Está visto que no hay forma humana de poder tocar el cielo con este equipo. Siempre que se asoma a las alturas, un repentino ataque de vértigo le impide escalar más en la clasificación, es evidente. ¿Le puede la presión? ¿Tienen miedo a volar? Pues vaya usted a saber.Y, en teoría, más a huevo que lo tenía el sábado pasado, imposibol. La situación soñada: que te visite el colista a tu casa y que, encima, tu rival ni siquiera haya ganado un solo encuentro. Pero que si quieres arroz, Sr.Aguirre.
Y el caso es que empezó bien la cosa: el equipo entraba por banda muy bien, tuvieron 3-4 ocasiones claras, con un Antonio López en plan flecha y con un Fernando Torres que, mal que pese a quien pese, sigue siendo el mejor jugador que tenemos, ahora que vuelve ya a tener su nivel habitual.
Pero no fuimos capaces de mantener ese ritmo más allá de 20 minutos, y, mire usted por donde, en una contra en la que Jesuli centra con toda comodidad sirve para que los donostiarras pongan el 0-1 en el marcador. No me cabe ninguna duda de que el Atleti es un equipo tradicional. Este año nos hemos propuesto empezar en casa todos los partidos perdiendo, y, qué duda cabe, en este aspecto somos francamente infalibles. Pues no somos nadie nosotros cuando nos proponemos algo ... ¡ja!
A partir de ahí bastó una Real ordenadita para que el Atleti cayera en sus errores de siempre, es decir, ese estilo balonmanísitco que tanto nos caracteriza, venga a sobar el balón de un lado a otro para terminar reculando hacia atrás. Y así una, y otra, y otra vez. La putada es que aquí no se puede pitar siquiera pasividad, con lo cual se convierte el tema en un tostón considerable.
Solo había, pues, 2 formas de que el Atleti empatase el encuentro. Una, a balón parado, pero el portero realista hizo honor a su nombre y estuvo Bravo Bravísimo. Pernía y Antonio López pueden dar buena cuenta de ello. La otra, que se metieran ellos el gol, y menos mal que se tiraron el rollo. Un penoso globo lanzado por Galleti hizo que el guardameta resbalara nadie sabe muy bien cómo y que un defensa realista se metiese el gol en propia puerta. Subrealista de la muerte el tema, vamos.
Y así se acabó el encuentro. O el tostón, más bien, vamos. La Real supongo que se salvará, porque con orden se consiguen muchas cosas en esta vida, está claro, aunque no le vendría mal que lo mezcle con algo de calidad y de ambición. ¿El Atleti? Pues tiene que buscar soluciones a la empanada mental que les entra en el Calderón. Yo tengo una, que es sacar a Jurado de una puñetera vez de principio. Aguirre, que por probar no pacha nada, hombre ... Fijo que, con tal de tocarme la polla, probará con Don Limpio Costinha. Al time.
EL CRACK DEL PARTIDO: Fernando Torres. Fue el único que se movió adelante, cayendo a banda y poniendo excelentes balones a sus compañeros. Me importa un bledo que meta o deje de meter tantos mientras juegue así.
LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: Seitaridis. A ver, señor mío, tras su exhibición del pasado sábado, ya nos ha quedado a todo el mundo claro que, centrando hacia atrás, no hay nadie superior a usted. Sencillamente infalible. A ver si para el próximo encuentro nos demuestra usted que también lo sabe hacer hacia delante. Sería un detalle por su parte.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+4). Vuelve el puto frío a asomar por el Calderón. Desde aquí lanzo un reto: ¿Seremos capaces de jugar un encuentro en nuestra casa sin que esté todo el puto día lloviendo sin parar? Yo voto a que no. Dichoso microclima.
EL ÁRBITRO DEL ENCUENTRO: Ni me acuerdo quién fue, así que estuvo bien.
¿Alguien conoce algún método para evitar el vértigo? En caso afirmativo, pásese por las Oficinas del Vicente Calderón, situadas en Paseo Virgen del Puerto s/n. Se recompensará en cómodos pagarés a cobrar en 35 años (ya se sabe, genuino producto made in Atleti).
--
Un saludo.
Tomi. Gruppo Baramba.
¡No me pregunten por qué
los colores rojiblancos
van con mi forma de ser.
Ni merengues ni marrones
a mí me ponen las rayas
canallas de los colchones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario