21 de abril de 2022

Atleti 0 - Granada 0. Se acerca ya el final.

 

Champions.

Uno de los mejores momentos que he vivido siempre en mi vida ha sido cada vez que he tenido la oportunidad de viajar a Ibiza (4-5 días cada vez, no más). Seguramente no sea mi mundo real, ni mi gente, pero cada vez que he estado allí las sensaciones que he sentido siempre han sido únicas, inigualables, incomparables. Era como desplazarte a otro planeta durante ese breve espacio de tiempo. Mi vida allí cambiaba por completo. Me convertía en un ser draculiano, que empezaba a disfrutar en cuanto anochecía y que no paraba, inclusive, hasta a aguantar una buena Matinee entre pecho y espalda. He visto gente como Carl Cox, Armin Van Buuren, y he sentido una sensación plena de libertad. ¿Playa? ¿Qué coño playa? Templos. A mi dadme templos como era el Space, como el Amnesia … Hasta como un garito que tenía el hermano del Pocholo, en el que disfrutamos como enanos, tomando chupitos sin parar. Era la auténtica celebración de vivir, a la par que sentirse vivo. Joder, para sentir esta sensación es para lo que se debe de estar presente en este mundo.

 

 

 

Sin embargo, las vueltas a Madrid eran una mezcla entre agotamiento, tristeza y melancolía, si, pero con el saber de haberlo dado todo, y haberse emborrachado de felicidad durante dicha estancia.

 

Bien. Esa misma sensación tuve el pasado miércoles tras el partido de Champions. Ya sé que la CHL no nos gusta a casi nadie, pero nadie nos la queremos perder. No es nuestro mundo, pero el día de partido no vivimos por y para nada más que el mismo. Se organizan comidas entre colegas, se hacen épicas previas, tifo de lujo, ambiente insuperable, y luego, pues chico, que pase quién tenga que pasar. Podríamos hablar de que si el Cholo podía haber atacado algo más en Manchester, o en la primera parte de aquí, o en las ocasiones que tuvimos, o en qué putada no haber pasado a semis … Pero, y yo os pregunto: ¿Y qué más da? No importa el pase o no, no importa el que salgamos Campeón, no importa el juego, ni los goles, ni la puta Mafia que organiza  todo ese torneo. Lo que, en el fondo, celebramos aquel día después de saber que hemos caído eliminados, es, ni más ni menos que eso: ser del Atleti. Y ahí, somos únicos, incomparables, brutales. Esa sobredosis de pasión por nuestro equipo no hay título que la pueda representar. Por eso somos quiénes somos y lo que somos en realidad. Y por eso mismo quiero seguir en Champions la  temporada que viene. Porque esa sensación mágica de evadirte del día a día cotidiano deportivo solo te lo da ese puñetero torneo. Es nuestra “Ibiza” particular. Porque después de haber vivido todo lo que disfrutamos, cuesta volver a echar a andar en nuestro paso cotidiano del día a día.

 

El filial.

El día a día del que hablábamos. De primeras, y después de cómo ha sido el devenir de esta temporada, necesito (a ver si hay suerte en los dos partidos que quedan) tener una previa tranquila, sosegada, en un sitio quietecito, sin tener que recorrerme 7 km. en cada partido de un lado a otro del maldito páramo. No quiero volver a esperar colas kilométricas por un triste bocata de calamares, cara al sol y con 50º a la sombra. Tampoco me apetece en exceso esperar casi 45 minutos para pillarme un triste mini de lo que sea para llevarme a la boca, encima soportando un sablazo de campeonato. De verdad, no puedo más. Qué recuerdos aquellos de los botellones en el parquecillo del Calderón, qué bien lo pasábamos, que agustito que estábamos, y todo a nuestra disposición, todo al lado de donde acomodábamos nuestras posaderas. Daría media vida hoy en día por ello, en serio os lo digo.

 

Por lo demás, día complicado. Después de tanta emoción vivida tan recientemente, cuesta meterte en el partido, cuesta afinar la garganta de nuevo, al equipo, a su vez, le cuesta un mundo volver a cambiar el chip de las pulsaciones a tope entre un encuentro y otro, y entre eso, y el efecto invernadero que había el domingo a las 16 h. de la tarde, con un calor cercano a lo insoportable, dentro del Metropolitano, aquello  tenía visos de convertirse en una auténtica tortura china.

 

Afortunadamente, el Atleti se desmelenó en una buen segundo tiempo, y el árbitro se encargó del resto de la diversión, lanzando tarjetas y más tarjetas de aquí para allá a todo bicho rojiblanco viviente, incluyendo la psicodélica expulsión de Kondogbia, y generando la tensión final con el tema del penalti del insecticida RDT (mano clara y diáfana, me pilló justo en perpendicular en el campo y no tuve en ninguna duda al respecto en ningún momento, de hecho, como el propio jugador reconoció posteriormente), allá en el 90. O en el 100. O yo qué sé. No me puedo olvidar (y, de hecho, no lo hago) de darle las gracias a Carrasco por empeñarse en ganar este partido a base de verticalidad, velocidad, ganas de intentarlo y de volver a insistir, y tener las pelotas finales de tirar ese penalti en el ya citado minuto 100, que sí, que había que meterlo, señores. Tres puntos más.

