23 de diciembre de 2024

Barcelona 1 - Atleti 2. ¡Cholíderes!

 


¡Qué partidazo tan extraordinario disfrutamos el pasado sábado! Fútbol en su más puro estado. Todo un duelo de contrastes en sus correspondientes estilos de juego. Un Barcelona que es un auténtico torbellino con esa capacidad ofensiva que tiene, que se lanza a tu cuello, que te intenta ahogar sin cesar, frente a un Atleti que ya está más que acostumbrado a este tipo de encuentros en los que predomina la supervivencia, pero que el que termina degollando es él en realidad. Y sí, nos salió muy bien el pasado sábado, como nos pudo no haber salido tan bien, ojo, pero fuimos mortales en dónde había que serlo, que es en las áreas, y aprovechamos el terrible riesgo que corre el Barcelona con ese tipo de juego, aunque en realidad arriesgamos los dos. Me explico.

 

El Atleti arriesgó mucho, especialmente en la primera parte, en la que nos fuimos perdiendo solo de uno, cuando, mínimo, nos podíamos haber llevado un par de ellos más. La presión del Barcelona sobre nuestros jugadores era tan brutal, que apenas fuimos capaces de hilvanar jugada alguna. Y ahí arriesgamos, porque como no hicimos frente a esa presión con otra parecida nuestra, bien nos pudimos ir bastante más disgustados al descanso. El vendaval blaugrana pronto comenzó. Raphinha fue una pesadilla constante en nuestra banda izquierda. Gavi era un pitbull rabioso que mordía a todo individuo gris que tuviese enfrente, mientras que Pedri dio una clase magistral de lo que es un centrocampista técnico, con una visión de juego extraordinaria, y, al mismo tiempo, asumiendo también el roll de  todocampista sin parar. Raphinha tuvo dos ocasiones, Lewandowski otra, el primer cuarto de hora fue un quiero pero no puedo constante de un Atleti que aguantó el chaparrón blaugrana como buenamente pudo.

 

Pasado ese cuarto de hora inicial, al menos logramos pasar del centro del campo y empezar a tener alguna posesión que otra con algo de sentido, pero el ataque azulgrana seguía siendo demoledor. Gavi falló un cabezazo de forma incomprensible cuando estaba más solo que Cerezo pidiendo un vaso de agua mineral. Y lo que tenía que llegar llegó, y, además, por el mejor jugador local, y con diferencia, el brutal Pedri, en una arrancada de las suyas, combinando con Gavi, éste al intentar el control le salió una pared con algo de suerte pero efectiva, al fin y al cabo, el canario se adentró en el área y batió con suma tranquilidad al bueno de Oblak. 1-0 incontestable, y tocaría remar, y mucho, para intentar siquiera empatar dicho encuentro. El Barsa dio una lección de velocidad en la circulación de balón, intensidad y derroche de fútbol ofensivo durante todo esta primorosa primera parte, pero el Atleti logró no irse del partido, no se desgastó tanto como nuestro rival, y bien que lo aprovechó en el segundo periodo. Y es que eso: es muy bonito el fútbol ofensivo, pero lo es más vencer.

 

La segunda parte, al ir por detrás en el marcador, el Atleti tuvo que salir, como es lógico, con otra predisposición más valiente y decidida para conseguir el empate. Pero, por su parte, el Barsa seguía creando muchísimo peligro, sabedor que si se ponía con el 2-0 en el marcador, ese partido ya no se le iba a escapar. Fermín la tuvo nada más comenzar el segundo periodo. Para colmo de males, se nos lesiona un imperial toda la noche Giménez, y en su lugar sale Witsel, cuando todos pedíamos a  gritos a Le Normand. La primera acción del belga fue una falta al borde del área sobre Lewandoski, que éste remato sobre ¡Cubarsí!

 

Casi a los 15 minutos, Pedri Potter saca de nuevo su varita mágica y le pone una asistencia celestial sobre Raphinha, pero este, con todo a su favor, mandó su vaselina al larguero de la meta defendida por el pobre Oblak, a lo cual, el Atleti respondió con una excelente contra por la banda izquierda, el pase hacia el área lo despeja Casadó, que cede una dejada pintiparada para Rodri de Paul, que venía desde atrás, y con un disparo perfectamente colocado al palo derecho, puso el ansiado empate en el marcador (un golazo como otro cualquiera, vamos).

 

A partir de ahí, el Barsa se enrabietó de nuevo, y volvió a generar peligro prácticamente constante de cara a nuestra portería. Mientras los Cholo-cambios empiezan a entrar en el terreno de juego, entre ellos, dos hombres que serían finalmente decisivos en el tramo final del encuentro, Molina y Sorloth.

 

Lewandowski esta vez falló faltando un cuarto de hora una clamorosa que debió de rematar finalmente Ferrán (aunque estaba en fuera de juego, parece ser). El partido se empieza a convertir en un toma-daca total, y responde Pablo Barrios en otra ocasión pintiparada para poner el 1-2 en el tanteador, pero respondió con una gran intervención balonmanística con el pie Iñaki Peña (Pableras, ese balón hay que rematarlo de toda la vida cruzado, y no al palo del portero, hombre de Dios).

 

El Barsa también movió su coctelera, y Olmo pudo ponerles en ventaja de nuevo, en un remate cruzado que se le marchó finalmente fuera (por cierto que, hablando de Olmo, ya me explicará alguien cómo puede jugar un tipo que, parece ser, no está inscrito como jugador blaugrana, ¿Se encuentra presente algún experto en la sala?). El Barcelona se lanzó ya de forma alocada al ataque, y como el Atleti tuviese la tranquilidad de saber leer esa presión tan adelantada del equipo blaugrana, se podía llevar el partido en un zarpazo, ya que nuestro poderío físico era imponente frente al desgaste del rival. En este tramo final apareció Oblak (muy inseguro en el juego aéreo, completamente decisivo bajo los palos), salvando un mano a mano de Raphinha tras otra mágica asistencia del Pedri Potter en su mejor versión.

