Y solo hay un Athletic, y es el de Bilbao, ¿Dónde está el problema? Solo hay un Atleti, que ayer hizo una primera parte sencillamente horrible, rozando lo dantesco, recordando pesadillas pasadas que parecían felizmente olvidadas. Estrenando en Liga la equipación gris (fea donde las haya, aunque ese escudo la bendice) el Atleti en este primer tiempo fue un auténtico cúmulo de despropósitos, tratando al balón como si un conejo de campo de se tratase, corriendo nuestros jugadores por el campo sin ton ni son. Ni una sola ocasión de gol, ni tan siquiera un atisbo de jugada medio decente, ni una triste combinación, ni por asomo un triste acercamiento al área, ni un solo pase en condiciones .... No fue una primera parte para olvidar. Fue un primer tiempo para enterrar.
Enfrente, solo hay un Athletic, que fue todo lo contrario, realizando una gran primera parte, recordando y siendo fiel a su idiosincrasia que tantas veces les he visto plasmar en su casa. Nos ganó absolutamente en todo: actitud, aptitud, presión, intensidad, velocidad ... Un solo pero para los del Bocho: debieron sentenciar, y no lo hicieron. Obviamente, lo pagaron caro. Muy caro. A los 16 minutos, una absurda falta de Raúl García, que intentó despejar un balón creyéndose que Aduriz es un hombre transparente, provocó una falta que lanzó excelentemente Susaeta y que Mikel Rico cabeceó a placer a la red, aprovechándose del despiste de nuestro navarrico en la marca. Y aún tuvo alguna opción más Aduriz, que se plantó solo ante Moyá, pero se hizo la picha un lío y Siqueira terminó despejando el peligro a no se donde (aunque el auténtico peligro para el Atleti fue él mismo, vaya partidito del Señorito Siqueira… ¿Cuándo hostia puta se recupera Ansaldi?). Con este resultado se llegó al descanso.
Pero solo hay un Atleti, y es el Campeón. Su salida al campo en la segunda parte así lo demostró. Cualquier otro equipo ayer se hubiese llevado de San Mamés de tres para arriba. Nosotros no. Tras una enloquecida sucesión de toques al balón más digno de un partidillo de fútbol siete en el patio del Manicomio Municipal de Fuenlabrada, al fin, alguien, bajó el balón al pasto, y el Atleti realizó una vertiginosa combinación al primer toque entre Tiago, Raúl García de tacón, Gabi, Arda, de nuevo el propio Raúl García y Juanfran, éste último puso un pase maravilloso sobre la cabeza de Griezmman y el primero de la noche que cayó, tras espléndido cabezazo del francés. Empate a uno, pues.
Apenas 5 minutos más tarde, la puntilla, en una acción en la que Tiago buscó descaradamente la pierna de San José y la encontró, dejándose finalmente caer dentro del área. Una acción lamentable (si criticamos hasta quedarnos afónico al vomitivo personaje portugués de la acera de enfrente, no tenemos que ser menos con la acción de nuestro portugués tampoco), que el árbitro picó y señaló la pena máxima, y que fue transformada con suma tranquilidad por Raúl García. En un pis-pas, vuelta a la tortilla. Es lo que tienen los gladiadores del Cholo: se pueden despistar, pero cuando se les llama a filas, resultan temibles de verdad.
Y sí. Solo hay un Athletic, que de nuevo pasó a controlar el encuentro, pero ya con pocas ideas en la cabeza, seguramente debido al esfuerzo anterior, y a los dos pasos atrás que suele dar el Atleti y que tan poco me gustan, la verdad, pero que suelen defender y resolver con bastante solvencia y suficiencia. Así, se propició una ocasión de Aduriz que atajó bien Moya, minuto 13 de la segunda parte, y poco más. Era tal la impotencia de los bilbaínos que Muniaín (que ya había tenido sus más y sus menos con el uruguayo) decidió pisar de forma criminal a Giménez cuando éste se encontraba en el suelo, fuera del campo, en un lance del juego, allá por el minuto 22 del partido. Otra que se zampó el colega de Hernández al cuadrado (roja de caerle un buen puro al puto enano ese).
Pero solo hay un Atleti, y, sobre todo, solo hay un Koke. Eché de menos a Mandzukic, apenas eché en falta a Miranda, pero eché terriblemente de menos a Koke. Ese toque preciso suyo, esa pausa, ese control del juego ... Vallecano, no vuelvas a faltar más, porfa.
Aún así, a los 27 minutos de esta segunda parte, Gabi emuló al Míster Resurrección y se sacó de su chistera un fantástico pase sobre Griezmman, maravilloso control de éste, y carrera vertiginosa hacia Iraizoz poniendo el 1-3 en el marcador, con gran maestría. Un señor gol, que completó el francés con otro nuevo tanto, en una acción en la que él debió rematar directamente a meta, pero prefirió dejársela a Raúl García, el navarrico remató demasiado confiado, y el propio Antoine tuvo que terminar remachando el tanto, en algo más que evidente fuera de juego. Era ya el minuto 75, y el Atleti transformaba lo que parecía una derrota segura en una plácida goleada y es que, efectivamente, solo hay un Athletic, y es de Bilbao, pero también solo hay un Atleti, y es el Campeón.
EL CRACK DEL PARTIDO: Nueva exhibición de Giménez, que por despejar, hasta envió al limbo la tocha de Godín (no me cabe ninguna duda de que la pareja de centrales titulares hoy por hoy en el Atleti, es la dupla uruguaya, lo siento por Miranda), y, como no puede ser otra forma, Antoine Griezmann, que consiguió su primer hat-trick con el Atleti (de los buenos, de los que se completan en 45 minutos, en un tiempo). Otro que para mi debería de ser titular incontestable, y que, con un poco de continuidad en su juego, convencido estoy de que dará el salto de gran jugador que es a crack incontestable que va a ser.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Siqueira. Su banda fue la calle Preciados “en estas fechas tan entrañables”, que diría el Buey. Todo puto Cristo paseando a su puta bola. Por perder, hasta perdía el balón solo. No me cae mal el pibe, pero, la verdad, en momentos determinados del encuentro pensé que el brasileño no se tenía que morir nunca: le teníamos que matar.
ÁRBITRO: Hernández al cuadrado. Al cuadrado no, al triplicado su penosa actuación. Partido calentito (como todos los Athletic-Atleti en San Mamés), que no lo llevó mal del todo en el primer tiempo, pero que en el segundo dio un auténtico recital de errores, que ya les he comentado en mi crónica, y que tuvieron una clara trascendencia en el transcurrir del partido. Otro que le va a venir el descanso de perlas.
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 7 GRADOS).
Por el resultado y la remontada, quizás le debería de subir algún grado más, pero la imagen del equipo en el primer tiempo me decepcionó (por decirlo de una manera suave) bastante, así que un par de gradejos más, y va que chuta, compadre.
Nada más. Despedimos desde este humilde bloq un excelente 2014 para los colchoneros, con un Campeonato de Liga, una Supercopa de España y un subcampeonato de Europa a nuestras espaldas. Casi nada al aparato. Aprovecho estas últimas líneas para desearles a todos ustedes que pasen unas felices fiestuquis, y que el 2015 les traiga todo aquello que deseen y que, seguramente, merezcan. Y muchas, muchas, muchas gracias por su atención. Yo al Atleti le quiero, le llevo dentro del corazón …