29 de enero de 2015

Atleti 2 - Barcelona 3. La gran estafa.


Me siento triste, me siento cabreado, tengo que tirar de la orejas a algunos de los míos (y lo pienso hacer, denme tiempo), pero, contradictoriamente, también me siento superorgulloso de mi gente, cada día que pasa los quiero más y lo pienso seguir demostrando dándoles todo mi apoyo y muriendo con las botas puestas con ellos, animándoles, viéndoles y no dejándoles jamás solos. Eso sí. De todos los sentimientos con los que me he levantado esta mañana, el que más aflora sobre mi rojiblanca sangre es el de estafado. Me siento enormemente estafado porque un árbitro, concretamente, el Señor Gil Manzano, se cargó por obra y gracia de su santa polla un espectáculo futbolístico que me estaba encantando, y aunque cuyo resultado final era previsible, los unos y los otros andaban superando obstáculos en una lucha titánica a camiseta desgarrada que estaba siendo un auténtico espectáculo de goles, de ocasiones, de idas, de venidas, de piques, de ataques, de contras, en medio de una grada enfervorizada, en definitiva, puro fútbol pero en su más alta dosis en vena. Fútbol de los de antes. Fútbol genuino de auténtica Copa del Rey.

Los ingredientes para tal espectáculo fueron un gol (un gol no, UN SEÑOR GOLAZO) de Don Fernando Torres a los 39 segundos de juego, en una acción que se anticipa fenomenalmente Siquiera y que el Niño supera a Macherano con un control, regate y disparo, todo casi en una misma acción, que puso el Calderón patas arriba. Nos pusimos tan pronto con la eliminatoria a nuestro favor que no supimos muy bien cómo digerir aquello, y en solo 8 minutos el Barsa nos empató el partido en una tan sorprendente como majestuosa contra en la que Messi viola prácticamente a Mario Suárez, da el balón sobre Suárez,  el uruguayo al primer toque ve el desmarque de Neymar y bate con suma tranquilidad  a  Oblak, jugador que, en determinadas circunstancias, parece el hombre invisible. De lo que quiso hacer Juanfran reculando en vez de apurar la carrera del brasileño y de la ubicación de nuestros centrales en alguna parte del universo son misterios que creo serán desvelados en exclusiva en la próxima edición de Cuarto Milenio. Iker, tienes trabajo. Mucho trabajo.

El partido ya andaba loco perdido con los dos equipos desatados buscando la victoria y en la que los centrocampistas eran prácticamente meros espectadores del subidón de adrenalina que protagonizaron ambos pretendientes. A los 17 minutos se la anula un gol a Neymar cuya posición es francamente dudosa cuando arranca la jugada (y yo, cuando tengo dudas, no señalo fuera de juego, lo siento). Diez minutos más tarde fue Griezman el que probó fortuna en un remate dentro del área tras una gran jugada del Atleti, comandado por un eléctrico Torres durante  todo este periodo. Sin tiempo al respiro, Juanfran intenta una de sus internadas por banda, se piensa que Mascherano es como Oblak, invisible, y descubre que no, no lo es. Gil Manzano decide transformar eso en penalti (que encima era acción fuera del área) y Raúl García pone de nuevo el manicomio en sus máximos decibelios al anotar con suma tranquilidad poniendo el 2-1 en el marcador.

El desenfreno no tenía límite, y Giménez se lanzaba como un jabato a por un balón rematado por Rakitic  apenas 8 minutos después, en otra acción atacante blaugrana. El consiguiente córner lo remato Busquets e incomprensiblemente Miranda se encarga de fusilarlo a la red. Psicodelia en su más puro estado, y empate  a dos en el marcador. Da igual. Viva el vino.

Tan solo 3 minutos después, un violento disparo de Griezmann fue  despejado por Jordi Alba con una extraordinaria zamorana que el Señor Gil Manzano incompresiblemente no vio. Penalti y rojita que se zampó el menda, ojito al parche, pin-pín. Como continuación de esa misma jugada, nueva contra blaugrana en la que el omnipresente Jordi Alba termina poniendo el balón  ya en área colchonera sobre de nuevo Neymar  poniendo el 2-3 en el marcador, eso sí, con gestito despectivo en la celebración incluido. Vaya por Dios.

Todo esto provocó al final una pequeña tangana, producto más de los propios nervios de los unos  y de los otros, que hizo que en el vestuario probablemente saltasen chispas. Que si Torres, que si Neymar, que si Raúl García, que si Gabi, que si el Cholo, que si Unzúe, que si el Mono …Pero todo esto es fútbol, señores, todo esto forma parte de este maravilloso juego, y todo esto, si queremos  precisamente disfrutar a tope de este tipo de partidos, lo que tenemos que hacer es cuidarlos  y no ESTAFAR al  espectador provocando una expulsión al capitán de uno de los equipos no por insultarte, no por menospreciarte, no por agredir a nadie, no por dar un corte de mangas, no por hacer una entrada dura, sino simplemente por indicarle al ínclito señor que se ha equivocado en la no señalización de un penalti en el vestuario cuando se marchaba al descanso. ¡EL CAPITÁN DEL EQUIPO! Sin más. Por simplemente eso decide un incompetente dejar a un equipo con 10 que lo estaba dando todo en un campo, sabiendo que estaba luchando contra prácticamente molinos de viento. Ese  equipo quería ser fiel con su idiosincrasia, respetar al espectador, no dejarse llevar por intentar superar prácticamente un imposible,  e intentar seguir compitiendo a tope como si del último momento de su  vida se estuviese produciendo, sin importarle en exceso su más que probable eliminación del torneo. Lamentablemente, a ese equipo no se le dejó proseguir con su cometido. Esto es una estafa, señor Gil Manzano. Me ha estafado usted a mi, a  todos los presentes en el estadio, y a todos los que estaban siguiendo, de una u otra forma, este maravilloso partido de fútbol. Así que se lo digo muy alto, señor Gil Manzano: ES USTED UN ESTAFADOR.