 

 

 

Graná.

Yo no sé lo que tienen los partidos a las 19 h. en el Páramo, pero son un auténtico suplicio. Llegas con la hora pegada al culo, olvídate, por supuesto, de previa como Dios manda (otra palmada más). Día extrañísimo, que amaneció con un frío que te pelas, para, dentro del campo, tener que quitarme la chupa y todo, y posteriormente, sentirte de nuevo como si anduvieses de marcha por Siberia …

Y luego, el “partido”, claro está (por llamarlo de alguna forma, claro). El año pasado, creo recordar, les metimos 6 en un auténtico partidazo. Pues fíjense lo que son las cosas, el Granada del año pasado le daba cien mil vueltas al Granada que, al menos, contemplé ayer. Y no fuimos capaces de meterles un triste gol siquiera. Las vueltas que da la vida, carallo.

También puede que influya que ande ya cansado de fútbol este año. O siga con el síndrome ibicenco que les relaté anteriormente. Qué se yo. El tema es que me está dando una pereza impresionante este final de temporada, máxime previendo los hechos que pueden llegar a suceder próximamente en el Metropolitano.

 

 

 

Ayer se lanzaron medio millón de córners, cada posterior, peor que justo el anterior, logrando una extraña sensación de récord mundial de inutilidad psicofísica. El centro del campo del Atleti, hoy por hoy, es una especie a extinguir, y, aún peor, cuando Koke y Mister Universo De Paul andan juntos tramando algo sobre terreno de juego. Sin Kondogbia no hay paraíso, téngalo claro.

Uno de los pocos alicientes que había en el partido era contemplar el debut de Javi Serrano. No desentonó para nada el chaval, así que el Cholo decidió obsequiarle con su sustitución en el descanso. Ponme otro peloti, compañero.

 

 

 

También podemos reseñar el debut de su hijo Giuliano … En el minuto 90, claro, no sea que le de tiempo a hacer algo más. Y ojito, que en esos 5 minutos, pudimos a contemplar sus ganas, su rapidez, su movilidad y provocó una falta cojonuda al borde del área … Si tuviésemos un lanzador de faltas como Dios manda, claro. Un totalmente desangelado Luis Suárez lo intentó, pero cuando no hay fe, motivación ni alma, es difícil que a uno le salgan las cosas.

 

¿Algo más? Pues que el dorsal número 8 lleva ya medio siglo sin ver portería, que Cunnha nos pone a todos un montón, pero nueve nueve, lo que se dice nueve, no es, que Llorente, entre los 555 cambios de lateral a interior, interior a lateral, y viceversa, durante un mismo encuentro, no se entera ni del nodo, que Gil Manzano se zampó su penaltazo de rigor sobre nuestro citado anteriormente dorsal número 8, que andamos ya todos en la reserva, pero que quiero volver a meterme en Champions para vivir nuevas noches ibicencas, porque en el fondo, sé que así celebraremos por todo lo alto lo más grande que hay en este mundo: ser del Atleti.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Mi hermano mayor, que al fin logré que pisara por primera vez el Metropolitano el día del filial. Durante mi niñez, él fue siempre mi fiel acompañante a todos los partidos del Atleti en los que me llevaba, en todos los maravillosas matinales del Madrileño que vivíamos en el Calderón en los míticos bancos de madera, con las consiguientes risas que nos echábamos con el personal allí presente (auténticos pura sangres Atléticos de la época), esos vermuths después en Marqués de Vadillo … Tenía esa espina clavada, y gracias a la generosidad de mi Cachorrín y Miguelito (os quiero, Hermanos), finalmente lo conseguí. Y sí. Él acabó encantado. Flipó con los huevos y ganas del Gorka tirando de la peña en el Fondo Sur. Le gustó el Estadio por dentro. Hasta el puñetero bocata de calamares le estuvo rico de cojones.

Le conozco. Si lo hubiese visto en casa, al descanso se pira a su habitación a escuchar música. Pero estando allí se quedó, y gozó como nadie del gol de Carrasco alrededor ya casi de las doce de la noche. Todo sea por él, pues.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Mi falta de una previa tranquila, potente y en condiciones. Como siga así esto, pienso dimitir. Señor Rojo, haga algo, cojones …

 

ÁRBITRO:

El del City no estuvo mal (era un partido que tenia mucho que pitar). El del filial, lo dicho, un mono con un rifle anda suelto por el Metropolitano. El de ayer, el de siempre. Un vikingo sarnoso también campa a sus anchas por nuestro sagrado territorio. Lo del penalti a nuestro ocho …

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 10 GRADOS).

