25 de septiembre de 2025

Atleti 3 - Rayito 2. Justicia Salvaje.

 

Una gran noticia: el Metropolitano va recuperando su pulso habitual. Ratos de descontrol general, otros ordenados, otros sorprendentes, algunos maravillosos, la mayoría salvajes, locura, desenfreno, éxtasis, vuelcos del corazón y delirio final. ¿Cuántos partidos hemos vivido ya en nuestra casa así? Mogollón. ¿Cuántos nos quedan? Hasta el infinito y más allá. Cada Club tiene su propia idiosincrasia, su personalidad, su propia forma de ser. Y nosotros somos así. No traten de entenderlo, solo súfranlo/disfrútenlo según les de a elegir. Ayer, lo más importante, es que, ante todo se hizo Justicia. Justicia salvaje, sí, pero Justicia, al final del encuentro.

 

La Primera parte yo diría que fue controlada de forma cómoda por el Atleti. No con un juego apabullante y desbordante, cierto, pero sí con cierto orden y relativa tranquilidad. A los 13 minutos tuvimos la primera buena ocasión en una internada de Griezmann, que se quedó finalmente casi sin ángulo y su remate lo rechazó a córner Batalla. Dos minutos más tarde, el omnipresente Llorente pone un balón preciso y certero al segundo palo, y Julián, de volea, hace aún mejor dicha asistencia para batir sin remisión a la portería vallecana. 1-0, y nuevo partido que nos adelantábamos en el marcador.

 

El Rayo intentó, a partir de ese instante, crear más peligro en nuestra área, pero entre Hancko y Oblak se encargaron de desbaratarlo. El bueno de Jan no estuvo especialmente fino ayer a la hora de atajar balones que antes los pillaba como quien pilla una nuez (cosas ya de la edad) pero sigue siendo finalmente decisivo en sus intervenciones, como ya les comentaré un poco más tarde.

 

Por su parte, Llorente seguía absolutamente descontrolado por su banda, y sus internadas fueron un constante martillo pilón ante la defensa vallecana. Otra gran cabalgada suya no llegó a rematar Griezmann por poco.

 

Mientras tanto, los vallecanos, en el minuto 36, tuvieron otra buena acción de peligro también. El bullicioso Fran Pérez ganó la espalda de Molina, como suele ser norma de la casa,  y su pase de la muerte no lo llegó a conectar bien Alemao, gracias de nuevo a otra fantástica acción defensiva de Hancko, que cargó lo justo al delantero para que su remate marchase fuera sin remisión posible.

 

Un minuto más tarde, debió de sentenciar el Atleti. Molina dio la asistencia de su vida hacia Julián Álvarez, pero su disparo final se le marcho alto, en un remate mucho más claro y diáfano que el que tuvo cuando anotó el tanto colchonero.

 

Y ya cuando todos dábamos por hecho que con el 1-0 nos íbamos al descanso, un tal Chavarría metió un latigazo impresionante desde la calle Fofó, y se coló como una exhalación sobre la portería de Oblak. Alguien nos ha  echado un mal de ojo, porque no es ni medio normal que este partido fuese en tablas al marcador, después de lo acontecido durante el primer tiempo, pero bueno. Esto son rachas. Habrá que ir superándolas como Dios no dé a entender.

 

La segunda parte fue una auténtica pasada, con 2 equipos, por instantes, volcados sin mayor miramiento decididos a llevarse el preciado botín de la victoria. Dos púgiles golpeándose sin piedad, esperando a ver quién terminaba besando la lona. Un espectáculo fabuloso, y francamente divertido.

 

Griezmann intentó sacarse un latigazo desde fuera del área nada más comenzar este periodo, pero su remate salió bastante desviado. En el minuto 50, otra nueva galopada de Llorente, entra en el área realizando la pared con Diosito, y cuando iba a rematar, le “cerraron” el espacio entre 2 defensores rayistas y al final no pudo rematar. ¿Penalti? ¿No Penalti? Luego analizamos, pero se montó una buena medio tanganilla y demás, de esas que tanto meten al público como a los propios jugadores en el encuentro. Más a cara de perro aún.

 

Tres minutos más tarde responde el Rayo con una ocasión increíble con remate desde dentro del área pequeña de Isi, a bocajarro, que sacó Oblak con el pie de forma inverosímil. Paradón de paradones. Don Jan utilizó de nuevo su disfraz de Don Lorenzo  Rico, qué duda cabe.

 

En el fatídico minuto 60, la Choctelera se agita. Quitó a Molina (bien quitado) y a Koke (mal quitado, pese a la tarjeta) y metió en el campo a Nico y Giuliano. Poco más tarde, una maravillosa asistencia de Gallagher al segundo palo, lo remata Nico de cabeza tan sumamente solo, que le dio tiempo a pensar demasiado, queriendo ajustar su testarazo tan al palo, que se fue marchando fuera. A pesar de este fallo, me sigue gustando mucho todo lo que veo de Nico, la verdad.

 

En el 67, un pase en profundidad de la Araña puso al Cholito solo delante de Batalla, pero le costó tanto entrar en la dinámica del partido saliendo desde el banquillo, que se eternizó en  su control y remate, y Lejeune le terminó robando la cartera.

 

Al 73 le tocó al Rayo de nuevo. Emulando a Chavarría, Balliu soltó otro imponente zambombazo desde la calle Fofó que pasó lamiendo el palo del atónito de Oblak. Y faltando 13 minutos, Isi mete en profundidad un balón sobre Álvaro García, este se planta más solo que la una ante Jan, se deshace de él con maestría y bate sin remisión nuestra portería. El árbitro inicialmente pitó fuera de juego, pero luego comprobó el VAR que su posición de salida, por un pelo, pero era correcta. 1-2, ver para creer, con todo lo que habíamos fallado previamente. Mi cabeza se puso a pensar inmediatamente en el Cholo, porque, esta vez sí, el fútbol estaba siendo muy injusto con él.