De la segunda parte no voy a comentar apenas nada. Dar la enhorabuena a todos los culés por su más que merecido pase a semifinales de Copa. Y gracias por no haber querido hacer más sangre, lo único. De Neymar nada, que es un fantástico jugador de fútbol con el cual no me pienso meter con  su manera de jugar y practicar este deporte. Le van a hinchar a dar palos aquí, allí y en Sebastopol, pero allá él, es su problema. Eso sí, es de agradecer que otra vez que vaya a ser sustituido, no quiera ser aún más protagonista de un partido que ya por desgracia no se estaba disputando, se aleje al máximo de la banda por la que tiene que salir cuando sabe perfectamente que va  a ser cambiado, y se marche de los terrenos de juego disfrutando de un plácido paseo como si de en una playa jamaicana estuviese el colega dándose un rulo mientras se fuma un dos papeles y lleva en su cabeza  unos horripilantes cascos de esos que se llevan ahora con la música más alta que la de la puta megafonía del Calderón (¡muerte a los putos speakers!). Menos mal  que éste no llevaba escuditos añadidos en su camiseta, porque no descarto que el flipao se lo hubiese ido mostrando uno por uno a cada espectador de los que ayer llenaban el Calderón. En fin.

Referente a los míos, examen de conciencia, muchachada. Ayer no supimos perder. Sabemos que teníamos bajas. Sabemos que cuando no está Godín en la defensa hay más descontrol que cuando un profesor da un descanso en una clase de jardín de infancia. Pero Juanfran, tenemos que tener la cabeza  más fría, y si el rival nos está superando, calmarnos, apretar los dientes y seguir compitiendo. Raúl García, eres el jugador al que probablemente más quiero de toda la plantilla, pero tenemos que tener cuidado, estamos creando un personaje que nos está superando y se nos esta yendo completamente de las manos. Por favor, céntrate. Deja ya de protestar absolutamente todo y de andar perdonando vidas a  diestro y siniestro, por favor. Defiéndenos a tope, no te dejes pisar jamás, pero lo dicho, cabeza fría, corpore sano. Y Arda, por Dios, no podemos ir lanzando botas a jueces de línea sin ton ni son. ¿En qué hostia puta andas pensando, me cago en mi puta madre? Mario, de verdad, ¿La   expulsión era necesaria?

En fin. Tenemos mucho que disfrutar todavía, que emocionarnos, muchas cuentas pendientes por ajustar, muchos partidos por disfrutar, la Champions, la Liga, el  tercer o el cuarto puesto,  por favor, sigamos sintiéndolo como si fuese el último de nuestra existencia. Miremos hacia adelante, corrijamos nuestros errores, levantémonos y sigamos compitiendo tal y como va en nuestros genes. Se avecinan días durísimos. Nos estaban esperando, y, me temo, que, esta vez sí, les hemos dado motivos para que saquen sus tanques en nuestra contra. Prietas las filas, a las barricadas, pues. El temporal no ha hecho más que comenzar. ¡Forza Atleti!

25 de enero de 2015

Atleti 3 - Rayo 1. Griezmaa fulmina al Rayo.


Uno de los encuentros que mejor encajaron en el guión que tenía preestablecido con lo que pensaba que iba a ocurrir. Un Rayo que iba a ser valiente, iba a querer el balón pero que cometería más de algún error incomprensible en defensa que pagarían caro, sumamente caro. Enfrente, un Atleti al que el juego del rival le viene como anillo el dedo y que, aprovechando su calidad en ataque terminaría destrozando a los vallecanos. Un árbitro que sobre el papel me gusta (y mira que es jodido, oiga), y como siempre, un buen ambiente en el Calderón. Lo único que no me esperaba es la pinta con la que dirigió al equipo Paco Jémez. Está bien eso de ir sin complejos en la vida, y el ríase la gente, si ando yo caliente. Pero coño, ir de traje y encasquetarse un gorro de invierno que parecía de camulflaje del ejercito soviético, qué se yo. Que sí. Que el Rayo es un equipo simpático, cae bien y demás. Y hasta Jémez tampoco me cae mal del todo. Pero lo de esa pinta, jodeeer …..

A los 11 minutos, mi guión se empezó a desarrollar a la perfeción. Ze Castro recuerda su época más colchonera y decide regalar el balón a la bala Griezmann. El francés se va en velocidad y define ajustando hacia el  palo derecho de Toño. El caso es que uno le ve haciendo esto a Antoine y piensa “joder, qué fácil es”. Pero vístanse de corto en inténtelo, a ver si lo consiguen. 1-0 en el marcador.

¿El Rayo, mientras?  A su puta bola. Es como si supiese que alguna de esas siempre concede, y siguió jugando y dominando como si tal. A los 20 minutos Manucho avisó rematando de cabeza por encima del larguero. Un minuto más tarde, saque en largo de Moya, peina Mandzukic y deja solo de nuevo a Griezmann. Otra vez que pilló la moto, otra vez que fusiló a Toño. 2-0, y la cosa prometía. Máxima rentabilidad, mínimo esfuerzo.