 

El partido del filial, de obligado cumplimiento, por supuesto. Y, tras lo de ayer, voy a hacerme más el longui que el Señor Patriota entrando sin mascarilla en el puto metro, va. Comprendo el estrés y cansancio provocado por tanto partido tan seguido después de una batalla tan exigente como fue la del City, y lo dejo estar también, veeengaa. No lo bajo, pues. Alabado sea Dios, Gran Termómetro, óyenos.

 

Y este finde, la final de Copa. Ese partido que tanto añoro volver a vivir y a sentir. Tengo muy claro con quién voy, y los que me conocen bien, lo saben más que de sobra. Pero no lo voy a decir, que no les quiero gafar … Todo lo que haga falta para que mi hermano @ARIASFOREVER disfrute como un puto enano. Amunt, pues … Y nosotros, mientras, a descansar un poquito, va … “Antic, Leivinha, Adelardo, Toni, Simeone, Griffa y Pereira” …

19 de abril de 2022

Fin de fiesta en Champions (por Carlos Martín, Peña Atlética Rock and Roll).

Lo primero, pedir disculpas especialmente al autor de la crónica por la publicación de la misma tan tarde, pero cuestiones técnicas transitorias completamente ajenas a mi voluntad, me han impedido mandarla en tiempo y forma. Sin más dilación, os dejo con la misma.

 

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13 de abril de 2022. Atlético de Madrid 0 – Manchester City 0

Por Carlos Martín

 

Después del partido, con el güisqui en la mano, recibí el encargo. Hay que diversificar, se dice ahora: en los negocios, en las inversiones,… y parece que también en la autoría de las crónicas de este blog. Gracias por el ofrecimiento, espero estar a la altura. 

 

La ida

Ya sé que se trata de lo del miércoles. Pero como en la ida se habló mucho de prehistoria, de 5-5-0 y demás, les diré a los que opinan de equipos que no son el suyo, que en el deporte, en la guerra, en el amor si me apuras, se trata de atacar y de defender. Para ver cosas bonitas me voy a un museo, y para que mi equipo gane un partido, o pase una eliminatoria, quiero que use sus armas lo mejor que sepa y pueda.

 

Primera parte

La primera parte pudo haber resultado muy diferente. Parece que no pasara mucho, pero sí que pasó, y si algún detalle hubiera cambiado, nos habríamos ido al descanso con un escenario distinto. Pero resultó así, y creo que no muy alejado del guion que tenía previsto Simeone.

Con el 1-0 de la ida, el Atleti tenía que arriesgar, pero no era necesario ni conveniente suicidarse. El equipo salió con tensión, concentrado, intentando presión arriba, pero siempre llegando ese medio segundo tarde que a un equipo como el City le permite mover la pelota con tranquilidad y buscando el mejor pase disponible. Aun así, concentrados atrás, no se pasaron demasiados apuros, aunque un tiro al poste de Gundogan en el minuto 29 podría habernos dejado prácticamente en la calle.

En ataque, sorprendió gratamente ver como se sacaba la pelota desde atrás con bastante criterio, sin abusar del pase largo de Oblak. En cuanto a ocasiones, poca cosa, aunque dos jugadas de conducción en las que no se acertó a filtrar el pase final nos podrían haber puesto por delante. Esa era la idea que todos (bueno, al menos yo) teníamos en la cabeza: aprovechar algún desequilibrio cuando el Manchester se descubriera un poco atrás para pillar una contra. Pero para eso hace falta mucha precisión,… o creérselo, o vaya usted a saber.

 

Segunda parte

La segunda parte hizo aflorar lo mejor de nuestro equipo. Durante muchos minutos le quitó la pelota al City y le metió atrás. Tuvimos muchas ocasiones, pero una vez más nos faltó algo de definición, esta vez no en el pase, pero sí en el remate. Hubo, al principio de la segunda parte, dos remates imprecisos de Griezmann. Después, otros dos remates de De paul que acabaron fuera.

Los cambios, ambiciosos, no sé si todos acertados. Correa, Carrasco y Cunha bien. Suárez y De Paul regular. Pero ojo… que esto es muy personal y todos tenemos nuestras preferencias. Pero lo cierto es que se mantuvo la dinámica, y el ritmo y el empuje del equipo aumentaron. Fruto de ello hubo un tiro de Correa, y la ocasión más clara, un disparo de Cunha dentro del área, en el 85, que acabó despejado a córner.

 

Lo de Felipe

Se mereció las dos tarjetas, lo siento. En cuanto a la primera (minuto 24), no se puede ir como un toro por detrás y dar una patada de esa intensidad en el centro del campo (bueno, si eres Casemiro, sí puedes, pero no era el caso). Lo peor fue la segunda: tras despejar un balón dividido cerca de la banda, le metió una patadita a Phil Foden cuando ya estaba fuera del campo. Y ahí se jodió la cosa. Ya sé que hay mucha tensión y calentura, pero yo en mi trabajo muchas veces también le pegaría a más de uno y me tengo que aguantar. Y encima nos dejó con diez ante un posible aunque ya poco probable gol que nos metiera en la prórroga.

