Día duro. Colegas valencianos (lo mejor que se puede echar uno en esta vida, creerme, lo mejor) metiéndome presión. Yo que me la creo. Con un 2-0 basta. Joder, que tampoco es tan fácil. Pero te imaginas un gol a los 4 minutos de Soldado, y te quieres morir. No lo aguantas más. Los precedentes no ayudan: Madrid-Barsa, final. Chelsea-Bayer, real. El Atleti no pinta nada en esto, pero …. Los favoritos caen. Los prolegómenos son patéticos. Si estás en Valencia, dabuten: fies, alcohol, gritos, animación … llegas al encuentro medio catatónico para adelante. Es lo que pone en el manual del hooligan, ese personaje que tan fielmente interpreté yo en tiempos y que, de momento, he tenido que aparcar. Ahora el hooligan se conforma con una birra mientras se encierra en la cocina para hacer la comida para su family para el día siguiente: y lo pasa fatal. No podía tener ni un solo minuto hasta el comienzo del encuentro ocupado con cualquier pensamiento que no fuese algo que significara Atleti. Y estuve rellenando los huevos rellenos alargándolos todo lo que pude (había que mantener la mente ocupada en otras cosas). … Y me abrí una cerveza. Y lo hizo todo con mimo, con cuidado, con atención sumun. Todo sin prisa. No quería, en el fondo, que empezase el encuentro. Daba igual. A las 20 h. ya había acabado. El partido no empieza hasta las 21,05 h. Me quiero morir. Esa hora muerta …. Que si te pones la tele …. Que si una apasionante playback de Albano ( y qué buena que estaba antes su mujer … ¿Antes, he dicho) en la 1 … Que si Fraiser en la 2 ( genial serie donde las haya), 44 concursos sigo en mi zapping del puto TDT, las Latineras Botineras esas que me ponen la tienda de campaña siempre … La presentadora de las noticias del TV7 o no sé qué que tiene unas peras de cuidado …. Que empiece y acabe esto ya, por favor.
Esos minutos previos … esos … son los peores para un futbolero descerebrado como yo. Tan descerebrado que son la 1 de la mañana, me tengo que levantar a las 6, tengo que currar, y me toca después control oncológico y rehabilitación de la espalda. Viernes divertido que lo llaman. A la mierda todo. Lo que no me hace no dormir es el cáncer, qué me río de él cada puta mañana. Lo que me hace sonreír es mi Atleti. MI Atleti, de Madrid. Ese que, espero, si ganamos este torneo Europeo finalmente, no le ofrezca la copa a la señora del Aznar, dícese alcaldesa de un pueblo que jamás la votó. Curioso. Que sí. Que el Madrid de tu marido representa culturalmente a nuestra ciudad. Nosotros la representamos, sin embargo, en Europa, deportivamente hablando. Que lo disfrute con salud, y visca el Botellón, miss Drinking ….
Del partido, sufrimiento en la primera parte, Courtois, espectacular, segunda parte lesión de Canales (ánimo, chaval), golazo antológico (uno más) de Adrián (ese pibe que sigue teniendo 18 kilos y se nos pira, vampiro, pero va … , que no, que no es día de mosquearse, Tomi) y colorín colorado, el Atleti en Bucarest ha llegado.
No son horas. No es lugar. Pero hoy os escribo esto con lágrimas (de las reales, de las que los que me conocéis bien sabéis de qué van) en los ojos: Para lo bueno, para lo malo. Gracias, Atleti. Este escudo tiene una grandeza tan sumamente poderosa que ni personajes como Gil y Cerezo pueden cargarse. Y Cholo. De verdad, por nosotros, aquí, lo que quieras. Desde la época de Antic, nadie me había transmitido tanto desde el banquillo del Atleti. Claro, que, cuando entre Atléticos anda entre manos …