27 de octubre de 2019

Atleti 2 - Athletic 0. Las 4 patas de la mesa.


Afición.
Inconmensurable ayer. El Frente, espectacular, animando sin parar y haciendo cantar y ser partícipe al resto del campo de lo que, se supone, todos queremos: “¡¡Forza el Atleti Campeón!!” … “¡¡LOLOLOLOLOOOOLOOOO!!” Probablemente, los amantes de la alcachofa del chirincirco hasta se diesen cuenta del daño que andan haciendo al equipo con sus graznidos contra Koke (uno de los tuyos, escoria), o sus silbidos cuando la Muchachada del Frente se pone a cantar al Cholo. Dicen que rectificar es de sabios. Sinceramente, esta peña no creo que se merezca tal calificativo, pero bueno, ayer, al menos, escondiditos y mascando sus pipas sin parar. Mejor así, por el bien de todos. Aquí no hay fórmula mágica, que anda todo inventado. El que quiera estar, que esté. Si no se quiere animar, perfecto. Cada uno tenemos claro nuestro papel en todo este rollo. Eso sí, al menos … no molesten. Eternamente agradecido.

Equipo.
Buen partido del Atleti. La defensa va claramente a más (con Felipe a los mandos, con Hermoso creciendo, con esos laterales que Dios nos ha dado, y con ese Oblak, que, probablemente, sea, hoy por hoy, nuestro Dios más real y terrenal. Habría que inventarnos una oración por él, joder – juraría que en alguna crónica anterior lo intenté y todo, ya recordaré-). ¿Cuánto vale esa mano al remate de Iñaki nada más comenzar el encuentro tras la salida de un córner? ¿Y esa otra tras fenomenal chutazo de nuestro Hermano Don Raúl García, todo lo que haces, lo haces bien? Lo de este portero es para no parar de alabarle. Personalidad, frialdad, saber estar … Es un auténtico espectáculo. Y, a todo esto, más que correcto partido de nuestro Capi Don Koke Resurrreción, fenomenal trabajo de Saúl (primer tanto incluido, tras escarceo eléctrico de Correa dentro del área), el señor Morata que cumplió su función de seguir sumando, tras otra espectacular asistencia de, cómo no,  Correita, y el resto del equipo, participativo en un trabajo sólido, compacto, en el que todos son para uno, y uno para todos. Equipo. Esa es la mejor lectura que hago del encuentro de ayer. La palabra “Equipo” elevada a su máxima expresión. Orgullosos, pues, de ustedes, colchoneros.

Rival.
Un partido que siempre apetece ver. Este es un clásico lleno de rivalidad, pero futbolística, oigan, de aguaceros en San Mamés, de eléctricas jugadas de Futre, de majestuosos goles de Escándalo Forlán, de remontadas inverosímiles del Atlhetic … Buen Athletic, por cierto. Valiente, mandón por momentos, algo decepcionante en la segunda parte (solo recuerdo un remate de semichilena de Muniaín como ocasión de peligro), pero nunca bajaron los brazos, tuvieron personalidad, y crearon sus opciones. Igual hasta jugaron mucho mejor de lo que les describo, pero oigan, una previa de 3 horas es lo que tiene: un par de Gin-Tonics, tropecientas birras, saludando hermanos de aquí para allá sin parar, cariño, amistad, fidelidad. Me siento uno de los mayores afortunados de la tierra de andar siempre rodeados de Atléticos 101%, pata negra, auténticos 24x7. No puede haber nadie en este mundo tan feliz …

