Sin lugar a dudas, el partido que más sufrí de toda la temporada. A veces le da a uno por pensar y decir: “joder, ¿No es mejor estar en medio de la clasificación, tranquilamente, a tu bola, y no tener que padecer tanto con esto del fútbol? Porque si estás abajo, porque estás abajo, y si estás arriba, porque estás arriba, esto es un sinvivir, oigan” … ¿Y qué? Joder … Bendito sufrimiento, ¿Qué no?
Hubo que roer el partido del pasado sábado. El equipo salió en plenos festejos de la cena de Navidad y dejaron solo a Ivanschitz que, ante también la salida erótico-navideña de Courtois, hizo que a los 59 segundos se adelantase en el marcador.
El Atleti se quedó noqueado tras encajar otro tanto, y una mano prodigiosa de Courtois evitó el 0-2 tras un remate a bocajarro del retrasado del Barral (vikingo y entrenado por Caparrós, cumple con todos los condicionamientos, efectivamente).
Afortunadamente, el Atleti se pegó una ducha virtual, y se le fue quitando la caraja festiva-navideña que tenía encima, hasta lograr embotellar al Levante dentro de su área. Así, Godín (que cada día me gusta más y no solamente en defensa) roba el balón en el centro del campo y sube con decisión, como diciendo. “esto lo voy a arreglar yo ahora mismo, por mis santos cojones”. Juanfran le metió el centro y el uruguayo remató de forma extraordinaria al fondo de la portería defendida por Navas. Empate de fuerza, de coraje, de corazón. Cada día soy más fan de Godín. Qué golazo el suyo, la hostia …
Sin embargo, el Levante seguía asustando, y en el ambiente estaba que este encuentro no se encontraba decidido ni muchísimo menos. De nuevo Barral puso el susto en el personal colchonero, pero ya en el comienzo de la segunda parte, Gabi puso un balón al segundo palo que fue rematado de volea de forma inapelable por Diego Costa. Otro golazo como el Calderón de grande. Lo más difícil estaba hecho, o eso parecía. Remontada habemus.
Porque, sorprendentemente, en un balón absurdamente perdido por Koke (se le perdona eso y más al chaval) hizo que Pedro Ríos realizase la cabalgada de su vida, recorriéndose todo el Calderón sin que ni Dios lograse cazarle, y consiguió batir a Courtois de ajustado disparo al comienzo de su salida. Para qué negarlo, otro señor golazo como la copa de un pino. Empate que ponía la angustia y la desazón en el que esto escribe, hasta que Juanfran, realizó una internada dentro del área, Rubén calculó mal su despeje y atizó a nuestro bronceado lateral cometiendo penalti sobre el mismo. Lo lanzó Diego Costa tan mal, que logró su objetivo de que entrase en la portería, ya que ni el propio Taylor Navas se lo esperaba. Otro que con los putos penaltis me hace sufrir en exceso.
Al final, padeciendo como si hubiese estado escuchando durante 4 h. los grandes éxitos de Dyango sin parar, tuve la misma sensación con los córners del Levante, pero acabamos el año en donde queríamos, en lo más alto. Ya saben lo que siempre les digo a todos: no hay pasión sin gloria, no hay gloria sin sufrimiento.
EL CRACK DEL PARTIDO: Reparto por igual entre Diego Costa y Godín. Del Levante me gustó mucho cómo impregna a sus equipos el Sr. Caparrós, tanto en lo bueno como en lo malo. Son caramelos pegajosos los pibes.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Koke no tuvo su día, como tampoco Villa. Al canterano se le perdona todo, y al Guaje, hay que seguir dándole tiempo. Mi fe en él es infinita, por mucho que los nerviosos de siempre busquen movidas en donde no las hay. Pesadez de talibanes, oyes.
ÁRBITRO: González al cuadrado. El concepto “mano de jugador del Levante” como que no lo tiene muy claro, ya que se comió un penalti de libro a nuestro favor en la primera parte y otro casi al borde del área en el segundo periodo. La expulsión de “JuJuJuJuanfran” se la sacó también de la manga. Arbitraje calamitoso, aunque, al menos, acertó en el penalti que nos pitaron a favor.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 24 GRADOS).
Lo dejo como está. Partido de obligado cumplimiento, por supuesto.
Y ya, hasta el año que viene, no hay fútbol. El 2013 ha sido imponente, pero lo mejor es que las expectativas para el 2014 aparecen intactas y francamente esperanzadoras. Descansemos, porque nos esperan unos meses sencillamente apasionantes. Muchas emociones por vivir, alguna lágrima por derramar. Tenemos que seguir viviendo todos este equipo día a día como si fuese el último de nuestra existencia. Los Atléticos no sabemos hacerlo de otro modo. Ohhh, yo te quiero, sentimiento, no puedo pararrrr …. ¡FELIZ ROJIBLANCA NAVIDAD A TODOS, Y PRÓSPERO 2014!