19 de diciembre de 2021

Sevilla 2 - Atleti 1. Muerta la Liga ... ¡Viva la vida!

Y ojito. Muerta la disputa por el título de Liga, pero eso no implica que ya nos dejemos ir como alma en pena, como velero sin rumbo, por el devenir futbolístico que aún nos aguarda. Hay que luchar por ser segundos (y no cuartos, como bien me apuntaba ayer Don @Paulmarble), y hay que valorar lo que aún nos queda, que no es poco.

 

De primeras, no sé lo que Monseñor Segurola opinará al respecto (no es su Mandril, ustedes perdonen la intromisión), pero, entiendo, para un aficionado imparcial de los que se las trae al pairo el devenir de uno u otro equipo, el encuentro fue un estupendo partido de fútbol, lleno de garra, de presión, de lucha, de disputa, de coraje, de emoción y de corazón. Los “Miarmá” ya sabemos la pasión con la que disputan sus encuentros, desde más allá del Pleistoceno (importantísimos grupos de espeleólogos de todo el mundo, siguen investigando el año de nacimiento de tan curioso fenómeno, lo único que saben de ellos es que suelen ser tipos aparcacoches desdentaos, que no paran compulsivamente de darse golpes en el pecho creyéndose los más mejores, seres pintorescamente soberbios en los que escupen siempre veneno y bilis -O Biris- pestilenta). Da igual. Se palmó y fuera. Poco más se puede decir.

 

De segundas, la vida no acaba aquí. Lo siento, pero la grandeza de las Competiciones la da el que las dispute hasta el final el Club Atlético de Madrid. Si nuestro Atleti ya, por lo que sea, no puede ir a por el Campeonato Nacional liguero, tendremos que dignificar las competiciones que nos queden. El partido frente al Rayo Majadahonda va a ser el partido de nuestras vidas. Frente al United en Champions es tan sencillo el pasar como que consigamos anotar un tanto más que el Ser más despreciado a la par que despreciable del Mundo nos va a clavar. La Supercopa de España se presenta tan emocionante como entusiasmante. Y es que, en esta vida, nunca mi objetivo será presenciar a un rival tan necesario como prescindible, sea en la Competición que sea, y me importa un bledo la importancia que pueda tener o dejar de tener. El día de Fiesta Nacional es cuando juegue el Atleti. Siempre mi Atleti.

 

De terceras, reconocer las cosas como son. El día del Mallorca fue de bochorno ajeno. El día de los indeseables vecinos, pues más de lo de siempre (que si te llegan 2 veces, que si la ayudita Carvajalesta de marras, que si el mejor de ellos fue el pequeño canguro) … Es un partido en el que, al final, la ansiedad siempre nos puede, y es el peor aliado que podemos tener. Mientras no superemos esto, nos seguiremos tropezando en la misma piedra una y otra vez. No hay remedio alguno. Y paso más de esta historia, la verdad.

 

Pero bueno, hay que reconocer las cosas también. Ayer se perdió un partido sumamente equilibrado en la primera parte, en la que el disparo de su vida del tal Rakitic (individuo que parece siempre que anda jugando de empalmada después de su despedida de soltero, no sé por qué siempre su careto me causa siempre dicha sensación) fue un misil difícil de superar, un golazo inapelable. El equipo equilibró las embestidas del enfurecido rival, empatando el encuentro en un testarazo de Felipe tras la salida de un córner, y daba la impresión de que no estaba nada, ni ganado, ni perdido.

 

Después vino la segunda parte. Cada uno puede opinar lo que quiera, líbreme Dios, pero yo siempre que vea a mi equipo dándolo todo hasta en el último rincón del césped, demostrando ambición, personalidad, carácter, decisión, profundidad y dominio, sencillamente, entre o no entre la dichosa pelotita, es imposible que les reproche nada, más bien lo contrario, les halagaré hasta decir basta. Yo no voy de experto de tácticas, ni de sistemas de juego, ni de esquemas, ni polladas en vinagre. Lo que sí que conozco es lo que me transmite mi equipo, y si me da como para acostarme con la sensación de haberlo intentado sin parar, sin buscar excusas y dominando de cabo a rabo al rival, en su puñetera casa, yo me voy la mar de satisfecho. Mi manera de entender el fútbol es lo que mi muchachada me transmite, e, independientemente de un resultado adverso más o menos puntual, me guío por eso. Porque pienso que un Atlético entiende de pasión, de sangre que le corre por las venas, de sentimiento, de orgullo, y de no rendirse jamás. Y ayer no acabé mi jornada sabatina en El Despacho ni con la cabeza baja, ni con el alma partida. Esto es fútbol, y a veces pasan estas cosas. Seguir siguiendo.

 

Ahora resulta que tres derrotas seguidas es el drama universal. ¡Qué ganas tenían! Yo es que me parto, lagarto, cuando, hace no tan demasiado tiempo, tres victorias consecutivas nos parecían una auténtica utopía. La memoria no sirve solo para pasar cuentas pendientes, sino también para saber de dónde uno viene, lo que le ha costado estar en dónde estar, y actuar en consecuencia. Mi única forma de seguir siendo Atlético es el miércoles estar con el equipo animándole y siguiéndole sin cesar. Otros que hagan lo que quieran, esto no es un manual del buen Atlético, ni mucho menos. Esto solamente es mi puta realidad.

 

 

 

También parece que no debemos ya de seguir disfrutando de ser los actuales Campeones VIGENTES de Liga. Pues vale. Esas doctrinas sé que triunfan mucho por la zona de Concha Espina. Pero es que yo soy de Carabanchel, ¿saben? Y a mi me han enseñado que ganar 2 Campeonatos Ligueros de forma consecutiva, hay poquitos que lo consigan. Muy poquitos. Y como yo al Atleti lo disfruto tanto o más que lo sufro, pues señores, cada uno tomen el camino que quieran, solo faltaba. Uno ya anda en una edad en la que tiene muy claro el sendero a seguir.

 

La crítica nunca puede faltar, que nadie tampoco lo dude. Si uno no se exige a sí mismo, uno acaba en la mediocridad más absoluta. Por eso quiero que se solucionen los problemas que tenemos actualmente. Quiero que el Cholo se me centre de una vez (este año, no ha dado todavía con la dichosa tecla definitiva). Quiero que se acabe el cachondeo de los cambios, sin ton ni son, sin mucha razón de ser. Deseo que De Paul (jugador del cual siempre tengo la impresión que hay un antes y un después, según ande presente en el campo o no), y visto que Koke, el hombre, necesita un descanso como el comer, sea nuestro pilar incontestable.

 

Necesitamos una solución urgente para el tema de Joao Félix. Esto es muy sencillo. Don Diego Pablo, dele (pero déselos, coño) 7 partidos consecutivos siendo titular incontestable. Que pille esa confianza que tanto echo en falta (y él, me temo, también le hace falta). No me venga con estúpidos cuentos de que con “si en Portugal”… ¿Y a mi qué carallo me importa cómo juegue en Portugal? Este jugador no se nos puede escapar, y si al final lo perdemos, usted será el máximo responsable por haber negociado tan lastimosamente su presencia en el equipo. Por supuesto que el nene tiene pupa, y una buena patada en los cojones nunca está de más. Pero eso ya se está viendo que tampoco anda funcionando en exceso. Así que, tiene usted un mes, 2 meses, lo que queda de temporada para demostrarlo. Pero con un mínimo de confianza, por favor. Y con algo de tacto y psicología. Nadie somos tan fuertes psicológicamente como usted, Simeone. Y nadie mejor que vos debe saberlo. 7 partidos. 7. No le pido más.

 

Y ya puestos, creo que también es justo a lo mejor revertir un poco el rol Suárez-Cunha. Luisito estará ya siempre en el imperio de nuestro corazón. Eso se lo ha currado él, y no se lo va a quitar ni Dios. Pero igual no nos vendría mal que, a lo mejor, Cunha, que tiene desparpajo, personalidad, físico, velocidad y movilidad, sea el que salga de inicio para, aunque sea, desgastar a los rivales, y luego sea el Criminal que remate la faena, con más fuerza y con la decisión y el gol que tiene. No sé. Algo hay que probar cuando el invento no funciona, ¿no? Ahí lo dejo.

 

Casi que ya acabo, que, aunque no se lo crean, me cuesta un mundo escribir después de una derrota del Atleti. El segundo gol de los del Pleistoceno, en el fútbol de hoy en día, es falta del tipo que arrolla a Koke, y juego peligroso del tal Koundé (cómo un menda puede lucir esa cabellera, joder, si mis Sioux levantaran la cabeza). En el fútbol, sin embargo, de los que hemos mamado los ochenta, no es ná de ná. A Koke se le comen la tostada, y el Boney M. disputa el balón con todo lo que tiene que hacer para ganarlo. Eso es fútbol, señores, no las mamarrachadas que nos quieren vender ahora. Afortunadamente (y eso nos diferencia, por ejemplo, de los propios “miarmá”) los Atléticos no balbuceamos por ello. Lo dejamos pasar, miramos nuestro ombliguito pertinente, y con furia desatada y valentía inusitada, nos empezamos a preparar frente a nuestro próximo reto, que será en los Cármenes frente al Granada. Yo quiero seguir siendo así, al menos. Y el día que me vean algo acarajotado, dos collejas, y p’a adelante. ¿Estamos?

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Kondogbia. Hizo un partido, para ser un tipo que no juega, reitero, en su sitio, sencillamente emocionante. Muy emocionante. Me tiene totalmente ganado para la causa el monstruaco este. Y sí. Buenos minutos de Joao Félix. Lo que no sé es si en Luxemburgo, Portugal o en Groenlandia los hará igual. Y me importa un pepino, Don Diego Pablo (a cuerno quemado me han sonado estas declaraciones, lo siento en el alma, pero a cuerno quemado, aunque, no lo dude, seguiré siendo soldado de usted, hasta que la muerte nos separe).