Entrenador.
Nunca echa balones fuera. Siempre asume su responsabilidad. Que el equipo se echa atrás (cada día ando más convencido de que él no les indica eso, pero bueno), por mi culpa. Que Diego Costa anda espantoso, por mi culpa. Que la muchachada anda escasa de creatividad, por mi culpa. Que hay lesionados, por mi culpa. Que la gente pita, por mi culpa. Que hace frío, por mi culpa. Que no me suben el sueldo, por mi culpa. Que andan haciendo el papanato paseando una momia por el cielo de Madrid de aquí para allá, por mi culpa. Todo por mi culpa. Sepa usted, Don Diego Pablo, que, por su culpa, por su culpa, por su gran culpa, uno cada día anda más vivo, con el espíritu rojiblanco a flor de piel, con toda mi mente y mis sentidos puestos en ustedes. Vivo por vivir con vos, y su muchachada. Vivo por ser del Atleti. Soy del Atleti. ¿Se puede pedir algo más a la vida? Gracias por su puñetera culpa, Don Diego Pablo Simeone.

EL CRACK DEL PARTIDO:
A Angelito hay que quererlo como a un hijo. Con sus virtudes y sus defectos. Yo, fíjense ustedes, me siento muy identificado con él. Muchas veces soy capaz de lo peor y de lo mejor. Por eso me cae tan bien. Y oigan, cuando se pone, esos regates en una baldosa, esas filigranas rodeadas de contrarios, esos giros de sentido con el balón pegado en los pies, ese chut seco y colocado con el que de vez en cuando nos deleita, ese reinado que tiene dentro del caos, esa tarascada absurda y que siempre le genera la tarjetita de rigor … Es que le quiero con locura, joder … Reitero. En muchas partes de mi vida ando rodeado de caos. Y es cuando más disfruto de todo. ¿Conclusión? Correíta … Don Ángel Correa, siempre, siempre, en mi equipo. El que no adora a este jugador, no me aprecia a mí. No hay más.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
El tema de la multa de la pancarta de agradecimiento por lo de Luis, nota informativa del Club incluida haciéndose el sueco cuando oye la palabra “Frentista” (no es que esperara mucho de ustedes, pero bueno, me dan mucho asquito, de verdad. Pero mucho). Lo de Antiviolencia no tiene nombre. Al tal Ibarra ese es que oiga …lo único medio decente que conozco con tal denominación es una marca de espárragos. Busca sus minutos de gloria con nosotros. Siga en el intento. De verdad, no quiero amargarme en esta crónica. Somos los Ultras del Atletiii, nadie nos puede paraarrrr …

ÁRBITRO:
Hernández al Cuadrado. Pues no me gustó en exceso, pero bueno. Me echo otro Gin-Tonic por él, y mira, hasta me ha servido de excusa y todo.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 6 GRADOS).
Oigo los caballos cabalgar hacia mi como si de una manada de Dothraki rabiosos me acechasen a la vuelta de la esquina con sus espadas sueltas y dispuestas a decapitarme sin piedad. Da igual. Soy un Lannister. Pagamos nuestras deudas, y el termómetro, precisamente, es el que me debe grados a mi, y yo no a él, gracias a la barra libre que nos obsequió Don Meñique Pablo Mármol y sus interesadas huestes. ¿Conclusión? NO-SE-TO-CA. PUNTO. ¡Dracarys para ustedes!

Y el martes, el Alavés. Hemos pasado un tramo duro y complicado. Lo de pasado mañana no va a ser nada fácil, ya les anticipo. Partido tosco, áspero y duro donde los haya. Da igual. Pienso seguir cantando sin parar … “¡FORZA EL ATLETI CAMPEÓN … LOLOLOLOLOOOOO!”.

23 de octubre de 2019

Atleti 1 - Bayer Leverkusen 0. Día de fútbol otoñal (by Don Pablo Mármol).


Me pide don Dueño, que se ha puesto en modo empleado de Metro de Madrid, que intente juntar unas letras y hacer una casicrónica. Con más voluntad que acierto, servidor se va a poner a ello, cuando no pasa de ser un Bicinius de las letras. Ustedes verán.

