De pesca de puntos, me refiero. Manda narices, que cuando no podía entrar ni Dios al campo, era casi una utopía para nuestros rivales el intentar pescar algo de aquí, y ahora, que andamos ya todos yendo al campo cantando nuestro himno a todo pulmón, parece que la barra libre ha quedado inaugurada. Hasta para eso somos especiales los Atléticos, no me niegue nadie que no.
Y, hablando de barra libre, tengo el placer y el orgullo de comunicarles que, a partir del pasado viernes, y aprovechando el 49 Aniversario de la Peña Atlética Peñagrande, me fue comunicada por la Directiva de la Peña Atlética Rock and Roll mi ascenso dentro de la misma, nombrándome oficialmente Secretario, pasando a formar parte de la junta directiva. Sé que es un cargo de una altísima responsabilidad y arduo trabajo, pero espero no defraudar a nadie. Al fin y al cabo, sinceramente, creo que dicho puesto me va como anillo al dedo, la verdad. Inquirí a nuestro amado Presidente Don Cristóbal (hombre recio, algo áspero, pero justo, tal y como debe de ser todo buen Presidente que se precie) sobre el cometido de mis funciones. Su respuesta fue escueta, tajante a la par que sincera: “nada”. Coooorrectoooo pues. Veo que han analizado a fondo todas mis posibilidades reales y han actuado en consecuencia. No tengo palabras para tanta satisfacción.
Vamos al partido, va. Y el caso es que el Atleti no jugó mal en este primer tiempo, pero la Real lo hizo estupendamente bien. Y si a los siete minutos se adelanta con un tanto de un tal Sorloth, que hacía su debut en la liga española, me pareció haber escuchado, aprovechándose de un tremendo desajuste defensivo, incluida salida dubitativa del bueno de Oblak, pues es otra vez remar contra corriente, frente a un gran rival, significa desgastarse mucho más de lo normal, y tener que realizar esfuerzos que igual no deberíamos de andar forzando tanto la máquina física como mental todavía con tan poca temporada desarrollada. De momento el equipo va aguantando, pero veremos como esto siga así.
Por cierto, otra cosa a estudiar por parte, especialmente, de nuestro cuerpo técnico, es cuando los rivales sacan el balón jugado tal y como lo hizo (espléndidamente bien, por cierto) ayer el equipo donostiarra, especialmente en esta brillante primera parte. Ya frente al Vila-Real no supimos contrarrestarlo, pero ayer especialmente fue preocupante con la facilidad con la que la realizaron. El equipo se atolondra en su intento de presión mientras ellos aguantan tranquilamente para dar el balón al jugador más desmarcado, y resulta especialmente frustrante por momentos el tema. En ese aspecto influye muy positivamente el buen juego con el pie que tiene su portero Remiro, porque si nosotros nos planteásemos lo mismo con el bueno de Oblak, que Dios nos pille confesados, Hermanos. Y, por supuesto, el excelente trabajo táctico de Alguacil, que ayer (al menos a mi esa impresión me dio) le dio un pequeño gran bañito táctico a Don Diego Pablo, especialmente en este primer periodo.
Y otra impresión que tengo es que cuando el Cholo saca un equipo tan potencialmente ofensivo como de nuevo hizo ayer, es lo imprescindible que resulta para este tipo de juego Kongdobia, para aportar equilibrio defensivo al equipo. Y lo que se añora a Savic, ya puestos. Lo mucho que se le echa de menos. En fin.
Eso sí, reitero, ofensivamente, el equipo no me disgustó en este primer periodo. Comandados con un excelso Joao Félix, el equipo combina mucho y bien, aunque a veces carezca de profundidad para hacer más daño al rival.
Pero que si quieres arroz, Catalina. Nada más comenzar el segundo periodo, falta que lanza Isak, el balón le bota justo antes de intentar blocar al bueno de Oblak, y 0-2 en el marcador. Si ya la cosa estaba complicada de por sí, ni les cuento ahora. Menos mal que la muchachada nunca se termina de ir, aunque a veces parezca que tampoco nunca termina de estar.
