Pero, y he aquí lo complicado de la cuestión, como buen Atlético que soy, me gusta complicarme la vida en exceso, y, ahora que podría empezar a funcionar mi existencia, empiezo a plantearme serias cuestiones sobre mis tendencias sexuales finales. Toda la culpa la tiene un mozalbete desgarbado, más bien pequeñajo, guapillo, y que me tiene el seso completamente absorbido. No lo puedo evitar. Es tal el éxtasis que me producen sus desmarques, su velocidad, sus regates imposibles, su juego de cabeza, que empiezo a pensar seriamente que es el hombre de mi vida. Pero, y sobre todo, cuando coge un balón en el centro del campo tras aprovechar un pase de Maxi, se monta (aayyyyy, qué salido estoyyy) una contra espectacular, se marcha en velocidad de Corrales dejándole como si se tratase de una tortuga embarazada y con reuma, y, cuando encara al neoquemacontenedores de Ricardo se la clava (aaaayyyy, otra vez noooo) por toda la escuadra, es que no lo puedo evitar. Mi éxtasis (esas rulas, coño) es total. El orgasmo es sencillamente, inevitable. El placer, francamente impagable.
Por cierto, os planteo un concurso. Entre la terna del neoquemacontenedores del Ricardín, el tontaina del César y el esquizofrénico del Palop, ¿A cuál enterraríais vivo antes? Yo, de momento, y hasta que lo decido, me he puesto ya pala en mano en la construcción del hoyo, porque quiero que sea muyyyyy profundooo.
A ver, que me pierdo. No sé qué haré al final. Igual decido depilarme todo el cuerpo, comprarme una minifaldita a cuadros (rojiblanca, of course), ir a una clínica de esas de dermoestética, decir que a ver si pueden con la materia prima que hay en mi barriga desplazarla de forma ordenada para poseer unos buenos senos (por falta de material no creo que se fueran a quejar), ponerme una camisita desabrochadita con una corbatita roja, comprarme unas trenzas postizas, pintarme los labios de rojiblanco e ir a la salida de los entrenamientos, braguitas en mano, a gritar como un poseso mi amor por el Kun. No creo que ninguna mujer logre darme más placer que él.
Si encima resulta que está acompañado por un equipo sobrio en defensa, espléndido en el centro del campo y con unas bandas desequilibrantes, ni te cuento. Porque a este Atleti da gusto verle jugar, señores. Es un equipo ordenado, que demuestra que la paciencia no debe de estar jamás reñida con la velocidad en sus acciones, que crea multitud de ocasiones de gol (el gran Forlán, otro que está como un queso, Maxi, mi Kun, Eller, ayer Osasuna se pudo llevar un saco), y que cuenta con un centrocampista que, como vengo diciendo desde que se consumó su fichaje, puede sustituir el rol que el Cholo tuvo en su día en el Atleti. Estoy hablando del espléndido Raúl García.
Y así da gusto ir al fútbol, disfrutar de una tarde domingo con tus colegas, unos gin-tonics, unas birritas y, por supuesto, el Kun. No ruedes una porno, macho, o no respondo.
¿Osasuna? Pues intentó jugar al fútbol, que no es poco, pero nos hizo muy poquito daño. Echan mucho de menos a Raúl García, aunque creo que Javi García crecerá y hará crecer al equipo rojillo. Tiene madera el chaval. Lo que pasa es que el Atleti de hoy en día es un equipo solidario, valiente, que tiene fe en lo que hace y que lo realiza muy bien, aparte de que empieza a dar sensación de equipo de verdad. Y esa sensación hacía mucho tiempo que, de verdad, no la sentía viendo al Atleti. Ya resolveré yo mis tendencias sexuales, pero, por favor, que esto no sea flor de un día. Resulta sencillamente impagable.
EL CRACK DEL PARTIDO: Raúl García. A pesar de jugar de mediocentro defensivo, el tío sigue demostrando que a media distancia (y ya no tan media, que ayer tiró desde Tajonar lo menos en su golazo) es sencillamente letal. Protege como nadie el balón, siempre lo intenta sacar con sentido, tiene carácter y no se arruga ni ante el monstruo del Lago Ness si se le apareciese. Lo dije en su día y lo mantengo: marcará una época en el Atleti.
ÁRBITRO: Ramírez Domínguez. Otro que está apuntado en el extraño Club de Inútiles Sin Fronteras encargados de masacrar al Kun con absurdas faltas y en permitir que le hagan absolutamente de todo, como por ejemplo el penalti que se comió ayer en el comienzo de la segunda parte, sencillamente clamoroso. ¡El Kun es solo mío, miserables!
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (-1). No le quiero subir todavía la temperatura. Se está en el buen camino, pinta bien la cosa, pero aún me tienen que demostrar mucho más. De siempre hemos tenido una asignatura pendiente (bueno, una no, mogollón, pero bueno), que es la regularidad. Ahora han entrado en una interesante dinámica, pero hay que confirmarlo. Yo ya no me fío ni de mi sombra. De hecho, sigo dudando de mis tendencias sexuales, osea que ...
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Un saludo.
Tomi. Grupo 51.
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Colores rojos y blancos lucen en nuestra bandera, no hay oro para comprarlos ni sangre para vencerla !