No hay estación más melancólica que el otoño y no hay mejor sitio para el otoño que Madrid.  La melancolía es sinónimo de tristeza. El de ayer fue un partido melancólico, triste.
No fue un buen día, eso está claro. Mal comenzó la cosa, cuando el autobús de la Peña Rock & Roll sufrió un accidente saliendo del bar (el conductor no había entrado, que les conozco). Parte y punto. No habían pasado cien metros, cuando se produjo un nuevo percance. Parte y punto, pero la hora pegada. El caso es que llegaron, a Dios gracias, los viajeros al Metropolitano sobre el pitido inicial. Un día podríamos hablar, largo y tendido, sobre la doble fila en días de lluvia para comprar, por ejemplo, el pan.
El día estaba perfecto para la práctica del fútbol. Buena temperatura y ligera llovizna (don Dueño dirá, no le hagan caso, que frío estepario y lluvia torrencial). Muy buena entrada, para completar. Pero salió un encuentro francamente malo. En la primera parte se apretó un poco, muy poco, de inicio. La lesión de Giménez fue como si parara en seco todo interés ofensivo y, puede decirse, ahí terminó el primer acto.
En la segunda parte cambió un poco, muy poco, el panorama. El Bayer tuvo la posesión de la pelota, sobó y sobó de centro del campo para atrás hasta la desesperación, pero las pocas, muy pocas, ocasiones fueron del Atlético. Héctor Herrera amenazó primero, Diego Costa cabeceó fatal un centrogol de Trippier y Morata decidió con otro centrogol de Lodi, tras una apertura de libro de Lemar (a ver si se anima el francés). El Bayer lo intentó, pero su capacidad ofensiva fue nula. Y así se llegó al final, con tres puntos importantísimos, pero con dudas, muchas dudas.
Del Atlético muy poco que destacar, a no ser los cuatro de la defensa (a partir del minuto 15, defensa completamente nueva), con un Felipe realmente Augusto. Delante de éstos, sólo Thomas intentó algo, desacertado filtrando balones, pero bien sosteniendo al Equipo. Parece ser que Lemar estuvo bien cuando salió (digo parece ser, porque no me dio esa impresión y en la vuelta lo comentaba en el autobús gran parte de la parroquia) y Morata clavó la que tuvo, que no es po

Un par de apuntes, que no van a ser breves:
Apunte 1: En vísperas del Inglaterra-Australia de cuartos del Mundial de Rugby, Eddie Jones, entrenador de los primeros, le pedía a su Capitán, el gran Owen Farrell, que se olvidara un poco de ejercer de Capitán y se aplicara especialmente en el juego. El tal Farrell, para el que no lo viera, ejercería en el encuentro de medio de apertura e iba a ser el encargado, en ataque, de la distribución de juego para la línea. Hizo un partido magnífico. No sé si ya han adivinado por dónde voy. Tengo la personalísima impresión de que a nuestro gran Koke le está lastrando en el juego la Capitanía. Ésta supone estar pendiente de muchas cosas que, para el que no está acostumbrado, por supuesto que influye en el juego. Y ahí tenemos un problema, porque al haberse marchado todos los pesos pesados de un tiempo a esta parte (Tiago, Gabi, Godín, …), que soportaban impertérritos el peso del Brazalete, no veo un Capitán, al que no le influya ser tal, que no sea Oblak.
Apunte 2: No sé dónde he leído/oído que el guerracivilismo estaba instalado en el Metropolitano. Sólo les ha faltado decir ¡por fin! Nada más lejos de la realidad. La prensa afín al presidente de ACS, toda, lleva de un tiempo a esta parte dando cancha a ciertos personajes que venden su alma al diablo con tal de tener su minuto de gloria en la televisión. Luego se manipula el asunto, se pone un titular del tipo la Afición del Atlético se harta de Simeone (o de Koke) y ya tenemos el enfrentamiento. No hagan caso. Ayer hubo silbidos hacia Koke, cierto, pero fueron muchos más los gritos de aliento tras ser sustituido, cosa que, por otra parte, no leerán en ningún medio. Cierto es que tampoco estuvimos bien desde la Grada respondiendo a los silbidos. Con esta respuesta se consigue dar pábulo a unos personajes que saldrían poco después atropelladamente buscando el medio de manipulación que les diera la cancha que no tienen (ni deben tener) dentro del Estadio.
Apunte 2 (anexo): En donde sí percibo ese guerracivilismo es en twitter, red social donde se malmaneja el que suscribe. Creo que no hay que darle mayor importancia a lo que se opina y ser algo más cuidadosos en la aceptación de los twitteramigos. Tengo la sana costumbre de opinar sólo de lo que ponen mis Amigos y me he encontrado, sorpresa, con que no he tenido que discutir con ninguno de ellos. Acepten este humilde consejo por cuenta de la casa.