 

En plena vorágine de partido, Simeone quitó a Gallagher y Griezmann, y sacó a Pubill y a Ruggeri. Marc muy bien la verdad,  muy tranquilo y sabiendo lo que tenía que hacer en cada momento. El italiano también leyó muy bien el partido: había que rascar, y rascó. Como debe de ser.

 

Sin posibilidad de respiro alguno, un gran balón de Ruggeri al segundo palo, Simeone Junior lo remató, Batalla lo sacó sobre la línea de gol, pero bastante tuvo con eso, ya que no logró atajar el mismo, a lo que Julián Álvarez aprovechó para poner el 2-2 en el marcador. El manicomio del Metropolitano ya estaba desatado por aquel entonces.

 

Minutos finales. Tan solo 2 de ellos más tarde, Giuliano falló el gol de su vida, tras una gran internada y asistencia de Raspadori, que el bueno de Simeone Junior remató, con el interior del pie, completamente solo, desde el área pequeña y sin portero, ¡Al larguero! Es que no me lo puedo creer …

 

Mientras tanto, Llorente seguía a lo suyo, desatado por la banda, poniendo centros y asistencias sin parar, en esta ocasión al propio Raspadori, cuyo remate se fue lamiendo el palo. ¿Se puede decir que el Lechugo ayer realizó su partido más completo con el Atleti? Yo diría que sí.

 

Y, a 1 minuto para el final del encuentro, la apoteosis, el éxtasis, tocamos el cielo de los cielos. Julián recibe sobre el área, se va acomodando la posición de remate sorteando contrarios, y lanza un zurdazo del copón bendito que se cuela por la escuadra de Batalla. El disfraz de Escándalo Forlán le sienta como un guante a la Araña.

 

Ya en el descuento, el Rayo lo intentó de nuevo, en un centro que se paseó por toda nuestra área sin que encontrase rematador en la figura del Chavarría ese, que andaba incomprensiblemente solo también. El corazón andaba recogiéndomelo en esos instantes de la garganta.

 

En el 96, de nuevo Simeone desperdicia otro nuevo uno contra uno que le dejó Nico ante Batalla, pero otra vez su remate salió excesivamente cruzado (el día que Giuliano le de por clavar alguno de todos estos chicharros que suele generar con su movilidad, velocidad y desmarque constante, igual saltamos al campo  todos a celebrar con él los goles, carallo). Y a este ritmo desenfrenado, al final el partido se acabó. Muchas veces nos suele dar la espalda, pero ayer, al final, no lo hizo. Justicia salvaje.


 

Árbitro. Hernández al Cuadrado.

No se dejen intoxicar por la basura mediática vikinga a estas alturas de la vida, que ya sabemos que el Sábado hay partido contra la escoria de Concha Espina. Ni  es expulsión lo de Koke (es fútbol), ni es lo de Llorente (también es fútbol). En relación al penalti sobre el propio Lechugo, yo tengo mis dudas (es curioso que algunas jugadas son tratadas a la velocidad de la luz, mientras otras se repiten hasta la saciedad, según qué intereses haya, obvio), pero es que hubo otro muchísimo más claro y diáfano sobre Nico, el cual el defensor rayista le coge del cuello y le tira al suelo impunemente, y que ni siquiera nadie se ha dignado en citar ni reseñar (mucho menos repetir imagen, claro).

 

Dentro de la puta mierda de arbitrajes VAR  que hay hoy en día, agradezco profundamente la existencia de alguien que trate todavía (son raza a extinguir, eso sí) este deporte como tal. Con sus choques, con sus momentos calientes, que esto también es fútbol, leñe, y no se quiera cargar un partido de fútbol a base de rojas sin sentido alguno, tal y como venimos padeciendo en la actualidad.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Dos nombres propios: Llorente está sencillamente descomunal y en un estado de forma pletórico, por un lado, y Julián, al fin, se pilló el rol de crack diferenciador que todos sabemos que es, consiguiendo su primer hat trick desde que está con nosotros, y es que es algo muy sencillo: si no se le priva de disputar de forma caprichosa en muchos encuentros 30 minutos por banda, tendrá muchas menos oportunidades de brindarnos tardes-noches así, téngalo claro. Es algo obvio y de cajón, máxime sabiendo que en los últimos instantes de los partidos estos se abren mucho más, el cansancio hace mella en todo el mundo y se crean muchos más espacios para que este tipo de situaciones se puedan producir, y este tipo de peloteros brille con su máximo esplendor. Y que recoja el guante quién corresponda, solo faltaba.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Sé que va por rachas, pero la negación de cara a puerta de Giuliano es a veces irritante. Luego todo lo suple por su forma de ser y de estar en el campo, pero, a nada que tenga esa frialdad de ejecución en los metros finales, se terminará de convertir en un idolazo total. Sigamos creyendo en él.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (-3 GRADOS).

Partido de obligado cumplimiento, a pesar de las circunstancias, la presión que llevábamos encima y cómo se nos puso el devenir del mismo. No me sean blandengues, háganme el favor.

 

Y el sábado, el partido frente a la más absoluta maldad concebida en este mundo. Sé que vamos a dar todos (jugadores, grada, técnico) todo lo que tengamos y más, sumando ese plus añadido de un poquito más si cabe que requieren los derbis. Pero hoy relajados todavía, que el Metropolitano, ayer, volvió por sus fueros …”¡¡¡¡¡ATLÉTICO FANS … HOOLIGANS!!!!!



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