 

Casi de forma consecutiva, se vuelve a lucir Oblak de nuevo, esta vez frente al mismísimo Pedri. Cuando Jan está así, es prácticamente imbatible, está claro. Entramos ya en el descuento, los dos rivales intentan golpearse sin piedad, hasta que en el 96, pasó esto que les voy a relatar ahora. En pie todo el mundo, por favor. Se avecina clase magistral de fútbol.

 

El Atleti recupera el balón en su campo, y deja que conduzca finalmente la contra Don Rodrigo De Paul. El argentino, ve el desmarque de un jugador colchonero, completamente solo, por su banda izquierda, mientras que, detrás de él, Molina pone el turbo y pasa como exhalación recorriéndose  todo el campo de forma fulgurante, sin que ningún jugador blaugrana pueda siquiera acompañarle. De Paul amaga el pase para la izquierda, mientras espera que le doble el supersónico Nahuel, y, en el momento preciso y con el toque sutil justo, le pone el balón de la forma ideal que lo necesitaba Molina, con una precisión suiza, con la velocidad justa. El lateral sigue su conducción a toda velocidad, se acerca a las proximidades del área, pone un centro preciso sobre Sorloth, y el noruego, al primer toque, de forma violenta, mete el balón en la portería blaugrana. Una jugada emocionante, lección magistral de fútbol en toda ella dónde las haya, y en la quedaron por los suelos hasta 4 jugadores blaugranas. Una puta maravilla. Para la historia, sin duda alguna.

 

Y se pueden sacar muchas conclusiones. En mi humilde opinión, el Barsa pecó en exceso de fogoso, picó en el anzuelo que le preparó el Cholo, y la muchachada leyó la lectura final del partido a la perfección. Otra lectura es que si  eres capaz de generar hasta 10-12 ocasiones algunas muy claras de gol, y solo consigues 1 tanto, si el rival es poderoso, como somos nosotros en la actualidad, lo normal es que acabes lamentándote de ello y el Atleti te machaque al final. Otra fenomenal noticia es tener a toda nuestra plantilla a nuestra disposición, que nos sirve para que nuestros jugadores que andan en el banquillo, salgan como motos y superen a nuestro rival por superioridad física. Y ojalá y no me equivoque, pero creo que a nuestros rivales les va a costar un riñón y parte del otro sacarnos ya de esta posición.

 

El Atleti generalmente se descuelga rápido de los puestos principales de cabeza en liga, y eso nos hace dejarnos llevar, en ocasiones, de forma miserable por el campeonato nacional liguero. Pero ojo, que cuando estamos enganchados, ya es otra canción. Y el Atleti está ahora mismo con sus dos manos impregnadas de Loctite, y no les va a resultar fácil que nos saquen ya de ahí ya nadie. Así que pues … ¡CHOLÍDERES!

 

ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea. Le reclamaron una mano de Giuliano dentro del área que le dio el balón en la misma pero estaba ya casi en la línea de fondo, con lo que no tuvo la misma influencia alguna en el juego, así que acertó al no pitar el penal. Por todo lo demás, sin complicaciones. Los 2 equipos se dedicaron a lo suyo, y esa es la situación ideal para que haya un buen arbitraje.

EL CRACK DEL PARTIDO:

De Paul pasó de jugar una primera parte bastante mediocre (como la de todo el resto de sus compañeros, conste en Acta) a disputar otra solemne, pero hoy el premio se lo voy a a dar al ínclito Sorloth, porque, y no solo por el gol, todo lo que hizo en lo que disputó del encuentro lo realizó estupendamente bien, y eso que su mejor marcador fue precisamente el árbitro, que no entendió en ningún momento que si disputan el balón un grandullón y un pequeñajo, lo normal es que este último acabe por el suelo, y no es obligatorio señalar precisamente falta, ya que, de hecho, no hubo ninguna, por mucho que friese al bueno de Sorloth a las mismas.


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Cómo tuvo que estar Antoine para que Don Diego Pablo, en un encuentro así, le sustituyese sin dudarlo estando en el partido con empate en el tanteador. Mejor dejémoslo estar.


Ratito va, ratito viene, pelito va, pelito viene … Ju Ju ….

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-1 GRADO).

Otorgamos la máxima subida posible al Termómetro, y lo dejamos en un esperanzador gradito negativo solo, es decir, 3 gradazos más de rigor. Vamosssss …

 

Pues este cuento se acabó. Aprovecho ya para desear a todos una muy Feliz Rojiblanca Navidad. Pasadlo bien, portaros mejor, y ya os contaré mis aventuras y desventuras por tierras malagueñas, ya que si Dios no lo impide estaré presente en nuestro próximo partido Copero por excelencia … Hoy viajamos juntos otra vez, enamorados del Atleti …

 



16 de diciembre de 2024

Atleti 1 - Getafe 0. Un Atlético camaleónico.

 

Una de las cosas que más me están gustando de este año, referente al Atleti, es la capacidad que anda teniendo el equipo de adaptarse a distintas vicisitudes y circunstancias de todo tipo y color. Tras el bache y desconcierto inicial de las primeras jornadas (más producto de la impaciencia que producen los resultados adversos, los lógicos trastazos que ha ido dando el Cholo hasta ir haciéndose a la idea de lo que tenía y cómo lo tenía, la falta de acoplamiento de los jugadores contratados, en definitiva, la obligación de jugar una pretemporada en plena competición, precisamente por la ausencia de la misma), hemos ido comprobando diferentes modos  de afrontar los partidos la muchachada.

