Atleti 4 - Barsapasta 2. Rechace imitaciones.

¡Han vuelto! ¡Ya están aquí! ¡Los auténticos y genuinos partidos made in Atleti-Barsa! ¡Si! Ya saben: goles a raudales, alternativas en el marcador, remontadas, emoción, ambientazo por todo lo alto … Se acabaron los tiempos de goleadas humillantes o de sosainas a más no poder empates intranscendentes.

Y eso que el partido del pasado sábado pintaba como el del año pasado para nuestros intereses. Primera media hora imperial por parte de los blaugranas, decididos a por el partido frente a un Atleti timorato, escondido, acojonado y encerrado en su propia depresión, sin apenas presionar y dejándose llevar a su suerte. Un Valladolid de la vida cualquiera, vamos … El gol, por lo tanto, era una simple cuestión de tiempo para el Barcelona, como así fue, en un fenomenal pase de Xavi que Ronaldinho remató con una espectacular chilena. Un golazo como la copa de un pino que el Calderón supo reconocer en su justa medida aplaudiendo el tanto, que ponía la justicia en el marcador, visto lo que se estaba presenciando. Francamente, la superioridad blaugrana en esta primera media hora fue sencillamente aplastante, circulando el balón a una velocidad de vértigo mientras los nuestros lo veían como si de un OVNI se tratase. No sabían ni por donde les entraban.

Pero, mírese usted por donde, tenemos un chavalito bajito y rebelde que no quiso someterse al guión que querían hacer los chicos de Raiki, y que empezó a hacer de las suyas, logrando y colaborando decisivamente en la remontada en el marcador antes del descanso. Primero, realizó un amague soberbio a un tal Milito, lo dejó destrozado en el suelo, remató a puerta y, al fin, por un día, la fortuna nos sonrió, rebotó el balón en Puyol y se envenenó de tal forma que hizo imposible la estirada de Víctor Valdés. Logramos el empate de la nada, cierto, pero el fútbol es muchas veces un estado emocional, y el nuestro cambió por completo a partir de esta acción. El Calderón se volcó, y en el minuto 41, genial pase del Kun hacia Maxi, y este bate cruzando el balón ante Valdés, que yo pienso que esperaba que el Boss le rematase al primer palo, y consiguió darle la vuelta a la tortilla y poner el Manzanares patas arriba. 2-1 al descanso, injusto, no me cabe ninguna duda, pero el fútbol no entiende leyes, entiende de chicharros.

En la segunda parte, sin embargo, ya todo cambió. El Atleti se quitó ese ridículo corsé con el que salió maniatado en el primer periodo, y fue el gran Atleti de sus mejores tiempos, jugando al contragolpe al más puro estilo de la época de Don Marcel Domingo, presionando, ahora sí, bien arriba al Barsa (en la primera parte es que no se presionó, directamente) y aprovechando la velocidad y versatilidad de nuestros puntas, el encuentro solo tuvo un color: el rojiblanco. Así, pesadilla Kun fue objeto de un claro penalti de Puyol que Escándalo Forlán convirtió en el 3-1 que daba la tranquilidad, dentro de que todo el mundo sabe que esa palabra no existe jamás en el diccionario de cualquier buen atlético que se precie.

Poco después, la jugada de la noche, o de la temporada, o de la liga, como más prefiráis. Balón que lucha Agüero, destroza a Milito (una vez más), burla a Puyol, se acerca al área y coloca el balón con una precisión majestuosa hacia el palo izquierdo de la portería defendida por Valdés. La rosca que le mete en el tanto y el sutil toque de balón del argentino representa, sencillamente, lo que es el Kun, un auténtico privilegiado, un fenómeno de fenómenos. 4-1, y la fiesta fue por todo lo alto.

