No puedo más que decir que sentí un montón de envidia después de ver el partidazo que se marcó ayer el Barcelona, máxime teniendo en cuenta el rival que tenía enfrente, obviamente. Es un auténtico placer ver jugar a esta peña, comprobar cómo están comprometidos con la causa, y, sobre todo, el concepto de fútbol total en su más puro estado que tienen: todos atacan, todos defienden. Desde el primero hasta el último jugador.
Si nos ponemos a hablar de individualidades, pues qué decir de Puyol (ya me gusta hasta de central), del tal Olegario ese (Figodeputa soñará con él), del Van Bronquios ese (que ya en el Calderón nos trajo por la calle de la amargura) de la progresión de Xavi, de la inteligencia de Deco, del currele de Larsson (hasta que no se destrozó la rodilla no paró el pibe), de la valentía y la calidad que destila el juego de Etoo... y, por supuesto, de Ronaldinho, hoy por hoy, en su puesto, obviamente, se trata de un jugador por el que merece la pena, y mucho, pagar una entrada para ver fútbol.
Eso, por no hablar obviamente de Raiki. Aquí el mérito de Laporta y compañía es encomiable, ya que le aguantó cuando ni Dios apostaba un duro por él. Es una auténtica delicia ver cómo tiene a los jugadores en el bolsillo. No ves una mala cara, un mal gesto. En el banquillo lo disfrutan igual que si jugasen en el campo. Encima, tiene cojones y apuesta por la cantera, no como otros que se les llena la boca con la palabrita en cuestión y luego no tiene cojones para hacer nada (ya hablaremos, Señor Ferrando).
Y eso que el partido, para mi, empezó igualadillo, con un Madrid bien plantado e intentando llevar el peso del mismo, pero mientras en el Barsa, como ya digo, todo Dios presiona, el Madrid de los Dioses no se puede rebajar a hacer eso, por Dios. ¡Cómo va a presionar Ronaldo! ¡Cómo va a presionar Zidane! Del Raúl ya ni os cuento, ese sigue a su puta bola. Para mi que se ha hecho budista o algo parecido. Ya sabéis que a todos los famosos les suelen dar yuyus raros cuando ya están hastiados de todo.
Y por si fuéramos poco, llegó el chimpancé y dio luz a su fruto, oséase, el otrora mejor lateral izquierdo del mundo, el puto macaco, pese a quién pese, demostró que tanta juerga y tanto putón como se ha tirado le han hecho que le termine de patinar la única neurona que como un tesoro poseía el ¡ejem! llamémosle interfecto, y tras genial amague al pobre Casillas que terminará en los cielos, hizo que, encima, precisamente Etoo pusiese el 1-0 en el marcador.
A partir de este momento, el Madrid demostró que ni tiene carácter, ni tiene personalidad, ni tiene orgullo y, lo que es peor de todo, no tiene entrenador. Porque el García Melón, el hombre, pues vamos, qué queréis que os diga ... Suena a chiste el tema, vamos.
Ya es triste que la esperanza de la mayoría de los vikingos en la víspera era que el tal Pavón o aprendiz de central similar no había perdido nunca en el Camp Nou. Para llorar ... de risa, evidente (yo, al menos). Para llorar de emoción viendo el fútbol ya está este Barcelona, lo tengo claro también.
-- Un saludo.
Tomi. Frente Atlético. Sección Baramba.
SI EL ATLETI LO ES TODO, TODO ESTÁ JUSTIFICADO.
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