16 de diciembre de 2024

Atleti 1 - Getafe 0. Un Atlético camaleónico.

 

Una de las cosas que más me están gustando de este año, referente al Atleti, es la capacidad que anda teniendo el equipo de adaptarse a distintas vicisitudes y circunstancias de todo tipo y color. Tras el bache y desconcierto inicial de las primeras jornadas (más producto de la impaciencia que producen los resultados adversos, los lógicos trastazos que ha ido dando el Cholo hasta ir haciéndose a la idea de lo que tenía y cómo lo tenía, la falta de acoplamiento de los jugadores contratados, en definitiva, la obligación de jugar una pretemporada en plena competición, precisamente por la ausencia de la misma), hemos ido comprobando diferentes modos  de afrontar los partidos la muchachada.

 

Todo empieza a raíz del partido del PSG, en la que contemplamos una versión bastante conocida de nuestro Atleti, la del sufrimiento continuo, del desgaste, del aguantar lo indecible, la del orden defensivo, para sentenciar en el último suspiro. El Atlético superviviente.

 

Después, en Valladolid o en Champions fuera de casa hemos visto la versión del Atleti martillo pilón. Machaca a sus rivales a base de goles sin parar. Sin embargo, en Copa hemos visto el Atleti obrero. A remangarse y a currar tocan a base de adaptarse a las circunstancias de los rivales que teníamos enfrente y escenarios que suelen conllevar dicha competición.

 

Cómo no, nos la gozamos a tope con ese Atleti que no pierde la fe, con el equipo que nunca deja de creer, con el que no se rinde jamás, con el que derrocha coraje y corazón en todos los poros de su piel, el Atleti jabato, como resultó el día del Sevilla.

 

Y ayer nos tocó, por qué no, disfrutar también, aunque sea de otra forma igual menos vistosa para el espectador, del Atleti ordenado, pertinaz, solidario. De un Atleti en la que el sentido “equipo” tuvo su máximo exponente, un Atlético roedor, un Atleti continuo, un Atleti constante: el Atléti Paciente.

 

Porque los encuentros frente al Getafe suelen ser así. Hay que ir trabajándolos, ir desgastándoles, no perder la calma, jamás desesperarse, que nuestro momento, llegará. Y así fue el guión exacto que se escribió ayer. Despacito y buena letra. Y, por fin, y gracias a la vuelta a la animación de la muchachada del Frente, empecé desde el primer instante enganchado a que estaba viendo un partido del primer equipo del Atleti  de verdad, con la grada vibrando y latiendo al son del encuentro. Llamativo, eso sí, el detalle de que no se corease en ningún momento el nombre de Don Diego Pablo, por un lado, y de ningún jugador en particular, por otro, así como el saludo final al término del partido entre los jugadores y el Fondo fue frío, distante y muy breve. Las heridas provocadas por los delincuentes del palco, como es normal, están en pleno proceso de cicatrización, así que, sana, sana, colita de rana.

 

El Atleti fue dominador del encuentro de cabo a rabo. Tuvo momentos de buena circulación de balón, otros (los menos) de imprecisión en la misma, pero fue constante y consistente, especialmente comandado por esa banda izquierda en la que Opá Galán se ha quedado sin cemento armado de tanta y tanta bocaza que anda tapando.

 

A los 13 minutos tuvimos la primera gran ocasión del encuentro, en un centro de Llorente al que Lino llega a rematar emulando al mismismo Don Radamel Falcao, pero su toque se fue lamiendo al palo. Cinco minutos más, tarde, esta vez fue De Paul el que puso otro gran pase de los suyos hacia el el propio Samu Lino, pero de nuevo el brasileiro mandó fuera la pintiparada ocasión. Este primer tiempo terminó con otra buena acción atacante, que el gran Julián Álvarez remató algo manso a las manos de David Soria, y una final  posterior, en la que Galán puso un centro potente sobre el área, Giuliano emuló esta vez a Don Jose Eulogio Gárate, se anticipó a Juan Iglesias, pero su cabezazo cruzado al final salió lamiendo el palo. Con el 0-0 inicial nos fuimos al descanso.