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Pues Carrasquito estuvo en un plan medio metrosexual-gilipollas-posturitas que no me convencieron en exceso. Un tipo que acaba el encuentro con su peinadito sin despeinar, no es de fiar. Y al señorito Llorente, muchacho, menos batiditos, menos lechugas, y menos gilipolleces. Unas buenas lentejas con chorizo, una buena fabada con tocinaco, y un buen bocata panceta a media mañana. Tanta gilipollez y tanta historia, coño, para estar siempre luego lesionado. Me cago en mi puta vida …

 

ÁRBITRO:

De Burgos Bengoetxea. Es de lo poco salvable que hay hoy en día. Probablemente, mi árbitro favorito.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 6 GRADOS).

Y bajando. En caída libre, vamos. 1 grado menos por no ser capaces ni de empatar en la puta Pocilga, y otro  grado menos por tampoco lograr hacerlo en el estercolero de Nervión. Como ven, la situación no es que sea ya grave, sino lo siguiente. Vamos rodando cuesta abajo sin freno ni desenfreno. Preocupante todo, muy preocupante. Palazo impresionante.

 

Acabo. Yo suelo decir siempre la misma frase cuando acabamos un encuentro con derrota, cuando veo a mis compis alicaídos, blasfemando en arameo, dándole vueltas sin parar al perolo... “Oigan … ¿Acaso alguno de los aquí presentes no vamos a seguir siguiendo del Atleti? … Pues eso … ¡DEL ATLETI SOY, Y TU ERES LA ALEGRÍA DE MI CORAZÓN”.

 

 

8 de diciembre de 2021

48 horas en la vida de un Atlético.

Miren que uno intenta a veces explicarse las cosas que le ocurren en esta vida, pero por más que siempre termine tropezando en la misma piedra, no termina uno de comprender nada. Porque nada es normal. Ni las cosas que le pasan a este equipo, ni las que se nos pasan por la cabeza, ni cómo, en tan solo 48 horas, uno puede pasar de sentirse el menda más absurdo del mundo, a convertirse en el rey de la más absurda felicidad.

 

Y es que a uno le cuesta mucho explicar lo vivido el pasado sábado en un partido de fútbol, del equipo que sea, cuando te enfrentas a un modesto Mallorca, y cómo esos mismos jugadores son incapaces apenas de aguantar 15 minutos un resultado a tu favor (hasta el hecho, inclusive, de ser remontado en su totalidad) para, a continuación, verse tocando el cielo de la forma más entusiasta posible, tras hacer una gesta de tal magnitud como la que el Atlético de Madrid hizo ayer (ya perdonarán los que nos quieren enseñar cómo debemos celebrar las cosas, y qué debemos de hacer realmente o no, me vayan en filita ordenada por dónde amargan los pepinos, me hacen ustedes el favor, atentamente).

 

Y, entiéndaseme bien, no hemos ganado nada. El Porto, siendo un equipazo como demostró ser durante buena parte del encuentro, ya me perdonarán de nuevo, pero pocas similitudes tiene al Mallorca del sábado pasado. Ni motivación, ni equipo, ni competición, ni grada a favor, ni grada en contra (porque lo de ayer de los 2500 desplazados es algo difícil de asimilar, el afán de protagonismo que alcanzaron, para bien, carallo, solo faltaba). Son 48 horas solo. 48 horas en la vida de un Atlético.

 

48 horas en las que uno se desplaza al Metropolitano, a pasar un frío siberiano, para poco después contemplar un partido fuera de casa, con lluvia, ambiente desapacible, estadio a muerte en contra de tu equipo, y, sin embargo, comprobar una vez más, que los tuyos, a morir, mueren (si es que lo hacen al final) con las botas puestas, con la cara partida (Vrsaljko), o sin defensas centrales (dios le de vista a quién planificó esta plantilla, vive Dios).

 

Uno, que es muy amante de esta Champions, no comprende tampoco cómo la peña no puede diferenciar el nivel futbolístico entre el partido que se jugó el pasado sábado (tostón infumable) contra otro como el que se disputó ayer (lleno de tensión, de emoción, de 2 equipos entregados hasta el límite de sus posibilidades, de tanganas, de expulsiones, de goles, de calidad, de otro nivel). Sé que la Champions no nos gusta a casi nadie, lo mismo que también conozco que nos termina siempre enganchando como al que más. Porque es otro mundo, otro nivel. Me gustaría escribiros otra cosa, pero es lo que hay. Nos podemos intentar engañar de la forma y manera que nos apetezca hacerlo, correcto. Pero es eso, un triste y simple “como no la puedo ganar, para qué voy a morir en el intento”. En un buen Atlético que se precie, eso será siempre un error conceptual grave. Los Atléticos entendemos de retos, de dificultades, y de superación. Nunca de bajar los brazos, ante nadie, ni ante nada. Este equipo ganó Copas del Rey al mejor Madrid de la historia cuando ellos coleccionaban robos en la Copa de Europa, fue su máximo rival siempre, y encima les solíamos sobar en los morros en su puto Santuario. Que no nos olvidemos jamás de quiénes fuimos, y de dónde venimos, háganme el favor. Que de cobardes (como yo, probablemente, a veces) ya anda el mundo lleno.

 

A mi me gustaría saber cómo en tan solo 48 horas, y cuando teníamos todo a favor y lo más difícil se había logrado, salgo desencantado pensando que Oblak se ha convertido en un simple buen portero más, para, a continuación, volver a ser nuestro Messi, nuestro número uno, nuestro bastión, casi diría, nuestro dogma de fe. Uno no sabe muy bien cómo ayer Jan pudo sacar los remates de Grujic, especialmente del bullicioso y excelente pelotero llamado Luis Díaz (mano de hierro sideral), de Taremi al comienzo de la segunda parte cuando Oblak se puso el disfraz de Lorenzo Rico y salvó como si nuestra leyenda rojiblanca balonmanístico se tratase, y dar esa sensación de poderío y tranquilidad que siempre transmitió. Dicho esto (y lo vengo repitiendo en bastantes más ocasiones), por favor, Jan, juega en corto con el balón en los pies, de verdad, no intentes más pasar del centro del campo. Es palmar el balón absurdamente. Qué desesperación, por Dios.

 

Uno no comprende el hundimiento del Atleti el sábado pasado, en cuanto Stefan Savic abandonó el terreno de juego, y, sin embargo, este martes, el pobre Kongogbia, que casi pasaba por allí, le toca ponerse el disfraz del más feote y desagradable defensa central y jefe del cotarro, y cumplir con la solvencia y profesionalidad que demostró, sin ser su puesto, ni mucho menos. Tampoco entiende su infrautilización, ya puestos.

 

Uno no comprende cómo tras después de unos 20 minutos más o menos correctos en Oporto, el equipo sabe sufrir ante el evidente crecimiento del rival tras conocer que el Milán había marcado frente al “Fuck Liverpool”, sabe ser solidario, sabe aguantar el chaparrón de un equipo como ayer el portugués, por momentos sencillamente indomable, y no tiene los cojones de cerrar un partido en los que quedan apenas un cuarto de hora, en tu puñetera casa, y frente al dichoso Mallorca.

 

Tampoco termina de cuadrarme ver a Luis Suárez retirarse a los apenas 10 minutos de juego por una rotura muscular, llorando como si se estuviese perdiéndose la final de un mundial, cuando es un tipo que ha jugado ya todo tipo de partidos, de finales, de muertes súbitas, estando siempre en la élite mundial, con los mejores y frente a los mejores. Esa ilusión tuya, Hermano Uruguayo, esa ilusión, debería de ser fuente de inspiración para todo buen pelotero que se quiera dedicar a esto que se precie.

 

Más aún enfadado ando con el Cholo, porque no termino de verle claro qué es lo que quiere hacer con el equipo en realidad. Esas desconexiones regionales en las primeras partes, esos desaguisados que monta últimamente con los dichosos cambios (parece mentira que no se dé cuenta de que hasta que un encuentro no esté cerrado, De Paul no se puede ir del terreno de juego pero JAMÁS, en cuanto lo hace, el descalabro es total). Eso, por no hablar de quitar a un tipo como Cunha, que estaba siendo letal de necesidad, también con el partido con 0-1, y cuando era una auténtica pesadilla para la defensa portuguesa, y, a su vez, ya salía desde el banquillo. Eso no me gusta nada, Don Diego Pablo. Pero nada. Y miren, ya puestos a darle palos, tampoco me termina de cuadrar en exceso como Joao Félix no jugó ayer en su país, en un campo en el que le odian a muerte, con la motivación que para el chaval dicha circunstancia le podía haber dado, con el consiguiente beneficio de cara al futuro que hubiese sido para nuestro Atleti, de haberle salido un partido medio decente, claro. Y saben que no soy dudoso ni lo seré jamás con Don Diego Pablo, pero por favor, de pronto con la tecla de lo que quiere realmente hacer con este equipo, tenga claro pronto el sistema a emplear, y no se me vuelva loco con los putos cambios, caramba, que a veces no hay, sencillamente por qué hacerlos. No me cree más desaguisados ni desbarajustes como, especialmente, hizo el pasado sábado frente al Mallorca. Soldado de usted siempre, y para lo que necesite, mi garganta siempre le apoyará. Solo le pido que se tranquilice un poco, nada más.

