23 de enero de 2024

Granada 0 - Atleti 1. De Copa a Copa, y gano en Granada porque me toca.

 Supercopa Arabia.

Nos tomamos la primera copa en el Despacho con el espectáculo erótico-festivo del país del cual es nuevo embajador Don Rafael Nadal Parera (el crecepelo le anda nublando las neuronas al chaval, pasta siempre llamará a más pasta). Divertido ida y vuelta sin excesivo rigor táctico, en el cual la evidente superioridad en el banquillo del rival decidió un ¿derbi? que teníamos ganado a falta de seis minutos. Gran algarabía entre mis queridos vecinos vikingos, pero bien que se lo advertí a todos después: mucho ojito, que el Metropolitano no es Arabia. Dicho quedó.

 Copa del Rey.

Y esto sí que fue un derbi de verdad (y no porque venciésemos nosotros precisamente, conste). Pero fue un partido jugado con infinita más intensidad por ambos bandos, con muchísimo más rigor táctico, mucha más pasión, con polémicas, con discusiones constantes, con un ambiente ensordecedor a favor nuestro, con una previa escalofriante por parte del Frente y sus muchachos en los alrededores, y en el que hubo un claro, justo e incontestable vencedor, que fue nuestro Atleti. Y conste, no deja de ser un partido de octavos de final, sí, pero, por otro lado, tampoco deja de ser un derbi el cual, hoy en día, probablemente sea el mejor del mundo, sin equivocarme lo más mínimo en dicha afirmación (deportivamente hablando, sin duda). Y aquí, el gran protagonista final de este pedazo de alegrón no es otro que Don Diego Pablo Simeone, que cambios o no cambios aparte, ha sido, está siendo y será, nuestro gran Pastor, nada nos falta. Porque en nuestros derbis siempre nos toca bailar con la más fea. Y aún así, seguimos disfrutando a tope. Una eliminatoria que no olvidaremos jamás.


Granada.

Con estos condicionantes nos presentamos en Granada, un partido tan importante como trampa. Importante, porque  sirve para, aunque andemos en el último vagón del todo, seguir soñando con no descolgarnos del todo en Liga, teniendo en cuenta los enfrentamientos directos que quedan, por un lado, y trampa, porque después de una gran alegría, viene en consecuencia otro estado siempre peligroso de euforia, y jugando en casa de un rival de los puestos de abajo, hacía que algo podría oler a podrido en Dinamarca por todos lados.

 Y el balón empezó a rodar. El Cholo hizo rotaciones que, en este caso, se me antojaban necesarias (dejó en el banquillo, principalmente, a De Paul, y a Koke), Barrios salió de titular, acompañando a Saúl en el centro del campo, reservó también a Giménez, saliendo en su lugar Savic, campo lleno, buena representación de nuestra gente en las gradas… Aunque el partido fuese en lunes, tenía condicionantes más que interesantes.

 La primera parte se desarrolló a un buen ritmo de juego, con el Granada arriesgando casi en plan suicida en la salida del balón (pero casi siempre sacándolo finalmente), y el Atlético, también con buena predisposición, pero ni ni el otro tenía las ideas demasiado claras a la hora de intentar transformar tanto correteo altisonante en algo concreto que llevarse a la boca (y las que hubo de Griezmann o de Don Álvaro, siempre había gente en fuera de juego, cuando no ellos mismos). Solo tuvimos para deleite del personal una genial acción técnica de Oblak, que a la hora de pasar el balón a Savic en horizontal, y completamente desmarcado, le dio tal efecto al balón que terminó marchándose a saque de esquina. No tengo palabras …


La segunda parte fue otra cosa. En realidad fue el clásico partido del Atleti con el dichoso unocerismo ese que tanto le chifla a la peña. Primera parte de desgaste, segunda, a por ellos, se consigue el gol, y los minutos finales, con el puto corazón saliéndonos por la garganta. Se cumplió ayer el guión a la perfección.

 Simeone movió la Cholectelera en el descanso, sacó a De Paul y a Lino, y se notó la presencia de ambos jugadores en el campo. De Paul dio mucho más empaque, presencia y dominio en el centro del campo del Atleti, y Lino estuvo mucho más incisivo que Roro en la primera parte. El brasileño ya tuvo una buena ocasión nada más salir, tras combinación entre Savic, Saúl y Morata previa, pero su remate fue excesivamente centrado ante las manos del especialista en Oftalmología Batalla, individuo que tiene un claro problema a la hora de ver las manos de cerca, pero, sin embargo, las que están a más de 100 m. de distancia las distingue a la perfección. Qué cosas tan curiosas tiene la vida, madre, y cuánto llorón bobo hay por ahí.

Y así llegó el minuto 54. Gol del Atleti, tras un remate inapelable de cabeza de Don Álvaro, “clink clink caja”, precedido de una no menos excelsa asistencia de Diosito Grizzi, que no centra, es que acaricia el balón. Sinceramente, se veía venir el tanto en esta segunda parte a nuestro favor.

 Apenas siete minutos más tarde, otro centro del siempre atolondrado Molina se convirtió en otra gran asistencia sobre Saúl, y el canterano, viniendo desde atrás, remató de forma también inapelable batiendo de nuevo al oftalmólogo de guardia. Una acción similar a la de Don Álvaro, en la que una se tiraron casi 5 minutos para concedernos el gol, mientras que en la segunda se decidió en apenas instantes tras consultar con el VAR o el VOR o lo que coño sea. Curioso. Altamente curioso.

