, la cual sacó el guardameta vigués con apuros (minuto ya 34), otra buena ocasión de Nico González en el 39 que mandó a Riazor (lo menos) tras gran asistencia de Koke en profundidad, como ven, sin excesiva brillantez, pero todo más o menos controlado y tal, hasta que en el 40, Lenglet le da un agarroncito de nada a Jutglá, este se deja caer como es norma de la casa en el fútbol actual, el árbitro le saca directamente la segunda amarilla, y a la ducha, a la ducha, a la ducha por GILIPOLLAS. Porque ya llevamos demasiado tiempo aguantando tus gilipolleces en el campo, tus entradas al borde del área ridículas, y tus idas de olla cada vez más flagrantes. Y no, es una vergüenza que te hayan sacado la segunda amarilla por esto, pero … ¿Van entendiendo ahora mi párrafo inicial?

 

Con este 0-1, y con el Atleti ya en estado de pánico debido a la inferioridad numérica (que a mi sigue sin parecerme un hecho tan grave como para desentenderse ya de cualquier acción ofensiva, pero bueno, doctores tiene la iglesia), nos fuimos al descanso.

 

Dicho esto, todos, y cuando digo todos, es TODOS, sabíamos que si el Atleti salía con el plan de echarse para atrás para defender este resultado, no lo iba a conseguir. ¿Cuál fue la táctica que seguimos, entonces? Correcto. Salir atrás a mal defender el puto marcador. Como siempre, vamos.

 

En la segunda parte entró Javi Galán por Griezmann. Yo ya no voy a entrar más en relatar los cambios de Simeone. No los entiendo en la mayoría de las ocasiones, y ya tampoco me voy a machacar los sesos en intentar hacerlo. Diría que Griezmann estaba siendo de lo poquito lúcido en este primer tiempo, pero bueno. Hasta aquí mi frío análisis al respecto.

 

El Celta, por su parte, sacó a  dos de sus mejores armas (Aspas y Bryan Zaragoza, quién ha visto y quién le ve a este último, con lo que me chiflaba a mi, por Dios Santo), y en apenas unos minutos, lograron empatar el partido en un balón que remataron a bocajarro a Oblak, este no logra atajar el balón porque le pilla a contrapié, y el más listo de todos, Aspas, pasaba por allí y la enchufó sin piedad. 202 goles lleva la criatura con el Celta, cifra que me parece, máxime estando en el equipo en el que está,  deportivamente hablando, todo un hito en su carrera. En el 72, Le Normand remató un buen cabezazo cruzado tras saque de esquina de Julián.

 

Media hora después de haber salido desde el banquillo al terreno de juego, Simeone decide humillar a Javi Galán para sustituirle por Alex Baena (me parecen deleznables este tipo de acciones, las cuales, por cierto, lo único que realmente demuestran es que andas dando palos de ciego sin ton ni son desde el banquillo). Un minuto más tarde quitó a Koke por Gallagher, y en el 81, quitó a Julián Álvarez, una vez más, por Sorloth, y como este cambio me supera por completo lo habido y por haber, y me pone en un estado de ansiedad realmente preocupante, cambié de canal, y a otra cosa, mariposa, que estoy hasta las pelotas de perder el tiempo y aburrirme como una puta ostra (por lo que leo por ahí, Sorloth realizó otra actuación de las suyas portentosas de virtud, sacrificio y desbordando ilusión y compromiso por los cuatro costados, mientras que nuestro hombre más diferencial, una vez más, al banco, con un partido sin resolver, no lo exprimamos nosotros a tope, que sean los argentinos, hombre, que nosotros solo le pagamos, ¿Habrase visto?).

 

El resto de la crónica, si queréis ya me la completáis vosotros, ¿Vale? Eternamente agradecida.


ÁRBITRO: Soto Grande.

Una vez más, este tipo confirmó que es el mal más absoluto de cara a nuestros intereses. La reencarnación de Guruceta, máxime vestido con ese negro tan de otra época como indumentaria, porque la expulsión de Lenglet fue una cacería, la tarjeta a Baena nada más salir, la confirmación de la misma, y el que le dejase, sin embargo, terminar el partido al escombro de las uñas pintadas, el acabose. Por eso empecé la crónica como lo hice. Si existiesen las recusaciones de antaño, aún, pero como es imposible, o estudiamos un poco a esta gentuza, o no ha sido, ni va a ser la primera que nos hagan. Por desgracia, ya verán.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Llorente. Es un auténtico ciclón omnipresente. Está en un momento de forma sencillamente bestial. Este no se besa el escudo y demás, pero demuestra las cosas dónde hay que hacerlo. Temporadón del Lechugo.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Lenglet. Le he visto casi ya más partidos expulsados que jugados, y muchas de sus acciones, son completamente evitables. Es un central que mide mal, que se precipita en exceso, y que nos desangra vivo cada una de sus acciones sin ton ni son. Un auténtico disparate que haya firmado, encima, 3 años con nosotros este menda, y me cuentan que en Barcelona, su comportamiento era exactamente el mismo que os describo, con lo que el seguimiento que se le ha realizado a dicho jugador, brilla por su ausencia, evidentemente.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 3 GRADOS).

Bajada de nuevo de 2 nuevos grados, que somos el equipo que más veces ha ganado al Vigo en toda su historia. Ya ni los rivales propicios logramos vencerles fuera de nuestro hogar, rojiblanco hogar.

 

MADRILEÑÍN.

Estuve viendo al C en su derrota frente al Parla en el Cerro, y comprobé que la tercera división madrileña sigue exactamente igual que cuando la dejé cuando era pequeñajo y no me perdía un partido del Cara en la Mina. Virgen del amor hermoso, qué equipo el Parla, que panda de marrulleros y provocadores, que auténticos perros rabiosos demostraron ser, y cómo con todas las malas artes habidas del mundo y por haber, lograron, encima, dejar con 9 a los chavales. Urge sacar a los filiales de todo este estercolero, y que se formen como Dios manda enfrentándose a rivales a imagen y semejanza con su propia competición, porque vaya tela.