 

Los últimos minutos

Pues eso. Cuando más metido atrás teníamos al City, los ingleses dejaron la taza de té en la mesa, Guardiola -que en la segunda parte se olvidó de ese fútbol del que tanto presume- se echó Barón Dandy encima de su colonia cara y encontró en su fuero interno una mezcla de prehistoria y civilización latina de esa que tanto desprecian los del norte: trifulca (la mayoría culpa nuestra sabiendo que el tiempo se agotaba), calambres varios, y marrulleo… y ya no se jugó más. Y luego dicen de Bordalás. Pero aun así, en el descuento, que se fue al minuto 11 después de todo el tiempo perdido, una falta lateral sacada por Carrasco y un tiro de Correa nos pudieron haber metido en la prórroga.

 

Fin del partido y rueda de prensa

Ya todos sabemos, a estas alturas de la película, eso de lo del relato: da lo mismo lo que realmente pase si puedes tener de tu lado a quien lo cuenta, y en el otro a gente que consume ese discurso y no se hace preguntas. Así que, como los papeles ya están dados, y el relato construido, lo que quedará es que la policía tuvo que intervenir en el túnel porque los atléticos estaban desquiciados y querían pegar a los del City. Pero ya se sabe, los del sur de la capital somos muy rudos, no como nuestros vecinos de la Castellana, que siempre son unos señores.

Y lo mismo con el Cholo. Como una vez se agarró el paquete, y es excesivo alentando a la grada y celebrando las victorias, jamás entrará en el grupo de los entrenadores meacolonias. Yo no estoy siempre de acuerdo con él, y sin embargo, en las ruedas de prensa creo que es el entrenador más correcto y elegante que hay; pero eso no lo vamos a oír nunca en las tertulias nocturnas de la radiofórmula deportiva. Guardiola, cobarde y mezquino, dijo que en la ida no había dicho lo que dijo, y Diego Pablo estuvo fino diciendo que Pep había disfrazado de halagos lo que era un desprecio a su oponente. 

 

 

 

 

Sin victoria no hay épica

No fue un partido épico, pudo haberlo sido pero no lo fue. El Atleti luchó hasta la extenuación, pero no ganó, y eso es lo que faltó. Lo dijo el Cholo en la rueda de prensa: en sus prioridades está, primero, ganar, y segundo, sentirte orgulloso. Podemos estar muy orgullosos los atléticos del partido de ayer, pero yo no me resigno y siempre se puede mejorar, y aspirar a más. Si nos conformamos con el rol que otros nos asignan y muchos de nosotros mismos a veces compramos -no sé si se me entiende- nos estancaremos.

 

 

11 de abril de 2022

Mallorca 1 - Atleti 0. Lo que no puede ser, no puede ser, y además, es imposible.

El partido tenía todos los ingredientes para acabar siendo lo que fue: una auténtica bazofia infame por parte de la muchachada.

 

De primeras, se me jodió el plan que tenía inicialmente para pasar una estupenda jornada con Don Pablo. También se me chafó mi viaje para el domingo a Pucela. El partido empezaba a las 16,15 h., que es la hora en la que mi siesta, si no suelo hacer nada por ahí, es absolutamente sagrada. Así que ya, de por sí, me levanté de muy mala gana para verlo.

 

Más me enfadé cuando vi que, de nuevo, en la alineación titular no estaba Joao Félix. Le acaban de nombrar mejor jugador de la liga el pasado mes y anda pletórico de forma y ganas, pero da igual, oyes, es imposible que logre ver al chaval 3-4 partidos consecutivos. No hay forma humana. Usted reserve, Don Diego Pablo, reserve. De momento ya hemos perdido 3 puntos de oro por sus putas “reservas” y lo normal, no nos engañemos, es que el miércoles pase lo que pase (y Dios no lo quiera). Y como eso ocurra, aún me acordaré más de sus putas “reservas”.

 

Y el caso es que los 10 primeros minutos fueron como suelen ser casi siempre. Salimos decididos, mandones, dominadores de la posesión, entrando muy bien por banda, con Llorente desatado, con Carrasco haciendo de las suyas en la banda izquierda, poniendo la primera de casi ninguna más ocasión sobre el propio Llorente que, este año, ha perdido completamente el ángel de gol que le acompañaba la temporada anterior. A partir de  ese momento, el Atleti hace un fútbol tan sumamente pastoso y aburrido que uno empieza a distraerse en otras cosas para ir asumiendo como puede el truño infumable que está presenciando y que pase lo más rápido posible el tiempo.