Y poco más que contarles, que no sea pedirles disculpas por haberles hecho perder el tiempo. Sean felices y pongámonos TODOS a subir el termómetro.

FORZA ATLETI SIEMPRE.

20 de octubre de 2019

Atleti 1 - Valencia 1. ¡Ole Ole Ole, Cholo Simeone! ¡Ole ole ole, Cholo Simeone!


Llega el invierno al Calderón (he decidido, desde hoy mismo, llamar así a nuestro Centro Comercial VIP, porque, al menos yo, no estoy dispuesto a vender mi espíritu colchonero, a pesar de lo de ayer). Y llegó con una profunda decepción.

Uno lee por ahí que el Atleti jugó un gran primer tiempo. Sinceramente, no lo vi por ningún lado. A mi el partido me pareció un coñazo sumun. Uno de esos encuentros terriblemente tácticos, que tanto le gustan a Don Pablo. Se tuvieron ocasiones, sí. Un remate ajustado al palo de Saúl, otra clara que desaprovechó lamentablemente (porque está lamentable, el cariño no nos debe de confundir con la realidad nunca) Diego Costa, y el penal, que sí, que esto del VAR es un coñazo. Pues vale. Pero oigan, hace justicia, porque el penalti fue de libro, y yo, al menos, desde la grada, no me enteré ni del nodo. Parecía que lo más difícil estaba hecho. Craso error.

También les cuento que no vayan a ver un encuentro de fútbol cuando anden con un trancazo considerable. Seguramente tenga distorsionada la realidad de lo que ví. Porque uno, aunque quiera, no lo disfruta igual. Animas, sí, pero te duele la garganta. Intentas meterte como sea el encuentro, pero no terminas de encontrar la posición. “Cruzo la pierna izquierda con la derecha … Cambio con la izquierda … Ahora me entran escalofríos … Ahora tengo calor … Conclusión: ¡¡UNA PUTA MIERDA!! (copyright, FAmilia)”.

Del Valencia poco se supo en este primer periodo. Equipo ordenadito (me cae bien el Celades ese, oigan, hay que tenerlos bien puestos para jugársela con un equipo en la situación en la que estaba, sin ser nadie todavía), pero inocentón hasta decir basta. También es verdad que les faltaba Rodrigo y Guedes, que a uno le gusta fijarse también en sus rivales, y analizar el potencial real que tienen, ustedes perdonen.

A todo esto, y entre bostezo y bostezo, llegó la segunda parte. Ya ni bostezos. Fue un auténtico dolor de muelas. Un Atleti inoperante, plano, cuadricular, sin ideas, acobardado y, como siempre les digo, viendo la vida venir. Y a veces la susodicha te pilla en bragas. El Valencia avisó en una de Cherychev (o como pollas se diga, remate al larguero cuando el gol era chicharro sí o también) y logró el empate final en un lanzamiento magistral de Parejo (jugador el cual, jugaría, ha metido ya unos cuantos de esta forma). Es curioso. Si ese  tanto lo mete Pantic, lo clava Dirceu o Alemao, sería un toque magistral, casi para la historia. Pero oyes, como lo ha metido ese chaval con aire de empanado, pero que es un excelente pelotero llamado Parejo, uno tiene que leer por ahí que Oblak se la traga. Pues nada. Barra libre para las gilipolleces. ¿Quién da más? Debió de ser igual que el remate duro y ajustado al palo que le sacó al propio Parejo poco después, y que nos salvó de la derrota final. Una mano prodigiosa. Da igual. Aquí nada ya nos vale. Estamos empezando a confundir exigencia con sentimiento, respeto y reconocimiento (nada de todo esto es incompatible, os lo digo de verdad).  Preocupante. Muy preocupante.

