Los aficionados somos muy dados a ponernos siempre nerviosos con cualquier circunstancia, aunque el equipo vaya como una auténtica seda, como es el caso del Club Atlético de Madrid. Si los resultados van mal, obviamente, buscamos culpables por todos lados, y si las cosas van dabuten, pues buscamos crisis y fantasmas donde, sinceramente, uno piensa que no los hay. ¿El ejemplo? Dos de los hombres de la manita de ayer: Oliver Torres y David Villa.
El canterano ha llenado un montón de tuits y de post por ahí llegando a asegurar que se encontraba apartado del equipo y tal. Pues hala, ayer, titular. Porque una cosa es que al Cholo maneje el vestuario y determinados comportamientos deportivos y no deportivos a su antojo (que para eso es el jefe de todo esto, oigan) y otra es que decida prescindir de cualquiera de sus jugadores que piense que le pueden sentir útil. Y eso no lo va a hacer ni con Oli, ni con Villa (este estaba prácticamente acabado y el Cholo ya no iba a contar con él tampoco, los periolistos de turno son así, cuanto daño hacen los televidentes baratos al ser humano, madre) ni con nadie.
Oli ayer jugó bien, logró marcar el tanto más rápido de la historia del Atleti (a los 14 segundos) y demostró que tiene categoría para ir dándole la manija del equipo, según el Cholo lo vaya considerando necesario. Eso sí, ya les anticipo que es muy probable que igual el próximo encuentro no sea titular, e inclusive puede que no vaya ni convocado. Porque, afortunadamente para nosotros, tenemos un grupo de jugadores enchufadísimos todos y que cualquiera de ellos merece ser titular y tener más minutos. Y el Cholo quiere ser justo con todo el mundo.
Después de este tanto inicial, cuando yo aún no había ni empezado a saborear mi delicioso chupito de licor de café, y pese a tener ocasiones de gol cantadas (un cabezazo de Godín completamente solo que se marchó lamiendo el palo, un penalti de enciclopedia de Jordi Figueras sobre Diego Costa que el árbitro y el linier no vieron, y un buen remate de Villa) el Atleti, durante una hora, estuvo contemplativo y reservándose para esfuerzos mayores, ya que el Betis, todo hay que decirlo, fue el peor Betis que uno jamás recuerda desde que tiene juicio de razón (si es que alguna vez lo he llegado a tener, pero ese es otro cantar), y fue la cosa más inocentona que he visto en mi vida. A su lado, Heidi era una furtiva, vamos. De Courtois se de su existencia porque me encantó su molona equipación azul nada más empezar el encuentro. Después, jamás volví a saber de él.
Pero al Cholo está claro que no le molan en exceso eso de las meditaciones activas, y puso firmes a sus piezas en el descanso y el Atleti terminó arrollando a su rival, jugando al fútbol como los propios ángeles, y realizando jugadas de muchos kilates. Y ahí entro en danza el Guaje Villa, primero aprovechando una delicia de centro de Luis Filipe, rematando de cabeza fenomenalmente, y poniendo el 2-0 en el marcador, para que, poco después, aprovechase un rechace dentro del área, sentase a Cedrick y fusilase sin piedad, poniendo el 3-0 en el marcador.
Después vinieron los cambios (yo no hubiese cambiado a Oliver ni de cachondeo, pero bueno, ya saben, manda quien manda), Villa demostró que no teme a Diego Costa en su lucha por el nueve de España, al regalarle el cuarto tanto al brasileiro, y Gabi completó la manita en las postrimerías del encuentro, en algo que precisamente debe de hacer más para ser aún más grande: subir su cuenta anotadora. Para el Betis el partido resultó ser una tortura china. Para el Atleti, coser, cantar, meditar, atacar y fulminar. Este Atleti tiene alma de insecticida. Los mata bien muertos.
EL CRACK DEL PARTIDO: Muchos. Luis Filipe estuvo descomunal, pero se lo voy a dar a David Villa. Tapando bocas, que lo llaman …
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: El Betis. Parecía un equipo de regional (con todos mis respetos para los equipos de regional). Esperpéntico a más no poder.
ÁRBITRO: Martínez Munuera. No sabía ni de la existencia de este individuo. No estuvo mal, aunque se comió el penal sobre Diego Costa.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 22 GRADOS).
Para desesperación de Don Pablo Mármol, pero, una vez más, el termómetro no te toca. Partido de obligado cumplimiento.
Y el jueves, a Granada. Tiempo de ver a algún que otro nuevo jugador, ya verán. Y recuerden: si no tenemos problemas con nuestro Atleti, pues no los tenemos, qué le vamos a hacer. Utilicen su brillante intelecto en desarrollar fórmulas químicas, en descubrir cómo el orégano se puede convertir en metal de oro, o en diseñar una plaza de toros volante, pero, por favor, a nuestro Atleti, dejémosle en paz. Es tiempo de disfrutar.