20 de febrero de 2023

Atleti 1 - Athletic 0. Respetando nuestra Historia.

Me llama mucho la atención el especial mimo que suele tener nuestro Club con determinadas fechas, actos y celebraciones con otros equipos, como suele el caso especialmente señalado del Athletic. Conste que no critico dicha actuación. El que todos seamos conscientes de quiénes somos, de dónde venimos y cuáles son nuestras auténticas raíces nos tiene que enriquecer especialmente al hecho de ser un Atlético. Cuánto más conozcamos nuestra Historia, y aprendamos de ella (tanto de aciertos como especialmente de errores) mucho más fuertes seremos.

 

Que yo recuerde, y desde que soy socio de este bendito Club, es el tercer homenaje ya que reciben los del Bocho. En su 50 aniversario, creo recordar, también cambiamos nuestra indumentaria en el Calderón. Fueron los invitados de honor a nuestra despedida en un acto que jamás debió de producirse, por cierto, de nuestro mítico Estadio de Don Vicente (también cedimos nuestra vestimenta), y ayer, con motivo del 125 Aniversario del equipo vasco, volvimos a tener el detalle de ceder nuestra camiseta como reconocimiento y homenaje a nuestros padres (que por mí, dicha camiseta en concreto, la cedía por los siglos de los siglos, y con la que salió el Atleti suplente ayer, también, ya puestos también, pero bueno, todo esto es harina de otro costal), aparte de invitar a exfutbolistas de ambos equipos, peñistas suyos y demás. Todo es muy bonito, todo muy respetable, todo muy entrañable. Relatado tanto acontecimiento erótico-festivo, que digo yo que ellos, alguna vez en su vida, podrían tener también un pequeño guiño con nosotros, ¿No? Porque en este sentido, vamos ya 3-0 (del ambiente hostil de San Mamés no hablo, porque jamás criticaré que una afición apriete y se vuelque con su gente, me gusta cantidad que nos den caña, y cuánta más, mejor, en el fondo, eso también es síndrome de respeto). Venga. A ver si el año que viene se tiran el rollo y nos invitan a la Rock and Roll a ir para allá para ver el encuentro, aunque solo sea.

 

¡Pues qué chulo todo! Tengo la impresión de que, menos defender nuestros símbolos, nuestras auténticas indumentarias, a nuestras leyendas, y nuestra personalidad, oyes, la de los demás, se nos da de cine. Qué cosas que tienen los delincuentes.

 

Y en este ambiente tan rosadamente perfumado y suavizado, no, lavado con Perlán, empezó el encuentro.

 

Y, para no perder la costumbre, realizamos una de nuestras clásicas primeras partes, a saber: carentes de juego ofensivo, de profundidad, de magia, como simples peones sin más cometido que el que pasen los 45 primeros minutos de rigor sin pena ni gloria.

 

Por su parte, el Athletic vino con más ganas y decisión por llevarse esta importantísima victoria (tanto en lo profesional como emocional) suya. Si no fuese porque es el guión que se repite constante y cansinamente cada 15 días en el Metropolitano, dirían que salieron decididos a lograr adelantarse en el marcador, y tampoco me creo que todos los equipos siempren nos jueguen con ese poderío. Simplemente, es nuestra táctica empleada. Se aguanta, se desgasta al rival y mientras no nos terminen de hacer pupa, ya llegará nuestro momento. Como desarrollo táctico puede ser genial, no lo discuto. Como entretenimiento, resulta, eso sí, sencillamente soporífero. Pero hasta decir basta, vamos.

 

¿Ocasiones? ¿Qué es eso de ocasiones? Pudo haber una clarísima de Williams, allá por el 35 de juego, pero Reinildo apareció de la nada solventándola. Un par de minutos más tarde, un claro aunque escorado mano a mano de la Carrasca que sacó Aguirrezabala (mientras, Llorente, estaba solo completamente a su derecha esperando para remachar el tanto). Y entre  bostezo y bostezo, lo único que lograba sobresaltarme de mi sofá era la tos perruna con la que Dios me ha obsequiado en esta semana llena de pasión y gloria que llevo encima. Tengo claro que Tomigáfez está mejor en casita que en el Páramo, visto los acontecimientos que se han desarrollado durante la nefasta presente temporada, pero oigan, de eso, a contagiarme con un puto virus de una forma tan bestial, media un abismo. Si no hace falta que me echen nada, hombre, tengo bien claro que quiero yo mucho más al Atleti que el Atleti a mi. Controlen la dosis que me ponen, o la próxima ya es que ni lo cuento.

 

En la segunda parte, sin embargo, la cosa cambió bastante. El Atleti fue un equipo mucho más decidido, mucho más presionante, más constante, buscó la verticalidad en todo momento y estuvo decidido en su lucha por la victoria. Vamos, lo que uno espera tras sacarse un abono para ver a tu equipo, especialmente en los encuentros que se disputen como local.

