Volvemos a estar en nuestro tobogán favorito subiendo y bajando de él sin parar, y cargando toda nuestra ira sobre el árbitro en cuestión (del que hablaremos más adelante), con la misma dureza que si fuésemos Don Clint Eastwood en la fascinante "Sin Perdón". Conviene recordar también, sin embargo, que el equipo venía de un esfuerzo sobrehumano el pasado martes frente al Leverkusen, en un partido histórico remontado con 10 jugadores y en el que la muchachada tuvo un desgaste frenético para poder doblegar al, probablemente, equipo más en forma de Europa junto con nosotros mismos, a pesar de estos dos últimos tropiezos en liga.
El Cholo se vio obligado a hacer
rotaciones (en este caso, tan lógicas como necesarias) y encima, tuvimos esta
vez como rival al Villareal de Marcelino, que no deja de ser una buena
fotocopia de nosotros mismos, es decir, nos encontramos enfrente a nuestra
horma de nuestro zapato. Equipo sumamente ordenado, tremendamente peligroso a
la contra y que sabe que el baloncito es redondo y tal. Por eso, precisamente,
se nos suelen dar tan mal. Sacamos un punto, pues señores, a mi eso lo único
que me indica es que hay que seguir, que sumamos, y que continuamos en toda la
pomada. Y no tengo muchas más ganas de calentarme la cabeza, porque confío
plenamente en lo que ando viendo hasta el momento. Se pudo ganar, se pudo
perder, se empató. Pues ya está. Fútbol, y punto.
El partido en líneas generales
fue bastante igualado, por un lado, y por otro, al equipo le vi algo cansado,
sino físicamente en sí mismo, sí mentalmente. El Cholito lo intentaba como
siempre por su banda derecha, pero no tenía la misma frescura que en anteriores
jornadas, y el único jugador que era capaz de llevar peligro de verdad fue
Julián Álvarez, a pesar de que su socio favorito, Rodri de Paul, estuviese en
el banco. A los 11 minutos, el sorprendentemente infrautilizado Gallagher tuve
un gran remate lleno de clase con el exterior del pie desde fuera del área que
salió lamiendo la escuadra del guardameta azulejero. El dominio era poco
profundo pero constante del Atleti, mientras que los de amarillo se les veía
relativamente cómodos representando ese rol, en espera de su gran ocasión. Y llegó en
el 26 de juego, en un penalti de Reinildo sobre Gerard Moreno, tras un mal
control inicial de Witsel (el belga luego enmendó su actuación, y con creces,
las cosas como son). ¿Es penatli? ¿No es penalti? Después de ver la jugada mil
veces, para mi lo es. Por mucho que toque el balón previamente el mozambiqueño,
le entra con un ímpetu excesivo y hasta temerario inclusive (y no es la primera que nos hace,
recuerden Bilbao en Copa) y le termina arrollando haciéndole una especie de
tijera en su pierna de apoyo. El problema es el de siempre, por qué unos sí, y otros no. La falta de
criterio o no según sea el rival que ande en juego, es ciertamente preocupante.
Pero justificar todo el resto casi de tu existencia por esta jugada en
sí, o por el arbitraje, sibilino, sí, molesto, también, irritante, mucho, me
parece un error supino. Dicho esto, allá cada cual.
El propio Gerard logró batir de
potente disparo a Oblak transformando el dichoso penalti en cuestión, y 0-1 en el marcador, vuelta a empezar a remar de
nuevo, y bastante cuesta arriba pintaba la cosa, por cierto.
Curiosamente, en el 32 de juego
se produjo una acción similar a la de Reinildo, pero esta vez con Correa y
Junior como protagonistas, es decir, área contraria. Se podía haber realizado también una lectura
similar a la de la anterior jugada, ya que el guardameta castellonense despeja
el balón primero con las manos, sí, pero termina también chocando con Angelito.
¿Penalti? ¿No penalti? Pues según el criterio que le apetezca aplicar el
señorito en cuestión. Y sí, por si las dudas, también me mojo, porque no es
penalti, en mi humilde opinión, sino que es hasta más bien Correíta el que
entra como un caballo desbocado buscando el propio choque sin mucho sentido. Pero ...