 

Todo empieza a raíz del partido del PSG, en la que contemplamos una versión bastante conocida de nuestro Atleti, la del sufrimiento continuo, del desgaste, del aguantar lo indecible, la del orden defensivo, para sentenciar en el último suspiro. El Atlético superviviente.

 

Después, en Valladolid o en Champions fuera de casa hemos visto la versión del Atleti martillo pilón. Machaca a sus rivales a base de goles sin parar. Sin embargo, en Copa hemos visto el Atleti obrero. A remangarse y a currar tocan a base de adaptarse a las circunstancias de los rivales que teníamos enfrente y escenarios que suelen conllevar dicha competición.

 

Cómo no, nos la gozamos a tope con ese Atleti que no pierde la fe, con el equipo que nunca deja de creer, con el que no se rinde jamás, con el que derrocha coraje y corazón en todos los poros de su piel, el Atleti jabato, como resultó el día del Sevilla.

 

Y ayer nos tocó, por qué no, disfrutar también, aunque sea de otra forma igual menos vistosa para el espectador, del Atleti ordenado, pertinaz, solidario. De un Atleti en la que el sentido “equipo” tuvo su máximo exponente, un Atlético roedor, un Atleti continuo, un Atleti constante: el Atléti Paciente.

 

Porque los encuentros frente al Getafe suelen ser así. Hay que ir trabajándolos, ir desgastándoles, no perder la calma, jamás desesperarse, que nuestro momento, llegará. Y así fue el guión exacto que se escribió ayer. Despacito y buena letra. Y, por fin, y gracias a la vuelta a la animación de la muchachada del Frente, empecé desde el primer instante enganchado a que estaba viendo un partido del primer equipo del Atleti  de verdad, con la grada vibrando y latiendo al son del encuentro. Llamativo, eso sí, el detalle de que no se corease en ningún momento el nombre de Don Diego Pablo, por un lado, y de ningún jugador en particular, por otro, así como el saludo final al término del partido entre los jugadores y el Fondo fue frío, distante y muy breve. Las heridas provocadas por los delincuentes del palco, como es normal, están en pleno proceso de cicatrización, así que, sana, sana, colita de rana.

 

El Atleti fue dominador del encuentro de cabo a rabo. Tuvo momentos de buena circulación de balón, otros (los menos) de imprecisión en la misma, pero fue constante y consistente, especialmente comandado por esa banda izquierda en la que Opá Galán se ha quedado sin cemento armado de tanta y tanta bocaza que anda tapando.

 

A los 13 minutos tuvimos la primera gran ocasión del encuentro, en un centro de Llorente al que Lino llega a rematar emulando al mismismo Don Radamel Falcao, pero su toque se fue lamiendo al palo. Cinco minutos más, tarde, esta vez fue De Paul el que puso otro gran pase de los suyos hacia el el propio Samu Lino, pero de nuevo el brasileiro mandó fuera la pintiparada ocasión. Este primer tiempo terminó con otra buena acción atacante, que el gran Julián Álvarez remató algo manso a las manos de David Soria, y una final  posterior, en la que Galán puso un centro potente sobre el área, Giuliano emuló esta vez a Don Jose Eulogio Gárate, se anticipó a Juan Iglesias, pero su cabezazo cruzado al final salió lamiendo el palo. Con el 0-0 inicial nos fuimos al descanso.

 

En la segunda parte los Cholo-cambios esta vez estuvieron insuperables. Quitó a Lino y sacó al “difícil de comentar” (copyright, mi cachorrín David, perfecta definición la suya, vive Dios) Capitán Ahab Sorloth. Parece enfadado con el mundo este hombre, su primera acción demostró una torpeza supina en un balón que le puso Llorente dentro del área, pero que no supo si lo que le habían mandado era una coliflor o un repollo. 


Poco después entró Molina por el propio Lechugo, y una vez los dos interfectos en el campo en cuestión, resultó que el propio Nahuel puso uno de los pases más majestuosamente tocados hacia el segundo palo que he visto en bastante tiempo en el Metropolitano, el inoperante Capitán Ahab leyó el mismo a la perfección, tirando el demarque hacia la espalda del defensor, y de un toque de cabeza sutil y perfectamente calculado, cruzó el balón ante la portería de Soria, poniendo el ansiado 1-0 en el marcador. El gol es, sencillamente, de exposición. Y aquí supimos todos que se terminó el partido.

 

Minutos finales de mero control del mismo, sin pasar el más mínimo apuro en defensa, y tres puntazos de oro que nos llevamos a la buchaca. Vimos la cara de este Atleti más frío, calculador, controlador, pero confiado al máximo en su potencial. La versión paciente de nuestro Atleti. Un Atlético Camaleónico.

 

Árbitro: Soto Grande.

¿Saben lo que es el mal? Pues este hombre bien podría ser la personificación del mismo. Es un ser soberbio, despreciable, con ademanes chulescos, sibilino, ruin y miserable, que intentó por todos los medios que no nos llevásemos la victoria final a base de obviar faltas del contrario, freírnos a tarjetas, e intentar desestabilizar a la muchachada de la mejor forma que supiera. Dicen por ahí que los cánticos generan violencia. También lo hace el material del Frente, o el enseñar el escudo de  tu máximo rival con un símbolo de prohibido. Pues bien, si todo eso resulta violento, qué podemos decir del ínclito Soto Grande de mierda en cuestión. Por momentos, tuve sensaciones parecidas a hace un montón de años en un Atleti-Zaragoza con Álvarez Margüenda haciendo el sinvergüenza. El mal. Es el mal, sin más.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Me gustó muchísimo la pareja de centrales esta vez, con un Lenglet que se lo está poniendo en chino filipino al bueno de Le Normand, y con un Comandante Giménez en su línea imperial que tanto me encandila, pero para mi el partido tuvo 3 personajes principales. El trabajo constante y la voracidad ofensiva de Javi Galán, la omnipresencia y personalidad echándose el equipo a la espalda de De Paul, y el trabajo incansable del entusiasmante Julián Álvarez. Tres tipos a los que confiaría ahora mismo mi vida sin dudarlo.




LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

La vergonzosa a la par que vergonzante caza de prendas del Frente Atlético realizada por los ACAB y adláteres chupapollas al servicio de los delincuentes del palco. Que pena de vida, madre.


Podría llevar muchos más, pero bien es cierto que no juega todos los minutos ni mucho menos, así que, seguiremos expectantes.

  

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-4 GRADOS).

Que redoblen los tambores, señores … Síiii, pesaos, si … Subidón, subidón de 2 gradazos, nada más y nada menos. Para que vean lo magnánimo y contento que anda el Termómetro con la imparable racha del equipo. Si es que se me quejan por todo, carallo …

 

Y el sábado, Barcelona, para acabar el año dando un puntapié de los que duelen, pero de verdad. Nada se conseguirá si se vence en Palancolandia, cierto. Tampoco nada se perderá. Pero hay ganas, hay ilusión, hay esperanza, hay equipo, y, por qué no, hay que intentarlo. O morir en el intento, lo que más rabia le den … “Junto a ti, hasta morir” …



9 de diciembre de 2024

Atleti 4 - Sevilla 3. Crece la Leyenda del Metropolitano.

 

Tras el partidazo de Copa que disfrutamos a la par que tanto sufrimos el pasado jueves, llegó otro no menos espectacular este pasado domingo, frente a un Sevilla que tuvo el partido en su mano, pero que fue incapaz de aguantar finalmente el vendaval rojiblanco de fútbol y goles con que nos deleitó en el encuentro de ayer, a pesar de ir ganando por 1-3 a falta de tan solo 25 minutos para el final del mismo.

 

El encuentro no tuvo un solo instante de tregua, y puede perfectamente ser el partido del año en lo que va de liga. Muy significativo es que varios aficionados de otros equipos me han invadido esta mañana el guapap indicándome que les encantó el espectáculo ofrecido, y que estuvieron enganchados desde el minuto 1 al 98. Como para no disfrutarlo.

 

El primer susto lo dieron los palanganas, en un centro que ese auténtico incordio llamado Isaac Romero no llegó por un pelo. Sin embargo, a los 6 minutos Diosito Griezmann, más Diosito que nunca, remató al larguero tras una buena conexión con Julián Álvarez. Dos minutos más tarde, otra combinación entre Llorente y de nuevo Antoine, y su remate a bocajarro lo despejó como pudo Álvaro Fernández. Y en el minuto 10, llegó el primer tanto en un gran disparo colocado desde fuera del área de De Paul. La cosa parecía que iba a ser un recital de goles para el Atleti, y lo fue, claro, pero con bastantes más apuros de los que presagiábamos los presentes. De hecho, apenas 2 minutos más tarde, Lukebaio batió a Oblak desde el borde del área golpeando al balón con una violencia inusitada. Por cierto, y sin hacer para nada mal partido el belga (creo que es de esa nacionalidad) ya me contarán como le pueden dar el MVP a un jugador cuyo equipo ha terminado perdiendo, cuando enfrente el rival tuvo otro omnipresente y glorioso que decidió el mismo con sus acciones y con 2 tantos, entre ellos, el de la victoria final, como fue Griezmann. Qué cosas tiene la vida, madre.

 

El Sevilla empezó a controlar el cotarro tras el tanto del empate, y pronto se fue adueñando de la situación, hasta que de nuevo, Isaac Romero, en una contra del chaval contra el mundo,  cruzándose prácticamente todo el campo y  ganando en carrera y posicionamiento final a nuestros centrales (la realidad es que defensivamente no estuvimos nada finos ninguna de las 2 escuadras, las cosas como son) logró batir de remate cruzado a Jan, poniendo el 1-2 en el tanteador. Tocaba sufrir, y de lo lindo.

 

A falta de 5 minutos llegó la acción del penalti de Álvaro sobre Connor. A mi en principio no me lo pareció, pero, sin  embargo, sí que finalmente fue claro el contacto del guardameta sobre la pierna de apoyo del inglés, que hizo lo suficiente para desequilibrarle, aunque éste intentase el remate final a portería. Está claro, la honradez en esta vida no suele tener su justo premio. Y aún así, logramos empatar ya en el 45, pero el tanto de Julián Álvarez fue anulado por un fuera de juego previo de un cordón de Simeone Junior. O eso tiene uno que creerse. Y ojito, que en el 47 pudimos haber encajado el 1-3, tras otra excelente acción individual de Lukeakio, que Lenglet despejó milagrosamente cuando se encontraba solo Isaac Romero para anotar dicho tanto en el segundo palo. Así que así, sin respiro alguno, nos fuimos al descanso.

 

La segunda parte fue un auténtico ejercicio de fe, de lucha, de constancia, de superar lo maginable e inimaginable, y también, por qué no decirlo, sin olvidarnos en ningún momento de seguir jugando al fútbol, ofensivamente, por momentos, como los putos ángeles, sin parar. Porque fuimos un rodillo constante hasta aplastar a nuestro rival por completo.

 

Giuliano siguió percutando sin par por su banda, con ese ejercicio de convicción y de no dar ni un solo instante de su vida perdida para ayudar a su Atleti a remontar lo que haga falta, y más. Pero, mientras esto pasaba, casi ya en el 60 de juego, llegó el mazazo que parecía definitivo: otra gran combinación atacante del conjunto andaluz, controlando el balón de banda a banda, Kike Salas puso un gran balón al segundo palo, y Juanlu Sánchez remachó más solo que la una a la red. Recibir 3 goles en un solo partido, encima jugando en tu casa, mientras que el resto de la temporada has encajado exclusivamente 8, es un dato extraño, sí, preocupante, también. La cosa pintaba en chino filipino. Había que meter un tanto ya, de nuevo, y rapidito, para que volviesen a sentir nuestro aliento en su nuca.

 

Y mi deseo funcionó, porque solo 2 minutos más tarde, un pase majestuoso de Pableras Barrios sobre Antoine, recordando al más puro estilo de Don Jesús Landáburu (ya saben, escuadra y cartabón en mano) dejó solo a Griezmann para batir con facilidad al portero del Nervión. 2-3, y otra vez el partido patas arriba.

 

A partir de ahí, y gracias a los Cholo cambios, ocasiones a go-gó: un impresionante zambombazo desde fuera del área de Opá Galán que salió lamiendo la escuadra por aquí, su ración diaria de 2 o 3 tantos cantados de Sorloth (ojo, encima de cabeza, lo que se presupone que es su especialidad) a cual más hecho de ambos, y que por rematar al muñeco, hizo que Álvaro Fernández pareciese la reencarnación de la araña negra Dasaev, y ya por el 80 casi, el desesperante Lino de Cáceres, se convirtió por arte de birlibirloque en el fantástica Samu de la temporada anterior, y de un chutazo impresionante desde fuera del área, raso, bien potente y ajustado al palo, puso el empate en el marcador. Había tiempo, a morir los míos mueren, y estaban por la labor, nada podía fallar.

 

LLegamos al añadido (minuto 93), otra asistencia de Lino hizo que Diosito Grizzi aprovechase el resbalón del defensa sevillista, se internase en el área y cruzase el balón de un zurdazo que se coló como una exhalación sobre la portería visitante. Un partido para llorar, para emocionarse, para recordar, para nuestra historia, para que tanto España como Europa entera sepa que, cuando uno se anda jugando los cuartos en el Metropolitano, casi nada ni casi nadie nos puede parar. Y no es ya ni siquiera amenaza, es una auténtica realidad. La Leyenda del Metropolitano se sigue agigantando más y más. Dichosos aquellos que lo disfrutaron en el campo, porque de ellos será el Reino de una de las fechas más épicas recordadas en la historia de nuestra nueva casa. Disfruten de lo vivido.

 

Árbitro: El levantador de pesas del Alberola Rojas.

Pues es mi árbitro favorito, pero ayer no tuvo su día. Puedo entender que el penalti no lo pitase porque si el mamón del árbitro que está en el VAR no le avisa, es difícil de comprobar. Del fuera de juego, qué os voy a contar. Si la tecnología dice que lo es, pues lo será. Con las tarjetas estuvo espantoso, eso sí. Mal arbitraje el suyo.



EL CRACK DEL PARTIDO:

Yo creo que no hay ninguna duda, hay que dárselo a Antoine, sí o también, y hay que reconocerle que, errores cometidos en el pasado aparte, ha entrado ya, en mi humilde opinión, en los anales de nuestra historia como el mejor jugador de la misma. Un tipo que lleva, encima, más de 200 chicharros con la Rojiblanca puesta … Bah, que es una puta pasada, joder … Desde que dejó la puta Selección, aparte, está en un momento éxtasis sumun de juego. Ya te echaremos bien de menos cuando no estés, ya … (y qué pena que hicieses la bobería de probar en otro sitio, una lástima de par de temporadas perdidas, que fíjate si hubiese agrandado tu figura aún más, a un límite ya inimaginable). Pero bueno, sigamos disfrutándole, que es lo que toca.



LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

La defensa no me gustó nada (o el sistema defensivo empleado, más bien). Mucha relajación con el 1-0, Giménez ni se enteró del Isaac, el Opá se comió el tercer tanto, tampoco a Oblak le vi especialmente decisivo, el único que salvó un poco los muebles fue Lenglet.

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 6 GRADOS).

La épica de un partido es una cosa, la obligación de vencer el mismo es otra, con lo cual, el Termómetro sigue inmóvil, se mantiene. Hala, señores, que me tengo que ir. Que sí, que vale …

 

Y el miércoles, la Champions League frente al Slovan de Bratislava, o el de Praga, o el de Parla, o el de Algeciras, o el Spartak de Edimburgo, me da exactamente igual, que estoy de los nombrecitos hasta no saben dónde. Hay que ganar como sea, que van los últimos, y sería dar un nuevo paso de gigante para nuestra clasificación a la siguiente ronda. Y, por favor, aunque saben que sigo a muerte con el tema de la protesta del Frente, ojalá y acabe pronto la misma, porque perdemos potencial sin ellos, y como el resto del estadio, salvo para rebuznar de vez en cuando, no parece que ande muy por la labor … “Ya lo verás, a todo el Mundo la vuelta vamos a dar” …




3 de diciembre de 2024

Pucela 0 - Atleti 5. Un Atleti de Fantasía.

 

Una semana sencillamente perfecta, impoluta, sensacional, por todo, y en todo lo referente a nuestro Atleti, con un Madrileño lanzado y en puestos de promoción de ascenso, un juvenil que ganó su partido y aprovechó el  tropiezo de la cervatada para depender de sí mismo en la consecución del título liguero, y un Grande que se paseó brillantemente en Europa en su vista a Praga, y que remató la faena dando una exhibición, por momentos, primorosa, de fútbol el pasado sábado en Valladolid, remontando nada más y nada menos que 8 puntos a un Barcelona, que hace apenas menos de un mes, parecía ya estar en Canaletas celebrando un nuevo título liguero.

