Intenso, muy intenso el encuentro que se disputó ayer en el Calderón entre el Atleti y el Sevilla, que, una vez más, me causó una buena impresión en su visita a Madrid.
El primer tiempo fue de mucha lucha por ambas partes. Fases de dominio alterno, una excelente ocasión malograda inocentemente por Antoñito delante de un Juanma siempre bien colocado, un golazo fabuloso del Niño, en una preciosa combinacion entre Ibagaza, Nikolaidis, Aguilerita y remate al primer toque de Torres, un gol injustamente anulado al Sevilla, y, sobre todo, intensidad, mucha intensidad sobre el terreno de juego. Con este resultado se llegó al descanso.
En el segundo periodo, salida en tromba de los sevillanos, que se hicieron dueños del centro del campo, pero con poca claridad en los metros finales, mientras que Manzano, aunque quitó a Nano (cosa que no me hace ninguna gracia), al menos sacó a Jorge, es decir, se dio cuenta de que el centro del campo había desaparecido por completo. Este cambio fue decisivo para quitarnos el agobio un poco de los del Nervión, y así llegó el segundo tanto de nuestro Gladiator particular, en una salida de Esteban que recordó, qué duda cabe, sus grandes tardes en el Calderón.
Con el 2-0 parecía sentenciado el partido, pero el Sevilla, por un lado, no es un equipo que se rinda fácilmente, y si ese no fuese suficiente argumento, Iturralde se encargó del resto, al inventarse un vergonzante penalty en contra nuestra que supuestamente hizo García Calvo. 2-1, y último cuarto de hora a sufrir como perros, para no perder las sanas costumbres. Pero jugó bien ese último cuarto de hora el Atleti, taponando perfectamente las embestidas sevillanas (una ocasión de Carlitos fue todo el bagaje ofensivo a partir de ese momento de Las Gitanas - conste que miento su publicidad -), y así conseguimos al final una victoria que fue merecida, aunque el empate tampoco hubiese extrañado a nadie.
Destaquemos la labor defensiva del Atleti en este encuentro, con un Sergi y un García Calvo como en sus mejores tiempos, y, por parte sevillista, me gustó el bloque en sí, cómo se plantan los tíos en el campo, cómo presionan, y cómo no se van nunca del encuentro. Además, por una vez y sin que sirva de precedente, esta vez parece que se dejaron en su casa las navajas, los luchacos y demás parafernalia que suele utilizar esta peña en esos campos de Dios, y se dedicaron a jugar al fútbol de manera noble y con contundencia pero sin violencia. Esperemos que en la Copa siga todo por los mismos derroteros.
-- Un saludo.
Tomi. Frente Atlético. Vieja guardia. LCJ2.
NIUSERO DEL AÑO 2003-2004.