 

Qué decir del dorsal número ocho. Os lo vengo diciendo muchas veces, no es un menda en el que se note su presencia durante los 90 minutos, ni mucho menos. Es un tipo peculiar, de instantes, de momentos. Probablemente, cuando más veas al Atleti sufrir, el más estará con su sonrisa de niño jugueteando en la guardería, a su puta bola, aunque luego el pibe sea sacrificado como el que más y si tiene que jugar los minutos finales como sufrido lateral, pues lo hace, y fuera. Él es así, aparece en la segunda parte, como si estuviese sin estar, pero, qué curioso, más desmarcado que nadie, más listo que el hambre, le da el balón más que remata él en sí mismo, y pone el 0-1 en el marcador comenzada la segunda parte. Y todo esto, por no hablar del maravilloso que pase que le da al no menos adorable Angelito Correa, para dejarle solo en carrera ante Joao Pinto, y cruzase con maestría el 0-2 definitorio. O para darle otro gol previo a Koke que vaya usted a saber qué diablos quiso hacer el vallecano, rematando con una pintoresca ruleta cuando se me ocurrían otras 300.000 mil cosas más lógicas que hacer con el balón. Por principios, por fidelidad a  mis Hermanos (que no me lo iban a perdonar jamás), seguiré sin nombrar su nombre en mis crónicas, pero, sinceramente, uno que ya tiene una edad en la que, precisamente, estos rollos de la infidelidad, ni la falta de principios, ni de romanticismos absurdos que, al final, no nos terminan llevando a nada, no es lo que me pide el cuerpo hacer en realidad. Llevo una vuelta más por encima de todos ustedes. Ya cumplirán más de 50 palos, y comprenderán mi pragmatismo en todo este asunto y de qué pollas les ando hablando.

 

Y fenomenal De Paul. Y fantástico Llorente. Y Carrasco se ha convertido en nuestro desequilibrado mental de turno, sí, pero eso. Nuestro. Uno más, ya. Y qué decir. Y qué pensar. Y cómo vivir. Y qué manera de emocionarme oyendo ayer a los 2500 en la tele como si fuesen 50.000 mil. Y qué manera de superar lo que parece insuperable. Y qué manera de cagarla cuando lo más sencillo es cerrar un partido y se acabó. Y todo esto, en 48 horas. En 2 putos días en los que el Termómetro Rojiblanco en Liga ya está en -4 grados, por cierto (3 grados nuevos de bajada, descorazonador lo del sábado, sencillamente desalentador).

 

Yo ya no sé si soy un buen Atlético o me estoy convirtiendo en qué se yo. No tengo claro muy bien en qué bando ando. Por un lado, hubiese marchado a Oporto sin dudarlo, importándome un bledo el resultado del Mallorca. Por otro, reconozco que ayer contemplé el encuentro con una absurda falta de fe e, inclusive, hasta de ganas. Luego ya sí, luego ya fue otra cosa. Pero eso es lo fácil. Y a mi no me vale ser así. Tengo que tener la fe de mi cachorrín, el entusiasmo de Don Rubio, la fidelidad inquebrantable del Sr. Mármol, el no dejar nunca de estar cómo lo hace Don Pablo Raso. El aprender, en definitiva, y saber en qué bando quiero estar, y en qué bando seguir. A lo único que sigue sin ganarme nadie, eso es cierto, es a dejarme el último aliento de mi voz cuando voy al campo. Pero eso ya ni me vale, ni me consuela, ni me debo de escudar en ello. Pero no quiero joder el día a nadie, y menos después de lo de ayer. Ya pondré en orden mi cabecita, probablemente, coincidirá en cuanto Don Diego Pablo ponga en orden la suya con lo que quiere hacer con este Atleti en la presente temporada.

 

Por todos los demás, seguiré dando gracias a Dios por ser de este equipo, porque por mucho que gruña, que me enfade, que la señora de la limpieza me desconecte los cables, por más veces que quiera mandar todo a la mierda, sé que al final, volveré. Son ya 47 años ya viviendo esto, y en el fondo, aquí sigo. Así que, el Domingo, todo el mundo al Despacho Clandestino, y no se hable más. “Por el Atleti, tengo un millón de cicatrices. Por el escudo. Por lo que nos diste. Te llevo en el corazón”.

 

29 de noviembre de 2021

Cádiz 1 - Atleti 4. El Cádiz no es el Milán.

Lo reconozco, sigo bastante enfadado tras el partido del miércoles frente al Milán, en el que el equipo dio una imagen sencillamente lamentable, tirando a penosa. Por eso, valoro la gran victoria conseguida ayer, sí, y más o menos vamos teniendo claro que plantilla para danzar en nuestro Campeonato doméstico hay. Por desgracia, Europa es otra cosa. Hemos pasado de ser un equipo inexpugnable en casa a que aquí últimamente saque tajada hasta el Bayer de Madagascar, y ahí residen buena parte de nuestros males. Veremos en el partido de Oporto, qué lado les apetece mostrar a las lindas señoritas.

 

Pero bueno. No es mala cosa llevar este lunes tan cargado de sueño que tengo con una contundente victoria fuera de casa. Y eso que el equipo empezó en su línea de atocinamiento habitual, porque ya en el primer minuto tuvo su primera gran ocasión el Cádiz, en una cabalgada de Lozano en la que Hermoso ni se enteró (prácticamente como todo el partido, vamos). El resto de esta primera parte se convirtió en un toma y daca, en el que siempre daba más sensación de peligro el equipo local.

 

Para colmo (aunque ya no resulte para nada sorprendente, más bien es el pan nuestro de cada día) tuvo que salir Felipe por la enésima molestia, lesión o vaya usted a saber del cristalino Giménez. Reconozco que el uruguayo intimida, es muy pesado en sus marcajes y suele ser bastante contundente tanto en el juego aéreo como defendiendo en sí mismo. Pero con estos continuos a la par que constante cortes de ritmo con sus innumerables lesiones, le impide ocupar un escalafón mucho más alto en el top mundial de defensas. Una pena, porque lo tiene todo para ser un número uno, menos eso: fortaleza muscular física.

 

El resto del primer periodo, un par de buenas ocasiones para ambos equipos, y a la caseta. El partido pintaba a bastante incierto, la verdad.

 

La segunda parte comenzó de nuevo con otro de nuestros peculiares despistes defensivos nada más comenzar las susodichas, hasta que por fin llego el primer susto pero de los de verdad de los colchoneros, en un córner fantásticamente lanzado por Carrasco que Savic cruzó en exceso, saliendo el esférico lamiendo el palo.

 

Y en el 56, nuestras dos mejores bazas ofensivas demostraron que no estaban por la labor de dejar escapar estos  tres puntazos, Carrasco pone un centro fantástico sobre la cabecita de Lemar, y el francés que venía desatado remata a placer ante la no salida de Ledesma. 0-1, y lo más difícil parecía ya conseguido.

 

En teoría, y si todo marchaba sobre el guión previsto, viendo los minutos que quedaban, por un lado, el poder ofensivo colchonero, por otro, y la valentía de Álvaro Cervera, por parte local, lo normal es que, a poquito que estuviésemos finos, marcáramos un buen puñado más, porque el Atleti, con espacios, y gracias a la movilidad de nuestros jugadores atacantes, a nada que se tomasen el tema en serio así lo iban a conseguir.

 

Y esta vez sí se lo tomaron, sí. Lemar, apenas 8 minutos más tarde, y tras una contra endiablada de escuadra y cartabón del Atleti, corroboró la teoría de que, cuando un delantero se queda solo solito solo delante del portero, y le das tiempo para pensar, lo normal es que termine errando el mismo, tal y como así sucedió (una pena, porque su partido fue francamente insuperable, así le pasaba también a nuestro Niño Torres, por cierto).

 

Pero, seis minutos más tarde, nuestro dorsal número ocho confirmó la teoría que os acabo de exponer en el anterior párrafo, pero bajo la otra vertiente de la misma.  Espectacular pared entre Lemar y Llorente (el cual sigue demostrando día a día que como interior es un puñal, mientras que como lateral es, a lo sumo, uno más, que cada cual saque sus propias conclusiones), el madrileño se mete hasta el fondo de la línea, centro medidito y rasito hacia donde andaba el citado dorsal número ocho, y remate seco, ajustado y al primer toque que se convirtió en el 0-2 en el marcador. ¿Ven? No pensó, lo tuvo claro, remató de primeras y acertó. Un tanto muy de él. Muy suyo, las cosas como son.

 

Y ya en plena exhibición rojiblanca, el Cholo introdujo en el terreno de juego a Angelito Correa y Cunha, y ninguno de los dos defraudó, más bien al contrario. Una maravillosa combinación al primer toque entre Angelito, el dorsal número ocho y Cunha, hizo que Correíta definiera a la perfección poniendo el 0-3 en el marcador. La barra libre había dado comienzo al fin.

 

Pero a este club a veces le pasan cosas muy extrañas, rozando lo paranormal. Así que, en el 86, un extraño balón de playa golpeado por el Choco Lozano, hizo que se elevase  en exceso y cayese como si pesase 200 kilos a una velocidad inusual sobre nuestra escuadra sí … No defendida por el bueno de Jan. Y la pregunta del millón de dólares es, ¿Qué estaba defendiendo Oblak? Pues mire, me di cuenta que una vez conseguido el tanto gaditano, Jan se quedó mirando fijamente al bueno de Savic, que entre perplejo y asombrado, le devolvió la mirada como diciendo “a mi no me mires, macho, que esta vez yo no he tenido nada que ver”. Así que os indico lo mismo: a mi no me miréis, no tengo ni idea de lo que se le pasó por la cabeza a Don Oblak. Y me jode, porque para este equipo es muy importante no encajar goles, pero nada, este año, que no hay manera, oiga.

 

Menos mal que Cunha, tan solo un minuto después, define como un auténtico killer tras un pase delicioso de nuestro dorsal número ocho. Así que así da gusto, se nos pasó al segundo el pequeño mosqueo. ¿Y ahora qué? Pues eso me gustaría saber a mi. ¿Y ahora qué? Habrá que seguir trabajando, tendremos que seguir estando a muerte con el equipo, debemos de mejorar un montón de cosas, y si este año no nos da para defender como antaño por las características de nuestros peloteros, pues igual es hora de plantearse el jugar de otra manera, en la que explotemos lo que sí que parece que suele funcionar estupendamente bien, nuestro arsenal ofensivo. Esto ya es cosa, en todo caso, del Doctor Cholo (al que le estoy viendo últimamente, por momentos, bastante desesperado en el banquillo). Yo confío en que dará con la tecla, claro que sí. Lo que no sé si tendrá la fórmula mágica definitiva para Oporto, así que vayamos a lo que, parece, en teoría más seguro, y ganemos al Mallorca, que también costará lo suyo. Porque, que yo sepa al menos, el Mallorca tampoco es el Milán.

 

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Pues buenos minutos de Llorente entrando como un un puñal en el interior, Carrasco sigue de dulce, Cunha sigue aportando cada día un poquito más y entrando mucho mejor a los partidos, pero ayer el que estuvo sencillamente inmenso fue Lemar. Lo comandó todo, estuvo trabajador, omnipresente, rápido, técnico, brillante y desatado. Su mejor partido desde que está en el Atleti. Qué buen rato nos hizo pasar ayer.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

De la puñetera manía de cambiar el Cholo a Lemar yo ya no pienso decir nada más (vamos, que si después del recital que dio ayer va y lo cambia, es que es para morirse). Lo de Oblak voy a pensar como que fue un simple sueño, una cabezada pesada de estas cuando te andas echando una siestaca profunda, sin más. Fijo que no ocurrió en realidad. El que sí que me preocupa un montón es Hermoso, el cual ha pegado un soberano bajonazo. Yo le tengo fe al chaval, pero su banda ayer fue un auténtico disparate. El Choco Lozano ese parecía un reactor adelantando a un tractor, encima, casi siempre mal colocado. Así que, aunque no sea la mejor solución, yo quiero a Lodi en su sitio. Y ya está, por pedir que no quede.

 

ÁRBITRO: Gil Manzano.

Desconocido. Por momentos, pareció hasta un colegiado de verdad.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 1 GRADO).

 

Don Rubio dictó sentencia ayer en el Despacho, cuando claramente expresó en alto: “Partido de obligado cumplimiento”. Y si Míster Rubén es quién lo reclama, no seré yo el que le lleve la contraria, ni muchísimo menos el ponderado, justo, eficiente, correcto, eficaz y realista Gran Termómetro Rojiblanco. Y no se hable más del tema.

 

Bueno. A ver si seguimos superando en esta semana un poco el bajonazo total del miércoles pasado, porque, aún alegrándome un montón la victoria de ayer, no sé que extraño influjo crea en mí la dichosa Champions League esa, no lo puedo evitar. Como dice mi hermano mayor … “para mi esa competición ni existe” … El tema es que él es él, y yo soy yo... “La prensa no me ha tratado bien, y no son quién para exigir derechos”.

 

 

 

 

 

 

 

 

21 de noviembre de 2021

Atleti 1 - Osasuna 0. Carrasquismo.

Carrasquismo es Atleti, no lo duden. Es falta de reconocimiento ante un jugadorazo espectacular, diferente, genuino, genial. Carrasquismo es que no te salga un regate, pero vuelvas a intentarlo. Carrasquismo es personalidad. Carrasquismo es protagonismo, en bien de todos y por todos. Por el Carrasquismo merece la pena sacarse una entrada para ver un partido de fútbol. Carrrasquismo es pisar un balón ( de esa forma que él solo lo mima, lo acaricia), tener una clase descomunal, intentar regates imposibles, giros con el balón descomunales, goles bestiales. Al Carrasquismo solo le faltaba Cholismo, pero, y con creces, después de su extraña alucinación perdida por China, lo tiene también. Carrasquismo es fidelidad, sacrificio, el talento al servicio de la comunidad, pero sin renunciar al mismo. Carrasquismo es tu descomunal vieja, compadre. Carrasquismo eres tu.

 

Y luego que me vengan con memes absurdos como el tal Ficticius y demás. Porque Carrasquismo también es no hacer el subnormal, y no morir en el intento, y, encima, no creértelo cuando no eres más que una mierda inflada por los de siempre. A vos no le van a reconocer nada, Hermano, pero no te importe en absoluto. Ni falta que te hace. Aquí andamos nosotros. ¡En pie el Metropolitano, vive Dios!

 

Partidito duro dónde los haya. Osasuna nunca será santo de mi corazón, pero si de mi reconocimiento. Es un equipo que me mola cantidad. Es una afición (indargorinismo aparte) que les he visto saltar como peperos poseídos ante un striptease de Ayuso, animando sin cesar, a pesar de ir 0-4 frente a nosotros, sí, en el Sadar). Es nobleza, es trabajo, es devoción, es defender como nadie lo hace en primera división, hoy en día. Es profesionalidad (mal entendida por muchos de los míos cuando nos las pusieron putas el año pasado cuando conseguimos la liga, y yo os pregunto, ¿Y qué se suponen que tendrían que hacer? ¿Salir a coger amapolas? Si estuviésemos en la condición inversa.. ¿Qué pensaríamos de ellos? De verdad, hay debates que me aburren sobremanera). A los Atléticos nos gusta ganar las ligas así, frente a la mejor versión de un rival que, encima, se comporta con todos por igual (pregunten por Concha Espina este año, si eso). Pasarán los años, y tendré que seguir explicando lo mismo. País.

 

La primera parte fue como un lunes cualquiera. Imagino que a ustedes les pasará lo mismo. Llegas a la oficina, careto de sueño hasta el suelo, con pocas ganas ni de verte a ti mismo, y cogen y te preguntan, curiosamente, el dicho día cómo vos. “¿Qué tal?” y yo respondo “De lunes”.

 

Ese “de lunes” implica que estás, pero sin estar del todo. Que necesitas un periodo de tiempo para ir asimilando la puta cuesta arriba  que te queda de semana. Que no quieres ni alborotos, ni ruidos, sino que sea un proceso silencioso, afable, y tranquilo. Y, poco a poco, seguiremos siguiendo.

 

Así salió el Atleti ayer. Un poquito porque había que salir, no queríamos complicaciones, tampoco teníamos demasiadas ganas de hacérselas al contrario, y vamos tranquilamente, a ver si nos vamos despertando.

 

El más alborotadillo fue el dorsal número ocho, con un par de buenas ocasiones, y Osasuna, por su parte, que le recordó a Oblak un tal Torró que no había fichado en el currele todavía, y desde un disparo desde Pamplona, no menos, le hizo lucirse con un paradón de los suyos. Es una gran noticia que el bueno de Oblak nos siga malacostumbrando a su nivelazo habitual (salida vendimiera fuera de tiempo aparte).

 

La segunda parte ya empezó a ser martes para el Atleti. Fuimos otra cosa. Hay  que ir a muerte para estar a tope a por el viernes. Y fue un Atleti decidido, constante, vertical y ambicioso. Y sin crear ocasiones de gol flagrantes, pero sí que se mascaba que el tema finalmente podía llegar a buen puerto, a pesar del imperial David García. Y Carrasco se inventó una jugada de esas de las que no conduce, acaricia el balón, no controla, hace de él a su antojo, se va por un lado, amaga por otro, se saca una ruleta de la chistera, y termina rematando al lateral de la red. Imaginación, creatividad, verticalidad, genialidad, descaro. En definitiva, Yannick.

 

Y cuando, seguro que los cagaprisas de siempre tenían una enorme deseo de pirarse sobre las 20 h. de un sábado, Don Yannick puso el primer córner en condiciones desde hace ya demasiado tiempo, y Felipe, imperial, esplendoroso y demostrando que si algunos creemos en la vuelta de Godín, nos parece perfecto, pero que no nos olvidemos de él, por favor, de espléndido testarazo cruzado, pone el 1-0 en el marcador.

 

Por desgracia, el tema no se acabó ahí. Roberto Torres casi nos puso el disgusto del año en un remate seco y cruzado, pero Oblak hizo todo lo demás. Y es que, con ese apellido, jamás nadie puede empañar nuestra rica historia.

 

Al final, Carrasco se inventó en un córner pamplonica en el que había subido Herrera (guardameta visitante), un remate a puerta vacía a la contra que, mansamente, repelió el palo. Casi mejor. Es más sui generis, más nuestro. Carrasquismo demostró que es un fenómeno de vida, incertidumbre, pasión, genialidad, imaginación. En definitiva … Atleti.

 

Un partido muy currado, en el que nos enfrentamos al equipo que mejor defiende del Campeonato, y con diferencia. Pero los puntos son de oro. Así que a disfrutarlos tocan. Y un solo consejo les doy: a mi el Carrasquismo me mola cantidad y me afilié a él desde ya su primera época (los que me conocen, bien lo saben). Admito sus errores erráticos de China (esa forma de ser, en el fondo, es muy de nuestra idiosincrasia, para bien, y para mal). Pero como soy del Atleti, soy Carrasquista. Hay plazas todavía libre en el barco. ¿Alguien más se me apunta?

 

EL CRACK DEL PARTIDO.

Yo creo que no hace falta más que os diga quién lo ha sido en realidad. Pero también me quiero quedar con Felipe, ese absurdo, ridículo, por momentos, soez, saco de las hostias de buena parte de los Atléticos últimamente. De primeras, a mi me da siempre mucho apuro señalar a alguien tan burlescamente como se ha hecho con el brasileiro. Y, de segundas, me encanta como el menda se ha empapado realmente de lo que es este Club.

Cuando los de la guadaña 24x7 le estaban masacrando sin piedad tras lo del “Fuck Liverpool”, el chaval dio la cara, y dijo que no era una cuestión de que él estuviese mal, sino que formaba parte de un colectivo, y daba igual quién fallara, era una cosa de todos por igual, porque todos eran uno solo. Pues bien, ayer que se podría haber cubierto de gloria, y haberse reivindicado como el gran protagonista del encuentro, el chaval dijo exactamente lo mismo. “yo no he conseguido ningún gol, es el equipo el que lo ha logrado, somos así, es lucha, sufrimiento, Atleti”. Eso significa, equipo, Cholismo, en definitiva, y como el bien dijo … ATLETI. Así que, ya me perdonarán, pero Felipe, esté bien, mal o regular, siempre en mi escuadra. Porque es muy complicado en tan poco tiempo de estancia en nuestro Club, empaparse tanto de nuestra personalidad como él lo ha hecho. Y saben que nunca destaco a casi nadie del equipo rival, pero oigan, hay que hacer un receso con el pibe ese llamado David García. ¡Qué central! ¡Lo tiene todo! Gallardía, poderío, imperial en el juego aéreo, juventud, sencillez, saber estar … De verdad. Si nadie le engaña, ese chaval está llamado a marcar una época como central.