 

Así que me dio por fijarme en la estructura del “Nuevo” Son Moix. Para mi que el mismo lo diseñó el Pocholo en una de sus noches locas de Ibiza. ¡Qué pasote de campo, joder! El fondo de la izquierda (en donde se encuentran sus Ultras) es clavadito al fondo del Cerro del Espino en donde juega el Madrileño. La parte central se separa de los fondos con unas entradas aún más grandes que las que mi amigo el Capo luce con sus gafas de pasta incluidas. Pero es que esa parte central tiene unas esquinas que dan a la absoluta nada, con lo cual como vayas un poquito piripi, fumeta o des un mal paso, (no digo nada como padezcas vértigo) el abismo está  a un simple suspiro. En uno, y en el otro lado. Para colmo, tiene dicha grada una verticalidad aún mayor que la de Mestalla (como para hacer allí una avalancha, vamos). Y el fondo de la derecha ya es el colmo. ¡Ni se logra vislumbrar por la tele! Yo creo que anda lindando con Tenerife, aparte de que su estructura es más de una plaza de toros que de otra cosa. Imagínense cómo de andaba de entusiasmado con el encuentro, que me dio tiempo a fijarme escrupulosamente en todo este tipo de detalles.

 

Si he logrado poner estos cuatro párrafos hablando de lo que sucedió en la primera parte, lo mínimo que deben de hacer ustedes, mis sufridos lectores, es invitarme a un rico arrocito por ahí, porque el esfuerzo ha sido auténticamente sobrehumano.

 

Dicho esto, a ver qué cojones me invento yo ahora para hablar del segundo tiempo, claro. De primeras, empezó la cosa con un tirazo de un tal Oliván que obligó a Oblak a realizar un paradón. Para añadirle más picante al tema, al bueno del Señor Aguirre no le dio por sacar a otro que al puto Kubo vikingo ese, con lo cual, mi mal genio fue aumentando hasta límites insospechados. La presencia de ese individuo me desquicia por completo. Ya en el 60 se dignó Don Diego Pablo a sacar a Joao, pero le sacó por Suárez, así que, ya me contarán ustedes la absurdez del cambio, porque si queremos dominar como así lo hicimos al final, lo suyo es que no se mueva el mejor jugador que se mueve en esas lides, que no es otro que nuestro uruguayo. Pero bueno, otro despropósito más, qué más da.

 

Y el Mallorca empezó a apretar, y Munuera completó la faena pitando el inexistente penalti de Reinildo, que Muriqi (¿Este pibe viene de la NBA o qué?, joder, era más largo que un día sin pan). A partir de ese momento, lo que pasa en cualquier partido igualado de esta puta mierda de Liga Espantosa que tenemos. 200 mil tíos desmayados, recogepelotas descerebrados, pérdidas de tiempos constantes, tarjetas absurdas a go-gó, para, al final, no jugarse de verdad ni tan siquiera 5 minutos en condiciones. Todo es un puto desastre, y uno acaba con un cabreo de tal grado que lo único que le apetece es pillarse una recortá y liarse a tiros con el primer gilipollas que vea sonriendo, me la suda por completo el por qué. Lo malo es que es lunes, y sigo con el mismo “buen rollito”. En fin. Lo dicho. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Todos aquellos que pensamos aún que lo del miércoles va a ser posible. Porque, después de la inmensa cantidad de argumentos que nos brindó la linda muchachada el pasado sábado, es que estamos todos locos, pero de remate, vamos. De atar. Y Aguirre, coño. Que me cae de puta madre Don Javier. Ojalá (por él, ojo, y solo por él) que salve a los putos ensaimadas. Y por supuesto …¡EL MADRILEÑO! ¡AÚPA CHAVALES POR VUESTRO ASCENSO!

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Todos. Absolutamente todos. Sin excepción y, por supuesto, cuerpo técnico incluido. Para hacer eso, más les valdría dedicarse al noble arte de chupar candados. Amos, no me jodas …

 

ÁRBITRO:

Munuera. El más hijo de puta de esa puta saga de bastardos. El penalti no lo es ni en broma, porque despeja claramente el balón (y claro, luego le pisa, no te jodes, el fútbol es un deporte de contacto, también cuando se tira un defensa hacia un lateral robando al balón termina también arrollando al delantero, y  no se pita nada, porque no es nada). Y ojito, que Llorente se llevó un codazo salvaje dentro del área que también fue penalti clamoroso. Si pasa en el centro del campo lo pita fijo y saca amarilla al infractor. Pero nosotros somos el Atlético de Madrid, hombre. A estos pobres desgraciados, ni agua. Valiente basura de pibe.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 10 GRADOS).

 

Tres grados menos, que si por mi hubiesen sido realmente, deberían de ser 300 grados menos, y lo sigo viendo corto el tema. Y ahora, si tenéis cojones, me seguís tocando los idems. Con el dichoso termómetro del orto.

 

Bueno. Espero que de aquí al miércoles se me pase el rebote que tengo. No me quedan mas cojones que hacerlo, lo sé, así  que … “La mejor actitud contra acusaciones falsas es el silencio, y los hechos honestos contra palabras deshonestas” (dedicado a toda la  gentuza que ha encendido el ventilador vertiendo mierda constantemente sobre nuestro juego, nuestro equipo, nuestra afición y nuestra institución tras el partidazo que hicimos contra el City).

