ATLETI 1 - LIVERPOOL 1. PRIVILEGIADOS.

Lo reconozco. En mi vida he salido tan contento de mi campo tras presenciar un encuentro en el que mi equipo no ganó. Porque lo que ayer viví fue una auténtica fiesta del fútbol, sin más. Y eso que, deportivamente, entre Liverpool y Atleti, hoy en día, existen muchísimas diferencias.

Los ingleses son un equipo tácticamente perfectos. La primera parte de ellos fue una auténtica exhibición de poder, tanto físico como mental. Era un auténtico espectáculo ver cómo tienen todo estudiado hasta el más mínimo detalle. Cómo se apoyan en las jugadas de ataque, cómo realizan la presión, cómo están colocados en el campo, cómo y a qué velocidad manejan el esférico, los movimientos de sus desmarques ... Una gente que te da la impresión de que en los entrenamientos hacen algo más que jugar al futboley o al que te pillo. Un equipo, en definitiva, formidablemente trabajado tácticamente. Fútbol en estado puro.

Enfrente, nosotros. La anarquía por antonomasia. El uno que hace un amago de presionar. El otro que recula. El de allá, mientras, contempla. Lentitud, parsimonia, exasperación, impotencia. Estos son los del “que te pillo”.

Sinceramente, el 0-1, aunque fuese en fuera de juego, fue completamente injusto. En concepto del fútbol como juego colectivo, son siderales los ingleses con respecto al Atleti. Pero el fútbol no es solo eso, y quizás Benítez, en determinados momentos, encorsete en exceso el talento que tiene. Nosotros no. Es lo que tiene ser una banda. Que aunque lo seamos, si tenemos jugadores con talento, este suele brillar con luz propia.

En la segunda parte así fue. Solo la presencia del Kun sirvió para fijar a toda la defensa Liverpool. Y en esto del fútbol el corazón, la garra y el amor propio también cuentan. Y eso sí que lo tuvieron los míos en este periodo. De hecho, en los primeros 15 minutos les embotellamos y pudimos darle la vuelta al marcador.

Claro que, el fútbol también son árbitros. Y hasta linieres. Los de ayer se cubrieron de gloria. El gol de Keane es ilegal. Luego les anulan otro legal al Benayoum ese. El que anulan a Maniche roza la psicodelia más absoluta.

Asímismo, el fútbol también es ambición. El Liverpool quiso controlar el juego en este segundo periodo, en algunos momentos nos bailó tocando el balón, Benítez retiró del terreno de juego a Xabi Alonso y al mejor jugador del mundo que hay en estos momentos, capitán de capitanes, el gran Gerrard. El Calderón demostró su sapiencia futbolística dándole al inglés una estruendosa ovación. No podía ser de otra forma. Pero el Atleti lo aprovechó.

Porque el fútbol también son individualidades. Y, eso sí, el Atleti las tiene. Y el Liverpool con Reina, que hizo 2 paradones antológicos. Nosotros tenemos a Forlán, que va recuperando la forma poco a poco, bajando un balón imposible y cediéndoselo a un desmarcado Simao, que de disparo dirigido con precisión suiza, hizo que al fin batiese al gran guardameta español.

Al final, fiesta total en unas gradas completamente hermanadas, dándole al final el merecido homenaje que se merece Fernando Torres. Todo el estadio, puesto en pie, coreando su nombre. Los ingleses con su cántico. Nosotros con el nuestro. Y, al final, intercambio de cánticos. Ellos se aprendieron el nuestro, y nosotros el suyo.

Ayer fue un día en el que descubrí que el fútbol, independientemente del resultado, es, sencillamente, maravilloso. No puede haber algo más bonito en esta vida que estar en un bar, abrazado a unos tipos a los que no entiendes apenas y no has visto en tu puñetera vida, cantando completamente abrazados los unos a los otros el You’ll Never Walk Alone o nuestro glorioso himno. Y esto no es más que el aperitivo de Anfield. Os juro que estuve tentado de pirarme ya con ellos para allá ayer mismo.

EL CRACK DEL PARTIDO: Simao, que está tirando del carro en estos momentos tan difíciles por parte nuestra, y del Liverpool, Benítez. Da gusto ver a un equipo que cuida tanto todo y que está tan sumamente depurado. Ayer se le escapó la victoria porque, a veces, el talento de las individualidades es muy difícil de defender, pero estoy plenamente convencido de que terminará consiguiendo su objetivo para que el Liverpool logre por fin alzarse con la Premier. A mi me han ganado ya para la causa. Reconozco que tenía mucha simpatía por ellos, acrecentada por la presencia de Fernando Torres allí. Pero ayer, después de lo que viví en el campo y el post-partido, cuentan con un red más en sus filas.

LA DECEPCIÓN DEL PARTIDO: Aguirre. Debería de caérsele la cara de vergüenza decir que comparte profesión con Rafa Benítez. Es otra historia, son otro mundo. El día y la noche. El azúcar y la sal. El profesional y el cuentacuentos.

ÁRBITRO: A mi me gustó cómo llevó el partido. Una pena que sus linieres fuesen sencillamente desastrosos, empañándole su para mi excelente labor.

4 de Noviembre. Es la cita. Un día para la historia. Un día que quedará grabado en mi corazón rojiblanco en letras de Oro puro. Porque por primera vez en mi vida pienso ir a un partido a disfrutar y a divertirme, por encima de lo que pase en el terreno de juego. Lo dicho, soy un privilegiado.

atl - liv