 

Y ahora parón de las Selecciones, con 4 internacionales nuestros con España. A los Atléticos no nos suele hacer mucha gracia que nuestros jugadores vistan la Roja, si bien, curiosamente, cuando no nos seleccionan a ninguno decimos que si es una Selección de vikingos, qué vergüenza y bla bla bla … Correcto. No hay quién nos entienda. Es año de Mundial, que lo hagan de cine,  y que no se lesionen, porque el sueño de cualquier jugador de fútbol es disputarlo, y si tenemos un equipo sin internacionales, me da a mi que poco íbamos a lograr, deportivamente hablando … “En la Calle o en la grada, 1-9-8-2” …



29 de septiembre de 2025

Atleti 5 - Ciervos 2. Un derbi sencillamente inolvidable.

 



Cumplo 50 años de socio del Atleti en Julio del año que viene. Como os podéis imaginar, he vivido infinidad de derbis, de todas las categorías, clases y condiciones. Los derbis son un perfecto contraste entre sentirse entre el abismo más profundo o tocar el cielo con las manos. Suelen ser 3 puntos más, pero nunca se trata de un encuentro más.

 

Ha habido épocas brillantes, años celestiales, muchos años también de sequía y desolación, mucha rabia contenida ante los dantescos arbitrajes padecidos en muchos de ellos, sinsabores, búsquedas de rivales dignos y demás.

 

Hemos vivido finales (gloriosas las de Copa del Rey y Supercopa Europea, frustrantes a la par que injustas las de CHL), y, lo bueno que tiene nuestro derbi, es que no nos solemos jugar la honrilla de ver quién manda en la Capital exclusivamente, sino que, deportivamente, siempre es algo más, mucho más, y ese salto de calidad se lo debemos principalmente a Don  Diego Pablo Simeone.

 

Golear al máximo rival siempre es una auténtica gozada. He tenido la suerte de vivir un par de 0-4 en la Pocilga, y ni os imagináis lo orgasmeante que fueron (curiosamente, los dos, bajo un buen manto de lluvia). En el Calderón, sin embargo, nunca se nos han dado demasiado bien del todo (históricamente hablando).

 

Con el cambio de estadio, sin embargo, en Liga no nos han vencido en ninguno en nuestra casa, y el del pasado sábado, fue histórico porque jamás pensé en que les podríamos haber metido una manita a esta gente. Me ha tocado esperar, pues, casi 50 años, pero dicha espera ha merecido muy mucho la pena.

 

Fui invitado por mi Hermano Rafita al evento, y, desde luego, si me tomo dicha invitación como regalo de mis Bodas de Oro con el Atleti, no ha podido elegir ni  mejor momento ni escenario tan incomparable. Encima, tuvo el detalle de cederme un abono en la ”Gradona de los García Muñoz” (presidiendo dicha grada está su Matriarca, y en la misma pululan todo tipo de hijos, sobrinos, Hermana y demás familiares adyacentes), y, la verdad, me acogieron como uno más, y logramos vivir juntos el pasado sábado una velada sencillamente extraordinaria.

 

Mención  especial a Alejandro, primogénito de mi Rafita, que me guardó el correspondiente sitio, estuvo todo el rato pendiente de mí, y no cesó de cantar y animar conmigo ni un solo instante en post de la victoria de nuestro Atleti. Fue un compañero de grada sencillamente excepcional, y nos hemos emplazado ambos para compartir muchos partidos más (y si es posible, con la presencia de su padre, aún mejor, muchas gracias por todo de nuevo, Don Rafael).

 

El ambiente fue sencillamente espectacular, maravilloso, brillante a la par que emocionante. Un Metropolitano a reventar, el Fondo Sur latió con más fuerza que nunca e impulsó a todo el estadio en la animación, el estadio más Rojiblanco que nunca, Tifazo a la altura, preciosas las banderas ondeando sin parar casi durante todo el encuentro desde el Frente, nada podía fallar. Y con todo el Metropolitano entregado, empezó el partido.

 

Al minuto ya habíamos sacado el primer córner. A los 2, Hancko ya había dejado completamente solo a Sorloth delante de la Rata belga, pero el noruego volvió a dar otra nueva lección del jugador tan sumamente desconcertante a la par que irritante que es, y de que armó el pie para rematar le dio tiempo a Militao a afeitarse, cambiarse de camiseta, lavarse el pelo y ya, de paso, desbaratarle el balón (y como premio se llevó el patadón del noruego, claro, que casi le deja sin tobillo, qué individuo más zopenco en ocasiones, por Dios).

 

En el minuto 10, otro gran centro, esta vez del gran Pableras, hizo que Sorloth de nuevo cabecease con esa falta de estilo y plasticidad que caracteriza, pero el balón salió bombeado y la rata belga tuvo que desviar a córner.

 

Cuatro minutos más tarde, el Metropolitano estalla de alegría desbordada, en un centro del fantástico Giuliano, que dio una auténtica Clase Maestra de cómo se debe de disputar un derbi, poniendo el balón a la perfección sobre la cabecita de Le Normand, que le comió la tostada a su defensor y puso el 1-0 en el marcador. Locura total.

 

En el 21, de nuevo Barrios le pone otra gran asistencia de nuevo al Salmones del Sorloth, pero el mal control del noruego hace que se tenga que estirar para intentar rematar el balón, y al final le pega otro buen castañazo a la Rata Belga. Don Salmones repartió a todo puto bicho vikingo viviente, como debe de ser.

