Esta vez sí, el resultado fue injusto para el Madrid, que, en mi opinión, fue bastante superior al Barcelona durante buena parte del encuentro, especialmente en el segundo periodo y aprovechándose de la superioridad numérica tras la absurda como clara expulsión de Olegario al borde del descanso.
El encuentro empezó trepidante en cuanto a goles, propiciado por la calidad de los delanteros (gran partido de Van Nistelrooy y de Messi, respectivamente) y por la inutilidad de las defensas, con mención especial a la blaugrana, que hizo aguas por todos los sitios. Pero el Madrid no supo matar el partido (a pesar del espléndido encuentro realizado por Guti) y Messi, ante la ausencia del caradura del Ronaldinho y el absurdo cambio de Raiki quitando a Etoo en el descanso, decidió echarse al equipo a la espalda y logró empatar el partido a tres tras un jugadón espectacular. Es una maravilla verle cómo conduce el balón pegado a los pies, con qué velocidad circula el chaval y, sorprendentemente el pasado sábado, qué bien terminó definiendo de cara a ese maravilloso portero llamado Casillas, superando una de sus asignaturas pendientes.
Pero, no nos engañemos, salvo eso, las genialidades del argentino, el resto del encuentro solamente tuvo un dueño y señor, el Madrid, que presionó mucho y bien, que tuvo ambición, que controló el centro del campo con un Guti majestuoso y con un Higuaín que realizó también un señor encuentro, con un Sergio Ramos que camino de ser el líder espiritual de este equipo, y que de no ser por un paradón de Valdés ante Van Nistelrooy y otra buena oportunidad que desaprovechó el muy activo jugador holandés, se hubiesen llevado un triunfo que era justo e incontestable.
Porque el Barcelona estuvo muy atolondrado: el centro de la defensa fue un desatre, el Olegario como pseudoperiodista del Gara igual si vale, pero lo que es jugando al fútbol es un purito desastre, Iniesta es muy bueno pero no tiene gol, Xavi está bajísimo, Deco estuvo horrendo, y físicamente en general el equipo me pareció estar bajo mínimos, salvo, evidentemente, Messi. Otra buena noticia para los culés es que a mi en la primera parte Eto'o me empezó a recordar al de sus buenos tiempos (como ya he dicho, yo no le hubiese sustituido tan temprano).
Lo bueno para los dos es que ya se pueden concentrar a tope en la Liga. Mimbres tienen para jugar más y mejor, a pesar de las malas lecturas que hace de los encuentros Raiki sobre la marcha y de la mezquindad de Capello en la mayoría de sus decisiones. Ellos sabrán lo que hacen.
EL CRACK DEL PARTIDO: Podría decir Messi, podría decir Guti, pero me quedo con Undiano Mallenco. Hizo un arbitraje soberbio, no se dejó llevar ni por el ambiente ni por las protestas de los unos y de los otros. Un árbitro tranquilo, que lleva perfectamente el control del encuentro, que pita lo que tiene que pitar y que, independiente de algún error puntual que pueda cometer (la jugada final de Diarrá sobre Ronaldinho puede ser su único lunar, aunque tampoco la termino de ver clara) demostró que es el mejor (por no decir el único) árbitro de primera que tiene calidad por arrobas y que merece estar en lo más alto del arbitraje internacional. Habría que clonarle para que tuviésemos todos un Undiano Mallenco en nuestros encuentros.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Una vez más, Ronaldinho. No se va ni de mi abuela, completamente estático, poco participativo, protestón y con una baja forma física alarmante, claro, que si no entrena ningún puto día, nada es de extrañar. Eso sí, los anuncios cada día los hace mejor, las cosas como son. Algo es algo.
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Un saludo.
Tomi. Gruppo Baramba.
http://www.cronicasdeltomi.blogspot.com/
FIELMENTE ULTRAS, ETERNAMENTE FIELES
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