 

En la segunda parte los Cholo-cambios esta vez estuvieron insuperables. Quitó a Lino y sacó al “difícil de comentar” (copyright, mi cachorrín David, perfecta definición la suya, vive Dios) Capitán Ahab Sorloth. Parece enfadado con el mundo este hombre, su primera acción demostró una torpeza supina en un balón que le puso Llorente dentro del área, pero que no supo si lo que le habían mandado era una coliflor o un repollo. 


Poco después entró Molina por el propio Lechugo, y una vez los dos interfectos en el campo en cuestión, resultó que el propio Nahuel puso uno de los pases más majestuosamente tocados hacia el segundo palo que he visto en bastante tiempo en el Metropolitano, el inoperante Capitán Ahab leyó el mismo a la perfección, tirando el demarque hacia la espalda del defensor, y de un toque de cabeza sutil y perfectamente calculado, cruzó el balón ante la portería de Soria, poniendo el ansiado 1-0 en el marcador. El gol es, sencillamente, de exposición. Y aquí supimos todos que se terminó el partido.

 

Minutos finales de mero control del mismo, sin pasar el más mínimo apuro en defensa, y tres puntazos de oro que nos llevamos a la buchaca. Vimos la cara de este Atleti más frío, calculador, controlador, pero confiado al máximo en su potencial. La versión paciente de nuestro Atleti. Un Atlético Camaleónico.

 

Árbitro: Soto Grande.

¿Saben lo que es el mal? Pues este hombre bien podría ser la personificación del mismo. Es un ser soberbio, despreciable, con ademanes chulescos, sibilino, ruin y miserable, que intentó por todos los medios que no nos llevásemos la victoria final a base de obviar faltas del contrario, freírnos a tarjetas, e intentar desestabilizar a la muchachada de la mejor forma que supiera. Dicen por ahí que los cánticos generan violencia. También lo hace el material del Frente, o el enseñar el escudo de  tu máximo rival con un símbolo de prohibido. Pues bien, si todo eso resulta violento, qué podemos decir del ínclito Soto Grande de mierda en cuestión. Por momentos, tuve sensaciones parecidas a hace un montón de años en un Atleti-Zaragoza con Álvarez Margüenda haciendo el sinvergüenza. El mal. Es el mal, sin más.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Me gustó muchísimo la pareja de centrales esta vez, con un Lenglet que se lo está poniendo en chino filipino al bueno de Le Normand, y con un Comandante Giménez en su línea imperial que tanto me encandila, pero para mi el partido tuvo 3 personajes principales. El trabajo constante y la voracidad ofensiva de Javi Galán, la omnipresencia y personalidad echándose el equipo a la espalda de De Paul, y el trabajo incansable del entusiasmante Julián Álvarez. Tres tipos a los que confiaría ahora mismo mi vida sin dudarlo.




LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

La vergonzosa a la par que vergonzante caza de prendas del Frente Atlético realizada por los ACAB y adláteres chupapollas al servicio de los delincuentes del palco. Que pena de vida, madre.


Podría llevar muchos más, pero bien es cierto que no juega todos los minutos ni mucho menos, así que, seguiremos expectantes.

  

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-4 GRADOS).

Que redoblen los tambores, señores … Síiii, pesaos, si … Subidón, subidón de 2 gradazos, nada más y nada menos. Para que vean lo magnánimo y contento que anda el Termómetro con la imparable racha del equipo. Si es que se me quejan por todo, carallo …

 

Y el sábado, Barcelona, para acabar el año dando un puntapié de los que duelen, pero de verdad. Nada se conseguirá si se vence en Palancolandia, cierto. Tampoco nada se perderá. Pero hay ganas, hay ilusión, hay esperanza, hay equipo, y, por qué no, hay que intentarlo. O morir en el intento, lo que más rabia le den … “Junto a ti, hasta morir” …



No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

MAREANDO LA PERDIZ: "Desesperado"

Atético de Madrid - Webring
Peña Atletica Centuria Germana Vorherige Seite
Previous Page
Página Anterior Seiten Übersicht
Page Overview
Descripción De La Página Zufällige Seite
Random Page
Página Al Azar Nächste Seite
Next Page
Página Siguiente
FD12853D-b4b758962f17808746e9bb832a6fa4b8