Y con el empate también hubiese estado todo por decidir, conste. Yo soy de los pocos que piensan que prefiero jugar la vuelta fuera de casa que en nuestro dulce Calderón (síndrome de Salvio, lo llaman). Y, visto como estaba la cosa, esta victoria me supo a gloria bendita. Curioso este Toto, jugador atolondrado y atolondrante donde los haya, pero, qué cosas, capaz de inventarse de la nada el chicharrazo que marcó ayer, por toda la escuadra, desde fuera del área, faltando 2 minutos para finalizar el encuentro. Está claro que es un jugador nacido para vestir la rojiblanca.
¿Los alemanes? Como son todos los equipos alemanes fuera de casa. Se comportan con la misma vergüenza y timidez que hace una quinceañera cuando recién conoce a una persona que supere los 30 tacos. Noñas, simples, muy vergonzosas, pero cuidadito, que cuando llegues a su casa, y te conozca mejor, la historia cambiará. Encima se nos puso el tema a huevo, gracias a una falta sacada por Gabi a los 9 minutos que Falcao remató de cabeza anticipándose a media Alemania. Parecía que la cosa sería coser y cantar. Pero no. Ni cantamos, ni cosimos. Más bien, nos aburrimos.
Porque, aparte de Turan, que es el que está en estos momentos sosteniendo el equipo en cuanto a creación de juego se refiere (ojito a su baja para la vuelta, que es importantísima, como la de Gabi), el resto tiene las ideas tan claras como yo las tenía cuando salía de un after un sábado a las 12,30 de la mañana. Hay jugadores que están volviendo a dejar patente su peor versión (o su auténtica versión, eso es lo malo). Luis Filipe vuelve a ser ese tipo intrascendente que se da un rulillo por la banda izquierda (y que le comieron la tostada en el tanto del empate alemán). Claro que, si al colega le hicieron eso, al Señor Miranda ni les cuento. Que sí ,que el pase del mediocampista alemán era cojonudo, pero Mister Mirinda, se puso su disfraz de platanito con la muleta, y toreó el balón para que un bobo denominado Diouff o meméz análoga nos amargase un poco la noche. Está claro que nuestra gente de adelante anda bastante obtusa, pero si añadimos que empezamos a perder nuestra firmeza defensiva, mal camino llevamos. Eso sí, al Cholo, ni un reproche. A muerte con él. La estúpida confección de esta plantilla realizada por el Sr. Marioneta Caminero le libra de todos los pecados habidos … y por haber.
Segunda parte igual, un Atleti atolondrado, y un pedazo de susto de Diouff que respondió Courtois con una extraordinaria parada (que sí, señores de As, que está fichado ya por el Madrid, que ya sabemos que hay derbi ya dentro de poco, Don Alfredo Rebaño, desínflese ya la vena, hombre). Después, salida de Diego (titular incontestable e indiscutible) y el equipo vuelve a parecerse al que con el Cholo tanto me ha gustado, porque el brasileño aporta coherencia, claridad, verticalidad, movilidad y desahogo al equipo. Cuánto le vamos a echar de menos …
Y colorín colorado, esta historia no se ha acabado. La vuelta promete emociones fuertes. Justo lo que nos viene como anillo al dedo. Que somos el Atleti, joder …