20 de diciembre de 2023

Atleti 3 - Getafe 3. Día de Valientes.

 

Valiente Getafe.

Menudo partidazo se marcaron ayer los azulones. No cambiaron su registro desde el minuto 1 hasta el 90 (bueno, hasta que el malnacido del árbitro quiso). Presión agobiante, línea defensiva muy adelantada, dominaron machaconamente, y probablemente, el único momento de debilidad en su juego fue cuando curiosamente se quedaron con superioridad numérica hasta el final de la primera parte, producto de lo cual conseguimos nuestro primer tanto. Fueron un continúo y constante martillo pilón golpeando sin cesar sobre nuestra portería, con especial mención a Greenwood, una pesadilla constante. Ya había oído hablar de él, pero ayer lo sufrimos en nuestras propias carnes. Velocidad endiablada, descaro, dinamita pura en sus latigazos que suelta. Es todo un diamante por pulir, cierto es (menos mal que lo de dar el último pase, de momento, no es lo suyo .. menos mal), pero en manos del Papi Bordalás (¿Quién coño dice que este menda es defensivo, por Dios Santo?) tiene un futuro demoledor si sigue bajo su tutelaje.

 

Cuando se pusieron 3-1 por detrás en el marcador, ya en la segunda parte, cualquier otro equipo se hubiese, probablemente, dejado llevar a su suerte, pero ellos no variaron ni un ápice su intención de juego. No sé si siempre jugarán así o que (frase favorita de mi hermano cuando un rival nos mete un buen meneo), pero, desde luego, me pareció el mejor equipo que ha pasado por el Metropolitano, en bastante tiempo. Un diez para ellos, pues.

 

Valiente Atleti.

Porque tiene mucho mérito, frente a un rival que nos desgastó tanto como ayer nos hizo currar el Geta, jugando casi 70 minutos nada más y nada menos que en inferioridad numérica, estando metidos en CHL como primeros de Grupo y demás (con el desgaste que llevamos ya encima), haber tenido los santos cojones de, ya estando así, adelantarnos en el marcador, reaccionando con coraje y corazón, a dicha situación (una injusticia como otra cualquiera, aunque de eso hablaremos más adelante), voltear el tema al borde del descanso, con el tanto de Diosito tras asistencia de Roro, volvernos a levantar, a pesar del empate visitante obra de cualquiera de esos cervatillos del orto con que les gusta castigarnos los periolistos en cualquier momento de nuestra existencia y bajo cualquier circunstancia, voltear la situación de nuevo gracias a la buena acción individual de Llorente e impecable remate posterior de Don Álvaro (clink, clink, caja para el menda lerenda, su cambio, gracias), y aún poner más tierra de por medio, con otro nuevo tanto de Grizzi, esta vez de penalti.

 

Es frustrante, cierto, que en el minuto 86 vayas ganado 3-1 y te empaten al final el partido. Correcto. A mi el plan este que utiliza el Cholo de encular al equipo dentro del área y no moverlo de ahí, no me hace ninguna gracia. Pero es que nunca me la ha hecho, ni nunca me la hará. Muchas veces nos suena la flauta y sacamos el tema adelante. Pero ayer era demasié para el body, y no, no tocó (y yo diría que hasta gracias y todo, que doy por bueno el punto, tras lo visto, no deja de ser un punto que suma, y no, no he bebido hoy todavía).

 

Y hubo muchos defectos tácticos en el equipo (no entendí qué coño pinta Lino de media punta, cuando Riquelme ha jugado toda su vida ahí, por ejemplo). Tampoco entendí el coladero constante y continuo que padecimos en nuestro flanco izquierdo (y no me reprochen nada a Hermoso ayer, por favor, hizo un partido descomunal, se multiplicó por todas partes, realizó cortes inverosímiles, asumió riesgos brutales en despejes más que comprometidos que se podían haber convertido en la humillación de gol en propia meta, miren que voy a sentir su marcha, carallo). Pero bueno, al menos, los nuestros, como ya os he indicado, dignificaron nuestro Escudo con los valores mínimos e imprescindibles que debe de tener cualquier tipo que porte la rojiblanca. El Cholo, por su parte, también corrigió algún que otro desajuste propio. Y a mi, con todo eso, ya me vale.

 

Valiente Partidazo.

A quién más, quién menos, se nos llena siempre la boca comparando la Premier con la Liga (y conste, yo soy el líder de esa campaña, se siente), pero, sinceramente, lo de ayer me pareció que no tuvo absolutamente nada que envidiar a dicha competición: goles a go-gó, emoción, espectáculo, dos equipos explotando al máximo sus virtudes, fantástico ambiente ... No creo que a nadie que le guste este deporte, sea del equipo que sea, se aburriese ni un ápice de lo contempló en el Metropolitano. Y también brindo por esto, qué carajo, porque, cuando unos superen el mal trago de la fantástica ocasión perdida, por un lado, y otros encajemos mejor el disgusto de que nos empataran un encuentro que teníamos dominado con ventaja de dos goles faltando 4 minutos, por otro, antes nos daremos cuenta de lo que disfrutamos ayer en realidad, que no fue otra que esta: un partidazo de fútbol, así … PARTIDAZO.

 

Valiente Afición.

Y sin matracas, por si las dudas. Hay que tener mucha ilusión, derrochar sentimiento por los cuatro costados, desafiando horarios, atascos, incomodidades en forma de deleznables transportes públicos que cuando indican que se refuerzan no sé a muy bien se refieren en realidad (lo único que sale reforzado es el caos que me monta allí), temperatura atmosférica y demás cosas que se me puedan ocurrir, y que ya me callo, para ir en dichas condiciones para ir a ver el partido de ayer. Así es que no debo ni puedo más que aplaudir a todos los presentes, darles las gracias por la fantástica animación (que fue buena, pero de verdad, por cierto), y que sigan así, porque ellos, y solo ellos, son los que mantienen, han mantenido y mantendrán, siempre la pasión prohibida de este Club en lo más alto que nos podamos imaginar. Y sin ellos, el resto, sencillamente, no somos nada. Meros comparsas, a lo sumo.

 

Valiente HDP.

Lo del Munuera ayer no tiene nombre (o sí, qué ya está bien de callarse uno todo). Fue una persecución implacable, con un solo objetivo final: nuestra masacre. Desde la primera amarilla a Savic, por una acción que no fue ni falta (en la segunda, nada que objetar, salvo la capacidad mental y física de nuestro propio jugador, pero ese es otro asunto), hasta permitir todo tipo de acciones violentas visitantes ante su mirada contemplativa, como el que anda en un mirador de un puerto, viendo las olas del mar, como por ejemplo poco antes de la segunda amarilla al montenegrino, no haber expulsado a Jaime Mata (valiente garrulo, ya puestos a opinar y llamar las “cosas” por su nombre también) en un salvaje pisotón que hizo sobre De Paul, el cual se quedó revolviéndose en el suelo, y el trencilla, es que ni mostró preocupación alguna siquiera por su estado de salud. Ver, oír, mugir y pastar.

 

Para colmo de males, estuvo fielmente escoltado por un linier obsesivo-compulsivo, que levantaba el banderín de forma irritante ante cualquier intento de avance nuestro durante todo lo que duró el partido, duración la cual, por cierto, a su vez, se encargó el malnacido del colegiado de alargar hasta el infinito y más allá. Imagino que al final, cuando llevaba ya casi de alargue de 14 minutos, viendo que el Atleti empezaba a rondar de medio el medio campo de los getafenses, de nuevo, debió de pensar algo así como “Bah. Ya les he jodido bastante, lo corto ya, no sea que estos al final me la líen de nuevo” … Y así, cuando al señor ya contempló 10 cadáveres rojiblancos a su espalda, extenuados de todo el trabajo realizado, se fue tan orgulloso y campante con esa malévola sonrisa que solo le queda a la gentuza cuando ha cumplido su misión de haber extorsionado, robado y desquiciado todo lo que ha podido así que, enhorabuena, Campeón. No te tienes que morir nunca: TE TENEMOS QUE MATAR.

 

Valiente Griezman vs. Valiente Don Luis Aragonés.

