29 de enero de 2024

Atleti 2 - Valencia 0-. El Metropolitano recupera el aroma del Calderón.

Tiempos apasionantes estamos viviendo hoy en día los Atléticos, en forma de un calendario sencillamente infernal, abonados a los partidos a partir de las 21 h. con todo lo que ello implica posteriormente (horas de sueño que se empiezan a acumular, a la par que cansancio tanto psíquico como también físico), emociones a go-go, pero, en el fondo, todos nosotros estamos encantados con andar viviendo esta época actual, porque implica lo que todos los Atléticos queremos y exigimos a nuestro equipo: que esté siempre compitiendo por todo el mayor número de fechas posibles.

Nos espera en este mes de febrero, nada más y nada menos que, el cara o cruz ya tanto en Copa del Rey como en la CHL, y el intentar seguir agarrados a ese último vagón de la Liga que ya os comenté en anteriores jornadas. Veremos a ver lo que aguantamos y cómo lo hacemos todos, ojo: tanto equipo, como cuerpo técnico y afición. Personalmente, el pasado jueves contra el Sevilla acabé completamente extenuado: uno de los partidos que recuerdo más duros de roer, y con la sorpresita final del 96 con el penalty a favor de los Australopitecus del fútbol Mundial, con Cara-Pony con el balón ya pillado para patear y a saber, en caso de transformar la pena máxima, con qué celebración ecuestre nos sorprendería el simpático y dicharachero jugador sevillano (mejor no pensarlo, la verdad). Afottunadamente, terminé despertando de la pesadilla.

 Lo que está claro es que la gente tiene mono de Copa, y eso se nota en todo: afluencia del público al estadio, sea el horario que sea, magnífica predisposición para apoyar al equipo … A la gente se la ve de dulce, feliz y pletórica. El estar en semis nos ha dado a todos un plus añadido, y tenemos tanto amor y cariño a dicho torneo, que, convencido estoy, en esta ocasión, no moriremos en el intento.

 En cuanto al partido del Valencia en sí, la verdad es que, prácticamente durante todo el encuentro, el Atleti ejerció un dominio casi Imperial sobre la escuadra valencianista, que sí, estaba muy ordenadita y bien plantada en el campo, cierto es, pero hacía tiempo que no veía a un rival con tal inoperancia a la par que yo diría hasta inapetencia de cara siquiera a llegar a nuestra portería. Tuvimos momentos de buen juego, otros de muy buen juego, y otros tantos algo más espesos, pero, en líneas generales, el equipo rayó a un excelente nivel (máxime, reitero, con lo que vamos teniendo todos encima a nuestras espaldas).


Don Diego Pablo realizó rotaciones (se me antojan sencillamente imprescindibles, mal que no me terminen nunca de hacer demasiada gracia). Vimos a un Reinildo que le ha sentado la Copa de África como una excelente puesta a punto de su poderío físico, con la vuelta de Pableras a la titularidad del equipo (a veces algo desconcertante, pero aportando gran nivel y fluidez al juego también), y con la titularidad de Memphis, el cual va descargando peso sobre las piernas, y ha pasado de que parezcan que pesa cada una 300 kilos a ya solo 260 (y ojito, sin faltar a su cita con el gol). Y empezaron a chorrear ocasiones. Que si una de Memphis, que si un posible cabezazo desperdiciado entre Memphis y Lino  tras gran asistencia de De Paul, otra de Diosito Grizzi que sacó mi portero favorito para sustituir algún día a Oblak (partiendo de la base que no quiero que nos deje nunca), el señor Mamardashvili (última vez que pongo el nombrecito del diablo, aviso), que aún se lució en dos nuevas ocasiones más, del gran Lino y de Griezmman, respectivamente. Como ven, asedio total rojiblanco.


Allá por el 34, el Atleti seguía en plan como el séptimo de Caballería, desbocados hacia la portería valenciana, como demuestra una excelente internada de Barrios, cuyo remate con el exterior del pie volvió a sacar el impenetrable portero georgiano. El árbitro que da 5 minutos más de prolongación, y en el último suspiro, una antológico pase con esa precisión suiza que le caracteriza a Don Antoine, el mismo realizado en profundidad, aprovechando el enésimo fulgurante desmarque en velocidad de Lino, el brasileiro que se planta mano a mano con el portero, y le termina batiendo sin remisión posible. Broche de oro perfecto ante tanto dominio ejercido, y el buen hacer de nuestras huestes.

 En la segunda parte, lejos el Atleti de salir relajado para optimizar esfuerzos, fue todo lo contrario, y nos deleitó con una media hora pletórica de juego de asociación, por bandas, jugadas al primer toque, desmarques y movilidad continua, técnica y precisión, todo ello bajo la estelar dirección de orquesta de Don Koke Resurrección, que dio un auténtico recital de fútbol. Y eso que, en esta parte, al menos, ya vimos que Oblak era nuestro portero, y no se trataba de Moldovan, flamante nuevo fichaje de nuestra directiva tras la realización del esfuerzo económico  titánico de nada más y nada menos que 800 mil pavos del ala, que se dice pronto (y conste que no dudo de la valía del citado guardameta, aunque igual, para eso, mejor darle la oportunidad a Iturbe, por poner un ejemplo).

