11 de diciembre de 2023

Atleti 2 - Almería 1. Partido importante más que brillante.

Mi gran hermano del alma Rafita me anda malacostumbrando últimamente invitándome a su palco VIP de turno, la verdad. Y reconozco que, aunque es otra forma de ver el fútbol, evidentemente, es una auténtica gozada el poder disfrutar de ello de vez en cuando (y digo bien, de vez en cuando, porque si yo tuviese la inmensa fortuna de poder ir todos los encuentros al mismo, no creo que llegase sano, vivo y coleando hasta final de temporada). Uno puede degustar una gran variedad de pinchos de todas clases, colores y formas, beberse todas las cosechas de  vino habidas y por haber, sabiamente mezcladas con todas las birras también que uno pueda llegar a engullir. Encima, su sitio es de lo mejor del Metropolitano: en primera línea de sector, teniendo a tu izquierda todo el ambiente que logre crear el Frente, pudiendo ver el fútbol y dejar cómodamente las bebidas tanto en el sitio habilitado en el propio asiento, como en la parte de enfrente del propio sector. Asientos más amplios y confortables que los del resto del campo, tienes tus propios baños habilitados, y después del encuentro puedes permanecer engullendo sin parar hasta 1 hora después, tiempo más que de sobra para salir tranquilamente del campo sin atascos ni sobresaltos de multitudes, ¿Qué más se puede pedir?

 

 

 

Pues ya puestos, ver un mejor partido, por ejemplo. Porque la primera parte del Atleti, por momentos, fue eléctrica, y la segunda, por otros momentos, sencillamente deplorable. Démosle caña al caviar, pues, primero.

 

A los seis minutos ya ganábamos con un tanto de Diosito Grizzi, pero el mismo fue anulado de forma incomprensible por la gentuza del VAR. Dio igual, el Atleti siguió a lo suyo: presión brutal sobre el contrario, fantástica velocidad en la conducción del balón, movilidad y desmarques constantes. Un gusto verles así. A los 9 minutos, De Paul pudo adelantarnos en el marcador, pero quiso ajustar tanto su lanzamiento desde fuera del área y apuró tantísimo tiempo, que al final se le marchó fuera. Los futbolistas cuando tienen demasiado tiempo para pensar, hacen estas cosas.

 

Poco después, sin embargo, el propio De Paul le pone un delicioso pase al primer toque sobre Angelete Correa, y este remata tras control y toque según entra en el área y el balón sale lamiendo el palo, si es que no lo golpea. Aunque marrase la citada ocasión, Marginal Correa hizo lo que debía de hacer: primer toque, y ese toque delicioso que suele tener con la punterita (es único en el arte del tac-tac). Un minuto después, Diosito roba el enésimo balón, ve el desmarque de Don Alvaro Morata, éste se adentra en el área, sortea a su rival con un autopase, amaga en primera instancia el golpeo al balón para burlar la salida del guardameta visitante, y bate finalmente a puerta vacía marcando el primer gol de la tarde. Un golazo como otro cualquiera.

 

El Atleti estaba desatado, y en el minuto 22 consiguió el segundo tanto, obra de Correita, tras asistencia del Lechugo Llorente. El tema olía a goleada por todos lados, y yo creo que buena parte del cabreo que tenía el personal en la segunda parte fue precisamente por eso: el Atleti calentó, pero no quemó. Como yo cuando salgo de jarana por ahí, vamos.

 

El caso es que el Atleti empezó poco a poco a ponerse en ese modo insulso en el que tan poquito transmite, y el Almería, colista de la competición, empezó a pensar que no tenía nada que perder, que le daba ya igual palmar por 8 que por ochenta, y poco a poco empezó a embotellar a la muchachada atrás. Con este 2-0 nos fuimos al descanso (a mi es un resultado que nunca me ha gustado, porque este tipo de partidos ya los he visto miles de veces, y luego pasa lo que pasa).