Antes de acostarme, leí a mi Hermano Don Rubio decir en el estado de su móvil algo así como … “Nadie escribió la historia con números”. Me impactó la frase, lo reconozco, y, aunque entiendo por dónde va, no deja de tener razón en la misma. Admiro a Griezmann profundamente. Me parece el jugador más completo que hay ahora mismo sobre un terreno de juego en el mundo entero, y le agradezco los huevos e ilusión que le ha echado por hacer historia aquí, con nosotros. Y que ande tranquilo, ya lo ha conseguido, y volteando una situación solo para elegidos, que los Atléticos no somos fáciles de reconquistar (y el Señor Don Rubén es el mejor ejemplo de lo que digo, y conozco a un buen puñado más, añado).

Dicho esto, quién se piense que por superar a Don Luis Aragonés en sus goles (que lo va a lograr, y, ojalá, con creces), va a desplazar, igualar o siquiera rozar el pódium dentro de nuestro corazón que ocupa el Sabio de Hortaleza, o la importancia que tiene dentro del status y de los valores que nos inculcó Luis en nuestra Historia, o bien no se ha enterado de nada, o sigue sin enterarse, o, directamente, no es del Club Atlético de Madrid. Porque Luis Aragonés es precisamente eso … Atleti, en su más puro estado. En todo, por todo y por encima de todo. Y eso, evidentemente, es sencillamente tan incontestable, como inabordable, probablemente, absolutamente por nadie. O, al menos, por nadie mientras yo viva.


EL CRACK DEL PARTIDO:

Mis tres cachorros favoritos: Izan, Adrián y Rubén. Todo lo que he escrito en el apartado de la crónica “Valiente Afición”, va enteramente por ellos (del papuchi ya hablaremos otro día, que me tiene “contento” con la obsesión que le ha dado ahora con mi año de nacimiento y lo que ello conlleva sobre mi persona, Diosss). Y hasta con dos de ellos he tenido ya la inmensa suerte de haber realizado un desplazamiento y todo. No lo intenten superar, siquiera igualar tampoco.


LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

No sé de que estoy más harto, de las expulsiones de Savic o de las lesiones de Giménez. Lo único que, entiendo que lo del segundo, el pibe, por más que lo intente, no lo puede evitar. Sin embargo, lo del primero, sí que se puede hacer … O igual no. Depende del estado en que ande su única neurona. Eso sí, luego se hace una foto en plan malote con cualquiera de la plantilla, y a todos se nos hace el culo Pepsi-cola con ello. Ciertamente, tampoco nos libramos de ser, en determinadas circunstancias, una afición de pandereta como otra cualquiera.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (15 GRADOS).

 

Tras mi incalificable cabreo el día del Athletic (empezando por el tema de la equipación con la que salimos al terreno de juego en fecha tan señalada, y acabando por el esquizofrénico espectáculo realizado), bajo 3 grados por la derrota, y dos grados más por el bochorno añadido. ¿Lo de ayer? Ni frío ni caliente, entiéndame la gente. Lo dejo estar. Tengo argumentos tanto para subir como para hundirles en la miseria, y eso a mi gente no se lo hago, así que lo dicho.


Que no se olvide, qué diablos. Otro buen gol de Don Álvaro.

 Y el próximo sábado, despedimos el año futbolístico, y se nos va a ir sabiendo si, aún podemos hacer algo en Liga (teniendo en cuenta el enfrentamiento directo que tenemos en breve también frente al Girona, claro está) o, por el contrario, la muchachada va a tener que ponerse el mono de faena para intentar asaltar otros objetivos finales. Yo no me rindo (aún), así que, tu menos, ¿Vale?  … 


“NO PASA NADA, RORO” …


14 de diciembre de 2023

Atlético 2 - Merda Laziale 0. El saco de Roma (by Don Pablo Mármol).

 El mago de la pluma (aka Gandulf) está volviendo todavía del Estadio Nuevo Metropolitano. De tal manera, aquí me veo nuevamente solo, ante el peligro y con una página en blanco que tengo que completar. Y no sé muy bien qué contarles hoy, la verdad (el título de la crónica es una trampa para engancharles, discúlpenme); pero vamos a intentarlo y a ver qué sacamos. Como les digo siempre, yo me pondría a perder el tiempo en otra cosa. Si hay algún culpable, ese es únicamente el Dueño.

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La Champions League, en líneas generales, es una competición asquerosa. Me da, como ya saben ustedes, infinita pereza. Sabedor que nunca vamos a ganar este trozo de metal, aburrido de ver casi siempre a los mismos equipos (este año ha molado un poco más), la fase de grupos, en casa, la enfoco como un día de reunión con los Camaradas para hacer un poco más llevadera la semana, aunque termine siendo contraproducente y realmente se convierte en una noche durilla que nos hace llegar renqueantes, si no dolientes, al fin de semana. Ojo, que tampoco veo mucho más, que no es poco, en los cruces.

La Champions League esa, una especie de Concierto de Año Nuevo, viene a ser un espectáculo al que sólo puede asistir la clase privilegiada, unos comparsas para hacer que haya más partidos (pasta) y el Charlie Bucket de cada año. El ganador será uno de los equipos con más poder económico, los comparsas competiremos lo que podamos (o nos dejen) para sacar el máximo dinero posible y el premiado asistirá con ojos extasiados al evento.

Observo con asombro y cierta pena cómo mucho seguidor Atlético desprecia la Europa League (con lo felices que nos hizo). Un torneo menor, dicen. Con todos mis respetos es un pedazo de torneo, en el que sólo se gana mucha menos pasta que en la otra. Con mucha envidia veo cómo en la EL hay un nivel de Aficiones bestial. En la CL las gradas locales y visitantes parecen atadas, están atadas, y se limitan a ser una especie de atrezo del espectáculo. Explíquenme a qué vienen los miles y miles de seguidores visitantes, partido tras partido, en la CL. A los de ayer, por cierto, se les oyó un poco, cosa que se agradece bastante; ya que obliga a esforzarse más y da cierto empaque a la noche. ¿Pero el resto que ha pasado por aquí? Simples elementos decorativos. Algunos, los apestados, intentamos salirnos de este corsé, pero con el tiempo todos terminaremos encorsetados.

Se preguntarán por qué este gilipollas que les aburre no se da de baja del abono total. No se crean que no lo ha pensado; es más, hace dos años estuvo a puntito. Pero la Copa del Rey le tiene totalmente secuestrado.

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El partido de esta semana era y es el del Athletic Club (la maldita Champions ya nos ha costado seis puntos como mínimo en Liga). Conocedor de ello, Diego Pablo Simeone planteó un once con varios cambios de jugadores y posiciones. Nuestro Gran Capitán, Ojos Bonitos o Morata se quedaban tan ricamente haciéndole compañía, Witsel se adelantaba para dejar sitio a un muy necesitado de minutos Savić, saliendo el Equipo con el objetivo de sentenciar pronto (el empate valía), para poder rotar a más gente y hacer el mínimo esfuerzo posible. Vamos, que si marcábamos pronto entrenamiento habuimus.

Salió el Atlético dispuesto a cumplir el guion previsto. Y así se encontró muy pronto con el 1-0, tras un gran balón recuperado por Lino, asistencia magistral y remate sutil de Griezmann. Golazo. Comenzaba el entrenamiento.

Hasta el descanso casi nada más que destacar. Los visitantes, que tampoco es que se esforzaran mucho, intentaron tener la pelota y acercarse, aunque fuera a saludar, a Oblak. Apenas un par de casisustos y poco más. Por el contrario, el Atlético recuperó el control del juego, intentando sentenciar antes del descanso. Tuvo Antoine el segundo, mas se llenó de balón y no vio la llegada de Saúl. Hermoso lo hizo, pero Lino, parece ser, interfería en la visión del portero que nos marcó en Roma y se anuló el tanto. El mismo Lino (partidazo el suyo) cruzó poco después demasiado.





Intermedio. Buen momento para compartir pitillo y conversación con los FAmigos. Y de un tiempo a esta parte también la música ambiente, buena en general, aunque alguien debiera decirle al pincha del Metropolitano que vale ya con el Should I Stay Or Should I Go, ¡coño! Bueno, vale ya de cualquiera de los Clash. Eso o tendremos que averiguar dónde tiene los platos e ir a poner Música de verdad.