 Hasta en el minuto 54 logramos rematar un córner y todo, a través de un testarazo de Savic, en la que, nuevamente, el “A mamar” ese volvió a volar para despejar el balón. Cuatro minutos más tarde, la sentencia definitiva: Koke se inventó un mágico cambio de orientación del balón hacia la posición desmarcada de Molina, este puso un centro medido  sobre el área pequeña para que Memphis, en plancha, remachara el 2-0 que ponía patas arriba nuestro Templo. Golazo de bandera, como no puede ser de otra forma.

 Y en el 63, un Memphis desatado aún pudo conseguir el gol del siglo, en un balón en el que recibió el tulipán negro de espalda, hizo un sombrero de tacón a Mosquera, para terminar rematando a continuación al primer toque en un remate plagado de técnica, fuerza y colocación, que terminó rozando el larguero. La verdad es que el bueno del Depay es un jugador gratamente desconcertante, pero tiene una calidad técnica y hasta diría que, por momentos, plástica y todo en su juego que es digna de degustación. Con este muchacho siempre está claro que algo puede pasar (desgraciadamente, también lesión incluida, como le ha vuelto a pasar a nuestro gran Comandante Giménez, es sencillamente desolador este asunto, no hay ya remedio posible).

 Después vino un penalti que me pareció de libro en el campo de Gayá sobre Nahuel, y que el VAR terminó rectificando a Burgos Bengoechea (parece ser que no fue, y digo parece ser porque no he visto la televisión todavía, tiene pinta de ser acción calcada a la del jueves pasado de Barrios sobre Lamela), el Atleti que en el último suspiro del partido decidió que, esta vez sí, era hora de nadar y recoger la ropa, como así finalmente pasó. Y todo esto, reitero, en medio de un ambiente fenomenal, con un público entregado al equipo, con un Frente incansable como siempre en su apoyo a la muchachada, en definitiva, con ese sabor de boca y ese aroma inconfundible que había en el Calderón, y, no sé a ustedes, pero a mi no hay cosa que me haga más feliz en este mundo.

EL CRACK DEL ENCUENTRO:

Pues estoy contentísimo de la vuelta de la Roca Reinildo a los terrenos de juego, al que vi que acabó el encuentro como en sus mejores tiempos, echo un toro y tapándolo todo tanto en juego aéreo como a ras del césped. Lino sigue siendo un auténtico puñal tanto en su banda como inclusive de segundo delantero (y con gol), el centro del campo funcionó de lujo, con la aportación de Pableras y de De Paul, que sigue de dulce total, Memphis sigue aportando gol, más entonado también Molina, Diosito sigue siendo una puta delicia verle jugar, pero ayer el galardón final se lo doy a Don Koke Resurreción, nuestro Capitán, y muy especialmente, nuestro cerebro ejecutor en el centro del campo. Su mayor virtud os la he comentado ya en muchas ocasiones, pero no me importa repetíroslo, porque se dice demasiado poco: la velocidad mental que tiene a la hora de la distribución del juego, es solo para elegidos como él, y buena prueba de ello fue el pase que le dio a Nahuel Molina en el segundo tanto de ayer. Otro hubiese parado ese balón para luego, igual, dar el mismo pase también. Pero al hacerlo al primer toque como lo hizo Koke, hizo que Molina tomase la ventaja decisiva sobre su rival a la hora de centrar ese balón. Y esto, al que le parezca  fácil … Que venga a ver.


LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO:

Que sobrasen finalmente botellines en nuestro ya mítico Cubo pre-partido. Sencillamente inadmisible.


ÁRBITRO: De Burgos Bengoechea.

Disfruté tanto con el Atleti, que ni tuve excesivo tiempo de fijarme en él, la verdad. Y eso es siempre buena señal. 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 16  GRADOS).

El partido en sí mismo era de obligado cumplimiento, vista la bisoñez del rival, pero la portería a cero me sigue pareciendo un elemento fundamental en la progresión del equipo, así que subo 2 nuevos grados al mismo, para dejar un ambiente agradable a la par que primaveral en nuestro nunca bien ponderado Termómetro.

 Y seguimos para bingo, que ahora viene la semanita de los derbis, empezando por el miércoles frente al Rayo. Personalmente estoy bastante agotado de tanto partido entre semana o en domingo a las 21 h., pero vista como anda tanto la grada como la muchachada del Cholo, no estoy por la labor de perderme nada, así que, una vez más gracias a la generosidad infinita del gran Rafita, volveré de nuevo a estar en el Metropolitano, así que, a seguir disfrutando de la vida en Rojiblanco, señores … “Una gitana loca tiró las cartas” … ¡PU-TA!” (aunque yo creo que pega más "¡BRU-JA!", pero bueno … Eso sí, el "¡UH AH!" ese ni en broma, por favor …).



2 comentarios:

Jazz dijo...

Crónica festiva, en espera de saber el alcance de las lesiones del uruguayo o Morata.
Las crónicas del Tomi.
Las crónicas de un equipo campeón.
Fuerte abrazo, camarada.

Tomi Soprano dijo...

Abrazaco de gol.

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