Sin embargo, Trashorras puso el 2-1 en el marcador apenas 12 minutos después en un extraordinario remate ajustando el balón al palo lleno de clase y precisión. Con este resultado se llegó al descanso. Mas que menos, el guión se estaba clavando. El Atleti no andaba jugando bien, pero visto el tute que lleva encima, con que vaya sacando este tipo de partidos hacia adelante uno se conforma. El Rayo, por su parte, como parece que ni siente ni padece, juega siempre igual, pues nada, manzanas traigo.

Prosiguieron al descanso 25 minutos aceptablemente buenos del Atleti. Se subió la presión, se atacó más y apenas se pasaron apuros. Nada más comenzar de nuevo Griezmann (quién si no) hizo de nuevo lucirse a Toño enviando el balón a córner. A los siete, Arda hizo un jugadón de los suyos que hizo que Baena tuviese que enviar el balón de nuevo a saque de esquina. Tras la salida de otro córner, apenas 3 minutos más tarde, Manucho se equivocó de portería y al intentar despejar el balón ante la presencia de Giménez se introdujo el mismo en su portería. 3-1, visto para sentencia.

El Atleti ya siguió disfrutando y Griezmann pudo conseguir al menos un par de tantos más, uno aprovechando un excelente pase de Mario Suárez en el que cruzó el balón por poco, y el otro faltando menos de 4 minutos en el marcador tras realizar un carrerón desde el semicírculo central de nuestro propio campo, yendo dejando atrás a contrarios y rematando finalmente al palo. Si clava ese el francés, se hunde el Calderón. Y, no contento con eso, aún tuvo tiempo de regalarle un gol al Niño, pero éste terminó embolicado en su clásica jugada con la que tanto disfrutan su legión de detractores (ahí se remata según  te viene el balón, joder, qué pollas regatear al portero ni qué niño muerto). Da igual. La tormenta rayista fue fulminada por Antoine Griezmann. ¡Qué bueno que viniste, macho!

EL CRACK DEL PARTIDO:  Muy bien Miranda, muy bien Mario, y maraviloso Griezmann. Quién si no se iba a llevar esta sección hoy, mis queridos filántropos.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Sin estar mal, pero tuvo digamos un día algo tonto Juanfran. No se me hunda usted, Don Juanfran, que bastante tenemos ya con Siqueira.

ÁRBITRO: Vicandi Garrido. Muy bien. Se le reclama un penalti de Moya sobre Manucho que para mi, sinceramente, no lo fue.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 7 GRADOS).

Esta vez ni lo toco. Seguimos compitiendo, es lo que cuenta.

Y el miércoles, la vuelta de Copa frente al Barsa. Tengo fe y creo en la remontada. Lo presiento. Algo mágico va a ocurrir en el Manzanares. No sé quién va a pasar, pero el que continúe hacia delante se lo va a tener que currelar, y mucho. Y qué rápidas transcurren las semanas con tanta emoción que llevarse a la boca. Adelante, adelante, adelante Campeón …

22 de enero de 2015

Barcelona 1 - Atleti 0. Difícil, no imposible.


Conste que no me gustó nada el partido de ayer. Yo lo siento, pero eso de que mi equipo sea incapaz de crear una sola situación de peligro de gol es algo que me desespera enormemente, no lo puedo evitar. Cierto también es que el primer tiempo se jugó aceptablemente bien, especialmente en términos defensivos (bueno, y la segunda parte también, Siqueiradas aparte). Mode cabreus sumun supinun on, ¿Va  a terminar algún día el puto Doctor Requesón de terminar sus experimentos con el señor Ansaldi? Lo digo porque igual sería interesante reforzarnos para ese puesto si es que el puto follador de Oklaoma sigue entretenido con la  rodillita del argentino. Que ahora además tenemos taleguitos frescos  del chino ese, joder. Mode cabreus sumun supinun off.

Por otro lado,  tenemos un problema grave, y es que el  equipo a la hora de construir juego anda más deprimido que Carmen Sevilla en un concierto de Iron Maiden, y eso que Mario Suárez no realizó ni mucho menos un mal encuentro tampoco. El vaso  de agua en  el oasis. Necesitamos como el comer a ver qué tal nos empieza a resultar Cani, modestamente inquiero.

También no es menos cierto que es el tercer partido frente a un Barsa-Madrid en apenas dos semanas, y el desgaste es terrible no, lo siguiente, pero encima, ayer, los cambios del Cholo terminaron de acular al equipo y de mandar ese mensaje que tanto me molesta de que el gol era lo de menos, que bueno estaba el empate (la presencia de Mandzukic  solo en punta tiene la misma  trascendencia en el juego que la de un servidor dándose un rulo por la Bolsa  de Madrid, exasperante hasta decir basta) y al final pasó lo que pasó.

De primeras, el partido resultó bastante menos intenso que el de Liga, conscientes los dos  equipos de que quedaban muchos minutos por disputarse. Aún así, a los 3 minutos Neymar hizo  lucirse a Oblak (buena imagen la del esloveno ayer). A los 11, Messi desde dentro del área remataba fuera. Mientras, el Atleti se sacudía poco a poco el dominio, pero era incapaz de intentar hilvanar alguna jugada en ataque, porque el Niño le   está costando bastante dominar los  espacios y anda viviendo en el puto fuera de juego casi permanentemente. Paciencia.

