Y, de momento, pese a las dificultades (que cada vez serán mayores) seguimos bajando peldaños hacia la gloria con paso firme e intenso. A veces, un tanto precipitado, pero tremendamente efectivo.
Tras la cómoda aunque no sencilla victoria en el Villamarín, ayer nos visitaba el Granada de Lucas Alcaraz, un hombre al que le tengo siempre en mi lista negra de personajes que respeto por todo lo que me hizo sufrir su equipo tras una eliminatoria De Copa, cuando él entrenaba al Recre, y el Atleti Don Luis Aragonés, y en el que Torres empezaba a emerger como el gran jugador que es. Fue como una peli del Oeste, un continuo ataque de los indios, que tenían completamente rodeados a las fuerzas yanquis, pero no lograba por ningún medio penetrar en su fuerte. Al final empatamos a cero y caímos eliminados por la Copa (creo que en la ida palmamos 1-0). Ese asedio continuo y constante, con el Recre completamente embotellado en su área los 90 minutos, no lo olvidaré jamás.
Ayer no es que se diese el mismo partido (aunque hubo momentos en los que hubo circunstancias parecidas) pero el caso es que el dichoso general que comandó aquella lejana batalla del pasado, volvía a poner su fuerte en el Calderón. Sí. Era él de nuevo. Algo más canoso, pero era él. Su rostro es difícil de olvidar.
Menos mal que el Atleti de hoy en día, apoyado en una afición que, como bien decía el Cholo en la previa, decidió coger su bolsito, su autobús y afinar su garganta a tope para otra noche de frío atmosférico mezclado con muchos grados de calor futbolístico, es un equipo que en seguida te engancha a los partidos en nuestra casa. Sale con una intensidad, con una vigorosidad y con unas ganas de comerse el mundo altamente contagiosas. Dicha vigorosidad a veces se transforma en precipitación, cierto, pero bendito defecto este, al fin y al cabo. ¡Cómo sacan cualquier saque de banda, teniendo una perfecta sincronización con nuestros recogepelotas! ¡Qué velocidad imprimen en sus acciones! ¡Cómo se mueven los Diegos Costas de turno buscando desmarques, los Gabis defendiendo y presionando, los Mirandas impecables en el corte, los Godines siempre concentrados a tope, los Juanfrans subiendo y bajando y volviendo a subir y volviendo a bajar la banda sin parar … Son todos un puto espectáculo.
Empezamos atacando salvajemente comandados por un Turán que, sin embargo, no estuvo fino en el remate final en dos buenas oportunidades que dispuso.
Por su parte, el Granada realizaba contras inteligentes y peligrosas pero que finalmente siempre morían en nuestra línea defensiva final, o inicial, porque hasta algún contragolpe vi sacar a Diego Costa después de haberse corrido todo el puto campo como si se tratase de un defensa más. A este no le hace falta que le digan sus compañeros que saber atacar es saber defender. Lo tiene grabado en fuego. Brahimi, y especialmente El Arabi, por su parte, dejaban detalles de jugadores con una calidad rayando lo excelsa, pero poco efectiva finalmente. Aún así, especialmente el argelino, es un pibe a seguir, porque, ya digo, realizó conducciones de balón sencillamente deliciosas.
Casi al borde del descanso el árbitro anuló un tanto anotado Tiago, por falta previa de Godín en el salto (tanto bien anulado). Rabia, porque era el momento clave para derribar el dichoso fuerte, pero acertó el menda, las cosas como son.
Ya en la segunda parte, y viendo que el panorama seguía parecido, el Cholo decidió sacar a Sosa al campo, y acertó de pleno. Sus balones a balón parado desde el saque de esquina crearon el pánico. El aviso previo fue un remate de Tiago que sacó Roberto bajo la misma línea. El siguiente córner que puso el argentino hizo que el Calderón estallase de júbilo, viendo como Diego Costa anotaba el tanto de cabeza y, al fin, derrumbaba el dichoso fuerte.
Al final, el Granada merodeó nuestro área con sensación de peligro, que no creando peligro real (Courtois tuvo otro de esos días que no da palo al agua, ya saben), y el Atleti sumó otros 3 puntos más que nos permiten bajar un nuevo escalón más y seguir en lo más alto. Porque estas escaleras aunque conduzcan hacia abajo, tienen un objetivo claro final. El cielo. Escaleras hacia el Cielo. Y larga vida a Led Zeppelin.
EL CRACK DEL PARTIDO: Buen partido de Miranda, Godín, Insúa, el Cebolla … pero me quedo con dos. Diego Costa, que es un pelotero descomunal, como ya les he dicho en multitud de veces (cómo persigue esos balones imposibles en las postrimerías del encuentro siempre es un auténtico espectáculo de ver) y JuanFran, que ayer hizo un partidazo descomunal, dándonos muchas soluciones ofensivas cuando la peña andaba algo más atascada, y sin descuidar para nada sus tareas defensivas.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Esta sección anda hoy más vacía que la cabeza de Pepe. Ya saben, no encontrarán nada.
ÁRBITRO: Martínez Munuera. Se come en los minutos finales un penalti de libro de Iturra a Diego. Lo de siempre. El penaltito de rigor, aunque, el hombre, la verdad es que no realizó tan mal arbitraje como en momentos puntuales la grada le reclamó.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 28 GRADOS).
No se mueve ni por la victoria en el campo del colista ni por nuestro gloriosamente sufrido triunfo de ayer. Muy made in Atleti. Muy auténtico. Como esta sección, qué se han creído.
Y el sábado, San Mamés. Una prueba algo más que de fuego. Recuerden, señores, estamos comprando una Escalera al Cielo.