¿Cuál es la realidad final? Que el equipo no anda en su mejor momento, cierto es, pero está ahí. Que estamos en Octubre, y parece que andemos en Mayo. Que los de  la guadaña, cada temporada la afiláis antes, hasta el punto de que, a veces, me parece que andan deseando que el Atleti (NUESTRO ATLETI) pierda, para sacarla a pasear. Que la gente (y este sí que es un hecho probado y comprobado) se harta siempre de ver las mismas caras, aunque  esta te haya dado: 1 Liga, 1 Copa del Rey, 1 Supercopa de España, 2 Europas League y 2 Supercopas de Europa. Y sigamos compitiendo. Y continuemos estando. Continuando. Molestando.

Tampoco se tiene en cuenta que cada año se nos van jugadores claves. Que sí. Sustituidos por otros de supuesta valía, pero que siempre resulta que hay que empezar de cero, acoplarlos y demás mandangas … A saber, volver a empezar.

Por supuesto, los rivales no cuentan. El Valencia es como el Villarrobledo, más o menos. Hay que ganarles con la punta del capullo, sí o sí. Admito la crítica (solo faltaría, abajo se los demuestro, de hecho), pero no la falta de respeto. Jamás. Y menos a un pibe que nos anda dando tanto. ¿Qué cobra mucho? No ha jodido. Queremos pagar lentejas, y competir en la Élite Mundial. ¿En qué mundo viven, oigan? Así que, a todos aquellos que se pusieron a silbar cuando, con ¡0-0 en la primera parte frente a un Valencia, reitero! en el momento en que la muchachada cantamos lo del ¡Ole Ole Ole, Cholo Simeone! No les puedo responder con otra cosa que no sea esta. Que pasen buena tarde. ¡…FORZA ATLETI CAMPEÓNNN … OLÉEE, OLEEEE, OLEEE, OLEEEE … CHOOOOOLOOO, CHOOOOLOOOO!

EL CRACK DEL PARTIDO: El Cholo Simeone. Básicamente, porque me sale de la polla …

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Podría ser el lamentable partido de MI CAPITÁN Koke (seguimos siguiendo), podría ser de Costa (que anda sencillamente espantoso), pudiese ser del Morata (tan voluntarioso como torpe). Quizás el Cholo, porque ayer con los cambios la cagó pero bien (¿Qué puta necesidad hay de realizar 2 a la vez cuando tu equipo anda ganando, escalónalos más, hombre, que igual uno de ellos luego te puede venir de cine para perder tiempo, o por si nos empatan, o por si se te lesiona un jugador … ¿Le suena, Don Diego?). ¿Ven? Esto es crítica (mi crítica) pero jamás se convertirá en falta de respeto. Así que sí. Ustedes, los silbadores tribuneros de turno, son mi decepción. No les reconozco ni como Atléticos, ni como mi gente, ni como nada. Son escoria Bernabeunística. Mejor y más a gusto y reconocidos andarían por esos lares. Solo les pido una cosa, que salgan este año campeón … (no, joder, que se me pira la pinza, puta fiebre): si algún día andan a mi lado y actúan de tal forma … Anden lo más lejos posible de mi persona, por favor. Lo más alejados posibles. Eternamente agradecida.