Quedaron en el descanso Antoine y Giménez (amonestado y mal en la salida de balón), para rodar a Depay, que empeoró al primero, y a Söyüncü, que mejoró al segundo. El 2-0 llegó enseguida, con un golazo de Lino. Salieron entonces a estirar un rato Morata, Koke y Azpilicueta. La seriedad de Saúl, inmenso todo el partido, nos llevó al final sin ningún sobresalto. Bueno, uno sí. Ver que en el rival jugaba Guendouzi.

Servidor es un tipo con alguna manía. Y mucha es la que ha tenido siempre a este ¿jugador? Ya desde sus tiempos en el Arsenal apuntaba a calamidad. Salvo por los pelos, dudo mucho que alguno de ustedes se haya fijado en el sujeto en cuestión. Les cuento, que para eso estoy (vale, y no sé qué más contarles). Es el típico David Luiz con mucha presencia estética, pero ninguna futbolística. Le he visto varias veces, principalmente en el Olympique argelino, y es la nada absoluta. Es que no sé ni de qué juega. Yo creo que su entrenador, compinchado claramente con su representante, le saca al campo y le pone donde menos pueda estorbar a sus compañeros de vestuario. Un crack.





Perdonen, continuo. Comentábamos que sin ningún apuro se llegó al término del encuentro. A la hora de partido los italianos hubieran firmado el final. Ni el árbitro quiso descontar más que los dos minutos de cortesía. Los Aficionados lo agradecimos, ya que hacía fresco y no era cuestión de prolongar el entrenamiento. Como la noche era desapacible, no apetecía liarse mucho. Como tampoco había nada especial que celebrar, la Afición emprendió enseguida la vuelta a casa.



Centrados en el Athletic, toca darlo todo el sábado. Rival dificilísimo, en buen momento, lo pondrá muy complicado. Partido de cuatro puntos, por lo menos. Ganar nos pondría en …. Vaaale, vaaale, vaaale. Partido a partido.

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¡PRIETAS LAS FILAS!

FORZA ATLETI SIEMPRE

11 de diciembre de 2023

Atleti 2 - Almería 1. Partido importante más que brillante.

Mi gran hermano del alma Rafita me anda malacostumbrando últimamente invitándome a su palco VIP de turno, la verdad. Y reconozco que, aunque es otra forma de ver el fútbol, evidentemente, es una auténtica gozada el poder disfrutar de ello de vez en cuando (y digo bien, de vez en cuando, porque si yo tuviese la inmensa fortuna de poder ir todos los encuentros al mismo, no creo que llegase sano, vivo y coleando hasta final de temporada). Uno puede degustar una gran variedad de pinchos de todas clases, colores y formas, beberse todas las cosechas de vino habidas y por haber, sabiamente mezcladas con todas las birras también que uno pueda llegar a engullir. Encima, su sitio es de lo mejor del Metropolitano: en primera línea de sector, teniendo a tu izquierda todo el ambiente que logre crear el Frente, pudiendo ver el fútbol y dejar cómodamente las bebidas tanto en el sitio habilitado en el propio asiento, como en la parte de enfrente del propio sector. Asientos más amplios y confortables que los del resto del campo, tienes tus propios baños habilitados, y después del encuentro puedes permanecer engullendo sin parar hasta 1 hora después, tiempo más que de sobra para salir tranquilamente del campo sin atascos ni sobresaltos de multitudes, ¿Qué más se puede pedir?


Pues ya puestos, ver un mejor partido, por ejemplo. Porque la primera parte del Atleti, por momentos, fue eléctrica, y la segunda, por otros momentos, sencillamente deplorable. Démosle caña al caviar, pues, primero.

 

A los seis minutos ya ganábamos con un tanto de Diosito Grizzi, pero el mismo fue anulado de forma incomprensible por la gentuza del VAR. Dio igual, el Atleti siguió a lo suyo: presión brutal sobre el contrario, fantástica velocidad en la conducción del balón, movilidad y desmarques constantes. Un gusto verles así. A los 9 minutos, De Paul pudo adelantarnos en el marcador, pero quiso ajustar tanto su lanzamiento desde fuera del área y apuró tantísimo tiempo, que al final se le marchó fuera. Los futbolistas cuando tienen demasiado tiempo para pensar, hacen estas cosas.

 

Poco después, sin embargo, el propio De Paul le pone un delicioso pase al primer toque sobre Angelete Correa, y este remata tras control y toque según entra en el área y el balón sale lamiendo el palo, si es que no lo golpea. Aunque marrase la citada ocasión, Marginal Correa hizo lo que debía de hacer: primer toque, y ese toque delicioso que suele tener con la punterita (es único en el arte del tac-tac). Un minuto después, Diosito roba el enésimo balón, ve el desmarque de Don Alvaro Morata, éste se adentra en el área, sortea a su rival con un autopase, amaga en primera instancia el golpeo al balón para burlar la salida del guardameta visitante, y bate finalmente a puerta vacía marcando el primer gol de la tarde. Un golazo como otro cualquiera.

 

El Atleti estaba desatado, y en el minuto 22 consiguió el segundo tanto, obra de Correita, tras asistencia del Lechugo Llorente. El tema olía a goleada por todos lados, y yo creo que buena parte del cabreo que tenía el personal en la segunda parte fue precisamente por eso: el Atleti calentó, pero no quemó. Como yo cuando salgo de jarana por ahí, vamos.

 

El caso es que el Atleti empezó poco a poco a ponerse en ese modo insulso en el que tan poquito transmite, y el Almería, colista de la competición, empezó a pensar que no tenía nada que perder, que le daba ya igual palmar por 8 que por ochenta, y poco a poco empezó a embotellar a la muchachada atrás. Con este 2-0 nos fuimos al descanso (a mi es un resultado que nunca me ha gustado, porque este tipo de partidos ya los he visto miles de veces, y luego pasa lo que pasa).

 

En la segunda parte el Atleti se desenchufó casi por completo, y el Almería dominó y casi nos empató y todo. Encima, esta vez los Cholo-Cambios fueron a peor (a Memphis cada pierna parece que le pesa 234 kilos, y Saúl salió nervioso e impreciso), así que, en el 62, pasó lo que tenía que pone en el manual del 2-0 al descanso, gol de Leo Baptistao, el cual, por supuesto, no celebró su tanto. Es curioso que un menda que apenas creo que estuvo una temporada nos tenga mucho más respeto que otro niñato piojoso que anda por ahí y que todavía es nuestro, cosas de saber estar, supongo.

 

El mismo jugador pudo empatar, en un remate colocado que se le fue lamiendo la escuadra de Oblak. Por su parte, Garitano quitó del terreno de juego al carabanchelero Embarba (que hizo lucirse, y de lo lindo, a Oblak, en un remate de cabeza a bocajarro más solo que la una), y buen cable que nos echó, porque el menda estaba siendo una pesadilla por todas partes. A poco del final, Depay pudo sentenciar el encuentro tras asistencia de Koke, pero se llenó tanto de balón como de hamburguesas en verano, y su remate se marchó al limbo filipino, lo menos. Y en los 6 minutos de descuento, el Almería nos remató nada menos que 3 veces en franca situación, y nos botó 2 córners, así que acabamos como acabamos, con el corazón saliéndonos por la garganta, una vez más. Pero tampoco ni nos vamos a cortar las venas, ni vamos a ir de Valdanitos consumados con exquisiteces ni más milongas. Ayer el partido salió así (mejor dicho, la segunda parte, que la primera media hora fue muy potable, a todos los equipos les pasa, por otro lado) y fuera. Lo importante es que recortamos ventaja a Barsapasta y Mandril, y aguantamos el ritmo infernal que está marcando el cada vez  menos sorprendente Girona. Y con esto, y unos cuantos vinitos más después del partido, se acabó esta cronicucha del orto, todo ella aderezada con el dulce dolor de cabeza que produce cualquier buena resaca que se precie (Rafita, cómo se puede querer tanto a un pibe a la par que odiar al día siguiente, es como la primera parte del Atleti ayer y luego la segunda). Hasta en eso llevamos en la sangre a este bendito Club.