 

 

ÁRBITRO:  César Soto.

 

Pues no le hubiera mentado siquiera, pero oigan, es que las tarjetas amarillas que nos sacan últimamente, son de ir hasta el culo de rulas en la fiesta de Nochevieja del Fabrik, no me jodas. La del dorsal número ocho, en un balón que le centra Llorente desde el fondo del área, el francés se anticipa a todos, remata, y el balón se va fuera, lógicamente, chocando ante la salida del guardameta visitante. Oigan, que el fútbol es así. Es choque. Es decisión. Es remate. Es salir a cubrir el susodicho. Pues nada. Tarjeta psicodélica para el gabachín de turno.

 

Y luego la del chaval (que me gustó para lo poco que hizo, un montón, personalidad, si señor, es lo que más valoro en un canterano que debuta, y el criejo imberbe la tuvo) Carlos Martín. Bien. Le saca una amarilla por una acción en la que mi Madrileñín se anticipa al contrario y levanta un poquito al pie. Venga, va, que no es ni falta,  pero te medio compro juego peligroso. ¿Pero amarilla, a un crío que lleva apenas 3 minutos en el campo por eso? Se tiene uno que reír …

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (-1 GRADO).

Obligado cumplimiento, solo faltaba. No se sean descerebrados sin escrúpulos. Hicimos lo que teníamos que hacer, y fuera. La situación no es para nada dramática, pero hay que seguir vigilándola.  Y los que estén en Neptuno celebrando lo de ayer, pues oigan, no se olviden ni su bañador, ni su patito de goma, ni sus aromáticas colonias de “Chispas”. Los Atléticos serios, recios y responsables, mientras tanto, seguiremos al pie de la letra lo que nos guía nuestro Termómetro esencial. Baron Dandy forever.

 

Y el miércoles, Milán. ¡Qué partido! Denlo todo en la grada, den un tajo a su corazón, desángrense vivo, cantando sin parar … “¡¡¡EL FRENTE YA ESTÁ AQUÍ!!!”

8 de noviembre de 2021

Valencia 3 - Atleti 3. ¿Quién os gusta más, Gary Cooper o John Travolta?

Don Gary Cooper siempre me ha parecido un tipo rudo, seriote, formal, sin grandes extravagancias,  tímido, alto (a veces lánguido). No suele contar chistes, no parece un tipo estridente, es muy cabezón , un tipo de ideas fijas, claras y que no vende sus principios por nada ni por nadie. Uno de los mejores actores que ha pisado la tierra. Así era él, y así era este equipo denominado Atlético de Madrid no hace demasiado tiempo. Era un equipo que mordía, que estaba siempre altamente concentrado, que le importaba un bledo si jugaba más o menos vistoso. Tenía las ideas claras, cómo ejecutarlas, y, cuando se ponía por delante en el marcador, uno ya podía respirar tranquilo y comentar con tu colega de grada qué hiciste el sábado, que buena está la del quinto, puedes hasta echar un pequeño vistazo al periódico o irte a la nevera a por otra cerveceja de la manera más tranquila posible. Las posibilidades de que el rival siquiera nos inquietase eran, sencillamente, ínfimas, al menos aquí, en la Liga Española.  El auténtico Gary Cooper del fútbol español.

 

Travolta, sin embargo, es otra cosa. Conste que a mi como actor también me gusta (ha ido claramente de menos a más) pero es de un estilo mucho más chabacano, más de postureo, mucho más estrafalario, resultón, sí, pero de imagen algo frágil y, por momentos, desequilibrada. Puede que divierta más que Don Gary Cooper o sus interpretaciones entretengan más, pero también puede llegar a exasperar en algún que otro papel de moñas total. Y esto es en lo que se anda transformando el Atleti ahora. Básicamente, somos un equipo moñas. Ahora mismo ni somos un equipo serio, ni, por momentos, siquiera medio decente. Es correcto que atacamos muy bien (cuando nos da por hacerlo, claro) pero no tenemos luego la frialdad de cerrar un partido, y más bien nos comportamos como una banda de chiquillos disputando un partido de fútbol en el recreo. Y, claro, así pasa lo que pasa, que empezamos ya a llevar bastantes encuentros en esta temporada en que terminamos los mismos con una cara máxima de gilipollas integral, elevada ayer al grado de máxima expresión.

 

El partido comenzó más o menos como esperábamos. El Valencia iba a plantear un encuentro rocoso y disputado, y el Atleti lo intentaría ir mascando según fuese pudiendo. Hasta que, a los 35 minutos, llegó el tanto de Luis Suárez, tras gran combinación con Correíta. Con este 0-1 los Atléticos de Gary Cooper ya éramos hombres confiados, tranquilos, sosegados, mirábamos admirados el buen hacer y la disciplina espartana del equipo para no conceder ni una sola ocasión más de gol. Closed. Cerrado. Campana y se acabó.

 

Pero son otros, tiempos, y ahora estamos con el Atleti de Travolta. Ese Atleti que sigue atacando medio a lo loco en la segunda parte, es capaz de tener una buena ocasión nada más comenzar la misma en un buen cabezazo del dorsal número ocho tras otra buena asistencia de Don Ángel Correa. Ese Atlético de chici-nabo, que permite que empate el Valencia en el típico gol burlesco que nos suelen meter de vez en cuando. Costa centra y el balón se pasea por el área plácidamente, hasta que llega a Guedes, el portugués vuelve a centrar de nuevo, que la da Oblak, que si rebota en la barriga de no se quién, que si Pichichi Savic vuelve a aspirar a la bota de oro. En fin. Empate de nuevo. Otra vez vuelta a empezar. La historia de nuestra vida en esta temporada.

 

Y claro, el Valencia se desmelena. Y Foulquier obliga a lucirse a Oblak. Pero esta vez tenemos suerte, porque en ataque, cuando nos da la inspiración, somos mortales de necesidad. Y el dorsal número ocho se cruza casi todo el campo llevando una contra de bandera y termina rematando inapelablemente a la escuadra. Un golazo de Campeonato. Un gol que indignó a Don  Rubio, claro. “¿Qué es eso de meter un gol así el Atleti, hombre? ¿No ha rebotado en nadie ni en nada? No me gusta, no es nuestro estilo”. Y encima tenemos suerte y todo, porque, tan solo 2 minutos más tarde, esta vez sí que se produjo un gol del gusto del citado Caballero del Honor Rojiblanco. Centro de no se quién, Luis Suárez parece que se la lleva o no con la mano, o con la barriga, o con qué se yo, termina rematando como La Tacones, el balón le llega a Vrsaljko, y tampoco se sabe muy bien cómo ni por qué, pero la termina impulsando al fondo de la malla. 1-3, y la cosa parecía sentenciada. Si. Sentenciada. Ja.

 

Tan solo 4 minutos más tarde Wass ya avisó que el equipo ché no estaba por la labor de dejarse llevar, rematando (más solo que la una, por cierto) un fenomenal remate a la media vuelta que se estrelló en el larguero.

Y en el 84, volvió a avisar Guedes, pero Oblak  atajó de nuevo un balón más que peligroso. Y el Cholo quita a De Paul, y me saca a Herrera. Y este muchacho es un auténtico desastre, la verdad. Y se da un sorprendente descuento de 7 minutos, que no termino de saber de dónde salen. Y en esos siete minutos hacemos uno de los mayores ridículos futbolísticos que jamás recuerdo a un equipo. De primeras, otra cosa no, pero el Valencia, por muy debilitado que esté, deberíamos de saber ya que son peña que no se suele rendir fácilmente, y que han remontado ya un buen puñado de partidos en esos últimos cruciales minutos. Precedentes hay a montones, y por todos lados.

 

Aparte, se está demostrando que esta temporada, a nivel general en gran parte de los encuentros, los descuentos están siendo altamente desequilibrantes en un buen número de partidos que se van disputando jornada tras jornada. Y hay que saber dormir este tipo de situaciones, y tocar el balón con tranquilidad, con pausa, y llevar el control siempre del mismo.

 

¿A dónde cojones iba Kondogbia en el 92, como un poseso, solo a llevar una contra frente al mundo entero? (la cual, por cierto, la corta el Valencia con una flagrante falta sobre el negrata zumbón, aunque esa no es la cuestión). De ahí nace la vertiginosa combinación local para que Hugo Duro remate a placer el 2-3. Y ya está el lío montado.

 

Y ya el pánico se apodera de todo el mundo. Y ya los locales juegan como poseídos. Y ya el árbitro pita una piscodélica falta Antoine sobre Guedes (tarjeta amarilla incluida, ver para creer) cuando es justo al revés. Y la pone el portugués, y como el Hugo Duro este hacía apenas 2 minutos que ya nos había avisado de lo peligroso que era, anotando un tanto de forma parecida, pues vuelve a rematar otra vez a placer, sin ni la más mínima oposición ni del Tato, y consigue el empate a tres. Y a uno se le queda una cara de gilipollas de impresión. Y se va a casa con un cabreo monumental. Y discute con todo Dios. Y me imagino al cabrobazo de mi hermano @ARIAS4EVER descojonándose vivo de mi persona. Y me llevan los siete mil muertos por mis venas. Y estoy hasta los cojones de ir haciendo el Travolta por la vida. Quiero volver a ser feliz. Quiero mi puta puerta a cero durante 10 partidos consecutivos, lo menos. Y me importa una mierda jugar bien, regular o medio mal. Y me la suda que aburramos o que dejemos de hacerlo. Los mea colonias que vean lo que quieran. Yo quiero que vuelva mi olor a fragancia de Floid. Necesito volver a sentirme Don Gary Cooper. Y de esta forma, estaré con él también en el cielo.

