La semana pasada titulaba que la gente parecía que abandonaba el barco. Pues bien, soy yo el primero en tirarme al agua y pasar ya de todo. Ayer fui a ver mi último partido durante esta temporada.
No aguanto más esta situacíón. No aguanto más a este equipo con tan nula ambición. No soporto más ver al Niño enfrentándose al mundo. No quiero escuchar más las voces de los guadañeros de turno en su contra sin ton ni son (ayer metió un golazo, pero sería, probablemente, producto de la casualidad, un tuercerbotas como los cataloga la escoria que invade este mundo no puede clavar un chicharro así). No soporto más Pérez Lasas, ni a Aguirres, ni a Cerezos, ni a las falsas promesas de M.A. Gil ... No quiero vivir más una situación de impotencia, de rabia, de desesperación, de sentirme "yo, contra el mundo", como me sucedió ayer.
Esta vez, sí, va en serio. Es la definitiva. Seguiré haciendo mis crónicas (o mis lamentos, o, seguramente sea lo que más se ajuste a la realidad, mi manera de expresar todas las frustaciones que tengo en esta vida). Pero no quiero salir más a verlos. No quiero acabar tan sumamente desquiciado como acabé ayer. ¿Producto del alcohol? ¿Producto de mis amigos? No. Definitivamente, no. Producto, simplemente, de mi desencanto. Y para estar desesperado, no hay peor que la calle, los garitos, el alcohol, la frustración. Hoy me he levantado y no sabía ni en qué día estaba, ni dónde me encontraba, ni lo que tenía que hacer. Y esto no me puede suceder más.
El problema es que el tema ya se escapa de mis manos. No lo puedo controlar. No puedo admitir el que tanta ilusión como pone uno al ir a ver un partido de fútbol luego se quede en conjunto vacío. Porque esa situación es luego en lo que termina quedándose mi mente, en conjunto vacío. Y cuando me pongo así, no sé lo que hago, consigo hacer sufrir y preocuparse a la gente que más me quiere, y, en definitiva, pierdo totalmente el control.
Probablemente vea o quiera intentar encontrar en el Atleti todas las cosas que, por las razones que sea, no he logrado conseguir en mi vida. Es un objetivo, ciertamente, triste. Muy triste. Pero se acabó. Por esta temporada, al menos, se acabó. No me puedo permitir el lujo de acabar en el estado en que terminé ayer. No puedo llegar a ese punto de desesperanza total. La vida tiene que ser algo màs. Y si no lo es, pues chico, me conformaré con mi mediocridad de existencia, y aquí paz, y después gloria.´
No voy a pasar a la historia por mi existencia, eso lo tengo claro. Apenas he conseguido nada de lo que me he propuesto en la vida. Solo tenía una cosa que me servía para "clamufar" todos mis complejos (hola, Teo), todas mis frustraciones. La fuerza que me hacía levantarme un puto lunes con una ilusión por algo. ¿Dónde está ese algo? Este año, me temo, se ha ido corriente abajo, con el río.Quizás el año que viene ...
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Un saludo.
Tomi. Gruppo Baramba.
http://www.cronicasdeltomi.blogspot.com/
SIEMPRE YO SOLO CAMINARÉ
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