 

Ya. Ya sé que los rivales no son precisamente primeras líneas europeas y tal, pero este tipo de partidos frente a otros que sí que son de un nivel similar, nos ha costado sacarlos (ojo, cuando lo hemos conseguido) sangre, sudor y lágrimas. Los Qarabag de turno siempre estarán en el recuerdo, y lo mal que se nos da los equipos fuera de casa que andan en descenso en nuestro campeonato doméstico, ni os cuento. Así que hay que valorar todo esto en su justa medida. Los partidos son siempre partidos, se pueden jugar mal, regular, bien, o cómo los jugó el Atleti. Un Atleti renovado en su ilusión, rejuvenecido en ideas, con movilidad en todas sus líneas, dominante a la par que controlante de los tiempos del juego, y, por qué no decirlo, con más que momentos de un fútbol espectacular, primoroso y fresco a más no poder.

 

Y ya me pasó (no sé por qué) el día del Sparta, pero a este Atleti le empiezas a ver jugar, y sabes que algo bueno va a pasar. Los ves enchufados, los ves confiados, los ves alegres, nada encorsetados, y, a su vez, bien disciplinados en sus respectivas funciones. Sabéis que no soy un gran experto en rollos tácticos y demás, pero está muy claro que el 4-4-2 nos está funcionando como la seda, con respecto al 3-5-2, que a veces hasta se convertía hasta en el infame 3-6-1. Es decir, laterales ejerciendo de laterales, apoyados por interiores ejerciendo también como tales. Presión adelantada y ordenada, y a por el rival, carallo. No le veo más misterio al tema, y así estamos siendo una puta máquina de jugar al fútbol.

 

También puede ser que la victoria conseguida en París haya sido un punto de inflexión para que este equipo empiece a crecer a la par que creer de verdad (y lo ha sido fijo, no me bajo de este carro). El caso es que la primera parte de Valladolid se convirtió en un maravilloso espectáculo de fútbol en su más puro estado y estilo, en el que el colectivo funciona tan engrasadamente impolutos que parezcan todos que son de un mismo ente en realidad. Fuimos como si fuésemos un equipo de fútbol sincronizado, de hecho. Comandados por un Julián Álvarez que empieza a demostrar ese jugador que a mi tanto me encandiló  en el City. Un tipo que juega, hace jugar, mete goles, es joven, muy inteligente y cada día va a más. A los 12 minutos de juego ya empezó (el-su) recital, al intentar poner un centro chut  tras sutil toque de tacón de Griezmann, que, por qué no decirlo, el pasado sábado tuvo momentos tan celestiales, que hasta levitó por el campo, en vez de caminar.

 

A los 21, de nuevo el Juli lo intentó de nuevo desde fuera del área, a lo que Hein (con perdón) desvió su remate a córner. Si a todo esto añadimos que De Paul se ha vuelto daltónico, y dónde antes veía rayas rojiblancas en su camiseta, ahora lo ve todo albiceleste, a que Don Giuliano Simeone se está convirtiendo en algo más que el jugador de esta Liga, con un entusiasmo contagiante para todos a más no poder, siempre respaldado por el Lechugo Llorente, que también fue otro puñal por su banda, mientras que por la izquierda entre Javi Galán y Gallagher se hacían dueños y señores de su parcela, el recital estaba empezando a comenzar, pero de verdad.

 

Así a los 26, Llorente pone una perfecta asistencia sobre Lenglet, y el francés, a placer, marca el 0-1 en el marcador, aprovechando que estaba por allí tras el saque de un córner anterior, creo recordad. Precisamente Lenglet es otro que sigue creciendo exponencialmente con respecto a la muchachada. Apenas 6 minutos más tarde, le anulan un gol al hiperactivo Giuliano por un fuera de juego, por poco, pero que lo era. Y en el 35, llega el segundo chicharro, de Julián Álvarez, tras una excelente jugada individual de Simeone Jr, cuyo pase de la muerte remató Griezmann, el balón lo rechazó mayonesas Hein, y el Juli demostró su oportunismo en el área batiéndole a placer. 0-2.

 

La siguiente jugada fue dirigida por el gran Ennio Simeone, porque sonó a música celestial, en una internada de Javi Galán, combinando a la perfección con Connor, el “Opá” da un centro de escuadra y cartabón sobre Don Antoine, que levita de nuevo dejando pasar el balón de forma sublime, sabiendo con esa inteligencia que él solo posee la llegada de De Paul desde atrás, cuyo remate al balón con el interior del pie al primer toque se convirtió en el 0-3 en el tanteador. Una jugada para saborearla, disfrutarla y extasiarse con ella, para qué vamos a decir lo contrario.


El ciclón colchonero no paraba, y en el 45 se anuló un tanto de cabeza al Comandante Giménez, tras prodigioso vuelo dentro del área, no sé muy bien por cuál extraña acción anterior. Daba igual, los pucelanos estaban como aprisionados por tal vendaval de juego rojiblanco, mientras que el público local atendía atónito ante tal exhibición, y, por supuesto, nuestra gente desplazaba, se la gozaba sin parangón.

 

Vamos a por la segunda parte. El show debe continuar, que diría mi admirado Freddie. Y vaya que si lo hizo. Llegó la jugada de la noche, de la Liga, y seguramente, la del campeonato. Arrancada fulgurante de Giuliano, que se va como solo él sabe hacerlo hacia la portería contraria. Cede el balón sobre Griezmann, éste hace la pared con Don Julián, tirada a la perfección, Diosito se gira de espaldas haciendo un regate de los que solo él hace sin tocar el balón, girando sobre sí mismo, gana la posición y ante la salida del Hein la pica suavemente hacia el palo contrario. La gente no aguantó más, locales y visitantes aplaudieron emocionados ese tanto, esa obra de arte, esa fantasía, esa flipada de jugada tanto colectiva como individual. Un gol para la Historia, no tengan la más mínima duda.