En el 35 se pudieron poner los
visitantes con 0-2, en un córner de Baena que el puñetero Gerard Moreno cabeceó
más solo que la una saliendo su balón rozando el palo. Para colmo, al borde del
descanso, un desconocido a la par que desangelado Koke, se dejó comer la
tostada por el hiperactivo Baena, este cedió sobre Gerard de nuevo, y cuando
casi el gol se daba por hecho, apareció Witsel disfrazado de Superman para
repeler el disparo atacante tirándose con todo el cuerpo hasta el suelo como un
auténtico jabato. Acabó este primer tiempo con una buena acción de Correita
girándose con el balón controlado dentro del área tras asistencia de Connor,
pero su remate inocentón lo atajó sin mayores historias el tal Junior ese. Con
el 0-1 nos fuimos al descanso, y no, no tenía muy buena pinta el tema.
En la segunda parte el Cholo
empezó a mover la Choctelera, y, sinceramente, el cambio de Gallagher no lo
entendí en absoluto. El inglés fue nuestro mejor jugador de la primera parte (y
eso que no lo pone ni mucho menos en dónde más rinde, que debería de ser por
detrás de los delanteros, ya que tiene tanto gran visión de juego final como
gol en sí mismo), pero bueno, las cosas de Simeone.
La cosa empezó casi que como
acabó el primer tiempo, con sustos por parte de los putos azulejeros. Gran
contra visitante conducida de nuevo por Baena, dio una asistencia a su vez que
dejó solo a Yeremi Pino, este centró al segundo palo viendo el desmarque de
Gerard Moreno, y en el último suspiro, de nuevo Superman Witsel tiró de capa y
le robó un balón in-extremis, que si hubiese logrado rematar el delantero
amarillo, hubiese sido gol sí, o también.
Dos minutos más tarde, la primera
gorda a nuestro favor, en un pase en profundidad de Rodri de Paul sobre
Barrios, éste realiza un centro chut que repele Junior, el balón que le cayó
muerto a Angelito Correa, pero se llenó del mismo en su remate posterior y cruzó en exceso ante la
portería visitante. El Villarreal creaba mucho peligro, si, pero el
Atleti le empezó a recordar que esto es el Metropolitano, y aquí el que quiera
ganar tiene que hacer mucho más que lo pensable e imaginable para conseguirlo
finalmente.
En el 55, tuvo otra buena opción
De Paul, pero quiso colocar tanto el balón que su remate final fue blandito
como si de un balón de playa se tratase. Sin embargo, 4 minutos más tarde,
llegó el ansiado empate. Gran jugada en el área entre Barrios y Don Julián
Álvarez, éste da el pase de la muerte a Correa, el Marginal remata de tacón sobre la
portería visitante, le da el balón en su otra pierna de forma trompicada, y al final el esférico le
queda muerto en el segundo palo a Samu Lino, que puso el 1-1 a placer dentro
del área pequeña. Lo más complicado estaba ya conseguido.
Sobre el 70 de juego, una gran
acción individual de la Araña Rojiblanca, que se está ya empezando a
acostumbrar a aventurarse e ir solo contra el mundo si es menester, nos deleitó
con una gran internada suya dentro del área, pero su remate final fue muy centradito
y atajó sin mayor complicación el guardameta visitante.
Ya en las postrimerías del
encuentro, el Atleti dominaba con más corazón que profundidad en sí mismo, lo
cual obligó a Pablo Barrios a probar fortuna desde el Cerro del Espino, pero su
fenomenal chutazo lo repelió con otra gran intervención el portero amarillo
(más de estas tienes que seguir haciendo, Pableras, que tienes todas las
condiciones habidas y por haber para realizar este tipo de acciones).
Dos minutos más tarde, Griezmann,
que había entrado en ese plan de turista francés que tanto me desespera, como le suele dar la vena de vez en
cuando, tuvo una pintiparada ocasión de gol tras excelente balón que le puso De
Paul a su cabecita, pero el remate del francés salió lamiendo el palo. Y esto
ya no dio para más de si. Partido complicadísimo por todo, y contra todos (como
siempre, por otro lado) y, visto los antecedentes previstos, y el desarrollo
final del encuentro, personalmente este punto sí, me valió. Y queda
muchísimo tour todavía, así que, a seguir pedaleando, hermanos.