 

El Atleti estaba espléndido, pero con esta gente jamás te puedes confiar, porque de la nada, sacan todo. Minuto 25, acción aislada visitante, en la que Güler le pone un pase en profundidad al Penalppé, y el francés, que está demoledor este año, logra batir sin remisión al bueno de Oblak. Y tan solo 10 minutos más tarde, Le Normand protagoniza un ridículo despeje de espaldas al balón, sin tener claro ni cómo ni en qué situación real se encontraba exactamente, y dicha temeridad la pagamos muy cara, ya que hizo que el tal Binicius hiciese su única jugada medio decente en el derbi, internándose en el área y asistiendo a Arda Güler para que remachase el balón llegando desde segunda línea atacante de esta gentuza. Sin hacer nada del otro jueves, pero remontado un partido que estabas jugándolo de puta madre, así, sin pan ni ná. Y el problema no es ese, lo grave es que sabemos cómo suelen acabar este tipo de partidos frente a ese equipo, dándose tales circunstancias. Por desgracia, lo hemos presenciado ya en unas cuantas ocasiones.

 

Sin embargo, el equipo no se fue, y Julián Álvarez decidió demostrárselo a sus propios compañeros, en una acción individual de la Araña que acabó rematando hacia la portería fulera, y el balón salió repelido por el palo. Habían pasado solo 3 minutos desde el 1-2, y el mensaje estaba claro: a por ellos, que esto no está acabado ni mucho menos. En mi humilde opinión, esta jugada fue absolutamente clave, sobre todo, por lo que transmitió  tanto a sus propios compañeros como hacia la grada.

 

El Atleti seguía insistiendo, lanzó un córner que logró rematar extrañamente Lenglet al fondo de la red. Fue tan extraño el remate del gabacho que resultó que se puso las 2 manos en la cara para protegerse, en vez de que le diese el balón en la cabeza, y ya está. Ver para creer.

 

Y ya en el descuento de este primer periodo, Koke saca a relucir esa bota suya tan de  escuadra y cartabón, pone un pase medido sobre Sorloth, y este, al fin, logra rematar de cabeza poniendo el empate a dos en el marcador. Y ahí estuvo el mayor mérito del Atleti. No se fue del encuentro, siguió jugando igual de bien, anticipándose a todos y a todo, no dando un babón por perdido, y obtuvo, al menos, el consuelo del empate a dos en el tanteador. Con este resultado nos fuimos al descanso. La segunda parte prometía emociones aún más fuertes.

 

En este nuevo periodo el Atleti arrolló al Madrid por completo, y hubo momentos en los que les bailó inclusive sobre la alfombra del Metropolitano. Fuimos una orquesta mágicamente comandada por Barrios y por Koke, y espléndidamente ejecutada por Julián Álvarez. Sin duda, vi al Atleti con un hambre desatada en busca del rival, con ganas de demostrarle toda su valía, coraje y esplendor. Y a fe que lo conseguimos.

 

A los 5 minutos, penalti a nuestro favor, en una acción en la que Arda Güler impacta sobre el rostro de Nico González, auténtico descubrimiento de legionario del Cholo, al menos para el que esto os escribe, y que está encantando hasta el momento por la garra, valentía, personalidad y buen fútbol del jugador argentino. La pena máxima se encargó de transformar Don Julián Álvarez de nuevo. El Atleti había hecho lo que casi nadie consigue: remontarle un partido en poco tiempo a los ladrones de Concha Espina.

 

En el minuto 58, Julián Álvarez dio el primer aviso en un lanzamiento de falta, que se marchó cerquita de la escuadra. En el 62, Sorloth se planta mano a mano con la rata belga, pero la basura esta logra finalmente despejar el balón con un tentáculo cornudo de los múltiples que tiene. El Atleti estaba desatado, volcado, jugaba al fútbol sin contención ni moderación alguna, era una auténtica barra libre de coraje, corazón, intensidad y sentido vertical de jugar a este deporte e ir a por el rival entregado para la causa, con una grada que le impulsaba del mismo modo para conseguir machacar al rival.

 

Y tan solo un minuto más tarde, nueva falta al borde del área vikinga. Dudan entre Julián y Nico en quién va a lanzar la misma, pero yo lo tengo muy claro, tal y como le confieso a Alejandro: “la va a tirar Julián, y la va a marcar fijo”. Por una vez y sin que sirva de precedente, acerté en mi predicción final.  La Araña picó al Madrid y lo dejó mortal de necesidad, con un golazo sencillamente impecable en ejecución, gesto técnico y golpeo al balón. De 11 sobre 10.

 

En el 66, Gallagher sustituyó al Salmones, que, en pleno éxtasis rojiblanco en vena, se fue coreándose su nombre a todo pulmón en la grada hasta por servidora. Mientras tanto, el único recurso que tuvo el de Tolosierra es el de los entrenadores mediocres: acumular delanteros sin orden, ni concierto, ni ton, ni son. Ojo, no digo que sea mal entrenador, ni mucho menos, que lo que hizo en Leverkusen vale su peso en oro, pero, desde luego,  en  el derbi, estuvo a años luz de un tal Don Diego Pablo Simeone, que son, obviamente, palabras mayores.

 

El único que intentó algo fue el tal Francisco Franco ese, pero confundió velocidad con el tocino, y se dedicó más a acciones tribuneras de cara a la mudita grada visitante (que fue  más visitante y menos molesta que nunca) que a jugar al fútbol de verdad, que para eso ya  estábamos bordándolo los colchoneros. Un desfondado Hancko se fue absolutamente agotado en el 83 (no podía ya el esloveno ni con su alma) entrando muy bien Opá Galán, mientras que Antoine entró por Nico.

 

Andaba muy preocupado en la previa Rafita por la sequía de Griezmann, y decía que le jodía un montón que se quedase al final a dos goles de los 200 tantos con el Atleti. Pues bien, ahí tienes ya otro, Don Rafael, en una contra magistralmente conducida por Baena, que reapareció unos minutos, el almeriense le asiste de forma precisa, concisa y clarividente sobre el francés, y Diosito consigue poner la manita en el tanteador, una manita histórica, en un derbi legendario, y que tardará muchísimo tiempo en olvidarse (por parte de unos, y ojo, también de otros).