A los 26, Turán pega un avisejo desde fuera del área pero Ter Stegen ataja sin problema. Y a  los 34, una buena jugada  entre Koke y Siquiera es rematada de cabeza  por Griezman fuera. Parecía  que poco a poco la cosa  podía ir funcionando. Sin embargo, no supimos esta vez sacar nuestro mayor jugo a las  acciones a balón parado. El Barsa nos las defendió cojonudamente en el partido  de Liga, así que el Atleti intentó no sacarlas directamente sobre el área,  pero el resultado  fue nulo. No pasa nada. Algo les prepararemos para la vuelta, no se preocupen.

Al borde del  descanso llegó la gran ocasión del partido, en una excelente asistencia de Rakitic sobre Suárez, que le dejó solo dentro del área ante Oblak y mandó el balón por encima del larguero. Ciertamente, una ocasión imperdonable. Y con este resultado se llegó al descanso.

En la segunda parte Cholo hizo el primer intercambio de cromos al sacar a Mandzukic por el Niño. Bueno, como andaba Griezmann por ahí no me disgustó el cambio del todo, aunque me parezca siempre un poco brusco sustituir a un tío en el descanso, salvo que el resultado sea un puto desastre, cosa  que no era tal. Pero si posteriormente quitas a Griezmann por Raúl García, nuestras opciones de contragolpe se desvanecen por completo, y si resulta que nuestra sala de máquinas tampoco anda carburando últimamente, no es capaz  de  generar juego, apenas retiene el balón y obviamente, también se termina agotando y se limita exclusivamente a defender, eso sí, cada vez  más atrás, la cosa es difícil que se termine sosteniendo convenientemente. Y esta situación, jugando contra equipos con  el poderío individual que tienen los atacantes blaugranas, es chungo cubata porque alguna te terminan montando. Y así fue. Era el minuto 37 de juego, Siqueira hizo una de sus ya tristemente célebres Siqueiradas al darle un absurdo empujón a Messi cerca del área, el argentino lanza la misma horrible, pero termina quedándole el balón en el área a Busquets, así que Juanfran se lía como un desatado a  intentar sacar el balón  y termina atizando al mediocampista atacante. Absurdo pero claro penalti (no pacha nada, al de Onteniente se le perdona), que logró atajar en primera instancia Oblak a Messi, pero que el hormonado terminó aprovechando el rechace para poner el 1-0 en el marcador.  A fuerza de ser sinceros, el resultado es justo. Así que queda todo por decidir en el Calderón.

El reto es superinteresante: remontar una eliminatoria (yo creo que con el Cholo es la primera vez que nos  toca, corríjanme si me equivoco) frente a  un Barcelona, lograr que los culés no nos claven ningún chicharro (con la baja de Godín la cosa es aún más jodida si cabe) y sacar fuerzas de no se dónde para otro partido frente a las dos grandes morsas en menos de un mes. Hay que ser sinceros, de fácil nada, monada, pero tampoco  es ni mucho menos imposible. Eso sí, la primera condición para intentar superar el reto es creer en ella, y yo ya empiezo  a estar como una moto para que sigamos compitiendo (partidito frente al Rayo aparte, respeto siempre ante todo). ¿Se me apuntan, pues?

19 de enero de 2015

Atleti 2 - Granada 0. Resacón en el Calderón.


Es lo que  tiene. Después de una gran alegría y un brutal esfuerzo, cuesta de nuevo ponerte el mismo chip de intensidad y de motivación que tuviste hace tan solo hace días. Y así pasó. El partido fue más espeso que estoy yo un lunes después de haber tenido un par de bodas durante el finde. De hecho, diría que hasta la primera media hora fue del Granada y todo, aunque la única ocasión clara que tuvieron fue un remate de El-Arabi fuera de cabeza cuando estaba en inmejorable situación para haber generado algo más. Estaba la cosa tan sosota y tan aburrida que lo único que me sacó del sopor fue el señor Pérez Villanueva sacando tarjetas. Si no hubiese sido por él, a saber qué les hubiese tenido que escribir ahora. Pero, a la media hora de juego, Godín dijo basta, se subió al ataque como un poseso, y cuando se disponía a rematar un buen centro del Niño, uno de los 443 Sissokos que pululan por este fundo futbolero agarró al uruguayo flagrantemente. Penalti claro que transformó fenomenalmente Mandukic. Pues bueno. Lo más difícil estaba hecho. Aunque el aburrimiento permaneciese, el marcador ya andaba en donde yo quería. Francamente, y después de lo del jueves, con esto me bastaba, aunque hay que reconocer a  la muchachada que, precisamente, a partir del tanto, se desperezó un poco y presionó con más intensidad de aquí al final de la primera parte.

Después, en la segunda, y con la entrada de Griezmann, se produjeron más cosas en ataque, aunque tampoco es que fuesen ocasiones de gol flagrantes ni mucho menos. Una buena acción de Antoine disparando desde fuera del área y que Oier despejó a córner, y un buen disparo de Koke casi a la media hora ya de la segunda parte que salió lamiendo la escuadra izquierda granadina. Curioso equipo el granadino este, que con esa equipación azul noñita que salía no sabía si era el City (aunque vista la calidad de sus futbolistas tampoco tuve demasiadas dudas), o un equipo de los que participa en la copa África esa, vista la cantidad  de jugadores de color que tiene en sus filas. El caso es que me parece que va el último por algo, desde luego. Poco más, la verdad. Un buen remate de Mario Suárez fuera, y el gol ya en el 42 de Raúl García, rematando con el número 8 que lleva en su espalda, tras una gran jugada de Arda. Un buen broche a un partido de resacón total.

