Los más prácticos me dirán que estamos en octavos, sí, pero yo tardaré tiempo en olvidar el esperpento de ayer. Porque es difícil de olvidar que un equipo como el Atleti sea completamente incapaz de tirar una sola vez a puerta en jugada hilvanada (¡ja, qué chiste, jugada hilvanada, digo, ingenuo de mí ...!) durante 120 minutos. Es muy duro comprobar cómo un recién ascendido a 2ª es capaz de embotellarte en la segunda parte en tu área y merece, de hecho, con creces, que te elimine sin ningún pudor.
Da asco, rubor y naúseas comprobar cómo se pasean por el campo con la camiseta por la que tu darías la vida individuos como el tal Novo, el tal Paunovic, el tal Colsa, el tal Jorge, el tal Nano ... Es triste ver a Aguilera realizando jugadas dentro de nuestra área más propias de un desiquilibrado mental que de otra cosa. Ni un solo tiro a puerta, señores ... Ni uno. En 120 minutos. Ya se dice pronto, ¿Eh?
Es desquiciante hasta decir basta el comprobar que un equipo que se presupone está en la élite de la primera división española es incapaz de elevar un balón en un saque de falta o en cualquier saque de esquina. ¡No llegan al área! ¡Son como yo cuando tenía 8 años y me tocaba sacar un córner! Y así una, y otra, y otra, y otra vez ... Si fuese fulero y quisiese torturar a uno del Frente, tendría claro el castigo a seguir: no puede haber atlético que se precie y aguante estoicamente el observar más de 10 saques de esquina de nuestro equipo y compruebe impotente cómo no llegan ni siquiera al borde del área pequeña. Y lo más triste es que no exagero ni lo más mínimo. Todo lo que os cuento es la puñetera, cruda, triste y esquizofrénica verdad.
Él único consuelo que me queda, aparte de la clasificación en sí, es comprobar el excelente guardameta que es Leo Franco, el golazo y el partidazo que se marcó García Calvo, la solvencia y el criterio de nuestro mayor bastión ahora mismo, Pablo, el incansable trabajo a destajo del Pato Sosa, y la profesionalidad y el amor por unos colores de Salva, que a pesar de que no hizo un buen encuentro, sí que se marcó el tío los últimos minutos del partido y toda la prórroga jugando completamente cojo. Sin abandonar a su equipo. Sin rehuir ni un solo choque, ni un solo salto ... A un jugador así, qué más se le puede pedir, máxime visto como "acompañaban" el resto de sus compañeros ayer.
Menos mal que de aquí a Enero ya no se vuelve a jugar la Copa, porque es tal el grado de indignación y de mosqueo que tengo, que si fuese la semana que viene el siguiente partido de dicha Competición, es para pensarse muy mucho el por qué de nuestra presencia en dicha eliminatoria. Y no es culpa del entrenador. Es que no hay más cera que la que arde. Así de triste es el tema. El equipo que salió ayer es una banda de fracasados acomplejados (salvo los que he mencionado en el lado positivo) que no merecerían vestir la rojiblanca ni un minuto más. Pero como llueve sobre mojado, y como el amor por los colores y por la Institución está por encima de la rabia y el asqueo que me produjo "lo" de ayer, probablemente en Enero ya habré olvidado el lamentable espectáculo que ofrecimos durante el cual hasta logró que me avergonzara que se llamara Atlético de Madrid esos que vestían ayer de camiseta azul con un escudo rojiblanco que representa tanto para tanta gente como yo.
-- Un saludo.
Tomi. Frente Atlético. Sección Baramba.
SI EL ATLETI LO ES TODO, TODO ESTÁ JUSTIFICADO.
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