 

 

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Hugo Duro, evidentemente. Y nuestro dorsal número 8, que cada está jugando más,  y mejor.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Yo. Tras el primer Gin-Tonic, debí de volver a mi cervecita, que nunca me falla. No hice caso a mi instinto, y así acabamos. Ando sencillamente desolado.

 

ÁRBITRO: Soto no sé qué.

¿7 minutos de descuento? Venga, ya, hombre. Da 12, si eso ... Tampoco me puedo explicar cómo puede pitar la falta de Griezmann sobre Guedes, cuando es justamente al revés. Que le saque ya la amarilla entra dentro del fenómeno de la paranoia más desquiciante. Eso por no hablar de falta a Kondogbia en la contra que propicia uno de los tantos, claro. Lo que pasa es que aún así, todo esto es tan grotescamente esperpéntico, que ni le da a uno más ganas de ponerse a lloriquear por nada, la verdad. Para qué …

 

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (-1 GRADO).

 

El Termómetro no entiende ni de pasiones, ni de  gavilanes, ni de corazones rotos, ni de lágrimas con rostros desencajados. Él está por encima de todo eso, y considera el punto conseguido en Mestalla como aceptable (fríamente hablando), por lo que decide, de una forma tan espléndida como espartana, no tocar el mismo, y dejarlo con la temperatura con la que se encontraba. A mi ya me ha dado algo de moral y todo, joder …

 

Y ahora, paroncito de selecciones. Pues yo lo agradezco, qué quieren que les diga. Un poquito de desintoxicación de fútbol tras lo de ayer a mi me viene de cine. Puta cara de gilipollas que aún tengo, joder …”Llegó el uruguayo, para meter goles, lucha por nosotros, échale cojones”…

1 de noviembre de 2021

Atleti 3 - Betis 0 . Sin previa no hay paraíso.

Debido a circunstancias familiares que, por otro lado, realicé encantado, las cosas como son, ayer tuve que irme al final pitando de casa con la hora pegada al culo. En estas ocasiones, en las que mi cachorrín el Capo no cumple con sus obligaciones contractuales y no me lleva por haberse ido de puente a la playita con su mediabufanda, a 30 grados bajo el sol (sencillamente inadmisible, como es fácil de entender), suelo pillarme el metro tranquilamente hasta Canillejas, y después darme un paseo hasta los bares del campo, para ver a toda mi gente. Tiene su encanto, qué duda cabe.

 

Pero ayer tuve que hacer el transbordo, después de chuparme casi toda la línea 5 desde Carabanchel hasta Pueblo Nuevo, hasta el Metropolitano, y una y no más, Santo Tomás. Primero, me chupé una cantidad de estaciones indecente para tan corta distancia de espacio. Segundo, se me revolvieron todas las tripas ante  tal cantidad de gente. Y tercero, me situé como pude en el vagón, de esos metros que están unidos los susodichos por gomas de esas que no paran de moverse, y me sentí peor que si estuviese de marcha dentro de una lavadora centrifugando.

 

Así que, escapé de allí como buenamente pude, y me dio tiempo a pillarme un mini de agua (con hielo) vitaminada, mineralizada, de fácil asimilación, y pude compartir un pequeño rato con Don “Pasión de Gavilanes” Tete y Don Maxi, al que contemplé más esplendoroso y fantástico que nunca, y, cómo no, a Don Pablo, que me dio la solución perfecta para no volver en semejante cacharro de hierros desquiciantes, y hacerlo plácidamente con el bus de la peña hasta el Despacho. Y aún así, me tocó después al lado a un jovenzuelo con las 34 cervezas de más que no paró de soltarme la brasa sin parar. Daba igual, aparte, ¿Quién no ha tenido su edad y ha hecho lo mismo?

 

Una vez dentro del campo, resultó que ni el puente, ni la inmensa y copiosa lluvia durante toda la tarde amedrentó ni mucho menos ni a la afición Atlética, ni la ingente cantidad de béticos, que, por mucho que pierdan y pierdan año tras año en sus visitas nuestros diferentes estadios, no dejan de acudir, lo cual es, cuanto menos, aplaudible.

 

Y un Betis-Atleti bajo la lluvia es una auténtica gozada. Y trae recuerdos imborrables de aquel 4-3 mítico con doblete final de Arteche. Y el Atleti disputó un estupendo partido de fútbol. Y eso que el arreón inicial fue visitante, cuando Carvalho disparó a puerta obligando a Oblak a realizar una gran parada, nada más comenzar el mismo.

 

Pero el engranaje ofensivo colchonero ayer rozó la perfección. Y a los 19 minutos, una gran jugada con asistencia final de Correa sobre el dorsal número 8 (estoy a puntito de empezar a llamarle por su nombre, ya me vayan empezando a perdonar) hizo que Bravo se luciese con una espectacular parada tras gran remate del francés. Ocho minutos más tarde, el bullicioso Carrasco manda a Montoya al traumatólogo por doble rotura de cintura y respectivas caderas dentro del área tras excelsa conducción, y con un remate tan inesperado como seco y potente, bate con ese zurdazo que le ha dado dios al guardameta chileno. Golazo de bandera.

 

Poco después, un más entonado Hermoso la tuvo también. Ayer el equipo, en líneas generales, defensivamente estuvo en su nivel. Oblak ejerció de Oblak, Trippier fue un coloso en su banda, Giménez estuvo sumamente concentrado, y el ya citado Hermoso mejoró un montón. Y es que el jefe Savic volvió a la oficina. Y entre sus grandes virtudes está la de hacer mejor a sus compañeros. ¡Qué bueno que volviste, Stefan! Con el 1-0 nos fuimos al descanso.

 

Al poco de comenzar, vimos que el diluvio meteorológico de agua se correspondía con el futbolístico  rojiblanco sobre el césped. Cuanto con más tesón no paraba de pluvial,  más desatado y vertical se desarrollaba el fútbol del Atleti. Luis Suárez la tuvo primero de cabeza, tras fantástica asistencia de De Paul, y luego un mano a mano con Bravo de los que no suele fallar nunca, tras mágica asistencia de Ant … estooo el dorsal número 8. Antes había marcado Mario Hermoso en fuera de juego.

 

Por su parte, los de Heliópolis tuvieron un buen remate de cabeza de William José que salió lamiendo la escuadra de Jan. Pero en el 62, y tras ese mano a mano errado por nuestro Luisito favorito, córner muy bien lanzado de nuevo por Antoi … digooo, el dorsal número 8, al cual Pezella decide que ya está bien de la sequía galopante del Atleti a balón parado, rematando de forma inapelable ajustando el balón al palo ante la mirada atónita del incrédulo portero bético. Hasta el mismísimo Don Eulogio Gárate hubiese firmado un tanto así. 2-0, y, al fin, la palabra tranquilidad se unía con el  termino Atleti para terminar presenciando a la par que degustando un exquisito y plácido partido rojiblanco.

 

Ya a falta de diez minutos para el final del encuentro, se produjo una de las noticias más esperadas por el que esto os escribe. Gol de Joao Félix tras solitaria galopada por el campo. Disparo seco, duro y cruzado ante Bravo, que, a pesar del tic neuronal de nuestro linier en levantar el banderín por todo y a loco, el VAR, esta vez sí, demostró que, utilizándose con lógica y sentido común (términos en especie de extinción en esto del mundo del arbitraje español), puede servir para impartir justicia, tal y como fue el 3-0 final con que acabó el partido.

 

Así que, broche de oro a una buena tarde de fútbol, y a otra cosa, mariposa. El paraíso hubiese sido total con mi previa como Dios manda, pero uno, en esta vida, está claro que siempre anda aprendiendo, por más que se piense que sabe lo sabido y lo desconocido. Así que háganme caso, y disfruten de lo que es  un partido de fútbol con su gente en todo su esplendor. Y es que, sin previa, no hay paraíso.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Inmenso alegrón de volver a Savic poniendo orden y firme al más pintado, gran mejoría de Trippier con respecto a una temporada que no está especialmente fino, muy buen partido de Angelito Correa, infatigable en todo el terreno de juego y jugando con sentido y verticalidad, brutal Carrasco, excelso Don Antoin … dorsal número 8, moviéndose por todo el campo y dando siempre soluciones ofensivas al resto de sus compañeros, pero el que estuvo sencillamente imperial, descomunal, todopoderoso, fue De Paul. Omnipresente en todas partes, exquisita visión de juego, personalidad a raudales, claro ejemplo de que un jugador técnico no debe de estar reñido con uno recio, contundente y sacrificado al mismo tiempo. Cómo siga así, vaya jugador de fútbol nos espera, vive Dios.

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Deportivamente nada, pero sí que me gustaría una cosa, y es que alguien se posicionase definitivamente sobre lo que se puede o no se puede hacer viendo el puñetero fútbol de mis entretelas. Unos quieren fumar, otros no quieren que lo hagan, pero sin embargo comen y beben a destajo, lo cual irrita a los fumadores y les sirve de excusa para realizarlo. Ayer no llegaron dos en mi zona a algo más que palabras porque le terminé convenciendo al fumador, de que por lo que andaba consumiendo, preparase las 3000 del  ala de rigor. Pero esto es que no debe de ser así. ¿No hay ya una zona de no fumadores definida en el campo? ¿Por qué entonces sí que se permite fumar en los descansillos? ¿Se puede comer? ¿No? ¿Se puede privar? ¿No? Urge solución claramente explicativa de las normas al respecto. Si no esto acabará como en el lejano Oeste. Vayan tomando nota.

 

ÁRBITRO:

Alberola Musculitos Rojas. Al menos hemos acabado un partido sin amonestados. Ver para creer.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 1 GRADO).

 

Partido de obligado cumplimiento. El  Termómetro hasta que no vea una regularidad manifiesta, no piensa regalar nada a la muchachada, ni a ustedes, ansiosos devoradores de gramos, digoooo … de grados. Necesita ver una continuidad real a si lo de ayer fue solo un espejismo, o el auténtico sustento de lo que va a ser en esta temporada el Atleti. Así que séanme disciplinados, y hagan caso ante la sapiencia infinita de vuestra sección favorita.

