Mestalla (prueba ya superada).
Barcelona nada más y nada menos que en 3 ocasiones, 2 de ellas a muerte súbita (y la de liga, casi que también).
Vikingos, otras 2 más, también en dicha circunstancia, y en Champions.
Athletic, el Pitzjúan, Getafe en su casa, “el filial” fuera (que se nos da
fatal) … No sé si somos conscientes los Atléticos de la situación gloriosa en
la que nos encontramos. ¿Cuántos equipos darían la vida por estar en tal
circunstancia? ¿Qué no buen bufandero descerebrado sueña, a estas alturas de la
temporada, con encontrarse en tal encrucijada? ¿Podremos con todo? ¿Nos
quedaremos sin nada? (lo dudo). Si el lema de “partido a partido” suele ser
nuestro auténtico dogma de fe y de ir por la vida, hoy en día, nos lo tenemos
que grabar a fuego, si es menester. Y, por supuesto, ante todo y sobre todo …
DISFRUTAR. Disfrutarlo a tope y vivirlo como si cada uno de ellos fuese el
último partido de nuestras vidas. Parece una misión imposible, pero el Atleti,
en este tipo de situaciones, se suele manejar al dedillo. Porque los Atléticos
somos el equipo más imposible de todos.
De momento, superamos el primer
envite en el siempre imponente Mestalla, campo complicado, a pesar de su
situación del equipo local en la tabla, y en el que demostramos una
superioridad insultante, especialmente en este primer periodo, el cual lo
controlamos de cabo a rabo, hicimos 2 goles (que debieron ser 3) y apenas
se concedieron ocasiones de gol ante un rival que salió quizás excesivamente
temeroso de lo que tenía enfrente, comportamiento lógico, por otro lado, ya que el Atleti de hoy en día vuelve a
defender casi a la perfección, y ha ganado bastante potencial ofensivo y
contundencia tras la llegada, especialmente, de Don Julián Álvarez.
Sorprendió el Cholo con la
alineación titular situando al incombustible Llorente de pivote defensivo,
recordando su posición en la que triunfó en el Alavés y en otro equipo de cuyo
nombre no me acuerdo en estos instantes, y, para llevar tanto tiempo sin ubicarse
ahí, no lo hizo nada mal "Don Paseítos en gayumbos a las 7 de la mañana y 9 grados bajo cero" (qué muchacho, por Dios Santo).
Precisamente a los 9 minutos ya dimos el
primer aviso serio. De Paul (se jugó en todo este primer tiempo a lo que el
argentino quiso) profundizó sobre Giuliano, éste puso el pase de la
muerte en dirección a Juligol, pero se anticipó Foulquier milagrosamente, desbaratando
la primera gran situación de tanto (que no ocasión) a nuestro favor. Por cierto, me resulta
curioso como la peña suele confundir con facilidad “situaciones de gol” con
“ocasiones” propiamente dichas. En la segunda parte me explayo un poquito más
al respecto.
El Valencia soportaba más o menos
bien plantado el dominio colchonero, salvo por una pequeña circunstancia: había
revoloteando por las cercanías de la línea de tres cuartos atacante nuestra un tal Antoine Griezmann más
solo que la una, construyendo e imaginando fútbol por doquier. Y de su
brillante varita mágica vino el primer tanto, en una fantástica asistencia
sobre el desmarque de Lino, el brasileiro fusiló de volea que se estrelló
violentamente sobre el larguero del equipo local, el balón quedó muerto en el
área, Julián Álvarez que no acierta a controlar inicialmente, Simeone Junior,
que está siempre en todas, termina por dejarle el balón en condiciones a la
Araña, y ésta fusila sin piedad a Mamardaszzz …(nombre excesivamente largo y
complicado para mi estado habitual de hibernación en lunes, se siente). 0-1, y la cosa
pintaba muy requetebién para nuestros intereses.