ÁRBITRO: Cordero BEEEga. El VAR corrigió nuestro error (reitero, en la grada no se enteró ni el tato del penalti) y acertó en la expulsión del aprendiz de Bruce Lee ese Kang-Chin-Chan, o como pollas se llame. Para todo lo demás … Nicolás.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 5 GRADOS).
Nueva bajada del termómetro, como no podía ser de otra forma (otros dos menos). Tenemos un problema (obvio) pero lo vamos a solventar. Con la ayuda de todos, claro. Si no, es probable que empiece la guerra civil (y tiene pinta de que se avecina otra, en otro escenario de nuestro país, desgraciadamente) así que, anden todos alertas, por favor …

Y el martes, el Leverkusen. Partido que si ganamos, tenemos ya casi media clasificación hecha y todo a estas alturas, oigan. ¡En Octubre, sí! Pero qué mal que anda el Atleti, jooodeeerr … ¡Válgame Dios! …Nadie entendió cuál era mi pasión, yo te llevo dentro del corazón …



7 de octubre de 2019

Valladolid 0 - Atleti 0. El viaje a ninguna parte.


Vamos a empezar con los días de vino y rosas. Porque el sábado, tuve el honor de ser partícipe, gracias a la invitación de Don Vélez, a un acto de estos de los que no se va a hablar en la prensa, porque no se debe de hacer, de hecho (chupacámaras Antoñito, cómo no ibas a estar ahí en primera fila cuando no participaste en nada, asquito que dan estos juntaletras, oigan). Tranquis. No hubo fuegos artificiales, no hubo lucecitas de colores, ni música celestial, ni nada que se le parezca. Lo único que hubo fue un grupo de Atléticos, algunos del nivelazo de Don Vélez, que tiene varios enormes méritos: uno, y principal, ser del Atleti. Dos, y respetable aunque incomprensible por mi parte, seguir viviendo el día a día de este club como si continuase yendo todos los días al Metropolitano (yo pertenezco a la generación de Groucho Marx, tengo unos principios, pero, en cualquier instante, los puedo cambiar por otros, Don Jesús Vélez no, respeto, honor y admiración, pues). El objetivo era homenajear a Ardelardo. El acto consistía en regalarle la letra “C” del Estadio Vicente Calderón. Y lo conseguimos.

Sinceramente, yo no terminaba de ver claro si ese detalle le iba a terminar chanando o no. ¿Dónde coño vas a poner una letra de ese tamaño en tu casa? Pero si yo no quise ni el puto asiento de plástico, porque no estuviese dando vueltas por mi casa sin ton ni son). Poco después comprendí que sí, viendo sus lágrimas al no poder articular palabra después del principio de su discurso de agradecimiento. Tomo relevo su mujer, la encantadora hija de Don Vicente Calderón. Tuvo clase hasta para no  tener que tirar mierda a nadie. Se sintió orgullosa de su padre (y quién pollas no lo está) y de su marido. Y, claro está, también de nosotros. Así que fue un sábado sencillamente esplendoroso, con Atléticos cantando la versión del himno más sentida y respetuosa que yo he escuchado jamás en toda mi puñetera vida, con lágrimas (yo el primero, lloro en las pelis, aviso), tuve el honor de posar también con Don Cacho Heredia (excelente central, cargado de clase y técnica), con un bastante antipático, por cierto, Don Luis Pereira (entiendo el coñazo que podemos a llegar a ser la gente, lo siento mucho, Don Luis, aunque me contrastó mucho con su imagen que tenía de su collar verde, de su sonrisa imborrable y de cómo nos lo ponía de corbata cada vez que sacaba el balón desde dentro de la portería), y de Don Juan Carlos Pedraza, que sí que fue como Doña Hele y yo le recordamos … La vida no pacha apenas por el condenado, su puta madre.

A esto continuó unas buenas dosis de risas, de charlas, y de recordar anécdotas, con toda la peña que fuimos, y ya tocadillo, me fui a sobar (aunque no dormí apenas nada, demasiadas emociones encontradas).

