Estamos en nuevos tiempos, y, aunque nos joda reconocerlo, hoy por hoy, atléticos y culés hemos cedido nuestro escalón en el fútbol español a Deportivo y Valencia, respectivamente. Socialmente no, desde luego, pero deportivamente, no hay la menor duda. El que no quiera ver esto está ciego.
Esa es la principal impresión que me dio el partido del sábado. Un equipo muy inferior frente a otro muy superior, que, con la ley del mínimo esfuerzo, pero se llevó el partido como y cuando quiso.
Porque el Barcelona es un equipo que juega a impulsos. En el primer tiempo, estos impulsos fueron conducidos por Ronaldinho (al que le cosieron a coces, todo hay que decirlo). En el segundo periodo le tocó el turno a Luisito (Luis García, que Luis Enrique es un muerto viviente) pero tampoco le acompañó la fortuna. Pero, por lo demás, el Barsa es un conglomerado de mediocridad, y en el momento que le aprietan un poquito un equipo mejor, se lleva el partido.
Y eso que el Deportivo no hizo nada del otro jueves. Es más, su segundo periodo es deleznable. Con un Valerón que solo apareció en la jugada del gol, con un Pandiani muy perdido, el único que llevaba peligro era, eso sí, ese sensacional jugador llamado Luque, jugador que, por cierto, le da como unas 100.000 vueltas a Saviola, por poner un ejemplo. Lo que pacha es que este chaval era de la cantera, y ya se sabe.
¿El árbitro? Mal. Se comió un penalty de libro de Gabri sobre Luque.
Y, por favor, que alguien le diga a Motta que, al menos con la camiseta del Barcelona, no salga con ese pelo de chupa-chupa de 2 talegos de la Casa de Campo. Daña a la vista, y perjudica la imagen del club. En serio.
Eso sí, si hay un pueblo con una sensibilidad admirable es el catalán. El sábado lo volvieron a demostrar. Un 11 sobre 10 para ellos. Ahora empiezo a entender eso del seny.
Otra cosa para los culés, ¿Qué hace el tal David Sánchez en el Albacete? Porque el gol que metió el pasado sábado a la Real es uno de los más bellos que he visto en mi vida. Ese gol lo tiene que meter un tío que tenga arte. Quizás por eso no esté en el Camp Nou, precisamente.
Y al Deportivo hay que exigirle un poquito más, ¿Eh? Ya digo, su segunda parte es sencillamente vomitiva. En otra época, el triunfo en el Camp Nou era toda una proeza. Pero, hoy en día, no lo es. Por lo que decía antes de lo del escalón. Por eso mismo digo lo de exigirles más. Mucho más.
-- Un saludo.
Tomi. Frente Atlético. Vieja guardia. LCJ2.
ETERNAMENTE PRESENTES,
FIELMENTE ULTRAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario