14 de marzo de 2023

Girona 0 - Atleti 1. El fútbol en lunes.

Salvo un partido frente al Omiedo, creo recordar, en el Calderón (los lunes de Antena 3, años ha) no recuerdo yo haber visto en demasiadas ocasiones al Atleti los lunes. Un lunes no es un día de fútbol. Primero, que uno tiene la sensación de que el fin de semana no ha sido tal. Si. Ha tenido su viernes, su sábado, su dominguito, buen tiempo, cañitas, vinitos … Todo lo que tu quieras, pero no he tenido en ningún momento la sensación de estar de finde. Lo que faltaba es obvio. Falta nuestro Atleti.

 

Decididamente, no. No es día para ver a la muchachada. El lunes es para odiarlo, mayormente. Es un día de toneladas de sueño, de cansancio, de hablar poco, de querer escuchar a nadie menos … Un día en que entras en la oficina y el silencio, al menos durante las 2-3 primeras horas, es de impresión. Alguna tos que otra debida a los excesos realizados, caretos hasta el suelo, mala leche por doquier (algunos la llevamos de serie, cierto es). No es día de fútbol.

 

Por cierto, tampoco es día de ir a por una puta cita para una analítica, ya puestos. De primeras, no entiendo cómo el sistema no te permite citarte a través de internet. No. Hay que ir al puto ambulatorio y aguantar a los “Salvadores del Mundo” su desgana, su pachorra, su falta de interés y su estado de huelga permanente, y encima todo esto con el puto bozal puesto. Vamos, que para una cita de este tipo me hagan esperar 45 minutos … Y miren, a mi me hicieron perderme el primer cuarto de hora del encuentro, bueno está, pero hombre, ver a las personas mayores allí esperando, que algunos apenas se pueden tener en pie, es descorazonador, la verdad. No se si será efectos de la huelga política esa, de la supuesta “masificación” (si vas a 2 por hora con cada paciente es de entender también), de la desgana de los “Héroes del Universo”, o de la puta Ayuso, a la que la suda el sobaco todo. Lo único que es que dan ganas de evacuar el centro de salud, dejar a todos los sanitarios dentro, y prenderles fuego. Sí. Con la Ayuso dentro, ya puestos, que tampoco íbamos a perder gran cosa. En fin.

 

El partido, aún así, prometía, la verdad. El Girona en su casa es un hueso de cuidado, y Míchel un entrenador muy cuidadoso y exquisito en los detalles tácticos (aparte de gran Atlético). El equipo de los “indepes”, por cierto, con el propio Míchel, Arnau, David López, Santi Bueno, Miguel, Oriol Romeu, Aleix García, Borja García, Roro, Juan Carlos, Toni Villa, Juanpe, Javi Hernández, Iván Martín, Artero … Más producto Nacional imposible, vamos. O, como ellos nos autodenominaron en su día … Lleno de “Perros Españoles”. Curioso, oigan.

 

El Atleti, por su parte, con 9 días para preparar el partido. Normal que jueguen cómo están jugando y con el hambre que lo andan haciendo. Al fin y al cabo, somos un equipo que está acostumbrado a jugar entre semana encuentros también al máximo nivel. Tenía una preocupación personal: falta de motivación de los jugadores. Afortunadamente, el Cholo se ha encargado de que esto no ocurra finalmente. En realidad, es un Maestro en este arte, es incontestable.

 

Tras el “apagón” sufrido en los primeros 20 minutos ya narrado, me topé con un Atleti mandón, realizando un fútbol estupendo, incisivo, con velocidad de vértigo en la circulación de balón, profundidad, dando un master en la presión ofensiva, un ciclón desatado, vamos.

 

Diosito Griezmann y Memphis empezaron a hacer de las suyas (tiene muy buena pinta esta pareja). A los 20 el tulipán negro se la cedió a Antoine, pero su remate fue manso, como cuando el Tete se pide una birra e un bareto cualquiera, a las manos del portero. Dos minutos más tarde, pase de lujo de Llorente a Diosito, internada por banda de éste, desmarque genial de Memphis, y su remate final de volea la manda por encima del larguero.  Era complicado el tanto, lo reconozco, pero su elaboración previa merecía un mejor desenlace, la verdad.