Pero el Barsa siempre es el Barsa, y Etoo puso el 4-2 en el marcador. Daba igual, el partido, esta vez sí, estaba ganado. Estaba ganado porque el Sr. Aguirre, al fin, se decidió a poner a un equipo en condiciones. A jugar con un auténtico lateral izquierdo como Antonio López, con los dos mejores centrales que tenemos, hoy por hoy, y con un lateral derecho que, al menos, sabe defender, como es Valera. Estaba ganado porque el centro del campo estaba mucho mejor organizado que otras veces, en el que cabe destacar el debut de Camacho, que con 17 tacos demostró que si un argentino puede jugar en la primera división española con esa edad (casos como Banega, Higuaín, el propio Kun, Gago, etc.), un español también lo puede hacer. Hay que ir poco a poco con él, pero demostró ser diez mil veces más jugador que Cléber Santana dormido, vamos. Y claro, este chaval le vino de cine a nuestro mariscal Raúl García. Del pamplonica nunca se puede comentar nada, porque siempre está bien. Es toda una garantía. También se notó mucho la reaparición de Simao, que hizo con Zambrotta lo que quiso, y que, probablemente, sea el jugador con más calidad técnica de toda la plantilla. Y adelante, pues qué quieren que les diga … Seguramente, la mejor pareja atacante del mundo, no tengo la más mínima duda al respecto.

Así las cosas, pues, y por un momento, el pasado sábado me volví a sentir grande, me volví a sentir importante. Las cosas fueron como siempre habían sido: el Atleti afianzándose en el pelotón de cabeza, otro Atleti-Barsa como debe de ser siempre un Atleti-Barsa, el Madrid robando miserablemente … Esperemos que todo siga como debe de seguir. Por cierto, mis recuerdos, señor del Nido. Míos, por un lado, y de mi gran amigo Dirty, genuino socio del Depor, por otro. El descojone que nos pasamos juntos al terminar el encuentro cuando me llamó para comentar ambos-dos encuentros, todavía retumba en el Calderón, por un lado, y en Riazor, por otro. No se muera usted nunca, hombre. Ese momento, gracias a su vertido de mierda, fue sencillamente impagable.

EL CRACK DEL PARTIDO: Sobran más comentarios, Kun Agüero. Para mí, hoy por hoy, lleva camino de convertirse en el jugador más desequilibrante del mundo. Y encima ha adquirido un espíritu de lucha que, mezclado con la calidad que tiene el argentino, hacen de él un jugador sencillamente entusiasmante. Ya lo he dicho en más de una ocasión: somos unos privilegiados los socios del Atleti por contar con él en nuestras filas. Un tal Puyol y un tal Milito les pueden dar todas las referencias que necesiten, no lo duden un instante.

LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: Pues, probablemente, la escasa asistencia a la manifestación que había convocada a las 19 h. en la puerta 0 para protestar en contra del árbol frutal y del paréntesis abierto. Yo no pude ir porque en esos momentos apareció mi amigo de Talavera que es del Barsa (¿Qué pacha, Puma?) y lo suyo era de ejercer de anfitrión como Dios manda y charlar un rato con él, pero mandé para allá a tres miembros del Grupo 51 (Capo, Miguelito y Nacho) y la respuesta fue de apenas 50 personas. En fin, esos barros traen estos lodazales. Y si alguien duda de la anormalidad en grado sumun que padece el Sr. Cerezo, no tiene más ver las imágenes que dieron ayer en el Plus, saludando y mandando besos al Frente Atlético cuando éstos le gritaron eso de “Cerezo, cabrón, fuera del Calderón”, a la par que nos decía un cariñoso “que os den por culo”. A ti es que al van a dar culo, chorizo de mierda. Ese es el respeto que muestra este hombre por su afición. Mandarnos a tomar por culo y ponerse la camiseta del Madrid. Jamás he visto un personaje tan patético en toda mi existencia, lo juro.

ÁRBITRO: Fernández Borbalán. Perfecto. Yo no tengo nada que reprocharle. El penalti de Puyol, sencillamente incontestable.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+3 grados). Evidentemente, este sí que es un partido para subirle tres grados, que no sino aquí el personal me lincha. Era un encuentro que, para mi, era un auténtico punto de inflexión para saber si podíamos tener todavía esperanzas de algo o ya nos sumábamos a hibernar tranquilamente. De momento, guarden sus relajantes, señores. Parece (y digo parece) que no hemos dicho todavía nuestra última palabra.