EL CRACK DEL PARTIDO:

Me quedo con la vuelta al gol de Marginal Correa y de Don Álvaro Morata, y con los reflejos del siempre vital Don Jan Oblak, que nos sigue regalando puntos sin parar, mal que pese por ahí.

 


 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Lo mal que salieron en la segunda parte tanto Saúl como Memphis, y ese dejarse llevar del Atleti al que este año, afortunadamente, no nos tiene acostumbrados. Pero sí: hay que espabilar. Por cierto, ¿Savic está tan espantoso como me parece, o son producto de alucinaciones mías?

 

ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea.

Esperpéntico es poco. Disparate va, despropósito viene. Y en un partido en el que el Almería jugó casi al límite del reglamento (es su obligación, dada su situación actual, en la que no ha ganado siquiera un triste encuentro en lo que va de año), la tarjeta, encima, se la llevó el “violento” Koke. Se tiene uno que reír.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (20 GRADOS).

 

Victoria de obligado cumplimiento frente al colista ayer, derrota (desgraciadamente) de obligado cumplimiento también de nuevo en Barcelona, así que la vida sigue igual, ni sube, ni baja.

 



 

Otro tantito más para la buchaca de Don Álvaro. A ver si pilla otra buena racha, y para después de Navidades, sentenciamos ya casi la apuesta.

 



Y el miércoles, partido importantísimo para asegurarnos el liderato frente a la siempre despreciable “Lazio, Lazio, va fan culo”. Partido que presenciaré en el campo, cortesía de nuevo, de mi amigo, qué digo amigo, de mi hermano, qué digo hermano, de mi luz, qué digo luz, de mi panacea, qué digo …¡BASTA YA DE PELOTEO INFAME! De Rafita, joder. Hemos prometido ambos portarnos bien, ante la avalancha de semanita que tenemos por diversas celebraciones. Cantemos todos que es la hinchada que hoy alienta, que es el Frente que hoy anima, Forza Atleti Campeón …

 

 



Atleti 2 - Almería 1. Partido importante más que brillante.

Mi gran hermano del alma Rafita me anda malacostumbrando últimamente invitándome a su palco VIP de turno, la verdad. Y reconozco que, aunque es otra forma de ver el fútbol, evidentemente, es una auténtica gozada el poder disfrutar de ello de vez en cuando (y digo bien, de vez en cuando, porque si yo tuviese la inmensa fortuna de poder ir todos los encuentros al mismo, no creo que llegase sano, vivo y coleando hasta final de temporada). Uno puede degustar una gran variedad de pinchos de todas clases, colores y formas, beberse todas las cosechas de  vino habidas y por haber, sabiamente mezcladas con todas las birras también que uno pueda llegar a engullir. Encima, su sitio es de lo mejor del Metropolitano: en primera línea de sector, teniendo a tu izquierda todo el ambiente que logre crear el Frente, pudiendo ver el fútbol y dejar cómodamente las bebidas tanto en el sitio habilitado en el propio asiento, como en la parte de enfrente del propio sector. Asientos más amplios y confortables que los del resto del campo, tienes tus propios baños habilitados, y después del encuentro puedes permanecer engullendo sin parar hasta 1 hora después, tiempo más que de sobra para salir tranquilamente del campo sin atascos ni sobresaltos de multitudes, ¿Qué más se puede pedir?

 

 

 

Pues ya puestos, ver un mejor partido, por ejemplo. Porque la primera parte del Atleti, por momentos, fue eléctrica, y la segunda, por otros momentos, sencillamente deplorable. Démosle caña al caviar, pues, primero.

 

A los seis minutos ya ganábamos con un tanto de Diosito Grizzi, pero el mismo fue anulado de forma incomprensible por la gentuza del VAR. Dio igual, el Atleti siguió a lo suyo: presión brutal sobre el contrario, fantástica velocidad en la conducción del balón, movilidad y desmarques constantes. Un gusto verles así. A los 9 minutos, De Paul pudo adelantarnos en el marcador, pero quiso ajustar tanto su lanzamiento desde fuera del área y apuró tantísimo tiempo, que al final se le marchó fuera. Los futbolistas cuando tienen demasiado tiempo para pensar, hacen estas cosas.

 

Poco después, sin embargo, el propio De Paul le pone un delicioso pase al primer toque sobre Angelete Correa, y este remata tras control y toque según entra en el área y el balón sale lamiendo el palo, si es que no lo golpea. Aunque marrase la citada ocasión, Marginal Correa hizo lo que debía de hacer: primer toque, y ese toque delicioso que suele tener con la punterita (es único en el arte del tac-tac). Un minuto después, Diosito roba el enésimo balón, ve el desmarque de Don Alvaro Morata, éste se adentra en el área, sortea a su rival con un autopase, amaga en primera instancia el golpeo al balón para burlar la salida del guardameta visitante, y bate finalmente a puerta vacía marcando el primer gol de la tarde. Un golazo como otro cualquiera.

 

El Atleti estaba desatado, y en el minuto 22 consiguió el segundo tanto, obra de Correita, tras asistencia del Lechugo Llorente. El tema olía a goleada por todos lados, y yo creo que buena parte del cabreo que tenía el personal en la segunda parte fue precisamente por eso: el Atleti calentó, pero no quemó. Como yo cuando salgo de jarana por ahí, vamos.

 

El caso es que el Atleti empezó poco a poco a ponerse en ese modo insulso en el que tan poquito transmite, y el Almería, colista de la competición, empezó a pensar que no tenía nada que perder, que le daba ya igual palmar por 8 que por ochenta, y poco a poco empezó a embotellar a la muchachada atrás. Con este 2-0 nos fuimos al descanso (a mi es un resultado que nunca me ha gustado, porque este tipo de partidos ya los he visto miles de veces, y luego pasa lo que pasa).

 

En la segunda parte el Atleti se desenchufó casi por completo, y el Almería dominó y casi nos empató y todo. Encima, esta vez los Cholo-Cambios fueron a peor (a Memphis cada pierna parece que le pesa 234 kilos, y Saúl salió nervioso e impreciso), así que, en el 62, pasó lo que tenía que pone en el manual del 2-0 al descanso, gol de Leo Baptistao, el cual, por supuesto, no celebró su tanto. Es curioso que un menda que apenas creo que estuvo una temporada nos tenga mucho más respeto que otro niñato piojoso que anda por ahí y que todavía es nuestro, cosas de saber estar, supongo.

 

El mismo jugador pudo empatar, en un remate colocado que se le fue lamiendo la escuadra de Oblak. Por su parte, Garitano quitó del terreno de juego al carabanchelero Embarba (que hizo lucirse, y de lo lindo, a Oblak, en un remate de cabeza a bocajarro más solo que la una), y buen cable que nos echó, porque el menda estaba siendo una pesadilla por todas partes. A poco del final, Depay pudo sentenciar el encuentro tras asistencia de Koke, pero se llenó tanto de balón como de hamburguesas en verano, y su remate se marchó al limbo filipino, lo menos. Y en los 6 minutos de descuento, el Almería nos remató nada menos que 3 veces en franca situación, y nos botó 2 córners, así que acabamos como acabamos, con el corazón saliéndonos por la garganta, una vez más. Pero tampoco ni nos vamos a cortar las venas, ni vamos a ir de Valdanitos consumados con exquisiteces ni más milongas. Ayer el partido salió así (mejor dicho, la segunda parte, que la primera media hora fue muy potable, a todos los equipos les pasa, por otro lado) y fuera. Lo importante es que recortamos ventaja a Barsapasta y Mandril, y aguantamos el ritmo infernal que está marcando el cada vez  menos sorprendente Girona. Y con esto, y unos cuantos vinitos más después del partido, se acabó esta cronicucha del orto, todo ella aderezada con el dulce dolor de cabeza que produce cualquier buena resaca que se precie (Rafita, cómo se puede querer tanto a un pibe a la par que odiar al día siguiente, es como la primera parte del Atleti ayer y luego la segunda). Hasta en eso llevamos en la sangre a este bendito Club.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Me quedo con la vuelta al gol de Marginal Correa y de Don Álvaro Morata, y con los reflejos del siempre vital Don Jan Oblak, que nos sigue regalando puntos sin parar, mal que pese por ahí.