 

En la segunda parte el Atleti se desenchufó casi por completo, y el Almería dominó y casi nos empató y todo. Encima, esta vez los Cholo-Cambios fueron a peor (a Memphis cada pierna parece que le pesa 234 kilos, y Saúl salió nervioso e impreciso), así que, en el 62, pasó lo que tenía que pone en el manual del 2-0 al descanso, gol de Leo Baptistao, el cual, por supuesto, no celebró su tanto. Es curioso que un menda que apenas creo que estuvo una temporada nos tenga mucho más respeto que otro niñato piojoso que anda por ahí y que todavía es nuestro, cosas de saber estar, supongo.

 

El mismo jugador pudo empatar, en un remate colocado que se le fue lamiendo la escuadra de Oblak. Por su parte, Garitano quitó del terreno de juego al carabanchelero Embarba (que hizo lucirse, y de lo lindo, a Oblak, en un remate de cabeza a bocajarro más solo que la una), y buen cable que nos echó, porque el menda estaba siendo una pesadilla por todas partes. A poco del final, Depay pudo sentenciar el encuentro tras asistencia de Koke, pero se llenó tanto de balón como de hamburguesas en verano, y su remate se marchó al limbo filipino, lo menos. Y en los 6 minutos de descuento, el Almería nos remató nada menos que 3 veces en franca situación, y nos botó 2 córners, así que acabamos como acabamos, con el corazón saliéndonos por la garganta, una vez más. Pero tampoco ni nos vamos a cortar las venas, ni vamos a ir de Valdanitos consumados con exquisiteces ni más milongas. Ayer el partido salió así (mejor dicho, la segunda parte, que la primera media hora fue muy potable, a todos los equipos les pasa, por otro lado) y fuera. Lo importante es que recortamos ventaja a Barsapasta y Mandril, y aguantamos el ritmo infernal que está marcando el cada vez  menos sorprendente Girona. Y con esto, y unos cuantos vinitos más después del partido, se acabó esta cronicucha del orto, todo ella aderezada con el dulce dolor de cabeza que produce cualquier buena resaca que se precie (Rafita, cómo se puede querer tanto a un pibe a la par que odiar al día siguiente, es como la primera parte del Atleti ayer y luego la segunda). Hasta en eso llevamos en la sangre a este bendito Club.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Me quedo con la vuelta al gol de Marginal Correa y de Don Álvaro Morata, y con los reflejos del siempre vital Don Jan Oblak, que nos sigue regalando puntos sin parar, mal que pese por ahí.

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Lo mal que salieron en la segunda parte tanto Saúl como Memphis, y ese dejarse llevar del Atleti al que este año, afortunadamente, no nos tiene acostumbrados. Pero sí: hay que espabilar. Por cierto, ¿Savic está tan espantoso como me parece, o son producto de alucinaciones mías?

 

ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea.

Esperpéntico es poco. Disparate va, despropósito viene. Y en un partido en el que el Almería jugó casi al límite del reglamento (es su obligación, dada su situación actual, en la que no ha ganado siquiera un triste encuentro en lo que va de año), la tarjeta, encima, se la llevó el “violento” Koke. Se tiene uno que reír.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (20 GRADOS).

 

Victoria de obligado cumplimiento frente al colista ayer, derrota (desgraciadamente) de obligado cumplimiento también de nuevo en Barcelona, así que la vida sigue igual, ni sube, ni baja.

 

 

Otro tantito más para la buchaca de Don Álvaro. A ver si pilla otra buena racha, y para después de Navidades, sentenciamos ya casi la apuesta.

 

 

 

Y el miércoles, partido importantísimo para asegurarnos el liderato frente a la siempre despreciable “Lazio, Lazio, va fan culo”. Partido que presenciaré en el campo, cortesía de nuevo, de mi amigo, qué digo amigo, de mi hermano, qué digo hermano, de mi luz, qué digo luz, de mi panacea, qué digo …¡BASTA YA DE PELOTEO INFAME! De Rafita, joder. Hemos prometido ambos portarnos bien, ante la avalancha de semanita que tenemos por diversas celebraciones. Cantemos todos que es la hinchada que hoy alienta, que es el Frente que hoy anima, Forza Atleti Campeón …

 

 

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