 

El final fue apoteósico, con todo el estadio vibrando, saltando y cantando sin parar, abrazos, besos, cánticos y más cánticos, emociones descontroladas y estado de felicidad tan plena, absoluta y maravillosa, que, sinceramente, y al menos en mi caso, os puedo garantizar que los 50 años de espera que llevo para vivir un derbi así, han merecido la pena. Y si no hubiesen ocurrido, me daría igual, esperaría otros 50 años más aunque solamente fuese por imaginar este instante. Un derbi sencillamente inolvidable …

 


Árbitro: Alberola Rojas.

Sé que hay opiniones para todos los gustos, pero para mi tuvo una actuación valiente e impecable mi árbitro favorito, como siempre suele hacer. Ojalá y nos pitase siempre especialmente este tipo de partidos frente a  este rival en concreto, porque tiene personalidad a raudales para conducirlos y es de los pocos que no se deja amedrentar, al menos de momento, por la sucia y repugnante maquinaria mediática cervatil. Un diez para él.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Llorente es un auténtico portento, hasta el punto de que una vez más (y van ya unas cuántas) hizo que Mahatma Binicius no fuese más que el sucio espectro de ser humano que es, sin mayor complicación por otra parte. Hancko es un fichajazo total, Giuliano entendió lo que es un derbi como ningún otro, Barrios estuvo estelar, manejando al equipo con una entereza y una seguridad en sí mismo acojonante, Koke ha rejuvenecido 10 años y maneja al equipo a su antojo, Nico González nos tiene a todos encantados con su llegada, y Julián es “ese hijo de puta con carga de angelito” que tanto necesitábamos. Dicho todo esto, hoy el Cum Laude es para Don Diego Pablo Simeone. Ha tenido un comienzo muy complicado, muchos hemos dudado de él, pero el auténtico valedor de que hoy lunes hayamos ido a nuestros trabajos con esta manita desplegada saludando hasta a los más siniestros personajes de la caverna vikinga, ha sido él. Ya no hay búsqueda de rivales dignos y demás. Ahora hay un equipo que en grada ha dominado siempre, en sentimiento ni les cuento, en clase para qué hablar, y que, deportivamente hablando, va de Frente (Forever) paseando tan afano y tan orgulloso, tanto por el Paseo de los Melancólicos, como por la Avenida Luis Aragonés, la Castellana o Concha Espina, mientras otros, afligidos y amargados, agachan la cabeza y miran hacia otro lado. Ya sabe, pues, todo el mundo, quién manda en la Capital.


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

No es un partido para poner decepciones, pero tenemos que ir pensando en la transición ya del bueno de Jan. Es intocable y lo será durante toda esta temporada, pero si no queremos que nos pille el toro, la secretaría técnica del Club y el propio Cholo tiene que empezar ya a meditar en ir buscándole un sustituto, tarea que va a ser ni siquiera difícil, sino altamente complicada.

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-1 GRADO).

Subidón de 2 gradacos para ver si logramos voltear este Termómetro Loco que anda tan descontrolado. Al fin y al cabo, hubo mucho más derbi y fue bastante más complicado el del pasado miércoles que el de los “5 golitos tiene el vikingo”.

 

El Madrileño.

Gran victoria conseguida por nuestro entrañable filial, primera en Alcalá, y frente a un rival que aspiraba al Liderato si conseguía la victoria en nuestro feudo. Aparte, ver a los chavales es todo un espectáculo, en el sentido de lo bien que presionan todos, lo bien que se colocan en el campo, lo solidarios que  son como equipo, y la  entrega y fe que ponen en cada una de sus acciones.

El Ibiza empezó asustando, en una gran asistencia de Bebé (el que fuese jugador del Rayo, entre otros) la cual remató un delantero ibicenco y el balón lo repelió el larguero. Parecía que los de Paco Jémez daban miedo, pero de verdad. Sin embargo, a los 11 minutos de juego, Belloti persiguió un balón imposible presionando al portero visitante (se nota que es argentino y canchero el pibe cantidad), al final le terminó robando la cartera al mismo, y, a puerta vacía, puso el 1-0 en el tanteador.

Poco después, uno de mis favoritos del filial, Iker Luque, estrellaba un balón en el palo. El propio Iker, seguidamente, se inventó un pase filtrado genial sobre el gran desmarque de Arnau Ortiz, y este, sorteo al portero, y batió de nuevo a placer la portería ibicenca. 2-0 y no llevábamos apenas ni 20 minutos de juego. 


El Ibiza reaccionó, como no podía ser de otra forma, pero entre nuestro orden defensivo y nuestro guardameta Esquivel, nos encargamos de llegar con dicha ventaja al descanso.

 

En la segunda parte, y especialmente en el tramo entre los primeros 15-20 minutos, pudimos sentenciar el encuentro de forma definitiva, pero desperdiciamos dichas ocasiones, aunque en verdad, se controló al rival en todo momento, y tampoco se pasaron grandes apuros de ahí al final del encuentro. Así que broche de oro a una excepcional jornada rojiblanca: venció el Madrileño, venció el C 1-3 al Alcornocón B y va líder destacado de su grupo en Tercera, las Niñas golearon fuera de casa, y el grande aplastó sin piedad a los ciervos, a imagen y semejanza de cómo lo hacía Don Juan Carlos Arteche a sus oponentes.

 

Poco más. Mañana partidaco de Champions frente a un Eintracht que viene de clavar 6 goles a domicilio en Mönchengladbach, y que se deshizo en la primera jornada con comodidad del Galatasaray en dicha competición. Ya que  estamos, la disputaremos, claro está, pero lo importante es Vigo, que nadie pierda la perspectiva … “Forza Atleti estamos aquí, nuestro amor te lo damos así”…



25 de septiembre de 2025

Atleti 3 - Rayito 2. Justicia Salvaje.