EL CRACK DEL PARTIDO: Pues a mi me gustó mucho Mario Suárez. Sigue en la línea en la que puede ser titular en el Atleti, aunque me siga gustando más Tiago. Y, sin deslumbrar, pero buenos minutos del Niño, que sigue claramente en buena progresión.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Nadie dice nada, así  que seguramente será una  de las paranoias mías, pero yo a Koke le sigo viendo bajísimo. Pero vamos, a saber, que con lo flipao que ando yo últimamente (y sin el últimamente).

ÁRBITRO: Iglesias Villanueva. Pues a mi es un tipo que me gusta, pero ayer, su criterio para sacar tarjetas amarillas por nada como si  de un comercial se tratase repartiendo tarjetas de visita entre sus clientes me llegó a enfadar un poco. Eso, por no hablar de por qué no expulsó al jugador del Granada en el penalti que hizo  a Godín, claro, aunque yo con que lo pite, casi que me conformo, que luego todo se sabe.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+ 7 GRADOS).

Lo subo un gradín, porque los 3 puntos son de oro, y hay que pillar todo lo que se pueda por ahí que viene peña por detrás que anda bastante fuerte.

Y  el miércoles, ida de los cuartos de Copa frente al Barcelona. Partido grande donde los haya. Esperemos que mejoremos la imagen ofrecida hace apenas un par de semanas en el partido de Liga. Al fin y al cabo, la Copa  es otra cosa, y ojito, que suele resultar muy loca. Emociones fuertes vuelven a asomar. Y yo nací, enamorado  del Atleti de Madrid …

16 de enero de 2015

Real Madrid 2 - Atleti 2. Nos sobran los motivos.


55 segundos. Eso tardó el Atleti en decirle al Madrid que él pasa de sus espíritus, de su exhibicionismo glamuroso de torneos individuales, de recibimientos multitudinarios, de campos llenos y de supuestos infiernos o pintorescas conjuras. A él solo le vale, solo tiene una puta obsesión, competir, con un solo objetivo final: ganar. Y eso es lo que hizo. 55 segundos. Eso tardó el Niño en demostrar que sigue teniendo hechuras de nueve grande, que su vuelta no es solamente un simple brindis al sol y que, aunque aún falto de ritmo y de más confianza, está por la labor de poner el broche de oro a su espléndida carrera deportiva compitiendo con un grupo de jugadores al que nada les asusta, que pueden estar peor o mejor, pero que siempre se acaban levantando, y que miran de tu a tu al vecino, por mucho Rolls Royce que luzca para simplemente ir a comprar el pan. 55 segundos. Siqueira (fenomenal ayer) cede un balón que ha interceptado de Sergio Ramos sobre Griezmann. Antoine (cuyo techo sigue explorando a la vez  que avanzando en cada encuentro que va sumando, fantástico partido el suyo) se va de Pepe con la facilidad con la que Kiko Rivera ha entrado en el Abominable Gran Hermano Vip ese, contempla el desmarque del Niño hacia fuera del área, le cede un balón con precisión milimétrica, y Torres fusila sin piedad. Es lo único que hicimos en la primera parte (en ataque, digo) pero fue suficiente como para poner en las caras de los jugadores madridistas ese gesto de “joder, lo que nos faltaba” y resoplasen con cristiana (con perdón) resignación.

Eso sí. Son un gran equipo, y uno nunca puede estar con ellos tranquilo. Su excelente primer tiempo así lo demuestra (el del Madrid, digo). Nos embotellaron haciéndome recordar esas pelis de indios en las que tenían completamente rodeado el fuerte del séptimo de caballería intentando el desembarco final. Curiosamente, los piel rojas fueron esta vez los vikings. Y los confederados, los colchoneros. Da igual. El símil resume a la perfección lo vivido en esta primera parte. El Madrid jugó con paciencia, entrando siempre por banda y generando, además, mucha sensación de peligro, especialmente en segundas y terceras jugadas que fueron generando. Si encima, a los 19 minutos, se aprovecha de una pésima salida de Oblak para empatar el partido con un testarazo de su corazón salvaje Sergio Ramos, la cosa, aunque parezca mentira, se pone complicada, muy complicada. Porque encima nuestro guardameta pasó de más historias y decidió que el dominio del área en el juego aéreo no era cosa suya a partir de ese instante. Una pésima decisión. La consecuencia fue que terminamos sufriendo en exceso. La cosa pintaba fea. Muy fea.

Había que tomar medidas con el asunto, pues. Godín se tuvo que tomar su pócima multiplicadora, convirtiéndose en dos y hasta 3 defensores a la vez. Miranda recordó que ese es su estadio talismán, y que ahí tocó la gloria casi más grande que puede existir para un jugador, Mario Suárez se olvidó de sus moñeces y se puso también su disfraz de futbolista total (casi de enmarcar su encuentro) y, sinceramente, se aguantó como se pudo, que en este caso, créanme, no es poco. Porque el Madrid es mucho Madrid, y cuando anda desbocado y completamente desatado sin control, es un puto huracán muy difícil de sostener. Pero se sostuvo, se mantuvo y se logró acabar en tablas este primer tiempo. Lo más duro había pasado ya.