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Lo mal que salieron en la segunda parte tanto Saúl como Memphis, y ese dejarse llevar del Atleti al que este año, afortunadamente, no nos tiene acostumbrados. Pero sí: hay que espabilar. Por cierto, ¿Savic está tan espantoso como me parece, o son producto de alucinaciones mías?

 

ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea.

Esperpéntico es poco. Disparate va, despropósito viene. Y en un partido en el que el Almería jugó casi al límite del reglamento (es su obligación, dada su situación actual, en la que no ha ganado siquiera un triste encuentro en lo que va de año), la tarjeta, encima, se la llevó el “violento” Koke. Se tiene uno que reír.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (20 GRADOS).

 

Victoria de obligado cumplimiento frente al colista ayer, derrota (desgraciadamente) de obligado cumplimiento también de nuevo en Barcelona, así que la vida sigue igual, ni sube, ni baja.

 

 

Otro tantito más para la buchaca de Don Álvaro. A ver si pilla otra buena racha, y para después de Navidades, sentenciamos ya casi la apuesta.

 

 

 

Y el miércoles, partido importantísimo para asegurarnos el liderato frente a la siempre despreciable “Lazio, Lazio, va fan culo”. Partido que presenciaré en el campo, cortesía de nuevo, de mi amigo, qué digo amigo, de mi hermano, qué digo hermano, de mi luz, qué digo luz, de mi panacea, qué digo …¡BASTA YA DE PELOTEO INFAME! De Rafita, joder. Hemos prometido ambos portarnos bien, ante la avalancha de semanita que tenemos por diversas celebraciones. Cantemos todos que es la hinchada que hoy alienta, que es el Frente que hoy anima, Forza Atleti Campeón …

 

 

29 de noviembre de 2023

CHL: Herejes 1 - Atleti 3. La rendición de Rotterdam (cortesía de, el gran Don Pablo Mármol).

El Chief Executive Officer (el baranda, vamos) del blog no es muy de crónicas intersemanales. Para esos días quedamos sus sicarios (becarios, perdón). Ustedes, los fieles de Las Crónicas del CEO, han sido, son y serán siempre los damnificados. Así que ya saben, dediquen desde aquí el tiempo a cosas más beneficiosas. Si continúan leyendo es su problema; no digan que no se lo advertí.

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Hace aproximadamente un año los Tercios Atléticos se batían en retirada de todos los frentes abiertos. Derrota tras derrota, se terminó perdiendo la guerra en Europa y estuvo a punto de perderse prematuramente la patria. La Tregua Mundial permitió recomponer filas en una exhausta Tropa Atlética y afrontar las guerras locales con relativo éxito.

El Ejército Atlético, siempre al mando del Capitán General Duque de Simeone, se reorganizó durante el periodo anterior y posterior a la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. Banderas nuevas se formaron con soldados viejos, reforzados por bisoños reclutas. El Maestre de Campo, Jorge de la Resurrección y Merodio, quedó al Frente Atlético del Tercio Viejo del Calderón.

 

 

Y en septiembre se abrió una nueva guerra en Europa. Italia, Escocia y los Países Bajos serían los frentes donde se volvería a combatir por la Verdadera Religión. Tras un par de victorias en campo patrio y dos resultados inciertos en tierra ajena, en los malditos Países Bajos (con ese sol invisible, frío, calvinista y hereje, sin duda indigno de su nombre: una luz sucia, …*) se iban a encontrar las Tropas Imperiales con los Ejércitos de la Holanda Meridional en una batalla que se antojaba crucial para ambos.

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El día de partido gordo, si uno no ha podido desplazarse, se hace muy largo. El tiempo no parece correr. Los nervios empiezan a agarrarse al estómago después del primer café y ya no se sueltan hasta la primera cerveza prepartido. Por talleres, aulas u oficinas no paramos de levantarnos, multiplicando por tres el fumeque.

Después de mucho tiempo, tocaba ver el partido en el Barrio de toda la vida. Pueblo Nuevo. Qué maravilla, años después, ver cantidad de gente del Atleti por la zona. Un puñado de esos Atléticos, comandados por la ayer visitante y simpar Bea, hicieron de un territorio hasta anoche ajeno, que no hostil, una nueva casa. Y, efectivamente, con el primer doble se atenuaron los nervios y con el segundo desaparecieron por completo. Sólo quedaba esperar al kick-off, que dicen los cursis y los ingleses.

El partido del Metropolitano, donde los herejes fueron muy superiores a un Atlético, mermado de efectivos y con un pico físico (vamos a creer que esto debe ser como las meigas, que haberlas haylas, aunque no creamos en ellas) muy bajo, hacía prever una noche muy, muy complicada en el mítico De Kuip.

Salieron los locales en tromba, pero apenas generaron un susto que acabó en córner. Pronto se estabilizó el partido, procediendo el Atleti a golpear donde duele. Una primorosa jugada al primer toque, desde área propia, entre Hermoso (soberbio toda la noche), Morata, De Paul, Griezmann (en Antoine toda la noche) de espuela, dejó a Álvaro sólo. La jugada merecía el gol, pero el portero holandés hizo una gran parada. El tanto llegó poco después en un balón colgado sin aparente peligro y que un rival (una especie de Lemar en alto) remató a gol, no sé si con el pecho o con el miembro. Casi sin tiempo para celebrarlo, un magnífico centro de Riquelme (espectacular toda la noche), era medio gol, fue mal rematado por Morata. Ojo, que Morata no estuviera acertado anoche de cara al gol, no quiere decir que hiciera un mal partido. Todo lo contario, cada vez parece más jugador. Con el partido absolutamente controlado se llegó al descanso con un corto, para los merecimientos, 0-1.

 

Un remate al palo de Griezmann metió de vuelta de vestuarios el miedo a los holandeses. Éstos insistían, pero sin apenas peligro. La única clara llegó en un exceso de confianza de Witsel. Giménez (imperial toda la noche nuestro Comandante, no el hereje) evitó lo que parecía inevitable.

Fue entonces, abrimos un párrafo aparte, que lo merece, cuando Hermoso convirtió en obra de arte un pase interior de Barrios (el Mario a pase Pablo lo he visto varias veces, tanto en fútbol como en fútbol sala. Se os quiere, Tíos). GOLAZO DE BANDERA. Un golazo para disfrutar. Habrá quién diga que fue de chorra; pero si lo mete un jugador de los otro$, anda toda la España ape$tada, pidiendo el premio poskitos. Por cierto, qué bueno es Mario cuando está concentrado y juega a lo que sabe. Ojalá renueve, ¡coño!

Con el 0-2 llegaron los mejores minutos del Atlético. Una avalancha total, con un juego espectacular, rápido y vertical. Muy sólidos atrás, nuestro mediocampo se hinchó a generar peligro. De Paul, Morata y Griezmann tuvieron el tercero, pero la sentencia se resistía. Por el contrario, en una acción aislada, llegó el gol holandés en un córner mal defendido. Obviamente, nos pusimos en lo peor. Pero no, poco después, una falta botada por Molina fue rematada espectacularmente por Giménez (el hereje, no nuestro Comandante), poniendo el 1-3 definitivo. Fue entonces cuando los holandeses firmaron la paz, muy ventajosa para los nuestros. En la tan temida bañera lo que se produjo fue un baño de los que llevábamos, hay que reconocerlo, la camiseta más fea.

En un partido coral (que dicen ahora los sabiondos), en el que todos estuvieron sobresalientes, vamos a poner matrícula de honor a Antoine (como siempre), Riquelme (cada día mejor), Pablo Barrios (jugador de época hay aquí) y el ya citado Hermoso.

 

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Los Tercios Atléticos, duros como el pedernal, apoyados por millar y medio de Soldados de Grada (gracias, gracias, y mil gracias a Ellos) que decidieron volver a jugar de locales, terminaron imponiéndose rotundamente en la batalla. La rendición final de los herejes evitó el Saco de Rotterdam.

Ahora sólo queda vencer al ejército del Papado. Y voto a Dios que en esta ocasión no habrá cuartel.