7 de abril de 2022

Manchester City 1 - ATLETI 0. MANCHESTER RETURNS.

Por indicaciones del tipo que dirige el blog (antiguamente, me cuentan, escribía en él), les junto unas cuantas palabras. Siempre les digo a ustedes lo mismo: yo perdería el tiempo en otra cosa más entretenida y/o productiva que leer esta birria que les voy a intentar contar a continuación.

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Los días previos al partido fueron asquerosamente dulzainos. El empalagosísimo entrenador rival, bajó el volumen de pensamiento, siempre tan elevado, defendiendo casi a capa y espada las virtudes del equipo de Diego Pablo Simeone; cosa que ni piensa, ni nos preocupa. Dicho en castellano antiguo, nos la refanfinfla lo que diga o deje de decir, lo que piense o deje de pensar, ese sujeto, imbécil integral donde los haya.

El morlaco que se nos presentaba en la horripilante ciudad de Manchester iba a ser muy complicado. Creo que, junto al Liverpool, es el equipo más en forma de Europa. El Atlético, que poco a poco va creciendo, intuíamos todos que iba a pasar una noche muy larga; del tipo de aquella de Munich, que todos recordamos aún nerviosos.

El City of Manchester se puso sus mejores galas para rendir pleitesía al Atlético y a los 2.500 soldados que le acompañaron para la ocasión. Muchos repitieron viaje después de apenas un par de semanas. HONOR para ellos, que sufrieron exactamente los mismos problemas en un aeropuerto de tercera regional, digno de la ciudad a la que presta servicio. Obviamente, también se puso guapo el Etihad Clandestino, con un lleno de partido gordo.

Los herejes de azul comenzaron el partido sin ninguna prisa, con muchísima calma. Tener el balón, marearlo y no descolocarse, era el objetivo. Eso sí, la presión que harían todo el partido tras pérdida fue espléndida. Inquietar a Oblak poco, la verdad. Toda la primera parte fue una especie de amistoso de pretemporada con el balón de ellos, que para eso ponían el campo. El Atlético estuvo agazapado, sin encontrar salida clara de balón en ningún momento. Nos guste más o menos (en mi opinión ya debiera estar fuera de la plantilla), Héctor Herrera es el único jugador que está sabiendo sacar la bola esta temporada (y gran parte de la pasada). Los balones largos de Oblak no llegaron en ningún momento a nuestros interiores, que no son ni Raúl García ni Saúl, por ejemplo, para prolongarlos. Total, que entre caña y caña llegamos plácidamente al descanso.

Tampoco es que salieran excesivamente acelerados los piratas en la reanudación. Quizá por temor a nuestras contras, mareaban y mareaban el balón sin ninguna verticalidad. Tuvo el Atlético quince buenos minutos, en los que tocó bien, aunque casi sin profundidad. Sólo un ¿remate? ¿centro? de Ojos Bonitos creó alguna inquietud al portero rival. Por el contrario, una falta de parvulillo de Lodi obligó a Oblak a tener que llevar el traje a la lavandería. Con los cambios se perdió un poco el orden y, sin ajustar todavía las marcas en el triple cambio hereje, vino el gol de De Bruyne (grandísimo futbolista en el césped y, por lo que trasmite, fuera de él). Y entonces vinieron los minutos Grealish (cuánto tiene que aprender del anterior), quizá nostálgico de sus bolingas en Tenerife, que provocaron un embarullamiento en los modos, hasta entonces correctos. Un balonazo de Correa y la mediación de nuestros balcánicos hicieron que las aguas volvieran a su cauce. Y con una casi ocasión del de Flandes se llegó al final del encuentro.

Del partido destacaría a nuestra defensa, magníficos Šime, Savic y Reinildo, y a Kondogbia. El resto currar y currar, ¡hasta João!, que no es poco.

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Vamos a perder un poco el tiempo con el debate mediático que se degeneró al término del encuentro. La mayor parte de la prensa deportiva, esbirros del poder establecido desde hace unas cuatro décadas, no tiene ya ni un ápice de vergüenza. Esta prensa se ha convertido en un vertedero que, olvidado su deber de informar, se dedica a magnificar las virtudes de los uno$ (que alguna tienen) o inventarlas. Otros equipos en cambio son apartados de portadas, exagerándose, si acaso, sus descalabros (y eso el Atlético, ojo; imagínense lo que puede aparecer el Rayo Vallecano por cualquier medio). Lo que para un equipo es lícito, para otro no lo es (la famosa cursilería esa de bloque bajo que hacen unos y el antifútbol que hacemos otros). Y así hay que vender la moto, no vaya a ser que se enfade el capo del Cártel y tenga que volver a llamar al orden a sus lacayos. Con esta basura es con la que se llenan páginas de periódicos y horas de radio y televisión. Para rematar, algún resentido que se dice atlético, como un adjunto (es decir, pelota) a la dirección de cierto periódico deportivo madrileño, no para de echar leña a un fuego avivado por sus amos, hartos ya de un equipo competitivo que quita una mínima cuota de cartel al cártel al que todos sirven.

