Cómo se nota que Simeone ya anda por aquí. No es que los chavales se hayan portado mal, ni mucho menos, pero la vuelta del Cholo al banquillo me recuerda a mis tiempos prehistóricos escolares en los que cuando no andaba el profe en clase, todo Dios andaba alborotado, hablando entre sí, nos tirábamos cosas, poníamos la papelera al que se terciase, guerra de bolas de papel y gamberradas parecidas. En el Atleti no pasó tanto desmadre ni mucho menos ( la muchachada anda muy bien educada) pero, desde luego, se nota cuando el Mister toma las riendas de la clase. Vaya que si se nota. Porque el pasado sábado fue uno de los partidos más entusiasmantes del Atleti que uno ha tenido la suerte de ver (y, como bien saben, llevo ya unos cuantos).
De entrada, Simeone dio la titularidad a Saúl, que se la ganó a pulso tras su excelente segunda parte en Almería. El chaval no tengo muy claro si tiene 19 tacos o lleva ya 19 años jugando de titular con el equipo. Da la impresión de ser un proyecto de jugador sencillamente acojonante.
También apareció Manduzkic con su máscara de Batman. Se le vio incómodo con la misma, aparte de la gitanería sevillana también ando buscándole lo suyo, pero demostró compromiso por la rojiblanca como el que más.
Con estos condicionantes, al partido le tomamos pronto el pulso. Concretamente en el minuto 18, tras un derechazo de Koke desde la equina del área que se envenena tras tropezar en Pareja y se cuela como una exhalación en la escuadra visitante. El recital acababa de comenzar.
El Atleti fue un torbellino constante asediando el área sevillista, con nuestros dos laterales pletóricos en sus internadas por banda. Ansaldi lamió el palo derecho de Beto en un potentísimo disparo desde fuera del área, hasta que llegó la jugada del partido: Gabi saca una falta hacia al fondo en donde Turán cede atrás aprovechando el genial amago de Miranda, que hizo que fue pero no marchó, éste, como buen brasileiro que es, toca el balón con maestría hacia el segundo palo, aparece por allí Saúl y cabecea cambiándole a su vez de palo a Beto, que imagino quedó perplejo ante tal majestuosa jugada, y puso el 2-0 en el marcador y el Calderón patas arriba. Era el minuto 41 y el Atleti derrochaba fútbol a borbotones. La defensa sevillana, mientras tanto, flipando en colorines. Como todos.
La segunda parte, lejos de quedarnos pensando en el partidazo del miércoles frente a la Juve, ocurrió todo lo contrario, el recital de fútbol continuó. Y ustedes me preguntarán, “Oiga, ¿Y qué pasa con el que podría haber sido el mejor Sevilla de su historia?”. Yo les contestaré: “¿El Sevilla? Sin noticias del Sevilla?”. No tuvo ni una puñetera ocasión de gol que llevarse a la boca. Yo creo que con eso está dicho todo.
Se unió a la fiesta Griezmann, y el recital se transformó en despampanante. Raúl García casi marca de un cabezazo y después Arda de una fenomenal volea desde fuera del área. Ambas oportunidades las sacó Beto prodigiosamente. Después entraron los Raules, y el tema se terminó de sentenciar.
En el 82 Diogo realizó una entrada criminal sobre Griezmann (si eso no es roja, aquí es que ya hay barra libre, señores) dentro del área que, obviamente, terminó en penalti, solo faltaba. Raúl Jiménez lo quiso lanzar, aprovechándose de la fama que le precede (no ha fallado ningún penalti en toda su carrera en México) pero imagino que el Cholo decidió finalmente que lo lanzase Raúl García, no vaya a ser que …, y el navarrico transformó como un auténtico maestro que es. El Calderón ya vibraba a unos decibelios ensordecedores.
El broche de oro lo puso Koke en otro lanzamiento de falta que fue rematado fenomenalmente por el vikingüey, como le llaman por ahí. Esperemos que este tanto sirva para guardar machetes entre los aficionados cada vez que denotan su presencia en el campo, y para que el chaval empiece a demostrar sus virtudes no a ritmo de cuenta gotas precisamente, tal y como hasta ahora viene sucediendo. 4-0, casi nada al aparato.
En definitiva, la cosa tuvo todos los ingredientes necesarios (campo prácticamente repleto, temperatura perfecta, tifo majestuoso, ambiente espectacular) para transformarse en lo que finalmente fue: una maravillosa tarde de fútbol.
EL CRACK DEL PARTIDO: Espectacular momento por el que pasa Juanfran, Miranda sigue recordándome cada día más al genial Luis Pereira, Ansaldi parece un lateral maravilloso, Gabi vuelve a pillar la forma, enormes Koke y Saúl, pero me quedo con Arda, el cual está realizando un comienzo de temporada sublime. El Ardaturanismo ha contagiado mi cuerpo por completo, y lo malo es que no quiero saber nada de vacunas y antídotos. Amenazo con empezar a dejarme la barba y todo, váyanse ustedes preparando.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: ¡Váyase usted al guano, hombre! Qué decepción ni qué niño muerto …
ÁRBITRO: González al cuadrado. Malo no, lo siguiente, para no perder la costumbre. Psicodélica tarjeta amarilla que le sacó a Mandzukic por dar un balón con la mano que ya andaba casi fuera, pero vamos, lo de no expulsar a Diogo es brutal. No me lo puedo creer. En fin.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+ 7 GRADOS).
Y Charlie anda tan contento, porque su sección favorita sigue aumentando grados sin parar. Tras el recital del sábado, como para no subirlo, vamos.
Y el miércoles, la Juve. Viene de líder, ha ganado todo, 10 goles a favor, cero en contra … Casi nada, vamos. Pero lo que se van a encontrar el miércoles los italianos enfrente ya ni les cuento. El duelo de la Jornada en toda Europa. Toca ponerse el frac de nuestras mejores galas. Vamos, Atleti, vamos …