Tiempos apasionantes estamos
viviendo hoy en día los Atléticos, en forma de un calendario sencillamente
infernal, abonados a los partidos a partir de las 21 h. con todo lo que ello
implica posteriormente (horas de sueño que se empiezan a acumular, a la par que cansancio
tanto psíquico como también físico), emociones a go-go, pero, en el fondo,
todos nosotros estamos encantados con andar viviendo esta época actual, porque
implica lo que todos los Atléticos queremos y exigimos a nuestro equipo: que
esté siempre compitiendo por todo el mayor número de fechas posibles.
Nos espera en este mes de febrero, nada más y nada menos que, el cara o cruz ya tanto en Copa del Rey como en la CHL, y el intentar seguir agarrados a ese último vagón de la Liga que ya os comenté en anteriores jornadas. Veremos a ver lo que aguantamos y cómo lo hacemos todos, ojo: tanto equipo, como cuerpo técnico y afición. Personalmente, el pasado jueves contra el Sevilla acabé completamente extenuado: uno de los partidos que recuerdo más duros de roer, y con la sorpresita final del 96 con el penalty a favor de los Australopitecus del fútbol Mundial, con Cara-Pony con el balón ya pillado para patear y a saber, en caso de transformar la pena máxima, con qué celebración ecuestre nos sorprendería el simpático y dicharachero jugador sevillano (mejor no pensarlo, la verdad). Afottunadamente, terminé despertando de la pesadilla.
Don Diego Pablo realizó
rotaciones (se me antojan sencillamente imprescindibles, mal que no me terminen
nunca de hacer demasiada gracia). Vimos a un Reinildo que le ha sentado la Copa
de África como una excelente puesta a punto de su poderío físico, con la vuelta
de Pableras a la titularidad del equipo (a veces algo desconcertante, pero aportando gran
nivel y fluidez al juego también), y con la titularidad de Memphis, el cual va descargando peso
sobre las piernas, y ha pasado de que parezcan que pesa cada una 300 kilos a ya
solo 260 (y ojito, sin faltar a su cita con el gol). Y empezaron a chorrear
ocasiones. Que si una de Memphis, que si un posible cabezazo desperdiciado entre Memphis y
Lino tras gran asistencia de De Paul, otra de Diosito Grizzi que sacó mi
portero favorito para sustituir algún día a Oblak (partiendo de la base que no
quiero que nos deje nunca), el señor Mamardashvili (última vez que pongo el nombrecito del diablo, aviso), que aún se lució en dos nuevas ocasiones más, del gran Lino
y de Griezmman, respectivamente. Como ven, asedio total rojiblanco.
Allá por el 34, el Atleti seguía
en plan como el séptimo de Caballería, desbocados hacia la portería valenciana,
como demuestra una excelente internada de Barrios, cuyo remate con el exterior
del pie volvió a sacar el impenetrable portero georgiano. El árbitro que da 5
minutos más de prolongación, y en el último suspiro, una antológico pase con
esa precisión suiza que le caracteriza a Don Antoine, el mismo realizado en profundidad, aprovechando el enésimo fulgurante desmarque en velocidad de Lino, el brasileiro que se planta
mano a mano con el portero, y le termina batiendo sin remisión posible. Broche
de oro perfecto ante tanto dominio ejercido, y el buen hacer de nuestras
huestes.
EL CRACK DEL ENCUENTRO:
Pues estoy contentísimo de la
vuelta de la Roca Reinildo a los terrenos de juego, al que vi que acabó el encuentro como en
sus mejores tiempos, echo un toro y tapándolo todo tanto en juego aéreo como a
ras del césped. Lino sigue siendo un auténtico puñal tanto en su banda como inclusive de segundo delantero (y con
gol), el centro del campo funcionó de lujo, con la aportación de Pableras y de
De Paul, que sigue de dulce total, Memphis sigue aportando gol, más entonado
también Molina, Diosito sigue siendo una puta delicia verle jugar, pero ayer el
galardón final se lo doy a Don Koke Resurreción, nuestro Capitán, y muy
especialmente, nuestro cerebro ejecutor en el centro del campo. Su mayor virtud
os la he comentado ya en muchas ocasiones, pero no me importa
repetíroslo, porque se dice demasiado poco: la velocidad mental que tiene a la
hora de la distribución del juego, es solo para elegidos como él, y buena
prueba de ello fue el pase que le dio a Nahuel Molina en el segundo tanto de
ayer. Otro hubiese parado ese balón para luego, igual, dar el mismo pase también.
Pero al hacerlo al primer toque como lo hizo Koke, hizo que Molina tomase la
ventaja decisiva sobre su rival a la hora de centrar ese balón. Y esto, al que
le parezca fácil … Que venga a ver.
LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO:
Que sobrasen finalmente botellines en nuestro ya mítico Cubo
pre-partido. Sencillamente inadmisible.
ÁRBITRO: De Burgos Bengoechea.
Disfruté tanto con el Atleti, que ni tuve excesivo tiempo de fijarme en él, la verdad. Y eso es siempre buena señal.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 16 GRADOS).
El partido en sí mismo era de
obligado cumplimiento, vista la bisoñez del rival, pero la portería a cero me
sigue pareciendo un elemento fundamental en la progresión del equipo, así que
subo 2 nuevos grados al mismo, para dejar un ambiente agradable a la par que
primaveral en nuestro nunca bien ponderado Termómetro.
2 comentarios:
Crónica festiva, en espera de saber el alcance de las lesiones del uruguayo o Morata.
Las crónicas del Tomi.
Las crónicas de un equipo campeón.
Fuerte abrazo, camarada.
Abrazaco de gol.
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