 

 

 

No podía acabar esta crónica sin dar las gracias a todos los que hemos hecho posible el sueño de tener una estatua en nuestro campo dedicada a Don Luis Aragonés. Gracias a todos los que hemos participado aportando los 15 leuros por banda para que se cumpliese, gracias a la escultora Alicia Huertas por todo el cariño que se ve que ha puesto en la realización de tan complicada tarea, y muy especialmente, gracias los auténticos partícipes que, gracias a su imaginación, trabajo desinteresado y dedicación plena en la defensa de nuestros valores y nuestros colores, han hecho posible que todo esto se hiciese realidad. En pie todo el mundo ante la muchachada del Frente Atlético …”Los años han pasado, el FRENTE sigue igual" …

 

 

 

29 de octubre de 2021

Levante 2 - Atleti 2. ¡Vergüenza!

 

 

 

¡Vergüenza! No se puede consentir el desmadre éste en que se encuentra ahora mismo el fútbol actual. Equipos que te fríen a patadas convulsivamente y que apenas ven castigadas dichas acciones (ahora sacudo yo a Joao Félix, después te toca a ti, a la próxima al otro, luego al de la moto) y así logran desesperar y mermar al mejor jugador rival con el consentimiento de un individuo que no tengo claro si es que no sabe arbitrar, o, por el contrario, sabe demasiado. Luego el chaval en una acción se harta cuando lleva pegado a otro piojoso levantinista de esos, se lo quita de encima con el brazo, y hala, encima falta y tarjetita (o expulsión, como el día del Athletic). ¿Pero qué clase de cachondeo es éste? ¿Cómo el equipo que menos faltas hace es el más tarjeteado de la liga? ¿Cómo se puede expulsar al Cholo por dirigir a su equipo como siempre lo hace, cuando es un menda que jamás pone como excusa a los árbitros y luego siempre los defiende y protege, sin siquiera haber insultado y menospreciado al mismo? ¿Qué clase de broma pesada suelen ser los segundos  tiempos de los partidos de fútbol hoy en día en España, entre cambios y más cambios, gente que cae desmayada impunemente, simulaciones y demás?

 

¡Vergüenza! ¿Cuántos árbitros hay ahora mismo en un encuentro de fútbol? ¿Cuál es el cometido de los que se encuentran en el VAR, corregir situaciones escandalosas, tipo fuera de juego, manos vergonzantes, faltas fuera del área que se meten dentro y viceversa, agresiones, balones que salen de fondo o entran en portería, o erigirse en otro árbitro independiente al que está en el campo, obligándole a este último a que vea lo que le plazca y lo interprete como él quiere que lo haga? ¿Qué criterio predomina sobre cuál? ¿Esta gente ha jugado al fútbol alguna vez en su vida? ¿Han visto algo más redondo en su vida que una onza de chocolate? ¿Por qué se mira la mano de Lodi y no la que ha habido 5 segundos antes de otro puto jugador granota en el otro área? (ingenuo de mí, y mientras iba el árbitro a la pantalla yo comentando con mi hermano que si le pita el penalti en contra del Levante sería una injusticia de la hostia, no se puede ser más tonto y pardillo, joder).

 

¡Vergüenza! El Equipo este de las ranas. No suelo juzgar a nuestros rivales, y me la suelen soplar por completo. Es más, siempre prefiero la mejor versión de los mismos frente a nosotros, para que no tengan ningún tipo de excusa barata cuando nuestro Atleti los aplaste. Pero, sinceramente, lo de esta banda de espantapájaros empieza a resultarme cuando menos, bastante desagradable. Por su forma de actuar, su manera de comportarse en el terreno de juego, sus marrullerías, ese dejarse el alma de esa manera tan desquiciante frente a nosotros, cuando luego en gran parte del resto de temporada se arrastra babosamente como el equipo pueril y rastrero que es. No voy a ser ni siquiera anti-vuestro, sería demasiado honor para vosotros, pero sí que pienso descojonarme vivo cuando vea pasar vuestro cadáver deportivo arrastrándose de nuevo por esas categorías inferiores de Dios. Y vais a caer en un pozo pero que bien profundo. Y más pronto que tarde. No será que no se os avisó.

 

¡Vergüenza! Nuestro propio equipo. Llevo ya diciendo en varias anteriores ocasiones que hay que espabilar, señores. No es de recibo jugar 15 minutos desatados perdidos, como los putos ángeles, conseguir adelantarnos en el marcador y pasar a adormecernos de tal forma. Y miren, si  te lo hace un Liverpool, bueno está. Pero oigan, que te lo hagan esta panda de mamarrachos tuercebotas, como que no. No me puedo explicar cómo se puede pasar de tener el balón cómo, cuando y dónde uno quiere, circulándolo de manera excelsa por momentos, a posteriormente pasar a ser incapaces de dar 3 pases seguidos. Señor Herrera, ¿Vio usted el despeje que hizo en la jugada en la que Luis Suárez hace penalti? ¿Usted se cree que un jugador de fútbol de primer nivel puede realizar “eso”? ¿Cree que es digno siquiera de un simple jugador de fútbol de barrio? ¿Es usted jugador de fútbol? ¿En serio? Y, a todo esto, Cholo, ¿Qué cojones hace Luis Suárez defendiendo córners como si este equipo fuese de un patio de colegio, en el que todos se ocupan de todo a lo tonto? ¿No será mejor tenerle arriba para intentar que baje un balón y aprovechar alguna contra que otra? Que un árbol no nos permita ver el bosque.

 

¡Vergüenza! No puedo acabar un partido así. No puedo tener este nivel de cabreo. No puede dolerme la cabeza tanto. No puedo estar tan enfadado y tan rabioso como para casi irme llorando al acostarme ayer. Creí que estas putas historias las tenía ya olvidadas, pero veo que no. Ayer el Atleti hizo un partido maravilloso 15 minutos, zarrapastroso el resto. Hay que reconocerlo. Pero, aún así, nos daba para ganar honradamente al Levante en el partido de ayer con el tanto de Cunha, (va creciendo adecuadamente, todo hay que decirlo, algo positivo, va). Y este tipo de encuentros al final lo tenemos todos los equipos. La diferencia es que algunos conseguirán vencer y lograrán ligas, y otros nos robaran y moriremos en el intento. Da igual, los Atléticos fallecemos matando, mordiendo y arañando si es menester. Y el domingo que se prepare el Betis, porque esto es la guerra. Y en las malas, somos espartanos. Cuánto más enemigos tengamos, mejor. Nos va la marcha. Dijo el Mono Burgos un día que el Atleti es Rock and Roll. Me encanta la frase, pero el domingo será otra cosa. Seremos Trash Metal.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO: (- 1 GRADO).

 

Ni me molesto. Lo dejo como está. Cada 5 minutos pienso una cosa, así que, lo dicho. Igual me da por consultar a los del VAR a ver qué opinan. Total …

 

“Por fin van a decir la verdad, los que escriben los diarios” …

25 de octubre de 2021

Atleti 2 - Real Sociedad 2. Vado de pesca abierto.

De pesca de puntos, me refiero. Manda narices, que cuando no podía entrar ni Dios al campo, era casi una utopía para nuestros rivales el intentar pescar algo de aquí, y ahora, que andamos ya todos yendo al campo cantando nuestro himno a todo pulmón, parece que la barra libre ha quedado inaugurada. Hasta para eso somos especiales los Atléticos, no me niegue nadie que no.

 

Y, hablando de barra libre, tengo el placer y el orgullo de comunicarles que, a partir del pasado viernes, y aprovechando el 49 Aniversario de la Peña Atlética Peñagrande, me fue comunicada por la Directiva de la Peña Atlética Rock and Roll mi ascenso dentro de la misma, nombrándome oficialmente Secretario, pasando a formar parte de la junta directiva. Sé que es un cargo de una altísima  responsabilidad y arduo trabajo, pero espero no defraudar a nadie. Al fin y al cabo, sinceramente, creo que dicho puesto me va como anillo al dedo, la verdad. Inquirí a nuestro amado Presidente Don Cristóbal (hombre recio, algo áspero, pero justo, tal y como debe de ser todo buen Presidente que se precie) sobre el cometido de mis funciones. Su respuesta fue escueta, tajante a la par que sincera: “nada”. Coooorrectoooo pues.  Veo que han analizado a fondo todas mis posibilidades reales y han actuado en consecuencia. No tengo palabras para tanta satisfacción.

 

Vamos al partido, va. Y el caso es que el Atleti no jugó mal en este primer tiempo, pero la Real lo hizo estupendamente bien. Y si a los siete minutos se adelanta con un tanto de un tal Sorloth, que hacía su debut en la liga española, me pareció haber escuchado, aprovechándose de un tremendo desajuste defensivo, incluida salida dubitativa del bueno de Oblak, pues es otra vez remar contra corriente, frente a un gran rival, significa desgastarse mucho más de lo normal, y tener que realizar esfuerzos que igual no deberíamos de andar forzando tanto la máquina física como mental todavía con tan poca temporada desarrollada. De momento el equipo va aguantando, pero veremos como esto siga así.

 

Por cierto, otra cosa a estudiar por parte, especialmente, de nuestro cuerpo técnico, es cuando los rivales sacan el balón jugado tal y como lo hizo (espléndidamente bien, por cierto) ayer el equipo donostiarra, especialmente en esta brillante primera parte. Ya frente al Vila-Real no supimos contrarrestarlo, pero ayer especialmente fue preocupante con la facilidad con la que la realizaron. El equipo se atolondra en su intento de presión mientras ellos aguantan tranquilamente para dar el balón al jugador más desmarcado, y resulta especialmente frustrante por momentos el tema. En ese aspecto influye muy positivamente el buen juego con el pie que tiene su portero Remiro, porque si nosotros nos planteásemos lo mismo con el bueno de Oblak, que Dios nos pille confesados, Hermanos. Y, por supuesto, el excelente trabajo táctico de Alguacil, que ayer (al menos a mi esa impresión me dio) le dio un pequeño gran bañito táctico a Don Diego Pablo, especialmente en este primer periodo.