 

Eso sí, el primer aviso (y único) fue del Athletic, en una acción individual de Niko Williams que Oblak detuvo despejando el balón con su mano de hierro sideral.

 

Todo los demás, Avanti, Atleti, Avanti. A los 5 minutos ya avisamos, esta vez sí, de un latigazo tan particular del otrora Carrasco (actualmente Carrasca) que Aguirezabala (a partir de ahora, “el meta vasco”, que ya me he peleado dos veces con el puto nombrecito del orto) respondió con una excelente mano dura.

 

Tras la sustitución de Marginal Correa de rigor, y la enésima falta al borde del área lastimosamente lanzada por nuestro equipo (es jodido hacerlo cada vez peor que en la anterior, pero la muchachada en esto no da tregua, y se supera partido a partido, qué desesperación, por Dios Santo), vino el golazo de Diosito Griezmman, en una combinación con el defensa vasco, que tropezó con el balón al intentar devolverlo a su vez Depay, y definió como siempre no me canso de indicar que hay que hacerlo: según entras en el área, cruzar el balón rápidamente al palo en que no esté cubierto el portero, y ya está. No hace falta ni que vaya fuerte ni nada. Dicha definición es la perfecta. Es más efectiva que invitar al Señor Patriota a un cubo de esos plagados de botellines. Éxito garantizado.

 

Dos minutillos más  tarde, Don Álvaro (sorprendentemente en posición legal, por eso marró la ocasión, claro) tuvo otro mano a mano que cruzó en exceso (da igual, es mejor ejecutar así que perderse en regates y controles a ninguna parte, que se ocupe de no estar en orsay, sin más, el próximo le entrará…o más me vale, que veo que la apuesta se me escapa a borbotones).

 

Del Athletic, por su parte, ni rastro. Al Cholo que nos le dio un ataque histerismo histriónico intentando conseguir que el resto del campo logre apretar como solamente el Frente sabe hacerlo (por más que lo pruebe, morirá en el intento), y el Atleti, que terminó dejando un estupendo sabor de boca en esta excelente segunda parte. Así que, broche de oro para un partido tan especial para los visitantes, un equipo que, aparte de ser fiel a sus principios, defiende los mismos a capa y espada, muere por ellos les vayan bien o no tan bien las cosas, cuidan sus símbolos como nadie, tuvieron que cambiar su campo por uno que construyeron a tan solo 1 km. del anterior, para que la cruzada fuese lo menos dolorosa posible para sus aficionados y mantuviera su esencia impoluta del viejo San Mamés. Curiosamente, y en tiempos de persecuciones hacia los grupos Ultras, ellos, sin embargo, se han dedicado a potenciar su grada de animación (y bien que se nota, por cierto). Como institución y forma de ser e ir por la vida, tengo el máximo respeto y admiración por el Athletic Club. Es una pena, sin embargo, que nosotros, habiendo crecido tanto como lo hemos hecho a lo largo de nuestra historia, en lo fundamental, y desde convertirnos en una puta SAD, hayamos aprendido tan poco de ellos, al menos, en lo que los tiempos presentes nos conciernen. Cualquier parecido entre padre e hijo, es pura coincidencia, créanme.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Pues Diosito estuvo inconmensurable en el tanto, pero no menos estuvo Reinildo en 2-3 apariciones suyas estelares, siendo un tapón constante frenando el ímpetu bilbaíno. Uno anda viendo el juego, y no sabe de donde sale, pero ahí aparece siempre como un  relámpago voraz y despiadado. Así que, honor y gloria para Relámpago Reinildo.

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

 

Ver al Cholo completamente desesperado porque el resto del estadio no crea el ambiente que él desea. A mi me duele en el alma contemplarle así, la verdad, pero, como buen asalariado que es de su empresa, no se quiere mojar en nuestra reivindicación (ni él, ni nadie, vamos, aquí solo queremos un yupimundo de juju, jaja, jiji, y Viva Cartagena). Quizás un pequeño guiño por su parte podría hacer cambiar al Frente de idea. Como nadie mueva ficha, la cosa seguirá igual (o peor).

 

ÁRBITRO: Munuera.

Esta vez nos tocó el menos tonto de los hermanos Tonetti éstos. Buen arbitraje el suyo.

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 6 GRADOS).

Pues hala. Dedicados a todos los que galopan impunemente en búsqueda de atizar al gran Termómetro un día sí, otro también. Subida de 2 gradazos al canto. En la locura de vuestra sinrazón, tendréis siempre nuestro perdón.

 

Y el sábado, si mi maltrecho estado de salud no me lo impide, Al Despacho a ver el derbi, que ya toca. Ya saben lo que nos esperan: semanita zoológica (que no zoofílica) a tutiplén. “Más allá de la curiosidad, surgió un amor, la primera vez que yo entré en el Calderón”.

 

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