Una gran noticia: el
Metropolitano va recuperando su pulso habitual. Ratos de descontrol general,
otros ordenados, otros sorprendentes, algunos maravillosos, la mayoría
salvajes, locura, desenfreno, éxtasis, vuelcos del corazón y delirio final.
¿Cuántos partidos hemos vivido ya en nuestra casa así? Mogollón. ¿Cuántos nos
quedan? Hasta el infinito y más allá. Cada Club tiene su propia idiosincrasia,
su personalidad, su propia forma de ser. Y nosotros somos así. No traten de
entenderlo, solo súfranlo/disfrútenlo según les de a elegir. Ayer, lo más
importante, es que, ante todo se hizo Justicia. Justicia salvaje, sí, pero
Justicia, al final del encuentro.
La Primera parte yo diría que fue
controlada de forma cómoda por el Atleti. No con un juego apabullante y
desbordante, cierto, pero sí con cierto orden y relativa tranquilidad. A los 13
minutos tuvimos la primera buena ocasión en una internada de Griezmann, que se
quedó finalmente casi sin ángulo y su remate lo rechazó a córner Batalla. Dos
minutos más tarde, el omnipresente Llorente pone un balón preciso y certero al
segundo palo, y Julián, de volea, hace aún mejor dicha asistencia para batir
sin remisión a la portería vallecana. 1-0, y nuevo partido que nos
adelantábamos en el marcador.
El Rayo intentó, a partir de ese
instante, crear más peligro en nuestra área, pero entre Hancko y Oblak se
encargaron de desbaratarlo. El bueno de Jan no estuvo especialmente fino ayer a
la hora de atajar balones que antes los pillaba como quien pilla una nuez
(cosas ya de la edad) pero sigue siendo finalmente decisivo en sus
intervenciones, como ya les comentaré un poco más tarde.
Por su parte, Llorente seguía
absolutamente descontrolado por su banda, y sus internadas fueron un constante
martillo pilón ante la defensa vallecana. Otra gran cabalgada suya no llegó a
rematar Griezmann por poco.
Mientras tanto, los vallecanos,
en el minuto 36, tuvieron otra buena acción de peligro también. El bullicioso
Fran Pérez ganó la espalda de Molina, como suele ser norma de la casa, y
su pase de la muerte no lo llegó a conectar bien Alemao, gracias de nuevo a
otra fantástica acción defensiva de Hancko, que cargó lo justo al delantero
para que su remate marchase fuera sin remisión posible.
Un minuto más tarde, debió de
sentenciar el Atleti. Molina dio la asistencia de su vida hacia Julián Álvarez,
pero su disparo final se le marcho alto, en un remate mucho más claro y diáfano
que el que tuvo cuando anotó el tanto colchonero.
Y ya cuando todos dábamos por
hecho que con el 1-0 nos íbamos al descanso, un tal Chavarría metió un latigazo
impresionante desde la calle Fofó, y se coló como una exhalación sobre la
portería de Oblak. Alguien nos ha echado un mal de ojo, porque no es ni
medio normal que este partido fuese en tablas al marcador, después de lo
acontecido durante el primer tiempo, pero bueno. Esto son rachas. Habrá que ir
superándolas como Dios no dé a entender.
La segunda parte fue una
auténtica pasada, con 2 equipos, por instantes, volcados sin mayor miramiento
decididos a llevarse el preciado botín de la victoria. Dos púgiles golpeándose
sin piedad, esperando a ver quién terminaba besando la lona. Un espectáculo
fabuloso, y francamente divertido.
Griezmann intentó sacarse un
latigazo desde fuera del área nada más comenzar este periodo, pero su remate
salió bastante desviado. En el minuto 50, otra nueva galopada de Llorente,
entra en el área realizando la pared con Diosito, y cuando iba a rematar, le
“cerraron” el espacio entre 2 defensores rayistas y al final no pudo rematar.