 

A partir de ahí, se acabó el partido (si no es que estaba acabado ya, probablemente, desde que empezó). Era tal el desconcierto pucelano, que hasta ví lo que jamás logré contemplar a un equipo rival: en una acción del partido, sacaron de banda 2 jugadores del Pucela paralelamente, cada uno ajeno a lo que andaba haciendo el otro sobre el terreno de juego. Tengo la impresión de que el Atleti, jugando el encuentro tal y como lo hizo, hizo un gran favor al equipo local, mandando a tomar por viento fresco a ese ser tan soberbio y esperpéntico como es Pezzolano (me la tocas con la ... bueno... me la tocabas). Igual a partir de ahora empiezan a construir algo medio serio, porque peor, imposible.

 

A falta de un cuarto de hora, un tal Iván Sánchez estrelló un gran disparo desde fuera del área en la portería de Oblak (alguien tiró al fin de algo de amor propio). Salió Angelito Correa que quiso buscar, como siempre, su golito de rigor cuando parte desde el banquillo. Y ya en el descuento, Gallagher da un excelente pase filtrado sobre Suburbial Correíta, éste ve el desmarque de Sorloth, y el noruego (que sigue sin transmitirme gran cosa), a lo tonto, a lo tonto, suma un golito más. Bueno sea también.

 

Me pone muy contento ver a nuestro Atleti así. Encima es que transmiten alegría por los cuatro costados de su rojiblanca camiseta. Un Atleti para soñar. Un Atleti de fantasía. Pura fantasía.

 

Árbitro: Cuadra Fernández.

Lo haga mal, lo haga menos mal, siempre me pone contento cuando nos arbitra este tipo, porque solemos ganar siempre, así que, ayer se superó el hombre. De diez.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Es complicado quedarse con uno solo: el buen hacer y la profesionalidad extrema de Opá Galán, el crecimiento exponencial de Lenglet, las no lesiones de Josema, el entusiasmo desbordante que me produce el juego del eléctrico Simeone Junior, la ilusión y el buen hacer de Gallagher, la solidez de Pableras, la recuperación del Lechugo, la fantasía animada de Antoine, la inteligencia y el liderazgo cada vez más evidente del Juli … Pero hoy se lo voy a dar al que más palos se lleva siempre: Rodrigo De Paul. Su partido del pasado sábado es el mejor, y con diferencia, del que ha hecho con la rojiblanca, esta vez sí, al nivel de su rendimiento con la albiceleste. Dios quiera que siga así, porque terminará de producirse el romance entre la afición y él. Que no sea flor de un día, queridísimo.



 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

¿Pero qué decepción ni qué ocho cuartos, canalla?

 

 


TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 6 GRADOS).

Obviamente, el Termómetro está radiante con la nueva imagen de nuestro Atleti, y sube 2 grados más la temperatura. Queda mucho por recorrer, cierto, pero se está, por fin, en la senda del mejor calorcito posible.

 

Y el jueves, la Copa. O, mejor dicho, la vergüenza de la misma. Un torneo popular donde los haya, que es una auténtica fiesta siendo a partido único tanto para el equipo de menor categoría que la juega, como para muchos de los de mayor, cuyas aficiones vivimos y suspiramos por y para ella, van y ponen las entradas a 95 pavetes (rebaja posterior a 70, según dicen). No aprendieron nada estos ni de Soria ni del "Almazán Te quiero". No se han enterado de nada …”Volveremos otra vez, Volveremos a ser Campeones”



25 de noviembre de 2024

Atleti 2 - Alavés 1. Seguimos aburriendo, seguimos sumando.

 

O aburrimos de no parar de sumar. O estamos tan aburridos que no podemos parar de hacerlo. O aburrimos sí, remontamos, también. O dame pan y llámame tonto. Denominarlo como queráis, pero el equipo, que es cierto que no juega un pimiento al fútbol, que anda con una espesura soez a la hora de intentar construir juego, al final termina sobreponiéndose a todo, y lleva ya unos cuantos partidos remontando, encima, y demás. Porque ahora mismo somos una escuadra de la que nadie se puede fiar en el último cuarto de hora final, por muy mal que lo andemos haciendo, y esto también nos tiene que valer para algo. Ya os dije en la anterior crónica que quiero ser optimista, aunque cada día me cueste más el serlo. Seguimos en la misma línea editorial, pues.

 

Y menos mal, porque, ahora mismo, tengo una sensación de desangelamiento total cada vez que entro al campo. Eso de no latir, de no vibrar, de no participar con los cánticos del Frente lo llevo fatal (aunque ande a muerte secundando dicha huelga de animación, solo faltaba). El sábado pasado (que eran 3 puntos de oro), muchísima de mi gente faltó al campo, y tengo la sensación de que estoy yendo al fútbol por ir, pero sin la presencia de mis Herman@s de grada, no es ni mucho menos lo mismo. Bueno. Ya escampará (espero, vamos). Al menos, deportivamente hablando, las cosas van saliendo hacia adelante. Y es con lo que hay que quedarse.