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¡PRIETAS LAS FILAS!

FORZA ATLETI SIEMPRE

 

*Cita del cronista del Capitán Diego Alatriste, don Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez.

 

27 de noviembre de 2023

Atleti 1 - Mallorca 0. Tenemos un plan.

 

La enigmática frase que De Paul le puso firmada en un balón a Don Diosito Grizzi después de un hat-trick del francés, va tomando cuerpo y forma, no solo parece entre la muchachada en sí, sino que está empezando a calar, y mucho, entre la afición también.

 

Porque el Cholo tiene un plan, estoy convencido de ello. Se lo noto en su mirada. Tiene ese brillo especial de emoción descontrolada que tanto me apasiona en él.


Como ya os he indicado, los jugadores también lo tienen. No hay más verles lo unidos que están, cómo celebran los goles, qué piña hicieron en el vestuario para homenajear al gran Kokinho al finalizar el partido. Da gusto también ver lo solidarios que son en el campo, cómo se ayudan los unos a los otros. Pueden jugar bien, a veces lo hacen muy requetebién, otras tocan ponerse el mono del ya arraigado “unocerismo” como forma de ir sacando la nave hacia adelante, pero el caso es que ahí están: salvo en partidos muy puntuales (véase Las Palmas, estas son las cosas que tiene el Atleti, forma parte de nuestro ADN e idiosincrasia, no molesten, por favor) el equipo lleva una línea, por momentos, bastante emocionante, la verdad. Inclusive, ahora, en cada partido que disputan, ya van todos juntos a agradecer el apoyo de la gente al final del mismo, como conscientes de que cada uno de los que andamos disputando esta temporada fuesen prolegómenos de algo muy especial por venir, lo cual conlleva que cuando estamos alineados todos en la misma dirección, somos un rival cada vez más complicado de batir. Por cierto, y sea el rival que sea, que los del ombligo permanente de la humanidad se creen que esta exclusiva es solo para ellos también (qué pereza de peña, por Dios Santo).

 

No es una  tontería este récord que seguimos batiendo de ganarlo todo en el Metropolitano. Este  tipo de historias crean leyendas y hace que nuestros rivales salgan cada vez más concienciados de dónde juegan, y a quién se van a enfrentar. Y eso mola, qué carallo. Eso transmite respeto, huele a miedo en cuanto el balón empieza a rodar. Es una sensación cantidad de gratificante.

 

Y, por supuesto, como no podía ser de otra manera también, desde la grada también tenemos un plan. La gente acude en masa al campo, el ambiente cada jornada que pasa se va superando más y más. Nuevos cánticos, cada vez más colorido, parece como si todos fuésemos conscientes de que también jugamos nuestro partido, nos sintamos importantes, y, en consecuencia, no queremos perdernos nada de ese enigmático plan tampoco.

 

El pasado sábado, el susodicho plan se resumió en algo que conocemos, a la par que nos identifica, a muchos Atléticos: el unocerismo, como dogma de fe. Es cierto que la muchachada, últimamente, nos tiene mal acostumbrados con sus grandes goleadas en bastantes encuentros anteriores. Por eso, de vez en cuando, no viene nada mal una dosis del excitante unocerismo en vena. Los condicionantes, los conocen de sobra: partido más o menos espeso, se conceden pocas ocasiones, palmamos las buenas que tenemos, al final logramos conseguir gol de dónde parecía no haber nada, y acaba el partido con la gente en pie en la grada, bufanda al cielo del Metropolitano, en una mano, y en la otra, el corazón que se nos sale por la garganta, dispuesto a, cuando el árbitro pite el final, volver a colocarlo en su sitio.

 

Y empezó muy bien el Atleti, ¿eh? Yo diría que realizó unos primeros 10 minutos sencillamente brillantes, a la par que impecables. Con todas nuestras señas de identidad en nuestro juego de este presente año explotándose en su máxima expresión: velocidad en circulación de balón, dominio total, movilidad absoluta, fluidez en el juego, inteligencia en el mismo, presión y precisión. A los 4 minutos, una maravilla de pase de Pableras Barrios, de esos tan de escuadra y cartabón con que nos deleitaba Don Chus Landáburu antaño,  no llegó Morata a rematarlo por un pelo (bueno llegar, llegó, pero no con la suficiente anticipación final). Hablando de Barrios. Cada día le veo mucho mejor, intentando nuevas cosas, mejoró muchísimo en su faceta defensiva también, aunque tiene que tener cuidado cuando está presionado en nuestra última línea de atrás, porque jugando el equipo tan adelantado, el más mínimo error puede ser mortal de necesidad (ayer lo vimos bien reflejado en la ocasión de Amath final). Pero no adelantemos acontecimientos.

 

Apenas dos minutos más tarde, y con un Lino completamente desatado y volcado como un loco por su perfil hacia la portería bermellona, una internada suya encarando a Gio González, su letal pase de la muerte incluido, y remate posterior de Angelito Correa que se le marchó al limbo por meter en exceso el pie debajo del balón. Reitero, siete minutos, y ya podíamos estar 2-0. Fantástico Atleti, si señor.

 

Pero hasta aquí se acabó el vértigo. A partir de ese instante, el Atleti dominó con la misma insistencia si cabe, cierto, pero ya no con la lucidez de ideas anterior, y el Mallorca, poco a poco, se fue desperezando y aunque lo de pisar nuestro área era un destino demasiado bonito para ser cierto para ellos, bien es cierto también que nos empezaron a realizar una presión en nuestra primera línea de juego que nos dificultó cantidad la construcción del mismo.

 

A los 13 minutos, el Lechugo Llorente le quitó un balón inverosímil a ese personaje de novela sudamericana denominado Abdón, después de darse un carrerón del copón, cuando el “Patrón” estaba dispuesto a fusilarnos sin piedad. Poco después, Koke intentó su golito en un día tan señalado para él, pero disparó demasiado lejos y colocado, con lo cual el balón se le marchó por encima del larguero.

 

Allá por el 24, Barrios nos demostró su progresión en tareas defensivas, al robarle un balón in-extremis a Samu Costa (me gustó un montón el portugués este, estaba en todas partes, con esa pinta que tiene el menda de acabar de levantarse de la cama), viniendo desde atrás también después de otro carrerón.

 

Pableras estaba en su momento desatado también, y en otra brillante acción individual, le puso el balón a Don Álvaro, para que éste rematase mal por encima de la portería (no tuvo su día el bueno de Morata, la verdad). A los 33, Hermoso la tuvo en un córner botado por Diosito, pero su testarazo se marchó fuera, en buena parte debido al constante agarrón al que le estaba sometiendo un tal Nastasic (¿Orantes?).

 

Ya al borde del descanso, repetimos protagonistas: Morata gana muy bien la posición al afamado tenista, pero Rajna Rajkovic realiza una gran parada en el, ahora sí, certero remate de Don Álvaro. Con este 0-0 nos fuimos al descanso. Estaba claro que este partido sería, a lo sumo, de “unocerismo final”. Otro de tantos.

 

El segundo periodo siguió fielmente el guión de cualquier encuentro que se precie del citado unocerismo. El Atleti salió bastante más volcado sobre la portería de los ensaimadas, llegando a embotellar de nuevo al rival, pero el crear una ocasión clara para terminar de anotar un tanto a nuestro favor, no terminaba de verlo, la verdad.

 

Sin embargo, Morata tuvo la primera, en una asistencia de Llorente que, de nuevo, Ragnar Lothbrok desvió a córner en otra buena intervención. Poco después, el propio Don Álvaro se puso ese disfraz de patán desarraigado que a veces le da por lucir, y terminó desperdiciando otro excelente balón que le puso el infatigable Lino, en un remate en el cual, seguramente, pensó una cosa, pero ejecutó otra. Posteriormente, el propio Alvarito se sacó un zambombazo desde fuera del área que parecía que iba al limbo, pero que al final pasó mucho más cerca de la meta de lo que todos intuíamos. El Atleti ahogaba sin piedad al equipo de Don Javier Aguirre (un tipo que siempre contará con su buena dosis de respeto a la par de aprecio en este, nuestro bendito bloq).

