Una semana más, continua esa fuente inagotable de buenas noticias denominada Club Atlético de Madrid a seguir ilusionando al personal día tras día. Esta vez se han encargado de traspasar a nuestro guerrero Apache Ufaljusi al todopoderoso Galatasaray, que ha visto en las huestes de los dos delincuentes el sitio perfecto para comprar bueno, bonito y barato. Como en el rastro, vamos.
Algunos me dirán: traspasar a un defensa de 33 tacos por 2 kilos, y que acaba contrato la temporada que viene, es un excelente negocio. Pues puede ser, oiga, pero eso, como negocio. Porque si consideramos que ha sido el jugador más regular en defensa durante las temporadas en que ha vestido la rojiblanca, y en que el bueno de mi tocayo era el único que aportaba algo de carácter en ese vestuario lleno de individuos que, en su gran mayoría, ni sienten ni padecen, anestesiados convenientemente por el listón de exigencia que les inculcan nuestros dirigentes, pues, una vez más, hemos realizado una pésima gestión deportiva, que, les recuerdo a todo el mundo, es o debería de ser el principal objetivo de este Club de la Comedia, y nunca otro.
Se le desea, pues, al checo, lo mejor de lo mejor en su nueva andadura, mientras que los ladrones siguen embolsándose los bolsillos impunemente. Que siga la fies.
Y no se crean que el tema ha terminado aquí, no se crean. Han intentado también por pasiva y por activa vender a José Antonio Reyes. Yo creo que aún hay gente que desconoce cómo funciona aquí el tema. Se lo explico en un instante.
En cualquier club serio, formal y con aspiraciones serias de hacer algo en la vida , cuida, mima y construye sobre sus principales activos, que son, en este orden, afición y jugadores. Aquí no. En el Club de la Comedia de Madrid todo funciona al contrario. De la afición se ríen, menosprecian, insultan, vejan, mofan y hasta se mean encima si les es menester, aprovechándose de que, para lo bueno y para lo malo, este Club es sumamente especial y es muy pero que muy jodido que un Atlético termine de romper su vínculo de forma definitiva con el Club que llevan (llevamos) tan adentro, a pesar, si, de esta puta gentuza que nos humilla constantemente. Con los jugadores pasa 3 cuartas partes de lo mismo. Aquí, en cuanto hay un activo con futuro, con base sólida y con esperanza para empezar a soñar y a construir algo que pueda ser importante para todos de cara a intentar construir un proyecto deportivo serio y con aspiraciones reales, se desmenuza ante el más mínimo interés que haya por cualquier jugador, porque lo importante no es el proyecto ni el éxito deportivo, sino el económico. Los bolsillos, siempre rebosantes. Nuestro lema de ayer, de hoy y, por desgracia, de mañana.
Aquí no se dice que no se escuchan ofertas de nadie. Que va. Aquí cualquier oferta se traslada al jugador, que no importa nada si tiene contrato con el Club un1 año, cuatro o doce. Y si los tiene, tampoco pasa nada. Se le renueva bajándole la cláusula y prometiéndole marcharse cuando desee, solo faltaba. Eso de que la Entidad está por encima de todos y de todo pasó a mejor vida. Malos tiempos para la lírica, buenos para la bolsa.
Menos mal que en el caso de José Antonio el tiro, de momento, les ha salido por la culata. El pibe ya ha estado fuera, y no tiene o no parece tener ganas de más aventuras, máxime cuando ha encontrado aquí la estabilidad que toda persona necesita. Porque sí. Aunque yo también lo dude a veces, Reyes se trata también de una persona. Y tiene un crío y todo, ¿Saben?
De todas formas, no canten victoria, que Derribos Sacapuntas no han dicho todavía su última palabra. Gracias, Jose, de todas formas. A pesar de que me fío menos de ti que de la objetividad de ese trabajador incansable denominado Gonzalo Miró, o estómago agradecido similar, auditando las cuentas de Gil&Cerezo, muchas, muchísimas gracias. Al menos, a uno, le ha subido un tanto la autoestima. Y eso, en los tiempos que corren ….