El mago de la pluma (aka Gandulf) está volviendo todavía del Estadio Nuevo Metropolitano. De tal manera, aquí me veo nuevamente solo, ante el peligro y con una página en blanco que tengo que completar. Y no sé muy bien qué contarles hoy, la verdad (el título de la crónica es una trampa para engancharles, discúlpenme); pero vamos a intentarlo y a ver qué sacamos. Como les digo siempre, yo me pondría a perder el tiempo en otra cosa. Si hay algún culpable, ese es únicamente el Dueño.
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La Champions League, en líneas generales, es una competición
asquerosa. Me da, como ya saben ustedes, infinita pereza. Sabedor que nunca
vamos a ganar este trozo de metal, aburrido de ver casi siempre a los mismos
equipos (este año ha molado un poco más), la fase de grupos, en casa, la enfoco
como un día de reunión con los Camaradas para hacer un poco más llevadera la
semana, aunque termine siendo contraproducente y realmente se convierte en una
noche durilla que nos hace llegar renqueantes, si no dolientes, al fin de
semana. Ojo, que tampoco veo mucho más, que no es poco, en los cruces.
La Champions League esa, una especie de Concierto de Año
Nuevo, viene a ser un espectáculo al que sólo puede asistir la clase
privilegiada, unos comparsas para hacer que haya más partidos (pasta) y el Charlie
Bucket de cada año. El ganador será uno de los equipos con más poder
económico, los comparsas competiremos lo que podamos (o nos dejen) para sacar
el máximo dinero posible y el premiado asistirá con ojos extasiados al evento.
Observo con asombro y cierta pena cómo mucho seguidor
Atlético desprecia la Europa League (con lo felices que nos hizo). Un torneo
menor, dicen. Con todos mis respetos es un pedazo de torneo, en el que sólo
se gana mucha menos pasta que en la otra. Con mucha envidia veo cómo en la EL
hay un nivel de Aficiones bestial. En la CL las gradas locales y visitantes
parecen atadas, están atadas, y se limitan a ser una especie de atrezo del espectáculo.
Explíquenme a qué vienen los miles y miles de seguidores visitantes, partido
tras partido, en la CL. A los de ayer, por cierto, se les oyó un poco, cosa que
se agradece bastante; ya que obliga a esforzarse más y da cierto empaque a la
noche. ¿Pero el resto que ha pasado por aquí? Simples elementos decorativos. Algunos,
los apestados, intentamos salirnos de este corsé, pero con el tiempo todos
terminaremos encorsetados.
Se preguntarán por qué este gilipollas que les aburre no se
da de baja del abono total. No se crean que no lo ha pensado; es más, hace dos
años estuvo a puntito. Pero la Copa del Rey le tiene totalmente secuestrado.
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El partido de esta semana era y es el del Athletic Club (la
maldita Champions ya nos ha costado seis puntos como mínimo en Liga). Conocedor
de ello, Diego Pablo Simeone planteó un once con varios cambios de jugadores y
posiciones. Nuestro Gran Capitán, Ojos Bonitos o Morata se quedaban
tan ricamente haciéndole compañía, Witsel se adelantaba para dejar sitio a un
muy necesitado de minutos Savić, saliendo el Equipo con el objetivo de sentenciar
pronto (el empate valía), para poder rotar a más gente y hacer el mínimo
esfuerzo posible. Vamos, que si marcábamos pronto entrenamiento habuimus.
Salió el Atlético dispuesto a cumplir el guion previsto. Y
así se encontró muy pronto con el 1-0, tras un gran balón recuperado por Lino,
asistencia magistral y remate sutil de Griezmann. Golazo. Comenzaba el
entrenamiento.
Hasta el descanso casi nada más que destacar. Los
visitantes, que tampoco es que se esforzaran mucho, intentaron tener la pelota
y acercarse, aunque fuera a saludar, a Oblak. Apenas un par de casisustos
y poco más. Por el contrario, el Atlético recuperó el control del juego,
intentando sentenciar antes del descanso. Tuvo Antoine el segundo, mas se llenó
de balón y no vio la llegada de Saúl. Hermoso lo hizo, pero Lino, parece ser,
interfería en la visión del portero que nos marcó en Roma y se anuló el tanto.
El mismo Lino (partidazo el suyo) cruzó poco después demasiado.
Intermedio. Buen momento para compartir pitillo y
conversación con los FAmigos. Y de un tiempo a esta parte también la música
ambiente, buena en general, aunque alguien debiera decirle al pincha
del Metropolitano que vale ya con el Should I Stay Or Should I Go, ¡coño!
Bueno, vale ya de cualquiera de los Clash. Eso o tendremos que averiguar dónde
tiene los platos e ir a poner Música de verdad.
Quedaron en el descanso Antoine y Giménez (amonestado y mal
en la salida de balón), para rodar a Depay, que empeoró al primero, y a Söyüncü,
que mejoró al segundo. El 2-0 llegó enseguida, con un golazo de Lino. Salieron
entonces a estirar un rato Morata, Koke y Azpilicueta. La seriedad de Saúl, inmenso
todo el partido, nos llevó al final sin ningún sobresalto. Bueno, uno sí. Ver
que en el rival jugaba Guendouzi.
Servidor es un tipo con alguna manía. Y mucha es la que ha
tenido siempre a este ¿jugador? Ya desde sus tiempos en el Arsenal apuntaba a
calamidad. Salvo por los pelos, dudo mucho que alguno de ustedes se haya fijado
en el sujeto en cuestión. Les cuento, que para eso estoy (vale, y no sé qué más
contarles). Es el típico David Luiz con mucha presencia estética, pero ninguna
futbolística. Le he visto varias veces, principalmente en el Olympique
argelino, y es la nada absoluta. Es que no sé ni de qué juega. Yo creo que su
entrenador, compinchado claramente con su representante, le saca al campo y le
pone donde menos pueda estorbar a sus compañeros de vestuario. Un crack.
Perdonen, continuo. Comentábamos que sin ningún apuro se
llegó al término del encuentro. A la hora de partido los italianos hubieran
firmado el final. Ni el árbitro quiso descontar más que los dos minutos de
cortesía. Los Aficionados lo agradecimos, ya que hacía fresco y no era cuestión
de prolongar el entrenamiento. Como la noche era desapacible, no apetecía
liarse mucho. Como tampoco había nada especial que celebrar, la Afición
emprendió enseguida la vuelta a casa.
Centrados en el Athletic, toca darlo todo el sábado. Rival
dificilísimo, en buen momento, lo pondrá muy complicado. Partido de cuatro
puntos, por lo menos. Ganar nos pondría en …. Vaaale, vaaale, vaaale. Partido a
partido.
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¡PRIETAS LAS
FILAS!
FORZA ATLETI
SIEMPRE
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