Empieza el carrusel de cambios por parte del Cholo, y a los 61, un maravilloso pase de Joao Félix lo cabecea de forma inapelable Luis Suárez. Media hora por delante, el Metropolitano patas arriba, lo que empieza a ser el menú diario, vamos. A tirar de locura, pasión y de emoción.
La Real tuvo vértigo a la victoria, dejó de jugar con su sello y su personalidad impuesta en la primera parte, y el Atleti se desmelenó. Comandados por el omnipresente Joao Félix, la máquina rojiblanca se desató con furia y desbocada hacia la meta donostiarra, hasta que, a falta de un cuarto de hora, una patada de Merino sobre Luis Suárez se convirtió en penalti claro ante el asombro de todos. Esta jugada quién la saca en realidad es nuestro Criminal favorito, porque se queda quejándose dentro del área amargamente, llamando la atención a la gente del VAR sobre la misma, ya que el contacto se produjo. Y el árbitro la terminó viendo por televisión gracias al VAR, y penaltito que te crió. Si esa patada la recibe, por poner un ejemplo, ese trozo de pan denominado Koke, se toca levemente el gemelo, y sigue jugando. Pero el uruguayo no. Sabe muy bien lo que hace. Es más listo que el hambre. Y encima, la tranquilidad que nos da tenerle de nuestra parte a la hora de lanzarlos (que esa es otra) vale su peso en oro. Lo digo desde ya: va a meter aún más goles este año que el anterior. Como Joao siga en esta línea, apuesten a que sí. Y al final pudimos vencer y todo, pero, sinceramente, no hubiese sido justo. Entre otras cosas, porque el uno justificó su liderato, y el otro su Campeonato. Fútbol de verdad, de alta escuela. Y déjense de clásicos, háganme el favor. Eso sí, el vado de pesca se debe de empezar ya a cerrar de inmediato. El Metropolitano debe de seguir imponiendo su respeto y continuar resultando Imperial para nuestros rivales. Que lo vean como una montaña casi imposible de escalar. No nos queda otra.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Luis Suárez vale su peso en oro, está claro, pero hoy se lo doy a Joao Félix. Está con confianza, ganas, personalidad, profundidad y valentía. Fino a la par que rápido, con excelente cambio de ritmo y técnica superlativa. Le queda una cosa: el gol. Y tendremos que seguir trabajando en ello, pero bien. Muy bien ayer el portugués.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Me da a mi que a Correa no le anda sentando demasiado bien su falta de continuidad justo cuando mejor lo estaba haciendo con nosotros (ayer, auténticos minutos suyos para la basura) pero hoy quién tiene que ocupar este escaño es mi adorado Oblak. En el primer tanto, o sales, o no sales, Jan, pero la duda siempre te termina matando. Y el segundo, por mucho botecito que haya y tal, no deja de colarse por tu palo, y eso es sencillamente inconcebible. Yo creo que desde aquel partido en el que debutó en Champions frente a un equipo griego, jamás ha vuelto a visitar esta sección. Dos de lo que más quiero, y miren hoy por dónde andan … Me cago en la leche …
ÁRBITRO:
Munuera. Sin complicaciones.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 1 GRADO).
Otra vez en negativo. Está caprichosamente bailarín este Termómetro que tanta paz y sabiduría nos aporta. Al Termómetro no le interesan ni épicas, ni remontadas, ni fantasías animadas de ayer y de hoy. El Termómetro vive de realidades, y anda bastante enfadado con la sangría de puntos que se andan perdiendo en nuestro estadio, así que ha decidió con su sapiencia habitual, bajar 2 grados de nuevo. ¿Qué andamos en negativo? Pues eso. Que hay que espabilar, señores. Que ya está bien de las “pamplisemiremontadas”. A mejorar se ha dicho.
Y el jueves, nuestro adorable Levante. Tengo la cosa de que este año les vamos a mojar la oreja, pero de verdad. Espero que no termine nadie llamándome bocazas, claro. Que para insultarme impunemente, ya tienen a nuestro Sagrado Termómetro. “Somos los Ultras del Atleti, nadie nos puede parar” …
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