 A partir de ahí, el Granada se volcó sobre nuestra meta, y el Atleti se dedicó a jugar esos minutos tan deplorables que suele hacer cuando ya llega el tramo final de casi cualquier partido y va ganando 0-1 fuera de casa. Interesante colección de despropósitos, imposible realizar una mínima posesión que dure algo más de 5 segundos, y a acularnos al borde del área y que Dios reparta suerte, o que el gran Mario Hermoso la saque de la línea de fondo cuando ya se mascaba el tanto tras remate a bocajarro de Arezo y rechace del bueno de Jan, que bastante hizo con su paradón (minuto 96), no sin que antes hubiese en el 93 una extraña acción (mano incluida dentro de nuestra área) por parte de Giménez, o que Marginal Correa hiciese lucir al guardameta local tras no aprovechar un rechace en el palo que procedía de disparo seco de Antoine. Da igual, es la historia de siempre y esta vez no me voy a mosquear en exceso, que en apenas 3 días, tenemos de nuevo el partido de nuestras vidas, así que, sigamos jugando. Lo único que importa: De Copa en Copa, y gano en Granada porque me toca.


EL CRACK DEL PARTIDO:

Tras el recital del día de Copa, sigue pletórico disfrutando de su segunda juventud Bobby Farrell (muchísimas gracias por su apunte, Don Carlos Rock and Roll) Witsel, de menos a más Pableras (se me antoja básico este muchacho en un futuro ya apenas lejano), incisivo Lino, pero esta vez el premio mayor se lo doy a Don Mario Hermoso, consumado especialista en desbaratar goles de formas, por momentos, absolutamente inverosímiles, arriesgando un montón. Añadan su valentía, jerarquía, personalidad, la limpieza a la salida de nuestro juego desde la línea defensiva, y que anda algo zumbadete, algo también imprescindible para triunfar en esta bendita casa. Os lo he dicho muchas veces, seguiré insistiendo. Voy a echar un montón su marcha en falta. Pero un montón.


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Savic anda ya el hombre como anda, pero Molina, reconozco que me pone muy nervioso. Es un puñal cuando se desmarca y avanza, cierto es, pero a veces parece un mono hasta el culo de anfetas sobre el campo. Extraños giros, balones que deja botar no se sabe muy bien con qué motivo, controles desesperantes, pérdidas de ubicación en el campo especialmente preocupantes en acciones defensivas ... Desconcertante hasta decir basta.

 ÁRBITRO: Martínez Munuera.

¿Pero cuántos Munueras hay en este mundo, por Dios Santo? Ayer vimos al que estuvo sobre el campo, y a otro clavado que era linier, ¿No? Que jaleo, la leche, la Toñi. Menos mal que suelen ser todos igual de inútiles, por otro lado. Así uno no tiene la sensación de ser injusto cuando se le insulta en tiempo y forma, pensando en sí me habré equivocado de Munuera o no.

Al grano:

Referente al tema de los  goles de Saúl y Don Álvaro, y partiendo de la base de que no me entero absolutamente de nada con el rollo ese de las líneas azulitas y rojitas con que se entretienen despistando al personal, para mi son dos acciones en línea con el defensor, y, por lo tanto, tantos legales, porque el espíritu de esa regla, por un lado, es favorecer al espectáculo, y en caso de duda, se concede gol, y, por otro, el objetivo del VAR no debería de ser más que entrar en jugadas flagrantes, no rearbitrar un partido en sí (claro que, después del Robobo de la jojoya que le hicieron el otro día al pobre Almería, a ver cómo cojones defiendo ahora yo este razonamiento). Así que simplificando, que es  gerundio.

Y con el tema de las manos, yo diría que ambas son involuntarias, aunque, en el caso de Giménez, quiero pensar más bien que es así. Y aquí lo voy a dejar estar, porque, al revés del tema de los goles de jugadores en línea, en caso de duda, no se debe de pitar penalti. Y no hay más. Todas las demás conjeturas, reglas, imágenes ralentizadas, en blanco y negro, en color, en Cinemascope, a cámara lenta, superlenta , 4K, 5K, Cine Exin y demás pijadas, las dejo para el resto del Universo. Se nota, ¿No? Efectivamente. Ando muy saturado con todo esto también.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (14 GRADOS).

Partíamos de 11 grados tras la derrota en Girona, subimos 2 grados más por victoria con portería a cero, y otro gradito más por la victoria en Los Cármenes, que al fin y al cabo, veníamos de la batalla del jueves, y en tres días, tenemos otra dura pero de verdad. Así que el Termómetro sigue en su búsqueda definitiva de recuperar sensaciones. Vamosssss …



Cuando más se le veje, insulte, desacredite, infravalore y se le falte al respeto a Don Álvaro, éste sigue respondiendo con hechos, no palabras. 23 de Enero, y ya solo anda a dos chicharros del objetivo final que le marqué. Y es que, mientras unos vociferan como verduleras en busca de los 5 céntimos perdidos, otros beberemos y zamparemos a la costa de semejantes especímenes. Don Álvaro, ande tranquilo. El nombre de la Familia permanece intacto.

Y este jueves, como ya he dicho por ahí, el partido de nuestras vidas. Vienen 2000 palanganas para acá, y les recuerdo que el año pasado se llevaron la E.L. mientras luchaban por el descenso, así que cuidadín, cuidadín. Nosotros hemos hecho lo más difícil, eliminar al rival más complicado (tanto por su poderío deportivo tanto como por todo el escatológico entorno que arrastra esa gente, pregunten por Almería si dudan, pregunten), así que, cero confianzas, que, como bien me ha dicho Don Pablo esta mañana, estamos a 3 partidos de llegar a una final, y dos los jugamos en casa. No podemos fallar, y no vamos a hacerlo, de hecho “ … “Yo vengo a verte, será porque te amo”



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