A los 26 minutos tuvimos otra
gran ocasión de gol, en una falta pintiparada en la que Antoine se encargó de
demostrar, de nuevo, que ni las faltas, ni los córners, ni los penaltis, es lo
suyo (y no sé cuántas veces más lo tendré que escribir, Señor, dame paciencia). Eso sí, asistir y marcar, lo que quieran, oigan. Y en Valencia le dio por
lo primero, porque en el minuto 29 de juego, nueva balón que controló en las cercanías del área
más solo que yo defendiendo que el Atleti en Mestalla hizo un gran partido
(pagaréis con sangre vuestra clara ofensa, miserables), éste le puso un balón
de cine sobre la cabecita de Julián Álvarez, y el argentino cabeceó como mandan los
cánones, ajustado al palo y haciendo que botase el balón previamente para que
resultase completamente inútil cualquier intento de Mamardaszzz en atajar
el esférico. 0-2, y la cosa parecía medio sentenciada.
Al Valencia solo se le vio en
este BRILLANTE primer tiempo nuestro, en un pase lateral de Rioja que remató
Sadiq muy flojeras, a pesar de que le comió la tostada al bueno de Llorente en
el área.
Justo al borde del descanso,
concurso de despropósitos. Mosquera (individuo obscuro objeto de deseo por
cierto sector de la hinchada rojiblanca ale, te queremos Forza Atleti Aleee),
quiso ceder el balón a su guardameta. Julián, muy atento, se percató de dicha
acción, interceptó dicho pase, y se fue como una bala más solo que la una a
poner el 0-3 en el marcador. Su ejecución final, sin embargo, fue tan soez que
dudo de cuál de las dos acciones, la defensiva o la ofensiva, me pareció más
grotesca, la verdad. Pero bueno, 0-2, que tampoco es mal botín para mi gente.
En la Segunda parte la cosa pintó
de inicio de otra forma. Y se me antoja algo normal que el Atleti tienda un
poco a dejar de pisar el acelerador y dosificar un poquito, debido a lo que se
le viene este martes, por un lado, y tampoco me parece nada extraño que el
equipo local, que se está jugando la puta vida como es permanecer en primera o
no, saliese con mucha más mordiente y presión sobre nuestra portería. Esto es
fútbol también, ha sido así de toda la puñetera vida y así seguirá.
Dicho esto, el Atleti pasó por
unos 20 minutos iniciales en los que sí que se produjeron algunas situaciones
de gol (reitero, que no ocasiones claras, apenas pasamos apuros tampoco en
realidad), en la que los valencianos, a base de balones laterales colgados
sobre nuestra portería de forma más o menos insistente, nos aculó un tanto en nuestra área y nos tocó sacar un poco más el paraguas que de costumbre y
soportar la pequeña tormenta de verano a la cual nos sometió el Valencia, pero
no fue más que eso. Tormenteja de verano. A partir de que Don Diego Pablo Simeone le dio por sacar al
terreno de juego al Comandante Giménez, el equipo, defensivamente hablando,
volvió a su normalidad más absoluta, sin pasar apenas apuro alguno.
El bullicioso Hugo Duro remató en
el 50 un buen centro lateral de Gayá … fuera de los 3 palos. Dos minutos
más tarde, un remate duro desde fuera del área de Barrenechea lo atajó Oblak
con total normalidad. Después vino la jugada del supuesto penalti (de la que
hablaré más adelante) y ya está. 20 minutos de algo de acoso, en los que
estuvimos un poco imprecisos, y en los que el rival nos demostró que también
tiene piernas, sabe correr, presionar a su manera, y poco más, porque ya Josema
en el 68 salió al terreno de juego, y aquí paz, y después gloria. Todo esa
serie de “dramáticos” acontecimientos consecutivos sirve para que grandes
Atléticos de ayer y de hoy me anden dando la matraca sin cesar de que vaya
pronto al Acueducto de Segovia, porque los suicidios colectivos de nuestros seguidores
andan disparados ante tan catastrófica situación. País.