Después, al comienzo de la segunda parte, Griezmann se aprovecha de un regalito del sobradito Sergio Ramos, cuyo disfraz de Schuster, obviamente, no le termina de quedar bien del todo, se lanza de nuevo como una flecha hacia el marco de Keylor Navas, Torres lee perfectamente la jugada, hace un desmarque por fuera, el francés de nuevo le vuelve a dar medido el pase, y el Niño entra en el área, le dice a Pepe que si le apetece sentarse un ratito, que parece muy cansado el hombre, y remata con una tranquilidad pasmosa sentenciando la eliminatoria y poniendo el 1-2 en el marcador. Un gol de crack. Y no. No es un sueño. Probablemente, y, reitero, aún no estando todavía en su mejor momento, es un simple acto de justicia futbolística y de reconocimiento a un jugador que nos lo ha dado todo, que nunca se ha escondido ni avergonzado por ser lo que es y venir de donde viene, más bien al contrario. Encontraste tu justo premio a  tantos años en el exilio, a tantos goles conseguidos, a tantos palos recibidos (gratuitos y no gratuitos). Dicho reconocimiento es por tu siempre saber estar, por tu humildad, por representarnos tanto y tan bien durante tantos años, por conseguir que estuviésemos siempre estar tan orgullosos de ti, por haber siempre estado pendiente de nosotros, y por que tu rojiblanco corazón merecía una alegría así. No le des más vueltas, no tienes que pedir perdón a nadie. Disfruta del momento, simplemente, porque te lo mereces, Fernando. Ahora toca seguir creciendo poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Y si el Cholo cree en ti, ya sabes. Nosotros jamás seremos menos. Él es nuestro pastor, nada nos falta.

Después, Ronaldo empató los 8 minutos del segundo tiempo (un gran gol, fenomenal testarazo el suyo, justo es reconocerlo también), pero el Madrid ya no tenía fuerzas para nada, al Cholo le dio por sacar a Arda Turán, y ya saben, a partir de que el turco pisa el césped, se juega, simplemente, a lo que él quiere. ¿Qué queremos tener la posesión del juego? La tenemos. ¿Qué nos apetece atacar un rato? Atacamos pues. ¿Qué ahora un poquito de  pausa? Venga, pausa tocan. ¿Qué se presiona un ratito después? Pues se presiona, joder, se presiona. ¡Qué puto escándalo de jugador!

Nada más. Bueno sí. Isco comentó que no sabía dar patadas después del partido de ida. Tras la vuelta, sigue intentándolo, macho, porque continuas sin tener ni puta idea de darlas. Eso sí, y con el beneplácito de tu “señorial” afición, coces  sin  ton ni son demostrando grandes dosis de rabia, impotencia y soberbia, vemos que ahí andas sobrado, chavalote. Fiel reflejo de vuestra situación y status presente. En fin, majete. Que otra vez será. Ayer, en su reentré en España, al Niño le apetecía irse de Copas, y no hay que darle muchas más vueltas al asunto. ¿No lo había dicho todavía? Pues te lo repito de nuevo, sin problema. Gracias por tu vuelta a casa, Fernando. Y recuerda. Tu con nosotros, nosotros contigo. Nos sobran los motivos….

12 de enero de 2015

Barsa 3 - Atleti 1. Irreconocibles.


Entre el esquijama  ese con el que salimos a jugar ayer y la talla futbolísitca  que dimos,  especialmente en el primer tiempo, si me dicen que en vez del Atleti es el Córdoba, el Elche o hasta el Villarrobledo, me lo creo a pies puntillas, porque el equipo salió totalmente adormecido, estuvo excesivamente áspero en algunas ocasiones, apenas presionó al  contrario (hecho que fue la clave del desbordamiento total blaugrana del primer tiempo), y no dispuso de ni una sola ocasión de peligro en dicho periodo. Fue un monólogo blaugrana total, con un Neymar, un Messi y un Suárez desatados.

En seguida se vio que la cosa iba a ponerse fea de verdad. A los 8 minutos Messi remató fuera con la derecha desde dentro del área. A los 11 vino ya el primer tanto de Neymar, tras una jugada embarrada del Barsa, en la  que nadie atinó a  darle un puntapié como es debido al balón mientras éste se  paseaba por el borde de nuestro área pequeña (especialmente sangrante en el caso de Juanfran y su patada al cielo barcelonés) y que al final el brasileño solamente tuvo que empujar el balón.

Tras  el primero, el aluvión blaugrana siguió, y mientras, los  del esquijama, sin enterarse de por dónde nos venía  el ciclón. A los 22 Neymar tira fuera tras un jugadón de Suárez. Mientras, Messi seguía haciendo lo que quería  con Gámez por la izquierda.  A los 28, Moya saca una mano milagrosa en otra nueva acción de Leo, y a los 34, lo que tenía que volver a pasar pasó, en una contra en la  que Messi nos demuestra que no solamente sabe jugar con el balón con los pies, sino que con la mano también resuelve de maravilla, aprovechándose de un flagrante control con  la misma, yéndose a toda leche  hacia  la meta del vendido Moyá y cediendo a Suárez para que anotase el 2-0.  Estaba claro que el argentino se encontraba  con una buena dosis de motivación en vena. Ya sabía yo que eso de darle un premio en  el día que se enfrentaba contra nosotros no era una buena idea. Para nada. Y aún pudo ser peor la cosa, que a los 41 volvió a rematar de nuevo  Messi de cabeza haciendo bueno un balón de esos de  quién sabe dónde de Alves. 2-0, y la cosa  estaba sentenciada.