¿Penalti? ¿No Penalti? Luego analizamos, pero se montó una buena medio
tanganilla y demás, de esas que tanto meten al público como a los propios
jugadores en el encuentro. Más a cara de perro aún.
Tres minutos más tarde responde
el Rayo con una ocasión increíble con remate desde dentro del área pequeña de Isi, a bocajarro, que
sacó Oblak con el pie de forma inverosímil. Paradón de paradones. Don Jan
utilizó de nuevo su disfraz de Don Lorenzo Rico, qué duda cabe.
En el fatídico minuto 60, la
Choctelera se agita. Quitó a Molina (bien quitado) y a Koke (mal quitado, pese
a la tarjeta) y metió en el campo a Nico y Giuliano. Poco más tarde, una
maravillosa asistencia de Gallagher al segundo palo, lo remata Nico de cabeza
tan sumamente solo, que le dio tiempo a pensar demasiado, queriendo ajustar su
testarazo tan al palo, que se fue marchando fuera. A pesar de este fallo, me
sigue gustando mucho todo lo que veo de Nico, la verdad.
En el 67, un pase en profundidad
de la Araña puso al Cholito solo delante de Batalla, pero le costó tanto entrar
en la dinámica del partido saliendo desde el banquillo, que se eternizó
en su control y remate, y Lejeune le terminó robando la cartera.
Al 73 le tocó al Rayo de nuevo.
Emulando a Chavarría, Balliu soltó otro imponente zambombazo desde la calle
Fofó que pasó lamiendo el palo del atónito de Oblak. Y faltando 13 minutos, Isi
mete en profundidad un balón sobre Álvaro García, este se planta más solo que
la una ante Jan, se deshace de él con maestría y bate sin remisión nuestra
portería. El árbitro inicialmente pitó fuera de juego, pero luego comprobó el
VAR que su posición de salida, por un pelo, pero era correcta. 1-2, ver para
creer, con todo lo que habíamos fallado previamente. Mi cabeza se puso a pensar
inmediatamente en el Cholo, porque, esta vez sí, el fútbol estaba siendo muy
injusto con él.
En plena vorágine de partido,
Simeone quitó a Gallagher y Griezmann, y sacó a Pubill y a Ruggeri. Marc muy
bien la verdad, muy tranquilo y sabiendo lo que tenía que hacer en cada
momento. El italiano también leyó muy bien el partido: había que rascar, y
rascó. Como debe de ser.
Sin posibilidad de respiro
alguno, un gran balón de Ruggeri al segundo palo, Simeone Junior lo remató,
Batalla lo sacó sobre la línea de gol, pero bastante tuvo con eso, ya que no
logró atajar el mismo, a lo que Julián Álvarez aprovechó para poner el 2-2 en
el marcador. El manicomio del Metropolitano ya estaba desatado por aquel
entonces.
Minutos finales. Tan solo 2
de ellos más tarde, Giuliano falló el gol de su vida, tras una gran internada y
asistencia de Raspadori, que el bueno de Simeone Junior remató, con el interior
del pie, completamente solo, desde el área pequeña y sin portero, ¡Al larguero!
Es que no me lo puedo creer …
Mientras tanto, Llorente seguía a
lo suyo, desatado por la banda, poniendo centros y asistencias sin parar, en
esta ocasión al propio Raspadori, cuyo remate se fue lamiendo el palo. ¿Se
puede decir que el Lechugo ayer realizó su partido más completo con el Atleti?
Yo diría que sí.
Y, a 1 minuto para el final del
encuentro, la apoteosis, el éxtasis, tocamos el cielo de los cielos. Julián
recibe sobre el área, se va acomodando la posición de remate sorteando
contrarios, y lanza un zurdazo del copón bendito que se cuela por la escuadra
de Batalla. El disfraz de Escándalo Forlán le sienta como un guante a la Araña.