Gallagher se empezó también
a entonar a partir de ese instante, y el Atleti comenzó a fabricar una serie de
contras en las que se veía que, tarde o temprano, tendríamos el premio de
nuestro ansiado tercer tanto (vida o muerte para algunos, más tranquilidad si
cabe para el que con esto os castiga). Correíta avisó en el 78 con un
taconazo dentro del área que más fue el único recurso que disponía que adorno
en sí mismo en la acción, y a falta de 4 minutos, un agotado Javi Guerra (gran partido del
chaval, ya puestos, a pesar de este lunar final), falló un pase hacia atrás que controló Connor, este conduce la contra rojiblanca con maestría, cede al final el balón
a Marginal Correa, en el momento preciso y exacto, y éste, como mandan también los cánones, cruza de forma
inapelable el balón de remate seco y ajustado, batiendo sin otra opción posible
al bueno de Mamadarzzz …
Y esto es lo que dio de sí el
partido. 0-3. Un encuentro disputado con brillantez en el primer tiempo, y con
inteligencia y saber estar en el segundo. Portería a cero, ventaja más
que suficiente, dosificación de energías, y que pase el siguiente. A todo
trapo.
Árbitro: Busquet Ferrer.
El Boixo estuvo prácticamente
impecable, aunque para mi la mano de Galán es un penalti como el Calderón de
grande. Por mucho que la tenga inmóvil, se interpone en un remate de un
delantero valenciano, dándolo en la misma el balón, y teniéndola despegada del cuerpo. Dicho esto, y como siempre el VAR, el VOR y San Dios Bendito
opina todo lo contrario que yo creo, pues nada, que no es penalti, y viva la
fiesta. Por cierto, que hablando de esto un poco, parece que el Cholo la tiene
un poquito metidita con el tema de la mano de Cucurella frente a Alemania en la
pasada Eurocopa, porque siempre pone el mismo ejemplo cansino, con cierto
rintintín y hasta recochineo. Pues Don Diego Pablo, no solo los argentinos son
capaces de ganar Copas Américas y Mundiales. Los Españoles, también, y, es más,
la Eurocopa conseguida fue sencillamente impoluta e inmaculada, así que, si le
pica, ajo y agua, compañero. Y a lo que nos importa realmente, y tan bien sabe
llevar, que no es otra cosa que nuestro Atleti.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Me gustó Llorente y su
inconmensurable polivalencia, me encantó el poso, el orden que puso y el saber
estar en los minutos que disputó Giménez en la segunda parte, mágico Diosito
repartiendo juegos de magia a diestro y siniestro (e inteligente como él solo),
pero de nuevo, el premio mayor se lo doy a Don Julián Álvarez por sus dos
nuevos tantos, su currele infinito y su humildad que tan bien encaja en nuestra
propia idiosincrasia.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Deportivamente, nadie. Y son tiempos en los que tenemos que permanecer tan unidos unos con otros, que creo que es la mejor forma de afrontar todo este manantial de emociones en el que nos vamos a tener que ir bañando y controlando todos. No sentirse nadie decepcionado con nadie.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (+1 GRADO).
De nuevo, el Termómetro se
muestra magnánimo, es consciente de la importancia de la victoria conseguida en
el siempre complicado Mestalla (recuerden que partíamos de – 2 Grados la
jornada), y sube, de golpe, 3 gradacos la temperatura, así que volvemos a
estar en positivo, lo cual es siempre una excelente noticia.
Y mañana, primer examen gordo
para el equipo, y de verdad, que el Barcelona lleva ya paso de crucero, aunque
la Copa es mágica, la Copa mola que enarbola, y debemos de morir por ella, ya que es un torneo que nos representa, en todo y por todos … “Y pobre del que quiera robarnos la ilusión” …
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