El domingo, a las 7,30 h. nos recogía un bus para ir al partido del Pucela. Uno, cuando sale de una estación como Legazpi (en la que das a una rotonda) suele salir por el lado en el que tiene que darse la vuelta a toda ella hasta llegar al auténtico punto de quedada, o salir directamente bien. Es como lo de la rebanada de pan y la mantequilla. La peonza colchonera dio sus vueltas de rigor, pero terminó llegando a su destino final.  Mi día cargado de “retrasos” empezaba bien.

Desayunando las deliciosas par de birras en cuestión, finalmente emprendimos un viaje, en la ida, plácido y tranquilo. Llegamos sin grandes novedades, salvo las 500 birras de rigor, a Pucela. Curiosa ciudad esta, en la que el sentido de un Domingo se eleva a la máxima expresión. 11 de la mañana, y allí no trabaja ni el tato, oigan. Menos mal que encontramos un bombón que, tras ser algo reticente a servirnos, gracias a la estimada ayuda de Rubén a la hora de colocarle el chirincirco, y a nuestro afán de llenar nuestra mesa plagada de cadáveres verdes, logramos estar allí de lujo, la verdad.

Poco después, quedamos con mi colega Nacho, que sí, que es vikingo, pero tras aguantar alguna mirada asesina que otra del Tete, logré que la fiesta continuase en paz. Iba todo sobre ruedas.

Nos fuimos a otro bareto en el que hacían unos mejillones que te cagas, y ahí empezó el lío. Que fue una puta gilipollez sin sentido: no tenían tabaco, quise pillar, me lancé a la aventura, y acabé más perdido que Cerezo en una reunión de alcohólicos anónimos. Total, que al final tuve que llamar a mi colega el pucelano, pero mis hermanos de sangre ya se habían pirado. Obviamente, me sentó como una patada en los huevos, pero podía haber ido perfectamente yo solipandi al campo y luego haberles visto posteriormente. Decidí, dentro de mi abanico de grandes decisiones que tomo en mi vida, que no, que me quedaba en un garito con Nacho a inflarme a Gin-Tonics hasta reventar, mientras veía el partido (del cual no me enteré, apenas … ¡UNA PUTA MIERDA!). Eso sí, al menos, pillé tabaco (aparte de que he amanecido con 2 paquetes enteros, que esa es otra, igual hasta tenía al final y todo, me quiero morir).

Me puse, pues, a ver el puto partido de marras con los lugareños de la ciudad (muy respetuosos ellos, la verdad), y bueno, casi que no me perdí gran cosa, ¿Eh? Partido con el cuchillo entre los dientes por parte de los pucelanos, el Atleti a ver la vida venir, el Sandro que falla un penal, ocasión postrera de Correíta, y bueno, terceros y a 3 puntos. No nos deberíamos de morir todavía por eso.

Finalmente, llegó el caos, mi pérdida de gafas (recién sacadas, por cierto, 300 pavos del ala) mi otra sabia decisión de volverme en un tren que nunca tuve claro a dónde se dirigía realmente (los 500 Gin-Toincs es lo que tiene), cuando, por supuesto, también tenía pagado mi viaje de bus, mi patética retransmisión en tuiter de dicha vuelta, , y coña, que me encontrado una entrada en la cartera sin utilizar. No me jodáis que jugaba el Atleti y todo. En fin. Ahora mismo no es que tenga muchas ganas de volver a viajar, pero, los que me conocen, saben que esto jamás quedará ahí. Volveré.

Último apunte: mis Camaradas (especialmente Rubén) no se me rallen, por favor. Esto no es culpa de nadie. Mi vida está llena de historias parecidas. No pacha nada. Así que a ver cuándo montamos otro (daré mi mi vida por intentar entrar, al menos, al campo, tampoco prometo mucho más).