 

Una gran noticia: el Metropolitano va recuperando su pulso habitual. Ratos de descontrol general, otros ordenados, otros sorprendentes, algunos maravillosos, la mayoría salvajes, locura, desenfreno, éxtasis, vuelcos del corazón y delirio final. ¿Cuántos partidos hemos vivido ya en nuestra casa así? Mogollón. ¿Cuántos nos quedan? Hasta el infinito y más allá. Cada Club tiene su propia idiosincrasia, su personalidad, su propia forma de ser. Y nosotros somos así. No traten de entenderlo, solo súfranlo/disfrútenlo según les de a elegir. Ayer, lo más importante, es que, ante todo se hizo Justicia. Justicia salvaje, sí, pero Justicia, al final del encuentro.

 

La Primera parte yo diría que fue controlada de forma cómoda por el Atleti. No con un juego apabullante y desbordante, cierto, pero sí con cierto orden y relativa tranquilidad. A los 13 minutos tuvimos la primera buena ocasión en una internada de Griezmann, que se quedó finalmente casi sin ángulo y su remate lo rechazó a córner Batalla. Dos minutos más tarde, el omnipresente Llorente pone un balón preciso y certero al segundo palo, y Julián, de volea, hace aún mejor dicha asistencia para batir sin remisión a la portería vallecana. 1-0, y nuevo partido que nos adelantábamos en el marcador.

 

El Rayo intentó, a partir de ese instante, crear más peligro en nuestra área, pero entre Hancko y Oblak se encargaron de desbaratarlo. El bueno de Jan no estuvo especialmente fino ayer a la hora de atajar balones que antes los pillaba como quien pilla una nuez (cosas ya de la edad) pero sigue siendo finalmente decisivo en sus intervenciones, como ya les comentaré un poco más tarde.

 

Por su parte, Llorente seguía absolutamente descontrolado por su banda, y sus internadas fueron un constante martillo pilón ante la defensa vallecana. Otra gran cabalgada suya no llegó a rematar Griezmann por poco.

 

Mientras tanto, los vallecanos, en el minuto 36, tuvieron otra buena acción de peligro también. El bullicioso Fran Pérez ganó la espalda de Molina, como suele ser norma de la casa,  y su pase de la muerte no lo llegó a conectar bien Alemao, gracias de nuevo a otra fantástica acción defensiva de Hancko, que cargó lo justo al delantero para que su remate marchase fuera sin remisión posible.

 

Un minuto más tarde, debió de sentenciar el Atleti. Molina dio la asistencia de su vida hacia Julián Álvarez, pero su disparo final se le marcho alto, en un remate mucho más claro y diáfano que el que tuvo cuando anotó el tanto colchonero.

 

Y ya cuando todos dábamos por hecho que con el 1-0 nos íbamos al descanso, un tal Chavarría metió un latigazo impresionante desde la calle Fofó, y se coló como una exhalación sobre la portería de Oblak. Alguien nos ha  echado un mal de ojo, porque no es ni medio normal que este partido fuese en tablas al marcador, después de lo acontecido durante el primer tiempo, pero bueno. Esto son rachas. Habrá que ir superándolas como Dios no dé a entender.

 

La segunda parte fue una auténtica pasada, con 2 equipos, por instantes, volcados sin mayor miramiento decididos a llevarse el preciado botín de la victoria. Dos púgiles golpeándose sin piedad, esperando a ver quién terminaba besando la lona. Un espectáculo fabuloso, y francamente divertido.

 

Griezmann intentó sacarse un latigazo desde fuera del área nada más comenzar este periodo, pero su remate salió bastante desviado. En el minuto 50, otra nueva galopada de Llorente, entra en el área realizando la pared con Diosito, y cuando iba a rematar, le “cerraron” el espacio entre 2 defensores rayistas y al final no pudo rematar. ¿Penalti? ¿No Penalti? Luego analizamos, pero se montó una buena medio tanganilla y demás, de esas que tanto meten al público como a los propios jugadores en el encuentro. Más a cara de perro aún.

 

Tres minutos más tarde responde el Rayo con una ocasión increíble con remate desde dentro del área pequeña de Isi, a bocajarro, que sacó Oblak con el pie de forma inverosímil. Paradón de paradones. Don Jan utilizó de nuevo su disfraz de Don Lorenzo  Rico, qué duda cabe.

 

En el fatídico minuto 60, la Choctelera se agita. Quitó a Molina (bien quitado) y a Koke (mal quitado, pese a la tarjeta) y metió en el campo a Nico y Giuliano. Poco más tarde, una maravillosa asistencia de Gallagher al segundo palo, lo remata Nico de cabeza tan sumamente solo, que le dio tiempo a pensar demasiado, queriendo ajustar su testarazo tan al palo, que se fue marchando fuera. A pesar de este fallo, me sigue gustando mucho todo lo que veo de Nico, la verdad.

 

En el 67, un pase en profundidad de la Araña puso al Cholito solo delante de Batalla, pero le costó tanto entrar en la dinámica del partido saliendo desde el banquillo, que se eternizó en  su control y remate, y Lejeune le terminó robando la cartera.

 

Al 73 le tocó al Rayo de nuevo. Emulando a Chavarría, Balliu soltó otro imponente zambombazo desde la calle Fofó que pasó lamiendo el palo del atónito de Oblak. Y faltando 13 minutos, Isi mete en profundidad un balón sobre Álvaro García, este se planta más solo que la una ante Jan, se deshace de él con maestría y bate sin remisión nuestra portería. El árbitro inicialmente pitó fuera de juego, pero luego comprobó el VAR que su posición de salida, por un pelo, pero era correcta. 1-2, ver para creer, con todo lo que habíamos fallado previamente. Mi cabeza se puso a pensar inmediatamente en el Cholo, porque, esta vez sí, el fútbol estaba siendo muy injusto con él.

 

En plena vorágine de partido, Simeone quitó a Gallagher y Griezmann, y sacó a Pubill y a Ruggeri. Marc muy bien la verdad,  muy tranquilo y sabiendo lo que tenía que hacer en cada momento. El italiano también leyó muy bien el partido: había que rascar, y rascó. Como debe de ser.

