Pues ya estamos en semis, completando un campeonato, en cuanto a números se refiere, de órdago, ya que, desde que empezamos allá por el mes de Junio del año pasado, hasta la actualidad, se empató en Francia, se palmó en Italia contra el Udine, y todo lo demás, victoria va, victoria viene.
Les reconozco que yo ayer no las tenía todas conmigo, no me pregunten el por qué. También tenía la misma sensación el día del Zaragoza, y pensaba lo peor. Y la cosa no pintaba bien. El ambiente era espectacular, el mosaico sencillamente inconmensurable que hicieron los alemanes en honor a su equipo (en lo más alto de los altares de lo que uno ha visto a nivel de tifos en un terreno de juego y saben que de este tema controlo un poquito), lleno a reventar, y un Atleti que hizo un primer tiempo sencillamente deplorable, para qué nos vamos a engañar. Nerviosos, muy nerviosos, imprecisos, demasiado imprecisos, patadones sin ton ni son, un auténtico desastre. Menos mal que el Hannover atacaba como cuando un adolescente echa su primer polvete: empujones a lo loco, sin ninguna sutileza, sin tranquilidad, más bien eran espasmos convulsivos que otra cosa. Así que sí, provocaron 453 faltas para bombear el balón, pero en eso, señores, tenemos un seguro de vida con el joven Courtois, que hizo un partido espléndido de serenidad, de colocación, de templanza. Todo lo que le faltó al resto del equipo durante este primer periodo, qué cosas. . Sí. Decididamente sí, es mejor que De Gea. En el juego aéreo, su dominio es incontestable. Y, eso, en un portero hoy en día, es casi un 50% del mismo. Curiosamente, el más pipiolo de todos los que había sobre el terreno de juego era el que más tablas estaba demostrando. Me jode reconocerlo, pero cuánto también le vamos a echar de menos a éste, joder …
La segunda parte empezó de otra manera, con un Tiago llevando la batuta (experiencia, colocación, manejo de partido, soberbio el portugués), apoyándose en Diego (que hizo otro espléndido segundo periodo, mal que a mi amigo Miguelito le pese) y la cosa pintaba de otra forma, el balón era nuestro, y empezábamos a recordar lo que significaba ese extraño término en el primer periodo para nosotros denominado “peligro”. A todo esto, Adrián coge una pelota dentro del área, se deshace de un central alemán, de otro que le sale al paso, del portero, recorta majestuosamente a otro individuo alemán que saló de la nada, se va otra vez del portero y bate la portería local.
Curiosamente, leí en esta semana un twiter del Sr. Iñako Díaz Guerra (al cual, a pesar de ser un borde integral en twiter admiro y sé que en el fondo es uno de los nuestros, conste en Acta) en el que indicaba que para él Adrián no le decía tanto como nos decía al resto de mortales Atléticos. Es lo que tenemos los camaradas bocazas: cuando abrimos la boca, de repente, el diluvio universal. Porque si esa auténtica obra de arte, demostración de frialdad y de saber hacer sobre el área, jugándose lo que se estaba jugando, encima, lo hace un tuercebotas normal, pues nada, que venga Dios y lo vea. Por eso, mi querido Iñako, a veces usted parece que lo más redondo que ha visto en su vida es una onza de chocolate (no del que se fuma, del otro). Adrián is diferent. No sé si es un crack, pero el camino que lleva es de serlo total. Se siente.
Pero, cómo no, en un absurdo saque de banda faltando 10 minutos, un balón que despeja mal Godín y cae sobre Diouff para poner el empate a uno. ¿Conclusión? Está claro que ver un partido del Atleti de tranki es más difícil que imaginarte a Marcelo como un ser humano normal.
Afortunadamente, Diego se inventó un pase genial ya faltando 2 minutos para que Falcao siguiese callando boquitas con un golazo impresionante que puso nuestra victoria final (justa, pero excesivamente sufrida) en nuestro tanteador final.
Es una victoria importante, porque en Alemania temen al Atleti más que Paz Padilla un concurso de belleza, porque ese equipo, el Hannover, quinto en la liga alemana, llevaba más de un año sin palmar en casa, y, sobre todo y por encima de todo, porque este tipo de encuentros (reitero, a pesar del catastrófico primer tiempo), en el fondo, reivindican y hacen florecer en lo más adentro de nuestros corazones Atléticos nuestro orgullo y nuestra categoría que tenemos en Europa (que son ya unas cuantas semifinales europeas, señores, unas cuantas). Así que, ahora sí, ya estamos lanzados del todo. Llegados a este punto, no hay que morir nadando ahogándose en la orilla. Nuestro rival, para mí, el más difícil de los que han quedado, y con diferencia. El primero en el Calderón (no se de decidirá nada). El segundo en Mestalla. Bien. Como nos va a nosotros este tema. Guión ideal para un buen Atlético sin complejos. Bualensianistas, tengo una camiseta para tiiii ….
3 comentarios:
¡Bah! Yo ya tengo el viaje a Bucarest organizado ;-)Que gane el mejor, padre. Hubiera deseado que pudiéramos enfrentarnos en la final y vernos allí, una lástima.
Para mi es una final anticipada, hijo mío, por mucho que se empeñe todo el mundo en que el Athletic es el inventor del fútbol (y con esto no les quiero quitar mérito alguno, conste, pero coño, que en Europa no saben ni quiénes son esa gente, ya está bien, joder).
Si vienes a Madrid, avísame, y si pasáis vosotros, sabes que me alegraré por gente como tu. No lo dudes nunca, hijo mío.
Un abrazote.
puta valencia!!!
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