El negocio del fútbol sigue en plena ebullición. Tras las recientes compras en Inglaterra de clubes como el Arsenal, el Manchester, el Chelsea y la reciente oferta por el Newcastle, el dinero extranjero también quiere pescar en España. Según ha podido saber Bolsacinco, un fondo de capital estadounidense se ha asociado con Gabriel Camuñas para presentar una oferta amistosa por el Atlético de Madrid, propiedad de la familia Gil.
El 0-6 que el Barça le endosó al club colchonero el pasado domingo -la mayor derrota en 104 años del club en el Estadio Vicente Calderón- ha terminado por espolear a algunos empresarios para cambiar la tendencia de la tercera entidad futbolística de España por número de abonados y de seguidores. Pese a sus cerca de 50.000 socios, el club lleva ocho años fuera de Europa -sólo hay tres equipos en la actual Primera División que no han jugado competiciones europeas durante ese periodo- y este año se le han puesto las cosas difíciles tras la abultada derrota contra el club azulgrana.
Por este motivo, Gabriel Camuñas ha reunido a varios empresarios para presentar una oferta amistosa a la familia Gil para tomar el control del club. Camuñas, ex diputado del PP y de UCD y uno de los políticos encargados de realizar la transición política en España, ha conseguido además atraer el interés de un fondo estadounidense para formalizar una oferta por la entidad rojiblanca, siempre y cuando la familia Gil y Enrique Cerezo muestren su disposición a dejar la dirección del club.
Camuñas ya ha tenido contactos con Cerezo para hacerle saber su iniciativa, aunque la actual directiva confía en alcanzar finalmente en terminar la Liga en puestos de UEFA para levantar el ánimo de la afición y asegurase mayores ingresos para la próxima temporada. Fuentes financieras apuntan que uno de los inversores que puede estar interesados es Vulcan Capital, la firma de inversión de Paul Allen, el cofundador de Microsoft, propietaria entre otras empresas del equipo de baloncesto Portland Trail Blazers de la NBA. Este aspecto no ha podido ser contrastado.
Según otras fuentes, el objetivo de Camuñas es profesionalizar la institución, dotarle de capital humano y alejarla del carácter presidencialista que ha caracterizado el mandato de los Gil desde que accedieron a la presidencia en 1987. La mala gestión de la familia, que tiene cerca del 95% del capital, acabó con la intervención del club y con varias sentencias por aprobación indebida contra Jesús Gil y el actual presidente, Enrique Cerezo, cuyos delitos habían prescritos cuando fueron juzgados. Además, Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado y el verdadero gestor del club, fue condenado a 18 meses de cárcel por estafa.
Y es que la situación de las cuentas del club sigue siendo preocupante. Aunque la entidad de la ribera del Manzanares asegura que en la última temporada redujo sus pérdidas operativas, lo cierto es que acumula unas pérdidas netas más que significativas que en algunos de los últimos ejercicios han superado los 60 millones de euros. La deuda de 2006 se disparó hasta los 130 millones de euros.
La solución a esta difícil situación pasa por la venta de los terrenos del Vicente Calderón, por los que podría obtener unos 200 millones de euros, y la marcha al estadio de La Peineta o la construcción de uno nuevo. Los Gil ya vendieron en 2005 un 15% de su filial inmobiliaria a unas sociedades entre las que se encontraban Caja Madrid y Martinsa, la compañía del que fuera presidente del Real Madrid, Fernando Martín.
Gil Marín, abierto a nuevos inversores
Según se desprende de unas declaraciones que hizo el consejero delegado el pasado mes de marzo, los actuales gestores del club están dispuestos a dar entrada a nuevos inversores. Gil Marín resaltó la necesidad de que nuevos socios de referencia aporten solvencia económica para afrontar un nuevo plan estratégico que tiene como objetivo duplicar los 80 millones de euros de ingresos actuales en siete años. Para hacer una rápida comparación, el Real Madrid o el Fútbol Club Barcelona facturan entre 250 y 300 millones de euros al año.
Esta no es la primera vez que un grupo de empresarios intenta tomar el control del Atlético de Madrid. En 2004, Alfonso Camba lideró la denominada Alternativa Atlética que llegó a ofrecer 100 millones de euros por el club, de los cuales unos 30 millones era a cambio de las acciones de la familia Gil.
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