21 de octubre de 2024

Atleti 3 - Leganés 1. El día de las Penas.

 

No creo que la fecha de ayer pase a la historia de este Bendito Club prácticamente por nada, la verdad. Si acaso porque se celebró el día de las Peñas, sin estar presente el colectivo más numeroso, bullicioso, auténtico corazón tanto del Calderón como del Metropolitano, y ya se sabe que un cuerpo sin corazón es inerte, completamente sin vida.

He leído por ahí a algún cachondo que la animación fue fantástica (si, claro, igualita), mientras que los parásitos periolistos se regodeaban indicando que la gente cantaba más que en otras ocasiones precisamente para demostrar que no es necesaria la presencia del Frente Atlético con el fin de llevar en volandas al equipo. Un auténtico insulto a nuestra inteligencia como otro cualquiera, y el que así realmente lo crea, es que es mucho más estúpido de lo mínimamente permisible. El día de las penas, más bien.

 

Porque, y ya futbolísticamente hablando, la primera parte fue penosa en sí misma. Otro auténtico homenaje a la sin razón, con un Atleti practicando un fútbol ofensivamente plano, sin creatividad alguna, sin movilidad, sin desborde, teniendo como único objetivo el colgar balones a Sorlloh que el noruego, a su vez, tampoco es que hiciese gran cosa ni por rematarlos, ni por abrir huecos, ni por nada. Para sacarse los ojos, vamos. Y demos gracia a la timidez del Lega, porque, aunque se adelantase en el marcador, nunca tuvo claro ni creyó excesivamente en sus propias posibilidades, que si no ...

Corría el minuto 34 de ¿juego? (por llamarlo de alguna forma “artística”), un  tal Neyou entra como Don Pablo Raso en el bar de Don Antonio para tomar uno de sus múltiples aperitivos, lanza un latigazo impresionante sobre la portería de Oblak y adelanta a los pepineros en el marcador. Muy curiosa la forma de defender dicha acción de Lenglet, más preocupado porque el balón no le diese en los brazos (secundario) que precisamente por lo principal: taponar el remate del negrata ese. En cuanto a las caras y gestos que puso el susodicho individuo tras anotar el tanto, casi que mejor me abstengo, pero vamos, juraría que los psiquiátricos andan copados de tipos como él, con camisa de fuerza e inclusive encadenados. Con este panorama tan desolador y sonora pitada de los “reyes de la animación” nos fuimos al descanso.

 

La segunda parte comenzó con el clásico gol que falla Correa y que tanto enerva a sus detractores (a sus pies, Don Javier), tras un regalo celestial de Antoine que le dejó solo ante el portero del Lega, pero que controló tan sumamente mal que ya se quedó casi sin ángulo para poder rematar bien y la terminó echando fuera lastimosamente. Otra pena más.

 

Pronto vio el Cholo que la cosa seguía por los mismos derroteros que la primera parte,  y movió el banquillo sacando al terreno de juego a Giuliano, Julián Álvarez y De Paul, y el equipo cambió, para bastante mejor (cosa que no era muy complicado conseguirlo, dicho sea de paso). Especialmente Simeone Junior dio la garra, verticalidad y profundidad que necesitábamos. Sobre el primer cuarto de hora de la segunda parte, el propio Giuliano puso un buen centro al segundo palo que Lino no terminó de rematar del todo bien, salvo su propio tobillo sobre el palo de la portería (afortunadamente todo acabó en un susto). Poco después, Witsel realizó una entrada criminal por detrás a Lenglet, pillando desprevenido al jugador francés, que le ha provocado a la postre un esguince  de tobillo y rodilla a la par (toma ya, lo que no pase en este bendito Club) … Y ya en el 70 de juego, otro nuevo pase de Giuliano sobre el propio carnicero belga Witsel, éste realiza un doble intento de asistencia sobre Sorloth, y al final el noruego, de un extraño taconazo con su pierna mala, logra poner el ansiado empate en el marcador. Jugada rarita dónde las haya, pero efectiva, que es lo que cuenta. Este partido ya no se le podía escapar al Atleti, estaba claro.

 

Sobre el 78, De Paul tuvo el 2-1 en sus botas, pero su remate, que era gol sí o también, repelió en la rodilla de Tapia. Y tres minutos más tarde, la jugada del partido, en una acción en la que Simeone Junior persiguió un balón imposible, emulando claramente al noble apellido que porta, puso un fantástico centro sobre Griezmann, y el francés remata desviando sutilmente con la bota de su pie, haciendo que Dmitrovic no se enterase ni por dónde le entró. Si es un golazo tanto por ejecución como por elaboración previa, se dice y no pasa nada, está claro.