Ya en el descuento, el Rayo lo
intentó de nuevo, en un centro que se paseó por toda nuestra área sin que
encontrase rematador en la figura del Chavarría ese, que andaba incomprensiblemente solo también. El corazón andaba
recogiéndomelo en esos instantes de la garganta.
En el 96, de nuevo Simeone
desperdicia otro nuevo uno contra uno que le dejó Nico ante Batalla, pero otra vez su remate salió excesivamente cruzado (el día que Giuliano le de por
clavar alguno de todos estos chicharros que suele generar con su movilidad,
velocidad y desmarque constante, igual saltamos al campo todos a celebrar
con él los goles, carallo). Y a este ritmo desenfrenado, al final el partido se
acabó. Muchas veces nos suele dar la espalda, pero ayer, al final, no lo hizo.
Justicia salvaje.
Árbitro. Hernández al Cuadrado.
No se dejen intoxicar por la
basura mediática vikinga a estas alturas de la vida, que ya sabemos que el
Sábado hay partido contra la escoria de Concha Espina. Ni es expulsión lo
de Koke (es fútbol), ni es lo de Llorente (también es fútbol). En relación al
penalti sobre el propio Lechugo, yo tengo mis dudas (es curioso que algunas
jugadas son tratadas a la velocidad de la luz, mientras otras se repiten hasta
la saciedad, según qué intereses haya, obvio), pero es que hubo otro muchísimo
más claro y diáfano sobre Nico, el cual el defensor rayista le coge del cuello
y le tira al suelo impunemente, y que ni siquiera nadie se ha dignado en citar
ni reseñar (mucho menos repetir imagen, claro).
Dentro de la puta mierda de
arbitrajes VAR que hay hoy en día, agradezco profundamente la existencia
de alguien que trate todavía (son raza a extinguir, eso sí) este deporte como
tal. Con sus choques, con sus momentos calientes, que esto también es fútbol,
leñe, y no se quiera cargar un partido de fútbol a base de rojas sin sentido
alguno, tal y como venimos padeciendo en la actualidad.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Dos nombres propios: Llorente
está sencillamente descomunal y en un estado de forma pletórico, por un lado, y
Julián, al fin, se pilló el rol de crack diferenciador que todos sabemos que
es, consiguiendo su primer hat trick desde que está con nosotros, y es que es algo muy
sencillo: si no se le priva de disputar de forma caprichosa en muchos encuentros
30 minutos por banda, tendrá muchas menos oportunidades de brindarnos
tardes-noches así, téngalo claro. Es algo obvio y de cajón, máxime sabiendo que
en los últimos instantes de los partidos estos se abren mucho más, el cansancio
hace mella en todo el mundo y se crean muchos más espacios para que este tipo
de situaciones se puedan producir, y este tipo de peloteros brille con su máximo esplendor. Y que recoja el guante quién corresponda,
solo faltaba.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Sé que va por rachas, pero la
negación de cara a puerta de Giuliano es a veces irritante. Luego todo lo suple
por su forma de ser y de estar en el campo, pero, a nada que tenga esa frialdad de ejecución en los metros finales, se terminará de convertir en un idolazo total.
Sigamos creyendo en él.
TERMÓMETRO
ROJIBLANCO: (-3 GRADOS).
Partido de obligado cumplimiento,
a pesar de las circunstancias, la presión que llevábamos encima y cómo se nos
puso el devenir del mismo. No me sean blandengues, háganme el favor.
Y el sábado, el partido frente a la más absoluta maldad
concebida en este mundo. Sé que vamos a dar todos (jugadores, grada, técnico)
todo lo que tengamos y más, sumando ese plus añadido de un poquito más si cabe que requieren
los derbis. Pero hoy relajados todavía, que el Metropolitano, ayer, volvió por
sus fueros …”¡¡¡¡¡ATLÉTICO FANS … HOOLIGANS!!!!!
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