Así que, con este estado de ánimo entramos Don Raúl Molinos y servidora al campo, allá por el minuto 10 de juego. Ambiente frío y distante con el que nos topamos, al igual que el estado en que estaba el equipo ante un Alavés bien plantado en el terreno de juego, sí, defendiendo con orden y concierto, pero nula capacidad ofensiva también. A los 19 minutos, una jugada llevada a trompicones por el ayer inoperante Correa, hace que el balón llegase finalmente a Griezmann, este cediese el balón a su vez a un Lino completamente solo al borde del área pequeña, que, incomprensiblemente, (bueno, incomprensiblemente, no, por borrico, por zopenco y por quererse llenar de balón cuando el tanto estaba más que hecho), de un vulgar zapatazo mandó el balón al larguero. Esto fue lo más incisivo que realizamos durante  todo este primer tiempo. Un zapatazo lejano de Koke sin fe y convicción alguna, un par de remates alocados y con poca clase de Llorente que fueron atajados por el bobito del Sivera, y con el empate a cero en el marcador nos fuimos al descanso … O eso pensaba yo, al menos, porque, durante el transcurso del mismo, me dio por mirar al móvil y contemplé ojiplático una alerta de un supuesto tanto que había conseguido el Alavés en el minuto, 7, de un tal Guridi. Lo primero que pensé es que a ver si era el Madrileño, en realidad, pero me extrañaba, porque sabía que jugaba el domingo por la tarde. A continuación, me dio por pensar que esa alerta debería de ser de algún que otro enfrentamiento anterior con el Alavés, y no le quise dar mayor importancia. Obviamente, ni me dio por mirar en ningún momento del partido al marcador, claro, y como en el descanso estaba dando la murga nuestro insoportable “speaker” (cómo le puedo odiar tanto, madre, y al engendro de anglicismo también, ya puestos) con no sé qué penaltis que andaba lanzando la peña en el campo, pues pasé de todo, hasta que ya me mosqueé, me dio por mirar de nuevo al videomarcador al comienzo de la segunda parte, y … ¡Hostia puta, qué vamos palmando 0-1 y todo! Lo más cojonudo del tema es que mi compañero ayer de grada, el ínclito ya citado Don Raúl, andaba como yo, pensando en que íbamos al descanso empatados a cero. Sí. Ya me lo digo yo. Dos tontos en apuros. País.

 

Dicho esto, y al hilo de lo contado al principio de esta cronicucha del orto, fijo que si el Frente hubiese estado activado y en condiciones, al subir las escaleras hubiésemos sabido tras su natural reacción que algo había pasado, porque yo lo único que recuerdo es unos cuantos silbidos continuados, eso sí, pero poco más al respecto. Aprendí la lección (o eso espero, vamos, que conmigo, nunca se sabe).

 

La segunda parte, con el “cambio inesperado de resultado”, al menos, sirvió para que entrase mucho más en tensión en relación con el juego del equipo que en el estado de hibernación con la que entré a formar parte de la grada. Entre eso, y la presencia de Giuliano, que es capaz hasta de hacer animar hasta a una parte del Fondo Sur, sin querer hacerlo siquiera, ya bastó.

 

Al borde del cuarto de hora, el Señor Antoine puso un balón de esos dulces y aterciopelados que le da por asistir de vez en cuando a la cabecita de Lenglet, el cual, completamente solo en el área, le dio por cabecear con tortículis y mandó el balón fuera cuando lo más fácil era clavarlo dentro de la portería.

 

Diez minutos más tarde, otra vez Don Simeone Junior haciendo de las suyas, en una salvaje cabalgada cuyo remate final despejó Sivera a córner. Y ya por el 75 de juego, balón que pone De Paul sobre Sorloth, éste por fin le apetece disputar un balón aéreo, y su remate final da en la mano de Manu Sánchez, creo recordar. El penalti lo transformó Griezmann poniendo nooo, nada del 1-0 en el marcador … Que va. El empate a uno, y gracias.

 

A partir de ese instante, el Atleti pasa a modo ciclón, Giuliano sigue desatado, y falta de 3 minutos del final, al tronco noruego del Sorloth le apetece realizar otro desmarque en movimiento en ataque (muy bueno, todo hay que decirlo), De Paul le pone una delicia de asistencia, digna de lo que todos esperamos de él, y el noruego bate de un latigazo seco y al primer palo al pierdetiempos del guardameta visitante, poniendo el 2-1 final en el tanteador. Ya en el descuento, tuvo otra Antoine que obligó de nuevo a lucirse a Sivera, que, como ven, y a pesar de los pesares, al final se convirtió en el mejor jugador del Alavés, y con diferencia. Así que, anécdotas más o menos pintorescas con el tanteador en cuestión, la victoria es nuestra, con lo que, ya saben: dame pan, y llámame tonto.

 

Árbitro: García Verdura.

Ni sabía de la existencia de tal personaje tan sanote él, la verdad. Acierta en los dos penales.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Buena noticia el regreso de Azpilicueta. Aunque en muchos momentos me desespere, tengo que reconocer que, ahora mismo, el único centrocampista medio creativo y con visión y precisión de juego que tenemos es De Paul, que realizó una gran segunda parte, siendo decisiva su participación, sin duda, pero el auténtico crack del mismo fue Giuliano, porque, gracias a su entusiasmo y a su fútbol desbordado, logra contagiar tanto a sus propios compañeros como hasta la grada, y eso vale su peso en oro. Determinante del todo, una vez más, el chaval.


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Soy muy defensor de Koke, pero le veo cada vez más fundido y falto de ideas en el campo. Dicho esto, el tono grisáceo que tiene el equipo de forma general tampoco ayuda en exceso a que destaque nadie en particular, vamos, que pongo a Koke, pero podría poner también a Correa, a Lino, a Llorente, a Galán, a mí mismo, etc.


La verdad es que sigo muy decepcionado con el rendimiento del noruego, cuya falta de movilidad en muchas ocasiones me exaspera hasta decir basta, pero ayer, al final, consiguió un golazo que vale su peso en oro, así que vamos a dejarlo estar, va. Pero tranqui, Don Edu. Su bigote lucirá a final de temporada con más esplendor y viveza que nunca, como si del mismísimo don Enrique Allende se tratase.



 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 8 GRADOS).

El Termómetro sigue nublaete, y con bastante biruji encima, así que permanece inasequible al desaliento en su afán de que cada nuevo grado que se consiga, sea a base de sangre, sudor y lágrimas.

 

Y mañana, a Praga, en donde de nuevo nos jugamos otra vez la vida en Europa. No es por meter presión, pero hay que ganar, sí … o también. Que Don Diego Pablo Simeone reparta suerte … “Te queremos, te adoramos, junto a ti, hasta morir” …



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