 

Después vino el show de Munuera Montero (penoso árbitro dónde los haya, bienvenido también al festival) buscándonos las cosquillas más que el mismísimo propio rival que teníamos enfrente, en el descuento Sorloth falla otro gol clamoroso tipo Angelito Correa, y ya en el último suspiro, esta vez sí, acertó el noruego para poner el 3-1 en el marcador, engañoso dónde los haya, ciertamente, pero no menos cierto que finalmente merecido por esta aceptable segunda parte que la muchachada hizo tras los cambios. Y me alegro mucho porque la victoria es de oro, pero en realidad, hubo poco que celebrar frente a un rival, no olvidemos, que no deja de ser un recién ascendido. Así que, con la pena final de cuando uno se siente traicionado tanto por propios como por extraños, se terminó  este oscuro y gris día de la las penas.

 

Árbitro: Munuera Montero.

A coalición con todo, una pena de árbitro, rastrero, con ganas de perjudicarnos cuando logramos remontar como fuera, expulsando a Griezzman agarrándose a un clavo ardiendo que afortunadamente le corrigió el VAR, o buscando finalmente de forma pendenciera y ruin a Giuliano, tarjeta en mano. Nada nuevo sobre el horizonte, vamos.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Muy buenos minutos de nuestro jugador franquicia, Julián Álvarez, que incomprensiblemente juega todo con Argentina mientras en su Club se le reserva para que pueda disputar todo con su Selección plácidamente. Nos hemos gastado 80 millones en un pibe para que juegue ratitos y tal, vamos … Debe de estar el chaval flipando en colorines. Muy bien Pableras Barrios (salvo su nueva y maldita lesión) pero el mejor y más resolutivo ayer fue Giuliano, sin duda alguna. Todo el peligro de la segunda parte rojiblanca estuvo en su banda y salió de sus botas. Y esa emoción que transmite cuando Diosito Grizzi remonta el partido tras su fantástica acción individual … Esa emoción …


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Socialmente hablando, están siendo unos días espantosos, horripilantes. Y conste que de la mierda que nos salpica desde fuera como que me la trae al pairo bastante. Pero la de dentro ya no tanto. Y que el Club tenga los Santos cojones de ser el máximo sancionador posible frente a su gente, frente a los que siempre defienden al Atleti a capa y espada, me parece algo tan triste como inadmisible. Lo de la “sanción” de 5 partidos sin venderles entradas es sencillamente delirante. Para colmo, el “hombre de Club” sale disfrazado el sábado pasado de yonqui de los 90 (solo le faltó en la sala de prensa la yonquilata , la chuta, la papela y la cucharita, el decorado hubiese sido sencillamente niquelado) y tiene el poco tacto, la poca solidaridad y menos saber estar de poco más o menos decir que le importan un bledo los 5000 sancionados, y que cuenta con 60 mil pibes más. Qué curiosa es la vida, y, sobre todo, qué injusta, con los que le defienden prácticamente siempre por encima del bien y del mal. Que sí, que ayer lo intentó medio arreglar, completamente forzado y a desgana, diciendo que también se acordaba de esos 5000 ... Mentiras piadosas que se las puede meter por dónde más le plazca, Caballero.

Si todo esto no fuese bastante, el acabose fue presenciar el vacío de nuestro glorioso Fondo Sur con una pancarta que indicaba “El Fútbol que queremos”, todo ello aderezado de una babosil, forzada y completamente teledirigida supuesta campaña orquestada protagonizada por alguno de nuestros símbolos más significativos. El estupor que sentí al contemplar al pobre Niño Torres metido/vendido en este percal fue especialmente como una auténtica puñalada al corazón, y miren que será uno por cicatrices, oigan ... Métanse la campañita y la pancartita por dónde les quepan, queridos, y si realmente tienen cojones y quisiesen algo a este bendito Club, esta y no otra debería de ser la pancarta que en realidad debería de haber cubierto nuestro sagrado Fondo Sur.

 


A pesar de los dos tantos de ayer, vaya usted sin cuidado, Hermano Datitos, que puede dejarse bigote, barba, hacerse hippie, hipster o hacerse rabino inclusive, que la apuesta no me la llevo ni de coña, vamos.

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 7 GRADOS).

Partido de obligadísimo cumplimiento, como no puede ser de otra manera. Y, por favor, no me hablen de remontadas y demás… Tengan un poquito de dignidad y quiéranse más, carallo. Que no podemos estar siempre arrastrándonos de esta manera.

 

Y el miércoles, Champions de nuevo, frente al equipo que logró vencer al Innombrable en la pasada jornada europea. Ya podemos atarnos bien los machos, y, sobre todo, ojalá y que todo vuelva a la “normalidad” en la grada, aunque, por supuesto, cualquier decisión que tenga a bien tomar el Frente Atlético, me parecerá fantástica, justa, correcta y probablemente, hasta necesaria. No todo vale en esta vida. O no todo debería de valer … “Había una vez, un circo, que alegraba siempre el Calderón” …



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