 

Y otra impresión que tengo es que cuando el Cholo saca un equipo tan potencialmente ofensivo como de nuevo hizo ayer, es lo imprescindible que resulta para este tipo de juego Kongdobia, para aportar equilibrio defensivo al equipo. Y lo que se añora a Savic, ya puestos. Lo mucho que se le echa de menos. En fin.

 

Eso sí, reitero, ofensivamente, el equipo no me disgustó  en este primer periodo. Comandados con un excelso Joao Félix, el equipo combina mucho y bien, aunque a veces carezca de profundidad para hacer más daño al rival.

 

Pero que si quieres arroz, Catalina. Nada más comenzar el segundo periodo, falta que lanza Isak, el balón le bota justo antes de intentar blocar al bueno de Oblak, y 0-2 en el marcador. Si ya la cosa estaba complicada de por sí, ni les cuento ahora. Menos mal que la muchachada nunca se termina de ir, aunque a veces parezca que tampoco nunca termina de estar.

 

Empieza el carrusel de cambios por parte del Cholo, y a los 61, un maravilloso pase de Joao Félix lo cabecea de forma inapelable Luis Suárez. Media hora por delante, el Metropolitano patas arriba, lo que empieza a ser el menú diario, vamos. A tirar de locura, pasión y de emoción.

 

La Real tuvo vértigo a la victoria, dejó de jugar con su sello y su personalidad impuesta en la primera parte, y el Atleti se desmelenó. Comandados por el omnipresente Joao Félix, la máquina rojiblanca se desató con furia y desbocada hacia la meta donostiarra, hasta que, a falta de un cuarto de hora, una patada de Merino sobre Luis Suárez se convirtió en penalti claro ante el asombro de todos. Esta jugada quién la saca en realidad es nuestro Criminal favorito, porque se queda quejándose dentro del área amargamente, llamando la atención a la gente del VAR sobre la misma, ya que el contacto se produjo. Y el árbitro la terminó viendo por televisión gracias al VAR, y penaltito que te crió. Si esa patada la recibe, por poner un ejemplo, ese trozo de pan denominado Koke, se toca levemente el gemelo, y sigue jugando. Pero el uruguayo no. Sabe muy bien lo que hace. Es más listo que el hambre. Y encima, la tranquilidad que nos da tenerle de nuestra parte a la hora de lanzarlos (que esa es otra) vale su peso en oro. Lo digo desde ya: va a meter aún más goles este año que el anterior. Como Joao siga en esta línea, apuesten a que sí. Y al final pudimos vencer y todo, pero, sinceramente, no hubiese sido justo. Entre otras cosas, porque el uno justificó su liderato, y el otro su Campeonato. Fútbol de verdad, de alta escuela. Y déjense de clásicos, háganme el favor. Eso sí, el vado de pesca se debe de empezar ya a cerrar de inmediato. El Metropolitano debe de seguir imponiendo su respeto y continuar resultando Imperial para nuestros rivales. Que lo vean como una montaña casi imposible de escalar. No nos queda otra.

 

EL CRACK DEL PARTIDO:

Luis Suárez vale su peso en oro, está claro, pero hoy se lo doy a Joao Félix. Está con confianza, ganas, personalidad, profundidad y valentía. Fino a la par que rápido, con excelente cambio de ritmo y técnica superlativa. Le queda una cosa: el gol. Y tendremos que seguir trabajando en ello, pero bien. Muy bien ayer el portugués.

 

 

 

 

 

 

 

 

LA DECEPCIÓN DEL ENCUENTRO:

Me da a mi que a Correa no le anda sentando demasiado bien su falta de continuidad justo cuando mejor lo estaba haciendo con nosotros (ayer, auténticos minutos suyos para la basura) pero hoy quién tiene que ocupar este escaño es mi adorado Oblak. En el primer tanto, o sales, o no sales, Jan, pero la duda siempre te termina matando. Y el segundo, por mucho botecito que haya y tal, no deja de colarse por tu palo, y eso es sencillamente inconcebible. Yo creo que desde aquel partido en el que debutó en Champions frente a un equipo griego, jamás ha vuelto a visitar esta sección. Dos de lo que más quiero, y miren hoy por dónde andan … Me cago en la leche …

 

ÁRBITRO:

Munuera. Sin complicaciones.

 

TERMÓMETRO ROJIBLANCO (- 1 GRADO).

Otra vez en negativo. Está caprichosamente bailarín este Termómetro que tanta paz y sabiduría nos aporta. Al Termómetro no le interesan ni épicas, ni remontadas, ni fantasías animadas de ayer y de hoy. El Termómetro vive de realidades, y anda bastante enfadado con la sangría de puntos que se andan perdiendo en nuestro estadio, así que ha decidió con su sapiencia habitual, bajar 2 grados de nuevo. ¿Qué andamos en negativo? Pues eso. Que hay que espabilar, señores. Que ya está bien de las “pamplisemiremontadas”. A mejorar se ha dicho.

 

Y el jueves, nuestro adorable Levante. Tengo la cosa de que este año les vamos a mojar la oreja, pero de verdad. Espero que no termine nadie llamándome bocazas, claro. Que para insultarme impunemente, ya tienen a nuestro Sagrado Termómetro. “Somos los Ultras del Atleti, nadie nos puede parar” …

 

 

 

 

20 de octubre de 2021

Atleti 2 - Liverpool 3. UNDERDOG (By Don Pablo Mármol).

 

 

Mi Compadre carabanchelero me pide que haga la crónica en esta ocasión. Así que lo siento; las quejas a él.

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La verdad que no sé por dónde empezar a juntar letras. Quería escribir algo sobre la Asociación Criminal denominada UEFA, pero no me apetece perder mucho tiempo en estos menesteres. Sí me gustaría contarles que pocas cosas me dan más pereza que la Champion$. Convencido de que no vamos a ganarla nunca, sigo yendo al Estadio porque al Estadio se va siempre; pero me da francamente igual un partido de Champions que uno de tercera ronda en Copa del Rey. ¿Qué por qué no vamos a ganarla nunca? Pues no vamos a ganarla nunca porque nunca formaremos parte del establishment creado, tan benévolo con sus miembros como implacable con el underdog.

Tema aparte es el ansia que se detecta en parte de la Afición por ganarla. Háganme caso, el ansia lo único que crea es frustración. Disfruten, eso sí, de alguna noche como la de ayer, robémosles toda la pasta que podamos, compitamos hasta la muerte, pero no olvidemos que hay vida, y buena, después de la Champion$

Pero bueno, vamos a centrarnos en lo que pasó anoche, desde la Grada, que es para lo que me han invitado.

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Rodeado de un puñado de Amigos se iba echando la hora encima hasta que ésta nos superó y, como siempre, entramos tarde. Era un partido gordo y la ocasión merecía un par de cervezas y media docena de anécdotas más. De tal manera, que cuando entramos ya íbamos palmando 0-2. Tocaba arremangarse y pelear. No sé si fue la Grada la que transmitió el inconformismo al Equipo o fue al revés. Comandados por João y el marido de Erika en el césped y por Gorka y el Frente Atlético en la Grada, dio comienzo una de las noches más bonitas que hemos vivido en el Metropolitano.

Esa última media hora después del 0-2 fue fantástica. Recién ubicado en la Grada, bastante tiempo hasta encontrar un huequecillo, llegó el primer gol. Tuvo que ser revisado por el VAR (que nos daría la noche) para terminar siendo concedido. Siguió apretando el Atlético ante un equipo que se iba descomponiendo, pero que daba sensación de mucho peligro arriba. Perdonó el maridísimo el empate, tras fantástico pase de De Paul; pero ayer estaba enchufadísimo y, poco después lo lograría, tras fantástica jugada entre él mismo y João. Con el Liverpool noqueado, Lemar y João tuvieron en sus botas la culminación de la remontada. Lo mismo, tras un error en el despeje de Alisson, que no terminó en botas atléticas de milagro. Y así, con el Metropolitano en pleno éxtasis, se llegó al descanso.

En la reanudación todo siguió como estaba. Carrasco no pudo hacer nuevamente ese tercer gol e inmediatamente llegó la rigurosísima expulsión de nuestro bigoleador. La jugada era de amarilla, ya que la involuntariedad de la acción no merecía tanto castigo, pero es roja clarísima cuando se es un underdog ante la rancia aristocracia europea.

Quedaba todo un mundo para el final, y fue entonces cuando la Grada se puso a empujar (más si cabe) para intentar dar un extra a un Equipo que capeaba el temporal ante un rival que tampoco es que agobiara en demasía. Esos minutos fueron apoteósicos e hicieron que muchos nostálgicos nos acordáramos de nuestro amado Estadio Vicente Calderón. Pero llegó un penalti de Hermoso, que lo es cuando eso del underdog (por ejemplo, lo de Correa en Turín fue claramente un forcejeo).

No se rindió el Atlético, ante un Liverpool dubitativo. Tras una falta puesta en el borde del área, el árbitro señaló pena máxima para el Atlético, pero, para nuestra desazón, el VAR le corrigió. Volvemos, una vez más, a lo del underblog. Tuvo Correa la última antes del final, pero no terminó de llegar el empate. Con la satisfacción de haberlo dado todo en el césped y en la Grada nos volvimos todos para casa.

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Qué Grada anoche. Inmensa. Creo que no somos conscientes del poder que tenemos. Si desde el Fondo Sur nos ponemos las pilas, tarde o temprano termina contagiándose el resto del Estadio. Y el Equipo lo aprecia y lo necesita. Debemos recapacitar y tomar nota de lo sucedido anoche. Que no sea el indesmayable Gorka el que tenga que empujarnos a todos constantemente. No se olvide que el domingo tendrá lugar el partido más importante que puede darse actualmente en España: el vigente Campeón contra el líder. ¡A DEGÜELLO DESDE YA!

 

FORZA ATLETI SIEMPRE

 

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