Lo peor es saber que esta desinformación cala entre parte de la Afición, como la publicidad cansina. Afortunadamente, sólo momentos muy puntuales (tras una derrota, claro) y en una minoría. Servidor es hombre de poca paciencia al que, además, Dios no le ha llevado por los caminos de la enseñanza gratuita. Imagino que muchos de ustedes sí que habrán tenido que lidiar con un aficionado de esos. Háganme caso: no pierdan el tiempo. El tiempo que pueden perder educando es infinitamente mayor que el que tardará una tertulia en devolverles al redil. A fin de cuentas, Dios nos hizo a todos Hermanos, pero no primos.

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No tengo que contarles la que se nos viene en una semana. A esta competición, bastarda y corrupta, es lo único que le pido a título personal: un par de noches mágicas. Y la del miércoles lo será, independientemente de pasar o caer. Si caemos, que sea con honor; si pasamos, que arda la Capital.

 

 

¡PRIETAS LAS FILAS, QUE CADA UNO CUMPLA CON SU OBLIGACIÓN!

FORZA ATLETI SIEMPRE

 

4 de abril de 2022

Atleti 4 - Alavés 1. Preparados para el Rock and Roll.

Quién más, quién menos, anda ya más pensando en el partido del martes que otra cosa. Los que viajan, evidentemente, porque no es un desplazamiento cualquiera (aunque a muchos de estos que tanto les gusta presumir en tuiter, brindando con champán en los aeropuertos glamourosos y demás, me hubiese gustado también haberlos visto en El Ferrol, en Santiago, en Lleida, recorriendo España en esas furgos de Dios). Mucho postureo barato en plan “miarma, qué Atlético soy”, a imagen y semejanza de otra afición de cuyo nombre no quiero acordarme, es lo que veo yo mucho últimamente por ahí. Afortunadamente, a otros no nos hizo falta tanta soplapollez, porque, en el fondo, no tenemos que demostrar nada. Somos lo que somos, entre nosotros nos conocemos, y punto.

 

Y los que no tenemos la suerte de poder hacerlo, es obvio que también lo vamos a vivir con la misma intensidad y emoción que si lo hiciésemos, aunque sí, ya sé que no es lo mismo. Lo tengo claro también.

 

Decía John Lennon que “la vida es lo que te pasa, mientras tu sigues ocupado en otros planes”, y dicha reflexión define perfectamente el estado de la afición colchonera el sábado, porque lo que pasó, realmente el partido del Alavés, fue eso: quién más, quién menos, andaba con su perolo dando vueltas ya por Manchester.

 

La cosa comenzó con un emotivo, sepulcral a la par que emocionante minuto de silencio en memoria del padre de Don Diego Pablo, con un toque de violín de fondo con el himno del Atleti que, la verdad, a uno le resultó del todo punto imposible que no se le humedecieran un poco los ojos. Esperemos que ese abrazo virtual que le dimos al Cholo todos los presentes en el campo, le sirva para ir superando poco a poco este durísimo trance.

 

El Atleti empezó como siempre, bien. A los 11 minutos ya llevaba un gol anulado por fuera de juego, y otro concedido tras un fantástico pase de Sime sobre Joao, que el portugués remató con la elegancia y distinción clásica que hubiese firmado el mismísmo Don José Eulogio Gárate. Y ya saben lo que suele pasar con los tantos tempraneros a nuestro favor. Pasito para atrás, y a golfear cada minuto que pasa un poquito más que el anterior.

 

Todo el resto del primer tiempo fue un cúmulo de choques, faltas, hombres en el suelo de aquí para allá, y frío. Cada vez hacía aún más frío. Un auténtico sopor infumable.

 

Segundo tiempo, y lo que tenía que pasar, pasó. El Atleti andaba cada vez más acomodado en su miserable existencia, y el Alavés se lo empezó a creer de verdad. Salió nuestro amigo calcamonías De Paul. Y, como siempre, le costó “calentarse”. También sacó a Carrasco, y aunque estuvo tan activo como siempre, pecó en exceso de individualidad en determinadas opciones de posibles ocasiones de gol claras.

 

Un tal Lejeune no empató ya de casualidad, cuando remató más solo que la una prolongación de Tomás Pina.  Mientras tanto, el Cholo seguía sin ver nada claro el tema, y quitó al hombre invisible de nuestro dorsal número ocho, sacando a Don Luis Suárez. Y menos mal que lo hizo.

 

Tuvimos la sentencia en una gran combinación rojiblanca, que el también flojete Llorente remató desde fuera del área lamiendo el palo de Pacheco, así que en la siguiente acción de los vascos, una buena combinación entre Joselu y Edgar Méndez, acabó en un centro medido de este y entrada fulgurante de Escalante desde atrás, para remachar sin piedad de espléndido testarazo el empate en el marcador. Un golazo, por qué no reconocerlo.