Porque aunque el Atleti en la segunda parte maquilló  algo su  juego, dominando un poco más el balón y  teniendo más posesión del mismo (menos, francamente, era imposible, la verdad) apenas logró crear ocasiones en el marco defendido  por Bravo, salvo el penalti que Undiano se inventó a nuestro favor y que remató Mandzukic haciendo callar a la gente (no sé por qué, la verdad, no me gustan nada  que los míos  hagan este tipo de gestitos y de gilipolleces, más jugar en el campo y menos bobalidades sin sentido). Así en general, mira que me gusta la imagen de guerreros y de gladiadores que siempre damos en esos campos de Dios, pero ayer, sin embargo, no me gustó tanto determinadas acciones pendencieras colchoneras. Hubo gente muy perdida. Juanfran, Giménez, Mandzukic, hasta mi Raúl García … Echarle pelotas a  esto es otra cosa, chavales,  y nadie mejor que vosotros precisamente lo sabe. Que no nos dejemos amedrentar (los del  Barsa no son ningunos angelitos, está claro) por supuesto. Pero que confundamos esto con  dosis de violencia gratuita, riñas callejeras y demás, no. Ese no es  el camino.

En fin. Al final, faltando 4 minutos, en una pared que Leo hizo con Raúl García dentro del área  también, nos terminó de poner la puntilla definitiva  en un partido en el que ni fuimos ni nunca llegamos a estar del todo. 3-1. Resultado justo e incontestable. Lo dicho. Completamente irreconocibles.

EL CRACK DEL PARTIDO: En caso del Atleti lo dejo vacío, y por parte blaugrana, Neymar fue una continua pesadilla, aunque varios también estuvieron a un gran nivel como Messi, Luis Suárez, Pique, Busquets … Si es que nos pasaron por encima, joder.

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO: Muy flojito partido de Juanfran, de Giménez, de Koke (espantoso  toda la noche), de Gabi, de Griezmann … Bah. Y si añado casi el resto de la alineación, casi que también.

ÁRBITRO. Undiano Mallenco. Se puede arbitrar mal, se puede arbitrar peor, y se puede arbitrar cómo lo hizo ayer Undiano Mallenco. Así, a vuela pluma, pudo  expulsar a Giménez en una brutal plancha sobre Neymar que no pitó ni falta. Después, el segundo tanto blaugrana es ilegal tras la mano de Messi, al que a su vez debió de expulsar en una cobarde agresión a Gámez (le dio un codazo cuando el malagueño se encontraba de espaldas) y también debió amonestar al argentino en una temerosísima acción sobre Moyá, que si le pilla bien la cabeza, vaya usted a saber de qué estaríamos hablando ahora. Añadan que el penalti que nos pita a favor es de traca, y el cúmulo de desaciertos tiende a infinito. No puede ni debe arbitrar ni un solo minuto más este individuo.

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (+6 GRADOS).

Andaba la cosa por 7 graditos, pero lo bajo uno, más por la imagen que dimos que por la derrota en sí.

Y el jueves, hay que rematar nuestro pase para la Copa. Prepárense para emociones fuertes, aunque si  el Atleti sale a no presionar, a dar brevazos y a pendenciarse con este y con aquél, en vez de hacer lo que siempre hacemos, que es competir sin cortarnos un pelo, mal camino llevaremos. No confundamos la velocidad con  el tocino, please. Que el Bernabéu es mucho Bernabéu, y encima nos tienen muchas ganas. No pasa nada, mi confianza en la muchachada no  tiene límites. Viajaremos juntos otra vez, enamorado del Atleti ….

8 de enero de 2015

Atleti 2 - Real Madrid 0. Ya perdonarán.


Tienen ustedes toda la razón. De hecho, para eso nos hemos reforzado (Bienvenidos, chavales) con el Niño (del que espero más por mi fe ciega en el Cholo que por su estado actual de forma, aunque, meta o no meta goles, me la suda, la verdad, ha sido, es y será siempre su casa) y con Cani, un extraordinario pelotero que seguramente nos aporte algo de eso que ustedes tanto tienen y a nosotros dicen que tanto nos falta: fútbol en su más Valdanístico estado.

Debieron ustedes ponerse por delante en el marcador ayer, a los 50 segundos de juego, en un excelente remate de Don Sergio Ramos que atajó muy afortunadamente Oblak, ese porterucho que ayer, extrañamente, ofreció una imagen de sobriedad y seguridad inaudita. ¿Qué se apoyó Sergio en Raúl García? Por favor …

Nosotros solamente nos dedicamos a dar patadas y a jugar atrás, muy atrás, como bien se demostró a los 10 minutos de juego, en los que su esplendorosa  exhibición futbolística tuvo fruto en un magnífico gol de la locomotora galesa Bale que, por un pelo, pero fue anulado por fuera de juego. Esas jugadas ya sabemos que para ustedes en el Bernabéu son gol legal, pero jugaban en el Calderón, ya saben, ese campo lleno de malditos tarados endemoniados que, cuando andan todos unidos por una misma causa, suelen ser el auténtico jugador número 12. Ustedes me perdonen, pues.

¡Cuánta razón lleva el señor Marcelo, cuando indica que solamente jugamos al patapún y tentesieso! En una de esas Griezmann se plantó ante Navas, para que éste se luciese desviando a córner (minuto 13). Poco después, de nuevo el francés rubito le robó el balón a Varane (probablemente en clara falta) pero al final su atlético (con perdón) defensor logró taponar el remate de nuestro Antoine.

¡Y vaya fichaje que hemos hecho  con el Niño, ese que, con perdón también, ha conseguido más cosas que su humilde Raúl en la Selección! ¡Cómo osamos tal ofensa!  Ayer se le vio que anda falto de forma, y muy especialmente, tiene un problema  con el control de los espacios en este deplorable planteamiento que solemos hacer de los encuentros. Da igual que solamente lleve apenas 3-4 entrenos con nosotros, ustedes, como bien  sentencian, saben que está  acabado. Muy acabado.