 

Al cuarto de hora de este segundo tiempo, esta vez fue el bueno de Azpilicueta el que le puso otro balón de oro a Angelito, pero su remate tampoco consiguió lograr el objetivo de besar la red como un gol de Ayala.

 

Hasta que, cinco minutos tan solo después, Hermoso controló un balón pisando el mismo con la plantilla hacia adelante para situar el esférico a su uso y disfrute, y cuando Mario hace esto, el pase le suele salir tan espléndido como así fue en realidad sobre la cabeza de Diosito, que, de un inapelable cabezazo, batió por fin al puñetero rey vikingo. Un gol que, para el francés, sirve ya para superar al gran Escudero (que se dice pronto, un gol para la historia, pues), y que para Hermoso, sirve para dar un paso más hacia adelante en su, intuyo, firme propósito de abandonar el Club la próxima temporada. Me da que no vamos a poder retenerle, tras una entrevista que le he leído la semana pasada precisamente (es intuición femenina, ojo, no información). En fin, lo que siempre digo: disfrutémosle mientras esté con nosotros, lo mejor que podemos hacer.

 

A partir de ahí, ya saben. El rival que se desmelena, el Atleti, a defender tocan, y los aficionados, a sufrir a tope, por muy inocente que pareciese el Mallorca. Azpilicueta le quitó un gol al tal Samuestoyentodaspartes ese. Poco después, a falta ya de 10 minutos para el final, Oblak demostró una vez más que los que siguen viendo “diferente” al bueno de Jan, deben de basarse exclusivamente en el cambio físico que da una persona en los 9 años que, creo, lleva ya con nosotros, porque el paradón que hizo a un remate de volea de un tal Gio González, poniendo esa mano de acero indestructible que acostumbra, solamente es digna de lo que es, un elegido.

 

Y faltando solamente 6 minutos, un imperdonable balón que despista Pableras se convierte en una contra fulgurante comandada por Amath, que se fue en velocidad a toda pastilla, y cuando ya tenía el gol hecho delante de Jan, se disfrazó de Don Carlitos Aguilera en aquel partido del Dobleti en Tenerife, y su remate salió manso y excesivamente cruzado ante nuestra portería. Amath, por y para siempre, UNO DI NOI.

 

Menphis, ya en el descuento, dudó entre rematar definitivamente el partido, o lesionarse (a fecha de hoy, no ocurrieron ninguna de esas dos circunstancias, que sepamos, vamos), y colorín colorado, esta nueva sesión de Unocerismo en vena, ha terminado. Así que, sigamos con el plan, pues.

 

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Me gustó mucho Azpilicueta (siempre me gusta mucho Azpilicueta, en realidad), partidazo de Lino (se lo van a llevar a la Selección Brasileña más pronto que tarde, ya verán), Pableras sigue creciendo, Diosito ejerció de crack una vez más (de lo que es, vamos), y Boney M. Witsel me tiene cada vez más abducido si cabe. El tío no falla un solo pase (ni uno solo) y posee una inteligencia infinita a la hora de la lectura del juego. Dicho todo esto, hoy tiene que ocupar este escaño Don Koke Resurección, que 600 partidos no se cumplen tan a menudo por un jugador en un mismo equipo. Y van a ser unos cuántos más. Seguro, vamos …

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Que el Señor Presidente de este bendito Club no tenga el par de huevos de asumir su patética imagen, y haga aún más el ridículo entregándole a nuestro Capitán una placa conmemorativa de sus 600 partidazos a escondidas, cuando el campo está ya vacío y no se le puede aplaudir al jugador en cuestión a rabiar desde la grada, tal y como hubiese merecido, es algo inaudito, la verdad. A los calificativos ya conocidos de borracho, pendenciero y delincuente, ya tenemos otro para añadirle en su impresionante abanico de posibilidades: rata cobarde y ruin.

 

ÁRBITRO:

Uno de los 15.000 Munueras Montero que hay por ahí. El primer agarrón que hubo sobre Hermoso se puede pitar penalti, si bien, en mi concepción del fútbol que he mamado, yo tampoco lo hubiese pitado en realidad. Por lo demás, no molestó en exceso.

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (20 GRADOS).

 

Yo ya no doy crédito a todas las cosas que se me indican por el dichoso artilugio en cuestión. Se me han pasado toda la vida diciendo que si rácano, y dándome palos a diestro y siniestro porque no lo subía a su gusto y antojo. Bien. Decido esta temporada modificar los criterios que con tanta sabiduría y templanza manejaba, con el fin de satisfacer un poco su ansia de temperaturas más elevadas, y ahora resulta que hay  gente que me indica que tampoco le gusta así, que vuelva al sistema antiguo, otros que no lo entienden ahora, los más que nunca lo han entendido … Esto es la casa de tócame Roque, vamos. Sinceramente, ya no sé ni por dónde seguir, pero bueno. Actualicemos: partíamos de 17 grados el día del Alavés. Por el puente que nos pillamos en Las Palmas, bajo 2 grados (15, pues). Sin embargo, recuperamos de nuevo 3 grados, por ganar a los estúpidos de los putos azulejeros Mercadonianos, y la victoria frente al Mallorca, de obligado cumplimiento, pero al haberse conseguido manteniendo la portería a cero, suman 2 nuevos gradejos, así que, lo dejamos en 20 primaverales graditos. ¿No me  dicen que ahora no les gustan los grados? Pues ahí tienen grados. Para dar, tomar, y disfrutar.

 

 

Faltaba actualizarlo también, si señor, con 3 chicharritos más de Don Álvaro. Ya quedan menos de diez para conseguir el objetivo final. Vamossss …

 

Y mañana, partido para evaluar exactamente el plan que tengo yo con el equipo. Porque también tengo uno, lo tengo claro, pero necesito descartar mis serias dudas sobre el rendimiento de la muchachada este año fuera de casa, y qué mejor comprobar la medida real (con perdón) de nuestras posibilidades que jugarnos mañana el sentenciar nuestro pase a la siguiente fase de la CHL, nada más y nada menos que en Rotterdam, y con un equipo que anda en un estado de forma sencillamente pletórico, el Feyenoord. Dicho esto, aquí ya también estaban muy bien, y palmaron … Veremos cómo sale el plan al final. “Te queremos, te adoramos, junto a ti, hasta morir”.

 

 

30 de octubre de 2023

Atleti 2 - Alavés 1. Día de fiesta, juega el Atleti.

“Hoy es día de fiesta, señores. Juega el Atlético de Madrid”. Con esta frase, nos da sus buenos días particulares siempre, mi Hermano Don Raúl Molinos (un hombre bueno, respetable y de bien) cada vez que hay día de partido. Da igual competición, rival, fecha … Siempre permanece fiel a su cita de amenizarnos el día con su mensaje habitual. Y la verdad es que sí, se me está impregnando más como dogma de fe en mis convicciones rojiblancas dicho mensaje, hasta el punto de que ayer, por ejemplo, estuve todo el día con esa sensación de ser día festivo grande, pero de verdad.

 

Don Raúl (que bien sabe que, por estos lares, se le quiere, y se le quiere bien, a pesar de que le siga debiendo esa eterna visita que nunca termino de ver fecha en dónde diablos encajarla), anda pasando en estos días llevando como puede esas zancadillas que te va jugando la vida de vez en cuando, y que ha dado con que su padre ande recuperándose poco a poco en un hospital. Pero, ni aún por esas, su mensaje varía en ningún solo día de partido. Por eso, desde aquí, con más o menos inspiración, pero con todo el cariño del mundo, le quiero dedicar esta crónica con el propósito de que, finalmente, todo salga bien. Muchas gracias por todo, Hermano.

 

Dedicatoria aparte, vayamos ya al encuentro. En la primera parte el Atleti nos ofreció otra buena dosis de buen fútbol en su más puro estado. Intensidad, colocación, concentración, descaro, dominio, presión, velocidad, y todo ello, sin conceder siquiera una triste ocasión de gol que llevarse a la boca al rival. Si eso no es jugar bien al fútbol, que venga Ben Barek y que lo vea.