 

Sin posibilidad de respiro alguno, un gran balón de Ruggeri al segundo palo, Simeone Junior lo remató, Batalla lo sacó sobre la línea de gol, pero bastante tuvo con eso, ya que no logró atajar el mismo, a lo que Julián Álvarez aprovechó para poner el 2-2 en el marcador. El manicomio del Metropolitano ya estaba desatado por aquel entonces.

 

Minutos finales. Tan solo 2 de ellos más tarde, Giuliano falló el gol de su vida, tras una gran internada y asistencia de Raspadori, que el bueno de Simeone Junior remató, con el interior del pie, completamente solo, desde el área pequeña y sin portero, ¡Al larguero! Es que no me lo puedo creer …

 

Mientras tanto, Llorente seguía a lo suyo, desatado por la banda, poniendo centros y asistencias sin parar, en esta ocasión al propio Raspadori, cuyo remate se fue lamiendo el palo. ¿Se puede decir que el Lechugo ayer realizó su partido más completo con el Atleti? Yo diría que sí.

 

Y, a 1 minuto para el final del encuentro, la apoteosis, el éxtasis, tocamos el cielo de los cielos. Julián recibe sobre el área, se va acomodando la posición de remate sorteando contrarios, y lanza un zurdazo del copón bendito que se cuela por la escuadra de Batalla. El disfraz de Escándalo Forlán le sienta como un guante a la Araña.

 

Ya en el descuento, el Rayo lo intentó de nuevo, en un centro que se paseó por toda nuestra área sin que encontrase rematador en la figura del Chavarría ese, que andaba incomprensiblemente solo también. El corazón andaba recogiéndomelo en esos instantes de la garganta.

 

En el 96, de nuevo Simeone desperdicia otro nuevo uno contra uno que le dejó Nico ante Batalla, pero otra vez su remate salió excesivamente cruzado (el día que Giuliano le de por clavar alguno de todos estos chicharros que suele generar con su movilidad, velocidad y desmarque constante, igual saltamos al campo  todos a celebrar con él los goles, carallo). Y a este ritmo desenfrenado, al final el partido se acabó. Muchas veces nos suele dar la espalda, pero ayer, al final, no lo hizo. Justicia salvaje.


 

Árbitro. Hernández al Cuadrado.

No se dejen intoxicar por la basura mediática vikinga a estas alturas de la vida, que ya sabemos que el Sábado hay partido contra la escoria de Concha Espina. Ni  es expulsión lo de Koke (es fútbol), ni es lo de Llorente (también es fútbol). En relación al penalti sobre el propio Lechugo, yo tengo mis dudas (es curioso que algunas jugadas son tratadas a la velocidad de la luz, mientras otras se repiten hasta la saciedad, según qué intereses haya, obvio), pero es que hubo otro muchísimo más claro y diáfano sobre Nico, el cual el defensor rayista le coge del cuello y le tira al suelo impunemente, y que ni siquiera nadie se ha dignado en citar ni reseñar (mucho menos repetir imagen, claro).

 

Dentro de la puta mierda de arbitrajes VAR  que hay hoy en día, agradezco profundamente la existencia de alguien que trate todavía (son raza a extinguir, eso sí) este deporte como tal. Con sus choques, con sus momentos calientes, que esto también es fútbol, leñe, y no se quiera cargar un partido de fútbol a base de rojas sin sentido alguno, tal y como venimos padeciendo en la actualidad.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Dos nombres propios: Llorente está sencillamente descomunal y en un estado de forma pletórico, por un lado, y Julián, al fin, se pilló el rol de crack diferenciador que todos sabemos que es, consiguiendo su primer hat trick desde que está con nosotros, y es que es algo muy sencillo: si no se le priva de disputar de forma caprichosa en muchos encuentros 30 minutos por banda, tendrá muchas menos oportunidades de brindarnos tardes-noches así, téngalo claro. Es algo obvio y de cajón, máxime sabiendo que en los últimos instantes de los partidos estos se abren mucho más, el cansancio hace mella en todo el mundo y se crean muchos más espacios para que este tipo de situaciones se puedan producir, y este tipo de peloteros brille con su máximo esplendor. Y que recoja el guante quién corresponda, solo faltaba.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Sé que va por rachas, pero la negación de cara a puerta de Giuliano es a veces irritante. Luego todo lo suple por su forma de ser y de estar en el campo, pero, a nada que tenga esa frialdad de ejecución en los metros finales, se terminará de convertir en un idolazo total. Sigamos creyendo en él.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-3 GRADOS).

Partido de obligado cumplimiento, a pesar de las circunstancias, la presión que llevábamos encima y cómo se nos puso el devenir del mismo. No me sean blandengues, háganme el favor.

 

Y el sábado, el partido frente a la más absoluta maldad concebida en este mundo. Sé que vamos a dar todos (jugadores, grada, técnico) todo lo que tengamos y más, sumando ese plus añadido de un poquito más si cabe que requieren los derbis. Pero hoy relajados todavía, que el Metropolitano, ayer, volvió por sus fueros …”¡¡¡¡¡ATLÉTICO FANS … HOOLIGANS!!!!!



22 de septiembre de 2025

Mallorca 1 - Atleti 1. ¿Ustedes celebran los goles del Atleti?

 

Partido inaugural. Cornellá. Rival más o menos asequible. Nos ponemos en ventaja, jugando al fútbol bastante decentemente. Sin embargo, en 12 minutos (72 y 84, respectivamente) el equipo local, que estaba medio desahuciado, remonta el encuentro con una facilidad pasmosa. “Un accidente… Ese campo se nos da fatal. Estamos empezando” ... Bueno, va.

Segundo partido. En casa frente a un recién ascendido. Nada puede fallar. Comienzo explosivo. Gol. Podríamos aprovechar, golear y todo. 8 minutos de juego. Apenas 7 más tarde, nos empata ¡Rafa Mir! ¡El Elche! Siete minutos solo. “Tropiezo clásico de casa … Hay muchos nuevos … No quiere entrar el balón”. Ea. No pacha nada. Ya mejoraremos.