¿Y cómo se puede  jugar con defensas como el tal Gámez ese? ¿De dónde ha salido este tío? Por favor, donde esté su Arrebola, que se quite ese lateralucho de en medio. Él sí que es un defensor fuerte, recio, duro, de pelo en el pecho, como bien se demostró en su dura aunque noble entrada sobre Gabi. Eso fue  una simple acción de club castizo y generoso,  todo nervio y corazón.

Tienen ustedes que perdonarnos, ciertamente, por tener en nuestras filas a un individuo como Raúl García, un jugador que solamente se dedica a sacar de quicio a sus nobles jugadores, que provoca penaltis en los que, como bien ustedes también nos indican, él hace la falta, y que solamente se dedica a dar coces y demás. ¿A dónde vamos con el navarrico en nuestras filas, almas cándidas?

Perdónenos también por sacar a 7 suplentes en nuestra alineación. Ustedes solamente quieren ver violinistas, violonchelos y pintores en  sus rivales, para que así puedan dar de sí todo su máximo esplendor, y entonces, sí decir, con su  probablemente segura victoria, y demostrar al universo entero que van con su bandera limpia y blanca que no empaña.

No caeremos tampoco en la tentación de ilusionarnos en exceso con Lucas, un chavalín que tiene hundido a nuestro Madrileño en puestos de descenso, aunque me cuenten que en realidad juega poco (así nos luce el pelo, claro). Un afortunado partido sin más, una gota de agua en el desierto, además, como vean que destaque un poco, le ficharán para su cuadra y fuera. Ya sabemos que Don Florentino es así.

Arrodillémosno de nuevo, y reconozcamos que debieron ustedes ponerse por delante, corriendo ya el minuto 6 de la segunda parte, en un remate de Bale que salió lamiendo el palo del Oblak ese.

Pero ya saben ustedes cómo funciona esto. Nosotros siempre nos adelantamos en el marcador con penaltis que, seguramente, sean falta nuestra y todo, y que, aún así, Keylor Navas estuvo a punto de parar en el afortunado remate del nervioso e impreciso Raúl García, poniendo  el 1-0 en el marcador, ya en el 13 de esta  segunda parte. ¡Qué provocación tirar una pena máxima así! Entiendo su indignación.

También les pedimos  perdón por la lectura que hizo del encuentro nuestro histérico entrenador, el señor Simeone. Es imperdonable el jugar nuestras bazas como lo hizo, logrando una labor de desgaste físico en su equipo para, una vez  adelantados en el marcador, sacar a gente como Turán, Koke y Mandzukic, y tener más el balón y controlar más el juego. Aquí al fútbol hay que jugar siempre al ataque, siempre buscando el gol rival, verticales, los conceptos como “equipo”, “colectivo”, “presión”, “colocación”, “defensa” están prohibido en su diccionario, y deberían de estar prohibidas en sus rivales, no hacerlo nuestro credo, como hacemos nosotros. Ustedes nos perdonen de nuevo desde lo más profundo de mi corazón.

Y  luego está la majadería esa del balón parado. Nos arrodillamos de nuevo fustigados y arrepentidos les pedimos perdón, perdón, perdón, y mil veces perdón, por ser el mejor equipo del mundo que pisa un terreno de juego en el planeta deportivo en esa  faceta. En realidad, son tantos que ni necesitan la precisión de Gabi en el lanzamiento, ni la del movimiento de todos nuestros jugadores en la posterior acción atacante, ni la agilidad, precisión y fuerza que tuvo el remate de Giménez (brutal en su máxima expresión, sencillamente brutal) poniendo el 2-0 en el marcador. Estas acciones deberían de ser sumadas, en todo caso, como puntos positivos a nuestro favor, pero jamás deberían de tener el valor de un tanto. Es un premio excesivo para tan poco trabajo.

No se excusen. Entendemos también, finalmente, que la mano de Sergio Ramos fue un simple lance del juego y que, por lo tanto, como bien entendió el, esta vez sí, fantástico Clos Gómez, no debió irse expulsado del campo.

Por lo tanto, les pedimos perdón por nuestro fútbol, por nuestras  patadas, por nuestras jugadas, por nuestros suplentes, por nuestros titulares, por nuestro entrenador y muy especialmente, por nuestra patética existencia. Pedimos perdón por el 2-0, esperemos que no vuelva a ocurrir, y haremos todo lo posible por enmendar nuestra actitud. De todas formas, no se preocupen, sabemos  que queda el partido de vuelta, y seguramente volteen la eliminatoria sin presionar al árbitro y sin crear ningún ambiente extradeportivo que rodee el encuentro. Les deseamos también mucha suerte futura en la Premier League, en donde seguramente les recibirán con los brazos  abiertos, tras comentar ayer el gran Sergio Ramos su deseo de que su Club pertenezca a esa liga, en donde los recogepelotas devuelven el balón fulgurantemente (sin duda la clave del partido de ayer) y no a ésta en donde hay equipos tan despreciables como nosotros, el Valencia o la Real Sociedad, por poner tres tristes ejemplos.

Y nada más, que, por supuesto, darles las gracias por, de nuevo y como siempre, ayer mostrar al  mundo entero que son enemigo en la contienda, que cuando pierde da la mano, sin envidias ni rencores, como bueno y fiel hermano. Tenemos tanto que aprender, ya perdonarán …

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