Como para que luego me digan que hago el papanato con mi ristra de supersticiones … Para no creer en ellas. ¿Qué tendrá este puto equipo que siempre se nos atraganta tanto? Es algo sencillamente inexplicable, y después del partido de ayer, ni os cuento.
Porque el encuentro fue eso: una puta espina que se te queda dando el coñazo en la garganta después de comer pescado. Lo que puede empezar como un juego divertido con la lengua, intentando quitártela de en medio, termina en pesadilla total, clavándose del todo y haciendo sangre, pero de verdad. Justo el desarrollo del partido de ayer.
80 minutos cojonudos del Atleti, con oportunidades a go-gó, con dominio total y absoluto de todas las facetas del juego, pero, entre que no hubo Dios que lograse meter la pelotita al final, por un lado, y que el Andrés Fernández recordó al excelente portero que me maravilló en muchos partidos cuando militaba en Osasuna, por otro, nos terminaron de aguar la fiesta. En fin.
Primera parte de dominio total, ni un triste acercamiento por parte visitante, y ocasiones marradas por Saúl, en espléndido cabezazo viniendo desde atrás, por Correa, por Gaitán, y todas con un denominador común: paradón de Andrés Fernández.
Añádanle al recital un fantástico pase de Koke a Griezmann hizo que el francés se plantase solo ante de nuevo Andrés, y que si quieres arroz, Catalina … El rechace le cayó a Gaitán, y su remate de cabeza, de nuevo lo desvío el dichoso Fernández. Después de todo este vendaval, al descanso, pero el Atleti estaba bien, jugando con paciencia y pensaba que el gol, llegaría.
Craso error. Aunque, en la segunda parte, aún embotelló más si cabe el Atleti al Vila-Real, pero, el resultado, siguió siendo el mismo: parada del dichoso Andrés. Especialmente sangrante fue el mano a mano que tuvo Nico frente al portero visitante, que recordó a su estrepitoso fallo también en Eibar (machote, estas cosas hay que depurarlas un poquito). Salió Torres, y tuvo un buen cabezazo que salió lamiendo el palo tras excelente pase de Antoine. Salió Carrasco, y hasta que el nene no se hizo pupita en su hombro, tiró una falta y todo que repelió Bruno con la mano, en un penalti flagrante de esos que jamás le pitan a este jugador (lleva ya unos cuantos así, créanme). El Atleti empezaba a desesperarse. Malo, porque eso es señal de que se volcaba perdiendo la cabeza, y el Vila-Real nos la podía jugar.
Ya avisó Soriano en el primer tiro a puerta del equipo visitante, allá por el setentaytantos de juego, en una gran contra cuyo disparo final del puto azulejero salvó un defensa colchonero cuando parecía que entraba dentro (imagino que sería Savic, fiel a su cita de salvar un tanto por partido). En ese mismo momento, supe que este partido lo palmábamos.
Así fue. Sobre el 81 de juego, saque de puerta de Andrés Fernández, Filipe que falla tras intentar controlar el balón en zona prohibida, el recién salido al terreno de juego, el tramposo del Bakambú o memez análoga, que se va como una flecha hacia la línea de fondo por la banda, pase al corazón del área, Savic se la come, pero Soriano no, que remacha el tanto a placer. Ver para creer.
Y se acabó el partido. Una puta injusticia como otra cualquiera, pero este deporte se juega así, y consiste en eso, en clavarla dentro. Así que el tercer puesto, se complica. Yo no sé vosotros, pero aún sigo con la garganta fatal después de padecer esa dichosa espina que tenemos denominada Vila-Real.
EL CRACK DEL PARTIDO:
Ni que decir tiene que Andrés Fernández, por parte visitante, y cumplió Giménez de nuevo como lateral, por parte local, eso sí, siempre y cuando no le dé por sacar de banda, porque si lo hace como si de un balón de playa se tratase, para un portero medio decente es pan comido. Tanto experimento ya no, Mister, por favor.
LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:
Espero que el bobito del Carrasco tenga su clavícula partida en mil pedazos, porque será la única forma de que le perdone su marcha ayer del terreno de juego, cuando acaba de salir y el partido andaba empatado, que faltaban solamente 20 minutitos de nada, caramba. Me parece a mi que el niñato éste poco se ha empapado del espíritu que tiene que tener todo jugador que quiera portar este escudo. Como lo de ayer se confirme, ya van 2 veces que el nene se borra por pupita. Entonces, igual ya me podré empezar a cagar en su puta madre tranquilamente. Eso si, que esté tranquilo, que su peinadito y su barbita quedaron impolutas, no sea que nos coja el niñato un berrinche.
ÁRBITRO:
Iglesias Villanueva. Bastante desquiciante también el colega, dentro de la tónica general de la puta noche (penalti ya mencionado comido de Bruno incluido).
TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 7 GRADOS).
A pesar de la derrota, esta vez no se merecen que lo baje, así que no lo toco. A ver los talibanes de esta, nuestra amada y ponderada sección, tienen a bien indicarnos ahora. ¡Gentuza!
Y el sábado, Las Palmas. Un partido que nos podíamos tomar con relativa facilidad, teniendo en cuenta lo que se nos avecina, a tomar por culo bicicleta. Dichosa espina … “Forza el Atleti, Forza Campeón” …