 

Cinco minutos después, Carrasco (que estuvo bastante potable en esta primera parte, la segunda ya se convirtió en la Carrasca habitual) disparó a media distancia, en una de las veces que no le da por embolicarse frente al mundo entero, y Gazzaniga (tampoco pienso repetir más este nombrecito en la crónica más, Gazza y va que chuta) atajó bien de nuevo.

 

En el minuto 36, y tras unos malabares previos del gran Oblak que me recordó a la mejor época de Don Luis Pereira, recortando con el balón ante propios y extraños, rodeado de contrarios presionándole la salida del juego, vino una ocasión increíblemente malograda de nuevo por Don Tulipán Negro, el cual, por ir a reventar el esférico, lo envío por encima del larguero cuando remató desde el área pequeña. Realmente incomprensible.

 

El recital del Atleti no paraba. Córner que sacamos y gran testarazo de Hermoso que se fue también por encima del larguero por poco. En definitiva, el Girona se defendía como gato panza arriba, y el Atleti desarbolaba por completo. Me comentaba “El rey del Jamón” en nuestro chats de Hermanos particular que era un encuentro para ir 0-3 ya, lo menos. Llevaba toda la razón (como luego demostró en el segundo tiempo también, por cierto, vaticinando el tanto de Don Álvaro). Pero con el frustrante (en cuanto a resultado, que jamás por el juego desarrollado) empate, nos fuimos a la ducha, a la ducha, a la ducha por fallón.

 

En la segunda parte el Atleti continuó “Soberano …¡Y a por todas!”, si señor. Nada más comenzar la misma, Llorente la tuvo pero detuvo Míster Gazza de nuevo. Carrasco, por su parte, empezó a tomarse en serio su involución para transformarse en la mítica Carrasca para variar, cuando en otra gran ocasión, remató como un becerro mandando el balón a Tarragona (que no  tengo ni puta idea de dónde caerá, pero, imagino que por ahí cerca).

 

Cinco minutos más tarde el VAR revisó una posible mano de Oriol Romeu, que si nos pita el señor Melero ese penal a nuestro favor, cojo y me acuesto de la cara de vergüenza ajena que se me hubiese quedado (aunque cosas peores he visto, mucho peores, también es cierto).

 

El Girona respiró un poco del martirio al que le estaba sometiendo el Atleti, y un tipo muy raro llamado Tsygankov (tampoco pienso repetir este nombrecito más) hizo que Oblak comenzase con el recital de turno de paradones de cada partido.

 

Y llega el fatídico minuto 60 de cada encuentro, y al Cholo le da por sacar a 3 pibes así, de golpe (lo de siempre, vamos) cuando el equipo estaba jugando francamente  bien. Entró Correa, entró De Paul, y el gran Don Álvaro. “Que si te pones tu aquí … Qué dónde ha dicho que me sitúe yo … ¿Qué yo a la izquierda, joder? … Que si cambiamos de sistema”. ¿Conclusión? Atolondramiento general, algunos que salieron medio atrofiados perdidos, encima (¿Qué clase de calentamiento hicieron tanto Angelito como Morata? No podían ni con los cordones de las botas, joder). Y el Girona que empieza a apretar, pero de verdad.

 

Roro empezó a ser un incordio en banda derecha, hasta que en el 68, David López controla un balón desde su campo, ve un pelín adelantado a Oblak, y le sale un disparo cargado de clase, potencia y colocación, que  para el 99,9% de los porteros restantes de este mundo hubiese sido mortal de necesidad. Sin embargo, Jan reaccionó con rapidez y con ese brazo de acero que Dios le ha dado, e, in-extremis, logró enviar el balón a córner. Una de las paradas del año ante lo que pudo haber sido el gol de la temporada en el presente campeonato liguero. Mi aplauso y reconocimiento para ambos, pues.

 

El Atleti, por su parte, empezó  de nuevo a despertarse, al fin, en ataque, aunque solo  fuese por el recital de fueras de juego de Don Álvaro de cada tarde-noche también. Los locales andaban haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantenerse vivos, mientras tanto, y empezaban a caer sus jugadores lesionados directamente proporcional a tantos como botijos atrapa Don Maxi en cualquier “cubo de Hermanos” en la previa de un partido del Atleti (este sábado, nuevo show, madre mía).