Árbitro: Sánchez Martínez.
Cómo no, recuerdo una vez al gran Don Luis Aragonés, indicar que a los árbitros hay que también estudiarlos en profundidad para saber cómo tratarlos y tal. No puedo estar más de acuerdo con él (como siempre, vamos). El señor Sánchez Martínez pertenece al grupo de los “predispuestos”. Sale con esa mentalidad de siempre, vamos. Predispuesto a no pasarnos ni una. Predispuesto a la mínima protesta, tarjeta. Predispuesto a la mínima acción dudosa dentro del área, tener un criterio u otro según le convenga para sus oscuros intereses. Por eso, estuvo claramente predispuesto a señalarnos un penalti en contra cuando, lo menos, es que el VAR le hubiese llamado a verlo (aunque le hubiese dado igual, ya os comento). Sin embargo, en el otro área, y ante una acción parecida en la que el protagonista fue su portero y nuestro delantero Correa, también estuvo “predispuesto” a que no le surgiera alguna duda y, por supuesto, obviarlo sin más complicaciones, al igual que, cómo no, ocurrió con un cruce posterior de un defensor del Villarreal con De Paul dentro del área visitante. Bien pudo haber tenido la duda, al menos, pero cuando sales predispuesto y con la lección bien aprendida, no dudas un instante, y logras el objetivo final que te planteas: desquiciar a todo el mundo por igual. Por eso mismo indico que, con este tipo de árbitros, nosotros tenemos que salir con pies de plomo, cuidar muy mucho las protestas, las acciones en ambas áreas porque, a la mínima, él no va a tener duda alguna, como así demostró. Esto está montado así, y nos hemos superado también a esta circunstancia siempre. ¿Por qué iba a cambiar en la presente temporada? Todo ello, por supuesto, predispuestamente de acuerdo con el pajarraco del VAR, claro está. Un tal Iglesias Villanueva. Porque este pájaro tampoco se debe de ir de rositas. Hay que reconocer anda perfectamente compenetrada, si señor. Basura con basura, pues eso ... Más basura.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Igual se lo hubiese llevado
Witsel de no haber sido por ese balón mal controlado en el penalti de Reinildo
posterior, muy buen partido de Barrios, pero el título honorífico vuelve a
recaer en la Araña Rojiblanca, Don Julián Álvarez. Cargó con todo el peso del
equipo sin desfallecer, aunque esta vez no tuviese la fortuna final de
conseguir batir la portería rival. Nuestro jugador diferencial por excelencia.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
No sé si quedarme con el dichoso
juego temerario de Reinildo, con la vuelta a las andadas en más de una ocasión
de Molina, con el flojísimo partido de Angelito Correa, con el insultante turismo realizado por Diosito en el rato que salió a pasearse en el campo, o con la tristeza que me
produce ver a Koke en este estado tan lamentable de juego. Y ahí sigo, dándole
vueltas a la cabeza … ¿Me ayudáis, o qué?
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (O GRADOS).
Ya hicimos la vista gorda en
Leganés, pero este tropiezo en casa no le podemos dejar impune, así que provoca
una bajada de 2 grados (los que teníamos en positivo, vamos), quedándonos con
el ya mítico, “ni frío, ni calor”. Qué le vamos a hacer.
Y el miércoles, un partido vital contra el Salzsburgo,
máxime visto que esta directiva no quiere saber absolutamente nada de reforzar
el equipo. Si nos quitamos de en medio 2 partidos a vida o muerte, encima de
CHL, que vaya usted a saber contra qué rival nos toque, encima, visto cómo anda la clasificación para esta apasionante última jornada final, nos servirá para afrontar Liga y Copa con la máxima frescura posible
(dentro de que el calendario sigue siendo infernal de por sí). Aparte, son
nuestros hermanos de Red Bull, y la franquicia ha invertido mucha pasta en
nosotros, así que no me vayan a joder con la pelota en el tejado, oigan … “Yo, llevo una vida a tu lado siguiéndote, desde que pisé el
Fondo Sur” …
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