 

Riquelme tuvo de premio la titularidad en el equipo tras sus destellos de calidad innegociables que ha ido mostrando de menos a más, y terminó realizando un primer tiempo colosal, la verdad. Porque mezcló toda su verticalidad, rapidez y agresividad de cara a portería, con la cabeza para pensar en la mejor opción siempre a la hora de saber qué hacer finalmente con el balón. El chaval es como un tiburón, cuando huele sangre, no pierde un instante en conseguirla. Personalmente, estoy muy ilusionado con la forma de hacer de este chaval.

 

Ya a los 6 minutos nos pudo poner en ventaja en el marcador, pero Sivera respondió con una gran intervención. Tres minutos más tarde la tuvo Hermoso (necesita ya con cierta urgencia un buen corte de pelo), en un cabezazo tras un buen córner lanzado por Diosito Grizzi.

 

A partir de ahí, el Atleti se puso en modo ciclón y no paró hasta conseguir su objetivo de batir al guardameta visitante. Una galopada del desatado Tiburón Riquelme la cabeceó fuera Morata, cuando lo tenía todo para conseguir el primer tanto de la noche. Después tuvo otra opción cabeceadora el propio Don Álvaro, hasta que, en el minuto 26, Diosito ve el enésimo desmarque de Morata, éste se gira dentro del área y pone un centro tocadito hacia el segundo palo, en donde aparece nuestro Tiburón favorito Roro, para el balón con el pecho, se deshace sin piedad de Gorosabel y bate a Sivera por su palo más cercano utilizando el mejor recurso del que disponía: a bocajarro y con su pierna zurda. Un golazo como otro cualquiera, para qué lo vamos a negar.

 

El Atleti siguió a lo suyo, jugar al fútbol disfrutando y haciéndonos disfrutar como si no hubiese un final, y el Alavés intentó aguantar el chaparrón colchonero como buenamente pudo. Así, en el 38 Diosito se plantó solo delante del portero al rematar, inocentemente, eso sí, un buen servicio de Nahuel Molina a las manos del cancerbero. Merecía mucha más ventaja el Atleti, y en el descuento obtuvo su justa recompensa. Don Koke se pone su toga magistral, lanza un maravilloso pase sobre Don Álvaro Morata, éste recorta con maestría (y algo de fortuna también, por qué no decirlo) a un tal Sedlar, ya dentro del área, y de remate cruzado y colocado a la escuadra, bate al señor Sivera de nuevo, poniendo el más que justo 2-0 en el marcador. El Metropolitano también disfrutaba de un auténtico día de fiesta.

 

La segunda parte ya fue algo más anodina que esta brillante primera. Por un lado, el Atleti se sabía hacedor de sus deberes casi en tu totalidad, y, por otra, el Alavés espabiló sobre el terreno de juego, y aún sin crear apenas peligro, si es verdad que controló un poco más los relámpagos contragolpeadores rojiblancos. Y, aún así, debimos de ganar el partido con bastante más holgura, pero como esto de los árbitros sigue siendo una ciencia por descubrir, al menos, en lo que al menda lerenda respecta, pues eso. Que al final hasta nos agobiamos un poquiño en el último instante y todo.

 

En el 70 llegó la movida promovida por el ayuntamiento. Jugadón en velocidad de Llorente por la derecha, Duarte realiza un auténtico homenaje al campeonato mundial de rugby recientemente disputado, intentando blocar a Marcos sin éxito alguno, éste llega hasta la línea de fondo, y su pase de la muerte lo remacha a placer Diosito Grizzi. Pero el final de esta linda acción ya la sabemos todos. Gol anulado al bueno de Antoine, ante el cabreo (más que justificado) del personal presente, y adyacente.

 

Vamos ya por el 80, y otro jugadón del Atleti, en una contra fulgurante conducida por Barrios, delicatesen en forma de tacón de Diosito, devolviendo la pared al canterano, y de canterano a canterano, y tiro porque me toca, es decir, cede el balón a Tiburón Riquelme, y su remate cruzado hace que se luzca de nuevo con una gran intervención Sivera.

 

Y al final pues lo que suele pasar. El Alavés comenzó a crear peligro especialmente personificado en la figura del bullicioso Hagi (hijo del Hagi que estuvo en el Barsapasta y el tercer o cuarto equipo de la capital de España), que en el 84 apunto estuvo de conseguir el primer tanto vasco en un buen remate cruzado de volea.

 

Por su parte el Atleti, ya en pleno descuento, la tuvo de nuevo en otra contra de Pableras Barrios en la que Angelito Correa le medio birló el tanto a Grizzi, y en el minuto 96 (tampoco entendí este descuento tan completamente deformado para lo que pasó en realidad en el partido, la verdad) Gorosabel se aprovechó de un inoportuno resbalón de Witsel, se adentró hasta el fondo en velocidad, centró a placer y remachó Guevara desde el borde del área fusilando a Oblak, que llegó como un par de segundos tarde a la acción, lo que impidió que, al menos despejase, un balón que parecía poder haber evitado el tanto.

 

Da igual. Al final, los tres puntos se quedan aquí. Decimocuarta victoria consecutiva en casa (igualando nuestro récord histórico), y el Metropolitano respira finalmente tranquilo, y feliz. Porque la fiesta continua. Y es que, hagan caso a Don Raúl el bueno, justo y ponderado: Hoy es día de Fiesta, juega el Atlético de Madrid.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Muy buen partido de Molina, Boney M. Witsel estaría entre los elegidos si no hubiese sido por ese tontorrón resbalón final, así que me quedo con los míos de verdad: canteranos al poder. Nueva clase magistral de Koke y cómo mover a tu antojo al equipo a la velocidad de la luz, y Tiburón Riquelme, que cuajó un excelente encuentro, y que tiene cada día que pasa más expectativas ando creándome alrededor de su figura. Bravo por los dos.

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

El puñetero Club y la tontería que le ha dado ahora de hacer coincidir en horario tanto al equipo grande como al Madrileño. Por supuesto, he puesto una queja  formal  en tiempo y forma y espero respuesta, porque un partido bueno está, pero dos, consecutivos encima, quiero ver si esto va a ser la tónica de verdad o que es que son así de simples, de dejados y de golfos que les da igual ocho que ochenta. Os mantendré informados (si se dignan en contestarme, claro).

 

ÁRBITRO: Muñiz Ruiz.

La jugada del gol anulado (mal anulado, por supuesto) de Diosito pasará a la historia de la colección de despropósitos con que nos sigue brindando esta peña semana sí, partido también. Que alguien me corrija si me equivoco, pero jamás vi a un cuarto ábitro de rearbitrar una acción de campo en la que, se supone, él no pincha ni corta, ya que su principal función suele ser la perra chivata, de si alguien del banquillo ha insultado a no sé quién, o de mosca cojonera para los entrenadores, para no dejarles hacer su trabajo en condiciones. Y a todo esto, ¿El VAR, en esto no puede entrar tampoco?

Uno de los conceptos básicos y principales que debe de tener un colegiado, una de sus máximas, es que no puede verse beneficiado jamás un infractor por una acción ilegal y temeraria. Pues  bien, ayer el señor Muñiz (apellido de triste figura, ya puestos), consiguió exactamente lo contrario. Un auténtico disparate.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (17 GRADOS).

Partido de obligado cumplimiento, como no puede ser de otra forma. Tras varias jornadas de continuas subidas, esta se mantiene en su primaveral temperatura de esos espléndidos 17 grados.

 

 

Esto es un no parar, suma y sigue Don Álvaro sin cesar. Y ojito,  golazo antológico en Glasgow (complicadísimo remate de cabeza mediante) y ayer, jugadón individual incluido, para gozo y deleite del personal, así que, después de todo esto, ya anda a un solo tanto del ecuador de mi objetivo marcado, y si … Aún estamos en Octubre. Seguiremos disfrutando.

 

Nada más, que al final se nos ha quedado un lunes bastante más nublado y triste de lo previsto, por cuestiones que ahora no vienen al caso. El viernes, vamos a ver cómo se nos da el viajecito a Las Palmas “Cantemos todos al equipo que adoramos, Cantemos todos Forza Atleti Campeón”

 

 

¿Cómo debe ser no estar paralizado por el miedo y el desprecio por uno mismo?”.

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