 

En el 82 casi se nos va el partido (ayyy, Giménez, Giménez), pero Roro hizo un mal control final y su disparo ya con poco ángulo, lo repelió de nuevo esa mano de acerro macizo que le ha dado Dios a Oblak. Otra nueva lesión local (otro nuevo botijo para Maxi), en el último minuto, Suburbial Correa que falla también una de esas ocasiones absolutamente made in Angelito, desde el área pequeña y con, eso sí, brillante acción defensiva del futurible Arnau (que también quedó tocado en la acción, Don Maxi que sigue y no para con otro botellín), y hasta que en el 91, llegó la jugada del partido.

 

Córner que saca Diosito (no sé si bien o rematadamente mal), prolonga el balón Correíta (no sé si bien o rematadamente mal), el balón que da en el muslamen de uno de los defensores del Girona, y, de repente, Don Álvaro aparece en el segundo palo para comerse con patatas al tipo que custodiaba el mismo, y, ¡en posición legal, al fin (por poco, pero así era, en pie todo el mundo)! anota el tanto que supuso nuestra gran victoria final. Que sí, que aunque me gustó el equipo de Míchel … Más que merecida.

 

Y así me pasó. Con el rollo de la euforia final, a la uno y pico de la madrugada y dando más vueltas en la cama que mi cachorrín en cualquier día de su vida cualquiera por cualquier lugar del universo. ¿Yo, un lunes, en ese estado? Por favor … Putos lunes …

 

EL MEJOR DEL PARTIDO:

En el glorioso DAZN se lo dieron a Don Álvaro, pero vamos, ni en broma, por mucho que su gol valga su peso en oro (que así es también). Me gustó mucho el equipo en general, destacando el poderío de Hermoso, Giménez, salvo un error que casi nos cuesta el tanto de Roro ya mencionado, también estuvo imperial, la primera parte de Carrasco, Memphis podría haber salido a hombros, De Paul y su postureo canchero no anduvo mal en los minutos que estuvo,  la labor de engrase permanente del equipo que hace Lemar, pero, en este caso, Oblak estuvo estupendo cuando el equipo realmente lo necesitó, así que Honor y Gloria para Don Jan.

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Tema tarjetas. Totalmente evitable la del Lechugo Llorente, cuando se puso a berrear como un cabestro al linier debido a que Nahuel Molina le había dado un pase mal desde el origen y solicitaba córner. ¡Qué no está usted en el puto Mandril, joder! Tampoco me hizo excesiva gracia la bienvenida que le hizo Savic a Riquelme en la segunda parte, con una muy fea patada a destiempo, en el centro del campo y sin mayor peligro aparente.

 

ÁRBITRO:

Melero López. El hombre nos intentó pitar nuestro primer penalti a favor en la temporada, y yo le agradezco un montón la intención, la verdad, pero mejor así. En nuestro gol final acertaron, en el tema de las tarjetas (al menos, las nuestras) también, pudo sacar alguna, eso sí, al entusiasta equipo local, pero correcto. En líneas generales, bastante bien Don López.

 

 

Hasta el “Rey del Jamón y de la Ensaladilla Rusa en su punto” besa ya por dónde pisa Don Álvaro. Él y solo él sabía que Alvarito nos resolvería el partido.

 

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (0 GRADOS).

¡Subidón Subidón de 3 gradazos como 3 solazos, Señores! Lo nunca visto. La remontada de la muchachada empieza a tener sus frutos, pero de verdad. Dedicado a todos los usurpadores, mentecatos, manipuladores y voceras de turno que duda siempre de la sabiduría y el saber estar de éste, nuestro auténtico faro verdadero de cualquier gran Atlético que se precie. Pues ni frío ni calor, señores. A ver si empezamos ya a poner en positivo el asunto, que ya huele, joder …

 

Y el sábado, un Valencia muy necesitado, pero que va cogiendo aire gracias a la llegada de Baraja. Y los Chés, en Fallas. La mascletá que se puede montar … “Poco a poco, me enamoré de ti, poco a poco, Atleti de Madrid” …

 

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