Tercer partido. Vitoria.  Minuto 9. Nos adelantamos. Uno ya celebra, pero con algo de recelo. No me fío. Minuto 15. 6 más tarde. Nos vuelven a empatar. Lo sabía. Esto es inconcebible. Otro equipo que lucha por no descender. No terminamos de arrancar. “También se nos dan muy mal … Campo difícil (ganó ayer el ¡Sevilla!), rival peleón” … A seguir consolándonos chupando candados, va.

Cuarto partido. Villarreal en casa. Nos adelantamos de nuevo en el 10. En el 20, Moleiro perdona el empate. En el 23, otra clarísima para del citado jugador. Casi se repite la historia. En menos de 13 minutos desde nuestra ventaja inicial, no nos remontaron el tanteador, porque no lo hicieron. Bueno está. Pero me da que esa brecha sigue abierta, oiga.

Quinto partido. Anfield. En 6 minutos, 2-0. Tampoco es que esperara gran cosa, pero bueno. Logramos empatar. Increíble. Minuto 80. 13 más tarde, nos remontan de nuevo. “Es el Liverpool, es Anfield”, todo lo que ustedes quieran, pero la herida está claramente ya localizada, y sigue sangrando sin parar.

Sexto partido. Ayer. El penúltimo de la Liga. Tras el quilombo clásico de los putos cambios, logramos adelantarnos en el marcador y todo. No me lo puedo creer. Pero ya apenas celebro el gol. No me fío un pelo. Minuto 79. Minuto 85. Nos empatan de nuevo. El Mallorca. 6 minutos más tarde. ¡El penúltimo! Con tres centrales por banda (puto cambio de sistema) y ni uno está encima del único pibe que había que marcar del equipo local. Al que le iban a ir todos los balones. Al que mide 500 m. pero, eso sí, sabe rematar de cabeza, no como otros, que hacen un respetuoso saludo de respeto japonés cuando le llega el balón a su testa. ¿Y quieren que celebre un gol del Atleti, dicen? Venga, va …

 

Y el caso es que en la primera parte (como suele darse en todos los encuentros esta temporada) el Atleti salió decidido a por el rival, dominándole, atosigándole, con paciencia, no con excesiva profundidad ni demasiadas ideas claras, cierto, pero bueno, si con constancia y empeño, que, reitero, uno con esto ya se conforma, porque ya andarán más inspirados en un futuro. Lo que cuenta en esta vida siempre es la intención. Y luego las cosas, que salgan como quieran, que tampoco esto es una ciencia exacta (mucho menos el puto fútbol, que es lo más caprichoso que hay en esta puñetera existencia).

 

A los 3 minutos Raspadori sacó un córner muy cerrado que Leo Román despejó con apuros a córner. Raspadori, un jugador el cual de momento, ha demostrado voluntad, sí, algo de verticalidad, también, pero que no se sabe si es un delantero puro, un extremo, un mediapunta o qué. De momento, la trascendencia del italiano en nuestro juego se puede resumir en conjunto vacío, aunque, obviamente, seguiremos insistiendo.

 

A los 7 minutos, Pableras lo intentó desde muy lejos, medio atajó como pudo Leo Román, y terminó repeliendo el balón en el palo. Sigo insistiendo: Barrios debe de tirar mucho más desde fuera del área, y no una ocasión de higos a brevas. Y eso depende más de él que de nadie, que el Cholo anda afónico de indicárselo.

 

A los 12 minutos, comprobamos que la integración de Julián Álvarez con nuestros colores e idiosincrasia es plena. Para un penalti que nos pitan, pues otro penalti que fallamos, una vez más. El Atleti es el equipo que más penaltis ha fallado, ojo, EN TODA LA HISTORIA DE LA LIGA. De 493 penaltis concedidos, 143 fallados. Es decir, un 29% de ellos al limbo. El dato es sencillamente escalofriante. Desde el 2020 no fallaba un penalti Julián, que lo radió de inicio a fin a la hora de lanzarlo y posicionar el cuerpo. Y yo que creía que habíamos, al fin, encontrado solución a este problema. Ingenuo como pocos soy, madre.

El Atleti seguía empujando, y sin llegar a tener situaciones claras de gol, al menos estaba en plan martillo pilón, erre que erre. Y con esta insistencia pero sin nuestro más que merecido premio nos fuimos al descanso.

 

Comienza la segunda parte con la tónica de la primera. Dominio aplastante del Atleti, pero sin plasmar el mismo en algo rico que llevarnos a la boca. Giuliano tuvo una muy clara en una buena asistencia de Nico, pero su acrobático remate se fue casi fuera de Son Moix (minuto 52 de juego).

 

Un minuto más tarde, otra asistencia ahora de Simeone, a la cual Julián se revuelve muy bien a media vuelta pero su remate vuelve a ser inocentón y al final va a las manos de Leo Román. Hablando de Julián, me preocupa muchísimo tanto ese estado de ansiedad permanente que sigue transmitiendo, como que no haya despedido ya de una santa vez a su estilista peluquero. No le pega nada al bueno de Juli ninguna de ambas circunstancias.

 

Y llegó el minuto que ya más odio de la historia de los partidos desde que está Simeone con  nosotros, el fatídico minuto 60. De nuevo triple cambio, y de nuevo caos montado. Entró el "gran Sorloth", que nos enseñó un nuevo estilo de remate  de cabeza a puerta, al cual vamos a denominar remate “Konnichiwa”, que es como se da las “Buenas tardes” en Japón, con reverencia incluida. Se me salen los ojos de las órbitas, no lo puedo evitar.

 

También entró Griezmann, esta vez de nuevo en plan Turista Francés, para no perder la costumbre, y entró Nahuel Molina, el cual sembró el auténtico pánico, si … En nuestra propia zaga. Cómo lo vería el bueno de Koke la que andaba montando Nahuel por allí, que acabó finalmente cubriendo la propia espalda del argentino, dando por sentado que cualquier rival que se precie se desharía de él con una facilidad sencillamente insultante.