Quería también mencionar que ayer un chaval a mi colega el citado Rubio le dejó una bufanda que rezaba el lema de "nunca dejes de creer" porque no le dejaban meterla en el campo (tan inaudito como cierto, parece ser) pero debido a la alcoholemia generalizada después del partido no se la pudo devolver. Si el dueño quiere recuperarla (estas cosas suelen tener mucho valor sentimiental), que contacte conmigo a través de Mensaje Directo, por favor. Y vermos qué se puede hacer. Muchas gracias de nuevo.

EL CRACK DEL PARTIDO:
Nacho, por aguantarme toda la puta tarde.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Yo, y mis retrasos.

ÁRBITRO: Ni puta idea de quién coño era, pero vamos, que un simpático jugador local debió irse a los 10 minutos a la puta calle, y el penalti, pues bueno, si tu lo dices …

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 7 GRADOS).
Subo un grado por el empate ante el maligno, pero bajo 2 por no haber conseguido la victoria ayer. La imagen fue mala, tirando a lamentable, la verdad. Cómo se nota que vivo por y para este maldito equipo.


Y ahora, Selección tocan. Me va a venir de cine. A descansar, a reflexionar, a realizar propósito de enmienda, para volver a cometer las estupideces finales de turno. No tengo remedio … “Hoy viajamos juntos otra vez” ……

2 de octubre de 2019

Lokomotiv 0 - Atleti 2. El oro de Moscú.


Partido sencillamente estupendo por parte del Atleti, prácticamente de principio a fin. Dominador total, con excelente circulación de balón, con paciencia, y con mucho trabajo, porque, en esta vida, cada vez se ganan menos partidos por el escudo, por presupuesto o por historia. Por mucho que nos enfrentemos a un equipo de “obreros de la Renfe” (denominación de origen según Sergio del simpático equipo ruso). A mi no me parecieron tan obreros. Aguantaron bien en defensa, y en las contras salían como demonios poseídos.

En la primera parte se profundizó un montón por la banda de Arias (espléndido despliegue el suyo toda la noche), comandada la muchachada por el entusiasmante Thomas (¿Alguien se acuerda de un tal Rodrigo?), y se defendieron las contras locales como leones, gracias en buena parte al fantástico despliegue físico de Koke y de Saúl (estuvieron los dos espléndidos también). La defensa estuvo también impecable (lo de Felipe empieza a ser también un puto escándalo), Morata trabajó un montón, Joao Félix estuvo excelso, y Diego Costa, aunque falló un gol difícil de explicar el cómo pudo mandar el balón fuera, tras una buena peinada del propio Joao Félix en un córner, estoy convencido de que es una simple cuestión de tiempo, y como él es de los que no se esconde (aunque a veces se desquicie un poquito) se le esperará lo que sea menester.

La segunda parte aún fue mejor que la primera, y pronto se consiguieron los tantos, el primero en una gran acción individual de Álvaro, que cedió el balón hacia atrás a Joao Félix, y éste, tras doble remate, termino fusilando a Guillerme. Muy bien el portugués toda la noche, derrochando personalidad, excelentes conducciones y demostrando gran visión de juego.

Poco después llegó el segundo tanto, en una fenomenal contra conducida por el propio Joao, que vio el desmarque de Costa, y este cedió a Thomas para que anotase a placer (y tan a placer, yo diría que estaba en fuera de juego, pero la extraña línea verde del VAR, sin embargo, indicaba lo contrario). Después, como es lógico, el Atleti paso unos 10 minutillos algo complicados, pero faltaba alguien para que la fies fuese completa, y ese fue Oblak, que realizó una doble parada de las suyas sencillamente escalofriantes al doble remate de Krychowiak. Sumémosle también las fulgurantes subidas de Lodi en este segundo periodo, y nos da como resultado uno de los partidos más completos que recuerdo al Atleti fuera de casa en Champions. Fue un Atleti poderoso, seguro y, en muchos momentos, brillante y eficaz. Y los 3 puntos, que son de oro puro. El oro de Moscú.

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