 

Pero Don Diego Pablo esta vez estuvo clarividente con los cambios, puso toda la carne en el asador sacando al entusiasta Cunha, y el partido dio un vuelco total, hasta el punto de que en el 73, Lejeune comete un tontorrón penalti sobre Cunha, que Luis Suárez remacha con su concentración, saber hacer y maestría habitual. El mal rato duró poco, porque a partir de ese instante el Atleti se desmelenó, siguiendo yendo a por más, y vaya que si los consiguió.

 

Cunha se transformó en una pesadilla total para la zaga visitante, Carrasco hacía lo que le venía en gana, Joao estuvo toda la noche en plan imperial, y se encargó a falta de 10 minutos de poner el tercero en nuestro marcador, tras gran internada personal suya, remate de Cunha que atajó Pacheco, y rechace posterior que recogió de nuevo el portugués para rematar a placer el tanto. Está vivo, está pletórico Joao. Es un puntazo verle jugar así, la verdad.

 

Pudo anotar Carrasco el cuarto, en otra maravillosa asistencia de Joao, pero al final fue Luis Suárez quien batió con maestría de remate con el exterior de su bota cruzando el balón tras una fantástica asistencia del no menos espléndido Cunha. Broche de oro para un partido en el que el resultado es bastante engañoso, pero que demostró que el Atleti, cuando quiere, puede. ¿Conclusión? SI en Manchester se quiere, se podrá. Y ya nadie nos parará. Estamos preparados para el Rock and Roll.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Pues me sigue gustando por momentos cada vez más Reinildo, excelente aportación desde el banquillo tanto de Cunha como de Luis Suárez ( si el uruguayo sigue en este plan, asumiendo su rol a la perfección, a mi no me importaría en absoluto que siguiese una temporada más con nosotros, la verdad), pero a mi el que me hace realmente feliz viéndole jugar como lo anda haciendo ahora mismo es a Joao Félix. Cintas, túneles, recortes, pases, asistencias, goles, frescura, rapidez mental y física, inteligencia en el manejo del balón … Es una puta delicia verle así. Hay pocos jugadores que me hagan tan dichoso en este mundo, pero este es uno de ellos, y ojito, que sigue sin parar de crecer. Una excelente noticia para todos.

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

¿Pero dónde está hecho este puto campo al final, caramba? ¡Qué horror a la salida del mismo el pasado sábado! ¡Parecía que deambulábamos todos dentro de un congelador a toda pastilla yendo de un lado para otro en busca de cualquier refugio que se precie ante tal avalancha de aire siberiano. Encima, al cachorrín no le ocurrió otra cosa que pedirme que fuese comprando unos bocatas de calamares mientras él llegaba de recoger una silla de ambulancia que a saber de dónde diablos habrá salido, para llevar a la pobre y sufrida Helenita(no podía caminar por un esguince, vamos, guapa, que esto ya está chupao) hasta donde se encontraba el coche, y qué infierno fue aquello. Encima, yo me pillé otro bocata al final también, envuelto en mi papel de rigor, y en la otra mano portaba mi consecuente birreja extrapolar. Pero fue un auténtico suplicio la llegada hasta el coche, vive Dios. Un espectacular ejercicio de supervivencia sorteando al puto viento de marras, peña cruzándose de un sitio a otro sin rumbo aparente, hasta tal punto que empecé al rato de ir caminando por ahí a darme cuenta de que me andaba comiendo un bocadillo de pan con sabor a calamares y el puto papel entre medias. ¿A dónde pollas fueron a parar los susodichos? Yo creo que vieron el percal que hacía y se volvieron a la freidora, porque si no. En fin. No he pasado más frío a la salida de un campo de fútbol en mi puñetera existencia. Y encima, papeando bocata de papel con sabor a calamares. La madre que …

 

ÁRBITRO:

Melero. A mi el penalti en el campo me pareció un penaltito, pero si Melero lo pitó, bienvenido sea el tema.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 7 GRADOS).

 

Están de coña, ¿No? Es el colista, señores, y jugábamos en nuestra casa. No creo que merezca mucho más comentario el tema al respecto. Partido, por lo tanto, de obligado cumplimiento.

 

No quiero despedirme sin dedicarle esta humilde crónica a mi admirado señor Marqués. Un tipo la mar de divertido, jovial, ácido, y que no anda pasando por su mejor momento debido a la locura maquiavélica que andamos corriendo en estos estúpidos  tiempos. Sabes que nos tienes a tu lado, Hermano. Sabemos también que tienes ya callo en el alma, y que, en cuanto te repongas poco a poco de la esperpéntica noticia recibida, te levantarás, demostrarás que la cobardía no es parte de tu forma de ser precisamente, tal y como te han tratado vilmente, y defenderás todo lo tuyo con uñas y dientes, y hasta el final. Así que se fuerte, se duro y apóyate en nosotros en todo lo que necesites Hermano, que ya sabes que por aquí se le quiere, y se le quiere bien … “Derrochando Coraje y Corazón”

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