 

El único cambio que sí dio resultado fue del Gallagher por Barrios, y ojo, no porque el canterano estuviese jugando mal, ni mucho menos, pero bueno.

 

En el 69, aún tuvimos una contra medio enlazada y todo, en la cual Connor asistió bien sobre Antoine, pero el francés quiso rematar de primeras, y fue como si hubiese recogido una linda margarita de el Parque del Retiro. Toda una declaración de intenciones sobre el guardameta local.

 

Cómo no, lo que puede ir mal, siempre irá a peor, y, faltando menos de un cuarto de hora, Sorloth se cansó de seguir realizando “Konnichiwas”, y para una vez que le da al “Salmones” por disputar un balón medio en condiciones, va el VAR y le echa. Para mear y no echar gota.

 

En pleno ya festival del Humor, minuto 79, galopada del jinete pálido de Llorente a la auténtica aventura en solitario, tras mágica asistencia de Kokinho, entra en el área, el dichoso Leo Román le saca el mano a mano, pero el rechace le cae a Gallagher que acompañaba la jugada desde atrás y puso la ventaja en el marcador. 0-1 y solo quedaban 10 minutos. Esta vez tenía que ser sí, o también.

 

Por su parte, Joseba (Míster mallorquín) jugó su baza, y le salió de cine. Viendo el paseo Nupcial que era la banda de Molina, sacó a Virgili, internacional sub-20, y fue ya una auténtica pesadilla hasta el final. Curioso, nosotros tenemos también a un internacional sub-21 que juega de lateral derecho, dicen que muy requetebién, y que igual (y ojo, digo igual, ¿Eh?) conocería de forma mucho más precisa los movimientos del  tal Virgili. Pero no, Marc. Tampoco este era tu día. Viendo la actuación de Nahuel, la verdad es que no sé cómo al chaval no le da por protagonizar un “Día de Furia” y cargarse a todo bicho viviente en el vestuario, empezando, lógicamente, por su entrenador.

 

Y lo que tuvo que llegar, llegó. Gran asistencia del propio Virgili sobre Muriqui, y, ante la parálisis cerebral que les dio a nuestros 3 CENTRALES (“¿No era  tuyo, Lenglet? ¿Ah, pero no le marcabas tu, Le Normand?  ¿Pero si te han puesto a ti de central, no, Hanko?), ante tanto puto cambio de sistema sin sentido, el delantero bermellón remató a placer, poniendo el empate en el marcador, y gracias.

 

Y digo gracias, porque, el Atleti, encima, ya no dio ni la más mínima sensación de, siquiera, intentar de nuevo remontar el partido en este último arreón final, que oigan, estar con uno menos no implica necesariamente el no poder a volver a intentar pisar área contraria jamás de los jamases más. ¿Qué más nos da? Nula ambición frente al penúltimo de la tabla. Así nos va.

 

En serio que no. Si coinciden conmigo en grada o en algún evento jugando nuestro Atleti, y ve que si anotamos tanto apenas me altero, ya saben por dónde voy en realidad. A continuación, ya saben que me temo lo peor.

 


Árbitro: José Hernández.

No tenía el gusto (o disgusto, más bien). El penalti que nos pita a favor es clamoroso por la mano de Raillo ante un disparo que iba  a  puerta claramente, sin discusión posible. Sin embargo, la expulsión de Sorloth es otra nueva broma macabra del VAR. Nuevo Fotograma que se juzga, y que no tiene nada que ver con lo que pasó en realidad (dudo que fuese ni falta siquiera, en una disputa de un balón dividido en el que el Noruego tapona un pase del defensor mallorquín, un auténtico disparate). Pero claro, si su pie mide un 59, qué le va a hacer el chaval ... No sé si me da más asco que pena todo esto, la verdad.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Me voy a quedar con los primeros 65 minutos del equipo en general, porque oyes, se intentó todo, con más o menos orden, con más o menos brillantez, pero decididos en post de la victoria, y ando convencido de que ese es el camino a seguir. Y ya entrarán las putas ocasiones de una Santa vez, digo yo, vamos …

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

La pareja de centrales, en cuanto el equipo recula, es un auténtico coladero, con un Le Normand que es un mar de nervios, y un Lenglet que es otra broma pesada. Hancko podría intentar arreglar algo de esto, pero claro, para eso debe de jugar en su sitio. En cuanto al lateral derecho, de Molina no voy a decir nada más, todos los rivales observan su debilidad y la aprovechan para masacrarnos sin piedad por dicha banda, y, dicho esto, el mayor culpable de este coladero infame en que se convierte su lado defensivo, es el entrenador que le pone, obvio, porque si después de lo ayer, sigue sin merecer un solo minuto siquiera Marc Pubill, esto es que ya no entra dentro de ninguna lógica habida y por haber. Debe de tratarse de otra historia que desconocemos por completo. El resultado es el mismo: PEOR, IMPOSIBLE.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 3 GRADOS).

Nuevo bajón de otros 2 gradacos a lo tonto, con lo que costaron conseguirlos en positivo el día del Villarreal. Y lo malo no es esto, sino la entidad de los rivales con que andamos desperdiciando todo este buen puñado de puntos. Sencillamente desesperante, me quiero morir.

 

Y el miércoles, el Rayo, partido que ya ha tomado una relevancia sencillamente inaudita para la altura de temporada en la que andamos. Plantilla descompensada, jugadores lesionados, un montón de fichajes nuevos (en puestos que no se saben si realmente era necesario cubrirlos o no), puestos que tenemos aún sin cubrir en la propia plantilla, el entrenador y sus cambios, fichajes sin apenas utilizar, la cantera ni existe … En fin. Entre todos lo estamos matando, y él solito se va a morir (de seguir así) … “Otra vez en el Frente, volveré a dejarme los cojones, para ver al Atleti, de nuevo entre los Campeones” …



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MAREANDO LA PERDIZ: "Desesperado"

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